martes, 10 de junio de 2025

Enterprise 4a temporada (4)

· Affliction & Divergence (ENT, 4.15/16)
Volvemos a tener una historia trepidante, llena de acción, suspense y una buena dosis de ganas de corregir el canon. Lo que no podría haber sido de otra manera, teniendo como villanos a los legendarios klingons. Manny Coto dijo de Divergence (ENT, 4.16) que fue “probablemente el mejor episodio que habían hecho en toda la temporada” y que su director, Dave Barret: “apartó un estilo increíblemente maravilloso”. A riesgo de contradecir al showrunner de la temporada que más me gusta de toda la saga, y aunque tiene un inicio espectacular, no creo que sea el mejor. Pero sí soluciona, de una manera magistral, una de las mayores contradicciones en el universo de Star Trek: el origen de la cresta en los klingons, cuando, en la serie clásica, no la tenían. Y es que desde que a estos se les añadiera este maquillaje distintivo en ST: The motion picture, siempre se planteaba la pregunta de ¿por qué antes no la tenían? Obviamente, por cuestiones de presupuesto (motivo por el que la mayoría de alienígenas eran iguales a nosotros o los romulanos, por sus orejas puntiagudas, salieron tan poco). Al respecto, Roddenberry siempre adujo que los klingons siempre habían tenido su característico cráneo encrespado. Cuando la tripulación de Deep Space 9 viajó en el tiempo en Trials and tribble-ations (DS9, 5.06), y se encontró en medio de los acontecimientos The trouble with tribbles (ST, 2.13), los guionistas supieron esquivar la cuestión cuando O’Brien, al ver a sus congéneres de Worf de la clásica: pregunta: «¿Qué pasó? ¿Algún tipo de ingeniería genética?», a lo que añade Bashir: «¿Una mutación viral?», respondiendo Worf de una manera muy diplomática: «No hablamos de ello con extraños». Más duda aún generó que en Broken Bow (ENT, 1.01/02) aparecieron nuevamente con el maquillaje que conocíamos tan bien. Pero para solventar aquella discrepancia, llegó este maravilloso y divertido capítulo doble donde nos explican cómo estos, tal y como había especulado Bashir, fueron afectados por una mutación viral. Que procedía, nada más y nada menos, de los humanos genéticamente modificados que aparecieron en la trilogía de los aumentados. Siendo lo mejor de todo, que la explicación es realmente plausible. Además de la interacción, para mí, soberbia, de dos elementos narrativos de la saga: los aumentados, y la explicación del diferente aspecto de esta raza, generando una gran e interesante, interconexión en el universo.

«¿Realmente le sorprende algo doctor? Solo se necesitaron dos aumentados humanos se apropiarán de un pájaro de presa, y matarán a toda su tripulación. El Imperio no podía permitir que una especie inferior tuviera ventaja sobre nosotros. ¡Imagine todas las naves de la Flota Estelar, tripuladas por humanos genéticamente diseñados!»
K’Vagh
 
El origen de la historia implicaba simplemente a klingons ‘sin cresta’, infiltrados en la Flota Estelar para recolectar información. Este agente hubiera sido alterado quirúrgicamente, como Arne Darvin en la Estación Espacio Profundo K-7. Pero para aquel momento ya habían completado la trilogía de los aumentados, y a los escritores se les ocurrió que algunos de los embriones modificados genéticamente, podrían haberse encontrado en los restos del pájaro de presa. Por lo que los klingons podrían usarlos para crear a un superguerrero, introduciendo en el canon el origen de su apariencia humana en la clásica. Al guionista Michel Sussman, se le ocurrió incluir también un sutil cambio, que justificaba el cambio de cultura que había habido entre los siglos XXIII y XXIV. Ya que, en su presentación inicial, eran notablemente salvajes, astutos e incluso cobardes, mientras que en The Next Generation se mostraban nobles, valorando por encima de todo el honor y las tradiciones guerreras. Así, Phlox observará una «pequeña reorganización neuronal», por lo que, además de su aspecto, también adquirieron algunas debilidades humanas. Por eso, la soldado admite: «he sentido miedo por primera vez desde que era niña». Para embrollar el asunto, en Discovery, que transcurre unos diez años antes de los acontecimientos de la clásica, los klingons, no solo volvían a tener cretas craneales, sino que su aspecto era, además, bastante diferente al que estábamos acostumbrados (por lo menos en la primera temporada, para suavizarlo y volverlo igual en Strange New Worls). Pero creo que la explicación está en la conversación final entre Antaak y Phlox, cuando nuestro doctor denobulano sugiere que la reconstrucción craneal se volverá muy popular. Por lo que podemos suponer que T’Kuvma y los suyos, se pasaron con las operaciones de cirugía plástica.

«Dudo que mis superiores me permitan permanecer en mi puesto. Buscaré una especialidad nueva. ¡A lo mejor reconstrucción craneal!»
«Tengo la impresión que eso será muy popular»
Antaak & Phlox
 
La historia, además, recupera, en su segunda aparición en la saga, desde su presentación en Deep Space Nine, a la Sección 31. Y como no podía de ser de otra manera, entre un grupo de escritores que pretenden mantener en sus argumentos el respeto al canon, esta continúa siendo una organización secreta. Utilizando elementos y argumentos, pero manteniendo su continuidad, sin inventarse cosas extrañas, como ocurre en demasiadas ocasiones con los guionistas del abramsverso o Discovery. Y es que la Sección 31 es desconocida para el público en general y los oficiales de la Flota en particular. Este grupo de espías surge de la frase del capitán Sisko «Es fácil ser un santo en el paraíso» en The Maquis II (DS9, 2.21). Que hizo que Ira Steven Behr, productor ejecutivo, y responsable de esta serie, se preguntara: “¿Por qué la Tierra es un paraíso en el siglo XXIV? Bueno, tal vez sea porque hay gente vigilándola y haciendo las cosas desagradables en las que nadie quiere pensar”. Y es que la Sección 31 crea una sombra negativa en la utopía creada por Roddenberry en Star Trek. Por eso su naturaleza ha de ser secreta, si su existencia es conocida por todos (como ocurre en ST: Into darkness o en Discovery), ese futuro mejor para la humanidad pierde su esencia. Si nuestros héroes saben que dentro de la Federación hay quien no cumple las normas, esto les hace cómplices, por omisión, de sus actividades. Por eso es importante que aquí, en Enterprise, la Sección 31 continúe oculta entre las sombras, creyendo ser los protectores del paraíso. Cuando realmente solo lo mancillan. Aunque su participación en la trama, nos proporciona un poco más de profundidad en el personaje de Reed, un oficial de seguridad, apenas desarrollado, al ponerle el dilema de a quién le debe lealtad. Si al capitán Archer, a quien respeta, o a aquellos que le reclutaron para proteger al paraíso. Otro personaje al que la historia le va un poco más de protagonismo es al doctor Phlox, que, al ser secuestrado por los klingons, podemos verle mantener su férrea ética profesional, a pesar de enfrentarse a la brutalidad de sus captores.
 
«Relea los estatutos: Artículo 14, Sección 31. Hay unas líneas que permiten saltarse las normas en tiempos de amenaza extraordinaria»
«¿Qué amenaza?»
«Elija. La Tierra tiene muchos enemigos»
Martin & Archer
 
· Bound (ENT, 4.17)
Este es un ejemplo de cómo se puede reinventar una especie alienígena, manteniendo su esencia, pero añadiendo nuevos matices o características. Una de las ideas iniciales para Anomaly (ENT, 3.02), era mostrar a los piratas de orion, en vez de a los ossarianos, como acabamos viendo. Estableciendo así, que los oriones eran originalmente conocidos como comerciantes pacíficos, siendo las dificultades de vida en la Expansión Délfica, las que llevaron a algunos a convertirse en agresivos y depredadores. Pero no sería hasta la cuarta temporada que nos mostrarían a los oriones, y más concretamente, las esclavas de Orión, que ya habían aparecido en el primer capítulo piloto The cage (ST, 0.01) bailando para el capitán Pike. Por lo que estas exóticas mujeres de piel verde, son tan antiguas como los vulcanos y los talosianos. Pero para ese momento apenas habían sido desarrollados. El Sindicato de Orion era una especie de siniestro gobierno planetario, mezclado con una organización criminal intergaláctica, como se mencionaba en Journey to Babel (ST, 2.15) y The ascent (DS9, 5.09), hasta su aparición como esclavistas en Borderland (ENT, 4.04). Aquí, un trío de orionas se quiere apoderar de la Enterprise gracias a sus maléficas artes femeninas, lo que resulta un argumento bastante trillado: ya lo había intentado Mudd en Mudd’s women (ST, 1.03), los ktarianos en The game (TNG, 5.06) o más recientemente en The Serene Squall (SNW, 1.07). Pero lo interesante es la ingeniosa vuelta de tuerca cuando descubrimos que realmente quien lidera a los oriones son sus mujeres, gracias a las feromonas que desprenden. Y que permiten dar órdenes al resto de varones con los que se cruzan. Cambiando la percepción que podríamos habernos creado sobre ellas, en una trama que en la que al final quien teje la tela, no siempre es la araña. Con el tiempo, y a través de la encantadora D’Vana Tendi, la alférez oriona de la USS Cerritos en Lower Decks, nos confirmarían que su sociedad es un matriarcado controlado por las mujeres, viendo mucho más de esta cultura.

«Ambos somos esclavos de la situación»
«¿Le controlan?»
«Por fin lo ha comprendido. Sí, capitán, ha operado bajo un malentendido. Somos los varones los esclavos, no las mujeres»
Harrad-Sar & Archer
 
· In a mirror, darkly (ENT, 4.18/19)
Es posible que sea uno de los capítulos más memorables de Enterprise y de toda la saga, y personalmente es mi capítulo preferido de esta serie. Aunque la idea original era muy diferente. Inicialmente, William Shatner interpretaría de nuevo a Kirk, ya que el veterano actor estaba interesado en volver a encarnar a su legendario personaje. Por lo que Many Coto, entusiasmado, estaba dispuesto a hacer todo lo posible para lograrlo. Así, los Reeves-Stevens empezaron a trabajar en una historia que podría incluir a Shatner, basándose en el universo Espejo, sin que su regreso perjudicaba la continuidad de Star Trek. Pensaban que habían ideado un concepto fantástico que se convertiría instantáneamente en un clásico de dos partes, atrayendo masivamente al público. Para ello, supusieron que el Spock espejo usó el campo Tántalo (que aparece en su incursión en su primer viaje a la ISS Enterprise) contra el capitán terrano. Pero este aparato no eliminaría a los enemigos, sino que los enviaba a una prisión a cientos años en el pasado, una instalación alienígena en las profundidades del universo Primario. Lugar que encontraría Archer, donde Kirk y otros miembros del universo Espejo estaban retenidos. Este se evadiría, y robaría la Enterprise, usando el transportador para regresar a su universo. La intención era revelar que el universo Espejo aún no se había creado, y que había sido el propio Kirk quien se encargaría de dividirlo, creando la versión Espejo de la que procedía. Desafortunadamente, y para gran decepción de Coto, el presupuesto de la serie resultó insuficiente para cubrir los honorarios de Shatner. Sin este, el trabajo de escribir el guion recayó en Mike Sussman, quien recuerda que fue lo más divertido que jamás había desarrollado para la franquicia (de los treinta y tres capítulos rubricados por él). Además, siempre se había pasado años preguntándose el destino del USS Defiant, tras su misteriosa desaparición en The tholian web (ST, 3.09). Ya había querido traerla de vuelta en Future tense (ENT, 2.16), donde también aparecían los tholianos. En la que tanto Acher, como estos, se intentaban apoderar de la nave estelar del futuro. Pero el efecto que hubiera significado su descubrimiento en la continuidad de la serie, había sido tan significativo, y difícil de gestionar para los guionistas, que finalmente se cambió a otra nave procedente de un futuro mucho más lejano. Por otra parte, al introducir el universo espejo en esta temporada, permitía a Sussman recuperar la idea de hacer aparecer al Defiant, no solo haciéndolo retroceder al pasado, sino a otra dimensión. Liberando a los escritores de cualquier problema dentro del universo de Star Trek. Y a diferencia de otras incursiones en el universo Espejo, esta vez nadie viajará allí. Según Sussman, la idea también la tuvo Coto: “Lo bueno de un enfoque en el que nuestra gente no cruzaba al universo espejo es que no habría ningún discurso moralizante en los que Archer, u otro, agitando su dedo y sermoneando a estas ‘malas personas’ sobre intentarlo de otra manera”. Y precisamente que no exista ninguna conexión entre universos, hace esta historia única. Y uno de sus aciertos, y sin lugar a dudas, una innovación narrativa muy interesante.
 
«Todos los tellaritas son culpables de algo…»
Reed
 
Desde un principio, Sussman quería que la maquinadora Sato fuera la mujer del capitán. Mientras que Archer sería un primer oficial abatido y paranoico, hostigado por su homólogo del universo primario, susurrándole al oído lo perdedor que en realidad es. Además, Coto quería que Tucker tuviera cicatrices, justificadas por los Reeves-Stevens, por la radiación que desprendían los reactores de curvatura, insinuando que estos no cumplían con las especificaciones de la Flota Estelar. También buscaron darle a Mayweather un papel más activo, convirtiéndolo en el guardaespaldas de Archer, siendo un cambio más divertido para su personaje. Inspiración sacada de la novela Dark Mirror, de Diane Duane, en el Reginald Barclay, era el guardaespaldas de Picard. En la versión original, T’Pol saboteaba el dispositivo de camuflaje para evitar que la misión se cumpliera. Pero resultaba demasiado obvio, por lo que se cambió, con ayuda de Coto, a ser una distracción para liberar a Forrest. En realidad, todos los personajes muestran una bizarra faceta de sí mismos, en versiones crueles y manipuladoras. Reflejando, en pequeños detalles, su reverso en el espejo, en este caso más oscuro. Como el doctor haciendo vivisecciones con animales, o Reed como un psicópata, creando la cabina de agonía, que servirá como máquina de tortura en el Imperio Terrano. También fue idea de Coto el cambio del primer contacto con los vulcanos de ST: First contact, en la escena previa a los títulos, mostrando a Zefram Cochrane espejo disparando contra los vulcanos en el momento del Primer Contacto. Mientras que Sussman incluyó el abordaje a la Defiant en trajes EVA, para justificar que los protagonistas se pusieran los uniformes de la clásica. Y para hacer de este episodio la versión espejo de la serie Enterprise, se modificaron los títulos de crédito iniciales. Aunque no había sido la primera vez que se propuso modificarlos, Brannon Braga ya sugirió hacerlo para un episodio de The Next Generation, pero no se materializó. Al igual que en Trials and tribble-ations (DS9, 5.06) donde querían modificar los créditos finales con las fuentes y el tema musical de la clásica, con imágenes de Deep Space Nine. Así, el color de las letras cambió de blanco a negro, y se insertaron aviones de combate de la Primera Guerra Mundial de la película Wings (William A. Wellman, 1927). Un submarino de The hund for Red October (John McTernan, 1990), y otras escenas violentas de series y películas, incluyendo el bombardeo orbital de las ciudades vaadwaur de Dragon’s teeth (VOY, 6.07).
 
«Estas personas tenían algunas ideas extrañas sobre los uniformes»
Hoshi Sato, sobre la Flota Estelar
 
Que la historia se desarrollara en dos partes, permitiría justificar, presupuestariamente, la construcción de los decorados del interior de la USS Defiant. Una nave original de la clase Constitution, con los pasillos y el puente, recuperando el diseño de Matt Jefferies en alta definición y con hermosos colores, repartiéndolos en dos capítulos, y no solo en uno. Algo muy importante en un año en que se había recortado considerablemente el presupuesto de la serie. El universo Espejo también les permitió expandir la antigua mitología, sin romper el canon, mostrando a un gorn, en una versión actualizada de la bestia poco ágil de Arena (ST, 1.19). Y creando la vista completa de un tholiano, del que solo se había visto su cabeza. Ambos generados por roto-animación, tras rodar un actor con trajes de captura de movimiento, incorporando el modelo CGI en postproducción. Ronald B. Moore, productor de efectos visuales, quiso hacerlo lo más parecido a la versión vista en la clásica, aunque dotándole de una estructura cristalina. Modernizando también la tecnología de la red de energía tholiana, haciéndola mucho más rápida (y peligrosa) de lo que se había visto en la serie original. Siendo este el máximo ejemplo de la ruptura del tabú que había existido con los anteriores spin-offs de la saga, en las que apenas se había permitido hacer referencias a la clásica. Esto puede ser debido a la idea de querer contar nuevas historias de una tripulación/nave diferente. Aunque miembros del equipo también lo han hachado al rechazo de Rick Berman a la primera de las series de Star Trek, por no querer ser comparado con esta o porque simplemente no la había visto. La cuestión es que aquí, no solo incursionamos en el universo Espejo mostrado por primera vez en Mirror, mirror (ST, 2.10), y que hasta entonces solo habíamos visto en Deep Space Nine las nefastas consecuencias (para los terranos) del viaje de Kirk. Si no que, nos revelan el destino de la USS Defiant desaparecida en The tholian web (ST, 3.09), quedando claro, junto a otros tantos capítulos de este último año, que incorporar referencias de la clásica a las nuevas aventuras era perfectamente factible, y generaba muy buenas historias. Solo era necesario dejar que los magistrales escritores pudieran innovar, al tiempo que amplían lo establecido. Haciendo de este un capítulo una auténtica delicia para cualquier trekkie.
 
«Los tholianos son un poco más abiertos de mente que su gente. Detonaron una ojiva de tricobalto aquí, dentro del pozo gravitatorio de una estrella muerta. La explosión creó una grieta interfásica. Un portal a otro universo»
«¿Un portal?»
«La grieta era inestable. Era demasiado peligroso enviar una de sus propias naves a través de ella, por lo que transmitieron una llamada de socorro a la abertura, con la esperanza de atraer a una nave desde el otro lado. Su plan funcionó brillantemente»
Archer & Tucker
 
 
Ll. C. H.
 
 
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