Star Trek: Voyager cogía el testigo tras el final de The Next Generation, narrándonos las peripecias de una nave perdida en el otro
extremo de la galaxia que ha de regresar a casa, enfrentándose a todo tipo de
peligros. La premisa de estar aislados, rodeados de lo desconocido, sin
posibilidad de ayuda y valiéndose por sí misma, era muy interesante. Aun así, y
esta esta es una opinión personal, siempre pensé que la falta de suministros,
equipos o recambios, debería haberse acentuado más. Aunque también reconozco
que esto hubiera sido más cargante. Y a pesar de esta situación complicada, las
historias nunca dejaron de tener un tono de gran optimismo, posiblemente herencia
de The Next Generation, de la que sigue los pasos de episodios
autoconclusivos sin apenas historias arcos que se alarguen en el tiempo. Su
situación genera una dinámica narrativa en la que se iba dejando el espacio
explorado siempre atrás, haciendo que en casi cada capítulo nos presentara una
raza, para no volver a verlas nunca más (salvo algunas excepciones). De manera hay
muchos episodios de: raza alienígena o fenómenos de la semana. Motivo por el
que creo al final su calidad fluctuaba mucho de capítulo a capítulo. Aun así,
tiene muchas historias soberbias. Además, la tripulación no iba a ser
completamente de la Flota Estelar, sino que la parte de ella procedería de los
renegados del Maquis, que habían sido presentados en la séptima temporada deTNG y a partir de la segunda de DS9. Esta idea era de nuevo realmente
interesante, ya que sus orígenes distintos podrían dar pie a puntos de vista
diferentes, pero al final solo se mencionaba de vez en cuando, sin generar demasiadas
controversias, volviendo a la dinámica, creada en TNG, sin conflictos entre ellos.
Incluso, y esa ya es una impresión personal, con una tripulación cerrada de 150
miembros, apenas hay recurrentes, como había ocurrido en Deep Space Nine
y que hubiera dado mucho juego. Por desgracia los guionistas se centraron en
pocos personajes, desarrollando sobre todo al Doctor y Seven of Nine, que,
aunque reconozco que son posiblemente de las mejores personalidades de la saga,
su excesivo protagonismo se me hace exasperante, al ignorar al resto del elenco.
Como siempre: puede contener spoilers.
1 · Living witness (VOY, 4.23)
Posiblemente el mejor capítulo de toda la saga de Star
Trek. Los sucesos históricos siempre los han escrito los vencedores, pero, ¿qué
ocurriría si pudiéramos hablar con un testigo presencial de los sucesos que
marcaron un momento determinado? De eso habla Living witness: de cómo
los hechos pueden ser tergiversados por intereses políticos, sociales o
históricos. Lo que ocurrió durante el paso de la Voyager se ha usado
para moldear un planeta, hasta que el Doctor (bueno, en realidad una copia de
seguridad, a pesar de que nos habían dicho que no había manera de generar
copias…) es activado varios cientos de años de aquellos sucesos. Y obviamente el
Doctor no puede estarse de aclarar lo que realmente ocurrió en su paso por
aquel lugar. Pero como cualquier discusión sobre el pasado, sus declaraciones
son tan polémicas que desencadena una serie de acontecimientos que le harán
convertirse, de nuevo, en parte de la historia. Como curiosidad no dejaremos de
mencionar las divertidas alteraciones malvadas de nuestros protagonistas, tal y
como son recordados, y que son dignas del Universo Espejo. O la propia Voyager,
convertida de una nave de guerra capaz de doblegar al borg.
«Incluso hoy, setecientos años después, todavía
sentimos el impacto del encuentro de la Voyager»
Quarren
2 · Equinox (VOY, 5.26/6.01)
Neelix ya se quejó al principio que si se paraban para
estudiar todos los fenómenos espaciales que encontraban nunca llegaría a casa. Es
el reflejo del tono normalmente optimista de la serie. Pero a veces se cruzaba
el umbral para internarse en la oscuridad. Worst case scenario (VOY,
3.25) con el programa de entrenamiento ante un posible motín Maqui, es un
ejemplo. Endgame (VOY, 7.25/26) con la decisión de la almirante Janeway
de alterar la historia para traer a su gente a casa antes, es otro. Aunque el
más perturbador es el encuentro con la Equinox. La premisa es que otra
nave de la Flota fue llevada al cuadrante Delta por el Caretaker y debido a la
dureza de las circunstancias del viaje de regreso, usaron a seres vivos como
combustible. Hemos de recocer que la nueva nave es más limitada en todos los
aspectos, pero es comprensible entender el cabreo que Janeway tiene al descubrir
que otros de sus iguales han cometido execrable crimen, haciendo, precisamente,
lo que ella no quiso hacer: acortar el viaje perjudicando a otros. La capitana
siempre ha tenido la voluntad de regresar manteniendo íntegra su conciencia,
respetando los principios éticos como brújula moral en su odisea, dándole un
sentido a este. Por eso se detienen en cada anomalía para investigarla, para no
olvidar que son exploradores. Pero los actos de la Equinox rompen ese
esquema, poniéndola, de alguna manera, ante un espejo distorsionado. Y no le
gusta lo que ve. Por otro lado, la actitud de Ramson no es la de un malvado, sino
la de alguien desesperado y sin salida que cometió un crimen, y como vemos al
final del capítulo, decide redimirse.
«Ese hombre traicionó a la Flota. Rompió la Primera
Directriz, deshonró todo en lo que creía, y arrojó la Voyager a los
lobos»
«Kazon, vidiianos, borg, hirogen, malon. Nos hemos
encontrado con nuestra parte de malvados. Ninguno es diferente a Ransom»
«Sí lo es. Lo dijiste tú mismo. Es humano»
Chakotay & Janeway
3 · Dragon’s teeth (VOY, 6.07)
A veces esa raza de la semana, por lo que fuera, puede
parecer muy interesante, como en el caso concreto de los vaadwaurs. Tal vez por
su background de antigua potencia, por haberse enfrentado al borg
(aunque fuera hace 900 años, no creo que fuera menos peligroso), la tecnología
que poseen (el conocimiento de los corredores subespaciales) o simplemente su
maquillaje. Por otro lado, que unos pocos supervivientes de una antigua
civilización, sean tan temidos que aun sus enemigos no descansarán para
derrotarles (aun habiendo transcurrido casi un milenio desde su caída), me
parecen que los hacen unos adversarios dignos de haber sido explorados más a
fondo. Además, el capítulo se inicia con el tipo acto altruista: sacar de una
larga hibernación a un grupo de supervivientes. Para ir poco a poco
descubriendo que estos no son los “tipos buenos” que podrían ayudarles,
resultando aún más peligrosos que aquellos que al principio les habían atacado.
Aunque nunca entenderé la traición de Gedrin a su gente. Supongo que él es ese Deus
ex machina para permitir que nuestros héroes pudieran escapar al final.
«Quería ayudar a revivir una civilización, no empezar
una guerra»
Seven of Nine
4 · Survival instinct (VOY, 6.02)
Los borgs individualizados, con Seven of Nine a la
cabeza, podríamos clasificarlos como uno de los grupos de personajes más
interesantes de la saga. Desde Hugh de I, borg (TNG, 5.23),
pasando por los niños borg o Picard recuperándose de lo que le hicieron hacer
como Locutos. Aquí nos presentan tres zánganos descolectivizados, pero que
siguen unidos, solo entre ellos, escuchándose todo el rato los pensamientos de
los otros. La historia, narrada a modo de flashbacks, nos permite ver a
una Seven aun como borg. Mostrándonos su reacción cuando es desconectada del Colectivo
durante un corto periodo de tiempo. De los cuatro, tres de ellos habían sido
asimilados de mayores y empiezan a recuperar sus recuerdos. Mientras que Anika,
que solo tenía 6 años cuando fue incorporada a la mente colmena, siente miedo
al ser separada de ese Colectivo que es lo único que tiene de referencia. Y
como es habitual, la tragedia no puede escaparse a la historia, ya que, para
los tres zánganos, separarse significará su muerte, pero hacerlo les devolverá
de nuevo a ser individuos, aunque sea por unas pocas semanas. Ahora Seven entiende la importancia de ser uno mismo.
«La supervivencia es insuficiente»
«¿Perdón?»
«Hace ocho años, les forcé a regresar al Colectivo.
No cometeré el mismo error nuevamente. Merecen existir como individuos. Debemos
terminar el vínculo entre ellos»
Seven & el Doctor
5 · Demon (VOY, 4.24) & Course: oblivion
(VOY, 5.18)
Realmente Demon es un capítulo del montón: la Voyager
encuentra una extraña forma de vida, en este caso mimética, que crea unas
réplicas de los miembros de la tripulación. Y no tendría ninguna transcendencia
si no fuera por su continuación Course: oblivion. La idea original era
hacer que las copias biomiméticas llegaran a la Tierra en un capítulo doble.
Pero finalmente fue desechada al socavar todo lo que sucedería cuando la nave
real llegase a casa (si ellos hubieran sabido la verdad…). Al final se
convirtió en palabras de Kenneth Biller: “una tragedia acerca de estas
personas que están luchando por llegar a un acuerdo de quiénes eran y qué
significa su hogar, y tratando de encarnar las imágenes imposibles de estas
personas para las que fueron creadas a semejanza”. Porque Course:
oblivion es una tragedia: al principio nos cuentan una tripulación más
positiva: Tom y B’Elana se casan, una tripulante ha tenido un hijo y han
mejorado los motores que les acorta el viaje a dos años… para poco a poco
socavar esta felicidad con la muerte de B’Elena, descubriendo quienes son
realmente: una copia biomimética. Pero estos personajes tienen los recuerdos,
las motivaciones y las mismas ganas de vivir que los originales. Sus esperanzas
poco a poco van socavándose en un grito agónico para mantener los valores, de
sobrevivir, aunque solo fueran sus cuadernos de bitácora, para desaparecer en
el espacio como si nunca hubieran existido. Su existencia fue efímera,
brillaron más intensamente, pero fueron olvidados, en realidad, nadie supo ni
que existían. Y este drama es lo que les hace grandes, y dignos de no ser
olvidados.
«Recibimos una llamada de socorro a las 0900 horas…
Llegamos a las últimas coordenadas conocidas de la nave a las 2120. La nave
estaba destruida. Causa desconocida. No hay supervivientes»
Capitana Janeway
6 · Distant origin (VOY, 3.23)
Eppur si muove, la apócrifa
frase de Galileo Galilei, que se supone que pronunció después de adjurar de su
versión heliocéntrica del mundo frente a la Santa Inquisición, resume la
persecución que han padecido miles de personas por defender sus creencias y
descubrimientos. Y esto es lo que le ocurre a Forra Gegen, un científico voth
que tiene la teoría que su pueblo evolucionó en un lejano planeta, desde el
cual iniciaron un éxodo que los ha llevado al cuadrante Gamma. Y cuando el
científico ha encontrado la prueba irrefutable de sus teorías: la Voyager
con su tripulación humana, sus dirigentes le coaccionan para silenciarle, ya
que sus descubiertos podrían ser demasiado peligrosos para la estabilidad de su
sociedad. El alegato del juicio por herejía, es Star Trek en estado puro,
haciéndole por derecho propio uno de los mejores episodios de la saga.
«¡No somos inmigrantes! ¡No negaré veinte millones
de años de historia y doctrina, solo porque un saurio insignificante tiene una
teoría!»
Odala
7 · Timeless (VOY, 5.06)
Una mala decisión, un error, y el arrepentimiento por
la muerte de amigos. Eso es lo que tienen Kim y Chakotai en un futuro
alternativo en que ellos sí llegaron a la Tierra, pero en que la Voyager
pereciera con el resto de la tripulación. Siempre he creído que esta historia
se merecía capítulo doble. Esto no ocurrió por elección específica de Brannon
Braga, que quería un capítulo autoconclusivo al estilo de The city on the Edge of forever (ST, 1.28) para el episodio 100 de Voyager. Y la verdad
es que esta decisión me parece demasiado presuntuosa. Primero por la
complejidad de la historia: que, aunque tiene mucho potencial (está entre mis
11 mejores capítulos) no tiene tiempo para desarrollarse al ocurrir demasiadas
cosas. Como explorar el desarrollo tecnológico de curvatura (que parece haber
salida de la nada) y las pruebas para terminar el viaje narrados en forma de flashbacks.
Las consecuencias del accidente en el 2390 en los dos supervivientes: Chakotay
y sobre todo Kim con su frustración. Sin olvidar los esfuerzos de la Flota
Estelar para detenerles, con un capitán Georgi LaForge (de nuestra querida The Next Generation), merecían más metraje. Además, Garrett Wang, como un Kim
demasiado simplón, no es precisamente le mejor actor del elenco, y nunca me
creí su interpretación de duro y cínico. Fuera de ello en palabras de Joe
Menosky: «Es como una historia de viajes en el tiempo postmoderna, porque en
realidad nadie viaja e a través del tiempo. Hay [solo] un mensaje enviado a
través del tiempo». Y como siempre genial el uso del Doctor en la trama y
de Seven, aunque solo veamos su cráneo.
«No soy un experto en viajes en el tiempo, pero ¿no
podemos volver a llamar a la Voyager? El pasado no va a ninguna parte»
El Doctor
8 · Message in a bottle (VOY, 4.14)
El momento en que nuestros héroes advirtieran a la
Flota que aún estaban vivos y en el viaje de regresando a casa debía de ser
espectacular y lo fue. Gracias a una red de comunicaciones alienígena que llega
hasta el cuadrante Alfa, el Doctor es transferido a bordo de otra nave estelar:
la espectacular USS Prometheus. La verdad es que el Doctor,
gracias a que es un ser holográfico será el Deux ex machina para
solventar muchos problemas, resultando ese personaje imprescindible. El
capítulo es divertido y lleno de acción ya que nos muestra como dos hologramas
logran desarticular al comando romulano que se había apoderado de la nave
estelar. Este es un buen ejemplo de lo que parecía que Star Trek estaba
decantándose por hologramas en sus personajes artificiales, como podía ser Vic
Fontaine en Deep Space Nine o Moriarty al principio de The Next Generation y la verdad es que me parece más interesante que los recurrentes
androides.
«¡Doctor, lo hemos logado! ¡Dos hologramas solos,
romulanos a un lado! ¡La Flota Estelar en el otro, alarmas sonando por todas
partes!»
«¡EMH Mark II: recién nacido pero lleno de coraje!»
«¡EMH Mark I: armado con años de experiencia!»
«¡Junto emergen triunfantes!»
EMH Mark II y el Doctor
9 · One small step (VOY, 6.08)
Este es un capítulo realmente enternecedor, ya que
muestra la determinación y el espíritu de exploración más allá de lo debido,
cuando encuentran el Ares IV. Esta fue la primera nave de la Tierra en llegar
a Marte, que desapareó mientras estaba en la órbita con uno de sus tripulantes
a bordo. Trescientos años más tarde la Voyager encuentra su pecio en el
interior de una anomalía subespacial errante, descubriendo que John Kelly, su
pionero piloto, había continuado detallando lo que observaba durante los
siguientes días hasta su muerte. El heroísmo, profesionalidad y ansias de
aprender, aun sabedor de su aciago destino, no deja de ser la semilla de la
determinación que tienen los ocupantes de nuestra nave no solo por regresar a
casa, sino en no perder su esencia y catalogar todo aquello que encuentran. Por
desgracia el argumento comienza con Chakotay como protagonista, para derivar en
Seven cuando este cae herido. Y para mí el protagonista natural hubiera tenido
que ser el primer oficial, que conoce la historia humana (es antropólogo), y
quien a priori tiene más afinidad con lo sucedido. Entiendo que Seven es un
gran personaje, pero en ocasiones, como esta, le dan una preminencia sobre
otros que acaba por eclipsarlos de manera innecesaria. Y como sucede en más de
una ocasión las buenas historias están ligadas a grandes diseños de naves, en
este caso el Ares IV.
«Control de misión… papá… Quien encuentre esto…
Hazme un favor. Toma todos los datos que he recopilado. Dadle un buen uso.
Espero no veas esto como un fracaso. Yo no. En realidad, me arrepiento. Nunca
sabré quien ganó la Serie Mundial. Estoy cansado y no puedo…»
John Kelly
10 · Mortal coil (VOY, 4.12)
Hay personajes que en conjunto no tienen mucho
sentido. Y Neelix puede ser uno de ellos, ¿qué hace un ser un poco esperpéntico
a bordo de una nave estelar? Pero de alguna manera su presencia rompe con los
cánones establecidos para el resto de protagonistas, como contrapunto de tanta
formalidad. Y aunque no siempre bien desarrollado, cuando le cogen el punto
brilla con luz propia. Y Mortal coil es uno de esos momentos. Además,
explora la muerte y nuestras creencias más íntimas sobre los sentidos de la
vida.
«¡No pedí que me trajeras de vuelto!»
«Estabas muerto en ese momento»
Neelix & Seven
11 · The haunting of deck twelve (VOY, 6.25)
Lo mejor del capítulo es que realmente no sabes lo que
ocurrió y si la historia de Neelix son los hechos verídicos o simplemente una
historia de fantasmas. Siempre me gustaron aquellos chavales borg que
rescataron en Collective (VOY, 6.16) y aunque se prodigaron poco, sus
apariciones me parecían interesantes: como la primera feria anual de ciencias
en Child’s play (VOY, 6.19) o la irreverencia que muestran en Ashes
to ashes (VOY, 6.18). Por lo que me decepcionó que se los despacharan al encontraran
a sus familias en Imperfecton (VOY, 7.02), ya que como ocurría con una
falta de tripulantes recurrentes, creo que la Voyager era un buen lugar
para recoger refugiados, como habían hecho con Neelix y Kes. Hubieran podido
dar juego, como sí hizo Icheb, que tan trágico final tuvo en Stardust City Rag (PIC, 1.05). Aunque esta es solo una apreciación personal.
«¿Alguna vez le conté sobre el Salvoxia?»
«Si digo que sí, ¿evitará que cuente la historia?»
Neelix & Tuvok
Seleccionar la lista de estos capítulos no ha sido
fácil, ya que, aunque es una serie con una gran irregularidad en la calidad de
sus guiones, los buenos, realmente son muy buenos. Se nota que el equipo
acumulaba el bagaje de siete temporadas de The Next Generation y
las otras siete de Deep Space Nine (que se filmó paralelamente
durante las cinco primeras de Voyager). Lo que realmente nunca entenderé
es precisamente como tras estas grandes historias, las seguían otras con
argumentos o enfoques de personajes realmente malos. Supongo que la idea de raza
o anomalía espacial por capítulo, dejaba menos margen para desarrollar
argumentos más complejos como sí se permitió en DS9 con sus situaciones y
protagonistas. Dentro de esa categoría de alien/anomalía semanal, Shattered
(VOY, 7.11) lleva el concepto de chip show (aquellos episodios
hechos con referencias y metrajes de otros anteriores) a lo sublime al hacer
viajar a Chakotay y a Janeway a varios momentos temporales de su viaje,
incluyendo el futuro. En Blink of an eye (VOY, 6.12) la nave
queda atrapada en la órbita de un planeta cuyo tiempo corre mucho más rápido
que el del resto del universo, influenciando en la evolución de su sociedad. En
Counterpoint (VOY, 5.10), una historia oscura y sorprendente, al
ayuda a un grupo de refugiados teléparas (y a los de la propia tripulación como
Tuvok) a escapar de los devore, una potencia xenófoga y militarista. Unos
alienígenas someten a la tripulación a una serie de molestos experimentos
médicos en Scientific method (VOY, 4.07) sin que estos lo sepan.
Un ejemplo de que no es bueno molestar a Janeway. Mientras que en Year of
hell (VOY, 4.08/09) la nave se ve involucrada en una serie de
incursiones temporales que cambian la línea temporal en el cuadrante. Demostrando
como los capítulos dobles son magníficas oportunidades para narrar buenas
historias, más desarrollas y complejas.
Aunque he mencionado que la serie transcurría entre
alienígenas y anomalías de la semana, la verdad es que esto es simplista, ya
que explora (y mucho) el alma humana. Tuvix (VOY, 2.24) podría
ser un ejemplo de ello, cuando los personajes más dispares se fusiona por un
fallo del transportador: Neelix y Tuvok. Y el resultado es un mejor cocinero y
un oficial de seguridad más efectivo. Thirty days (VOY, 5.09) nos
relata el motivo de la insubordinación y el castigo de Tom Paris, en una
aproximación menos frívola a este personaje que parecía tomárselo todo a broma.
En Collective (VOY, 6.16) la nave adopta a los cinco únicos
supervivientes de un cubo borg: todos ellos niños. Estos se convertirán en
recurrentes en lo que queda de temporada, desarrollando algunas escenas
realmente divertidas. Otro ejemplo del buen juego que hubieran dado más personajes
recurrentes dentro de la tripulación es Good shepherd (VOY, 6.20),
cuando la capitana se lleva a los tres mimebros más inadaptados en una misión a
bordo de la Delta Flyer. El Doctor resultó una de los mejores de la
serie y la saga, con esa construcción de una personalidad capaz de expandirse
más allá de su programación inicial. En Real life (VOY, 3.22)
este ha creado una familia holográfica idílica para comprobar la importancia que
tiene la familia en sus pacientes. Y el resultado, de lo empalagoso, casi hace
vomitar a B’Elana, que le propone hacer un programa más realista. Así que lo
modifica para tener peleas con su esposa y problemas con sus hijos
adolescentes. Hasta llegar al punto de tener que lidiar con la muerte y la
pérdida.
El lado oscuro también fue explotado en la serie. Al
contrario que con Neelix, tengo la sensación que los guionistas nunca llegaron
a saber muy bien qué hacer con el personaje de Kes. Además de crecer con
rapidez, era telépata y tenía memoria eidética, precognición y telequinesis…
vaya que mejor no meterse con ella. Pero al final quedó alguien más bien
lánguido. Así que, para incluir a Seven of Nine, despacharon a Kes llevándola a
su siguiente grado evolutivo y abandonó la nave. Años después regresaría en Fury
(VOY, 6.23) cabreada y algo confundida. Para mí su mejor capítulo. En The
Voyager conspiracy (VOY, 6.09) Seven cree descubrir que el viaje de la Voyager
al cuadrante Delta tenía como objetivo secuestrarla. Mientras que en Worst
case scenario (VOY, 3.25) podemos ver lo que hubiera ocurrido si los
miembros del Maquis hubieran querido apoderarse de la nave para no seguir con
las normas de la Flota. Pero posiblemente es Nothing human (VOY, 5.08)
la historia más perturbadora de la serie (y por muy poco no entra en los Top11)
cuando para salvar a B’Elana el Doctor ha de acudir a un médico cardassiano que
durante la ocupación de Bajor había estado haciendo horribles experimentos con
bajoranos. Las implicaciones éticas son abrumadoras, pero también la situación
de aislamiento y por tanto la necesidad de salvar, por cualquier medio, a los tripulantes
de la nave. Posiblemente la historia más cercana a la oscuridad de Deep Space Nine en la mucho más optimista Voyager.
Ll. C. H.
Links relacionados: