The vulcan hello &
Battle at the binary stars
Cuidado,
a continuación hay SPOILERS!!
Mi
valoración general de los dos primeros capítulos: The vulcan hello (DIS, 1.01) & Battle at the binary stars (DIS, 1.02) es positiva. Nos han
presentado a los personajes principales y la situación, donde nos han dejado
bien claro quiénes son los buenos y los malos. Lo normal en este tipo de episodios,
además tiene pinta de que en conjunto la serie va a tener mucha acción. Me
gustaría analizar algunos aspectos concretos, que pueden ir variando a medida
que avance la serie.
Los
protagonistas
Solo
nos han presentado a una pequeña parte de estos, faltando por aparecer, entre
otros, al capitán Gabriel Lorca. Y esto es lo bueno de tener una historia arco,
se toman su tiempo para mostrarnos a cada uno de los personajes. Por ahora
conocemos a la que será el centro de la historia: la primer oficial Michael
Burnham, que es una mezcla entre humana y vulcana (por educación y psique que
es lo que los griegos designaban como fuerza vital). Valiente y osada, algo
temperamental, pero no deja de ser humana, justamente lo curioso. Habíamos
visto a un Spock intentado no reconocer su parte humana, ahora tenemos una
humana intentando ser vulcana. Así se evita tener a un vulcano ente las razas
de los protagonistas, sin que nos olvidemos de estos.
El
oficial científico Saru, es de la nueva especie llamada kelpien, y por ahora es
el mejor de todos, tal vez por su innovación y porque es un completo misterio.
Tanto como raza escéptica y con ese sentido de autoconservación tan arraigado.
Como me han comentado, está bien que haya un personaje que sienta miedo y lo
diga sin tapujos y no tanta testosterona, que a veces llega a ser irreal. Solo
diré que… quiero más de Saru y los kelpien.
La
capitana Philippa Georgiou, que aparece en los créditos como especial estrella
invitada, me gustó, sobre todo su humor irónico e incisivo, junto su actitud
paternal hacia los suyos. Espero que la rescaten de alguna manera en el futuro.
Sarek
siempre tuvo predilección por los humanos. Una vez me comentaron que se había
casado y tenido un hijo con una terrestre como demostración que ambas especies
eran iguales, dignos de respeto para con los vulcanos y que él era el primero
en crear puentes entre las dos razas. Esa actitud por tanto coincide con su
comportamiento con Burnham, con la que además compartió una unión mental y su
katra. Algo que nunca podrá tener con su hijo Spock, por lo menos hasta el
capítulo Unification II (TNG, 5.08) cuando este se una a la mente de
Picard, que estuvo unida a la de su padre unos años atrás en Sarek (TNG, 3.23). Y me gusta y me
parece acertada su inclusión en la historia, ya que espero que pueda servir
para traer, en futuras temporadas, a su hijo Spock. Tal vez en el mismo Zachary
Quinto, al que recordaremos como Sylar en Heroes
o como fantasma en la primera temporada de American
Horror History. No lo veo muy descabellado, la verdad, pero no deja de ser
una mera ilusión.
Los klingons
La
verdad es que solo se me ocurre una cosa: ¿otra vez? Su elección como villanos
se habrá hecho por la miríada de fans que tienen y que forman parte de la
iconografía de este universo como la civilización antagónica de la Federación. Pero confieso, y es una
opinión completamente personal, que me cansan. Los tuvimos en la clásica como
villanos y según el capitán Kirk en Errand
of mercy (ST, 1.27) eran: “Una
dictadura militar, la guerra es su forma de vida, su vida bajo su mandato sería
muy desagradable. (…) He podido ver lo que los klingons hacen al invadir un
planeta. Lo organizan como enormes campos de trabajo, la libertad no existe y
confiscan todos los bienes. Toman rehenes para asesinarlos y a sus líderes los
encierran”. En el siglo XXIV y con el spin-off de TNG sufrieron una transformación en una cultura de guerreros honorables
que veneraba las tradiciones. Un de su especie, Worf, era parte del elenco de
personajes principales de las nuevas aventuras de la USS Enterprise-D, de manera que era necesario edulcorar esta raza y
hacerla más políticamente correcta. En DS9 el Imperio irrumpió como parte de la
trama del Dominion y con ellos se recuperó a Worf. Algo que sinceramente nunca
creí necesario, aunque supongo que sí lo demandaban las audiencias. En Voyager
volvimos a tener a B’Elana Torres, medio klingon, entre su oficialidad. Lo
bueno era que ella no le agradaba su lado alienígena y fuera de ser un
personaje fuerte y algo irascible su linaje apareció poco. Y finalmente en la
anterior precuela que fue Enteprise
los klingons aparecieron como una raza más en esa galaxia que la Tierra estaba
empezando a explorar. Es decir, que hemos tenido más klingons que ninguna otra
raza de la galaxia.
Su
actitud en cambio sí es muy klingon. Una mezcla de honor con lo que nos tenían
acostumbrados en el siglo XXIV, pero con la maldad que describe la clásica. Y
vaticina que serán unos adversarios muy difíciles de batir, por lo menos hasta
que se encuentren con los organianos. Pero, esa, es otra historia. Interesantes
son los detalles que nos facilitan como que el Alto Consejo está formado por 24
Grandes Casas y que estas estaban en disputa, por lo menos, durante la primera
parte del siglo XIII. Mientras veía el capítulo no podía olvidar otro: Heart of glory (TNG, 1.20) donde los
rebeldes Korris y Konmel mencionan lo contrario de lo que aquí ocurre: que el
cuerpo de un guerrero muerto es una carcasa vacía, una clara declaración que su
cultura es pragmática y práctica. Claro que esos acontecimientos transcurren un
siglo después de la Batalla de la Estrella Binaria de la Flota Negra al mando de T’Kuvma. Además en la Tierra no todos los
pueblos tienen las mismas tradiciones, ¿por qué tendría que ser así en unos
alienígenas? Una parte de su cultura sí podría mantener esa costumbre de
guardar a sus muertos para que luchen eternamente con sus descendientes y otra
considerar los cadáveres meros recipientes.
Curioso
es el tiempo en que no han tenido contacto las dos potencias, algo más normal
en los romulanos, que sí son dados al aislacionismo. Además su naturaleza
expansiva contrasta con ese “aislamiento”, incluso en un periodo de tensiones y
luchas internas, precisamente lo que Archer quiso evitar en Broken Bow (ENT, 1.01/02). En ese mismo
viaje se indicó que Qo’noS se encuentra a 90 años luz del sistema Solar,
exactamente a cuatro días a factor de curvatura 4.5. Y
aunque avancé que su aspecto no era
lo que más me preocupaba, tengo que confesar que su cresta más tradicional y
sobre todo esas melenas que me traían a partir de TNG, me han faltado y las he
echado de menos. Francamente, lo que me hubiera gustado es ver a esta raza en
un papel menos predominante (por lo menos por lo que parece por ahora), algo
como su participación en Enteprise,
más esporádica, sin ser los villanos estrella. Hubiera preferido que estos
hubiera sido otra nueva civilización, para así poder irlos descubriéndola poco
a poco. Además esto hubiera podido atraer a espectadores nuevos, que junto al
resto (y a los mismo protagonistas) fuéramos explorando su civilización desde
cero, como hicimos con los xindi en la tercera temporada de Enterprise o el
Dominion para DS9. Esta alternativa hubiera permitido además, desarrollar
nuevas ideas y no solo usar las ya vistas y expandirlas. Además si querían
innovar en maquillaje: ¿por qué no crear algo de cero en vez de moldear un
nuevo cambio en una raza tan conocida y reconocible? Tengo la sensación que no
han querido jugársela y han apostado por algo seguro en los villanos: los
klingons.
Las naves
El
diseño de la USS Shenzhou me gusta.
No tiene nada que ver con la clásica, pero tampoco esperaba las líneas simples
y limpias de la Constitution de Kirk.
Además cuenta con detalles interesantes en el casco, como las franjas de color
rojo y el número de serie grande y en los costados, así como un disco deflector
principal de navegación. Las barquillas de curvatura tal vez sea lo peor al perder la forma tubular, recordándome
más a las que obtuvo la Enteprise
tras su actualización del 2271. El
resto de naves de la Flota Estelar han seguido el mismo esquema, así que se ha
perdido (por ahora) la idea de ir mezclando líneas, y no he podido ver ninguna
nave similar al diseño de la Constitution
de los 5 años de misión de Kirk, algo que había comentado que quería ver.
La
nave sarcófago me agrada, es rara, diferente, y como algo arcaico me atrae como
concepto. Como si hubiera llegado desde un pasado remoto, sacado más de las
leyendas que de la tecnología práctica que nos tenían acostumbrados esta raza.
Su aspecto además, como una catedral gótica recargada, es una idea muy
interesante. No puedo decir lo mismo del resto de naves que vemos en la batalla,
ya que rompen la dinámica evolutiva que habían tenido. Ejemplos son los pájaros de presa, al que vimos en el siglo XXII y su sucesor la clase B’rel
(ya estancado hasta el siglo XXIV). O los cruceros de batalla, empezando por el
D5, pasando por el D7 de la clásica
(y su directo descendiente la clase K’T’Inga),
hasta el Vor’cha de TNG. Ahora sus diseños, aunque mantienen formas y
aspecto de pájaros, son muy diferentes, demasiado a lo que estamos
acostumbrados. Esta ruptura bien puede estar en sintonía con el cambio de
aspecto (si se cambia algo fundamental como es el maquillaje, ya puestos,
cambiemos también las naves). En sí no me desagradan, lo que no me convence es
la diferencia con lo que hasta entonces nos habían mostrado. Y desentona
teniendo en cuenta que sí se ha mantenido la misma estética en las naves de la
Flota Estelar.
Mi valoración
En
principio me ha gustado, pero quiero esperarme a ver más que el capítulo
piloto. Los personajes me parecen interesantes, y el diseño de producción
acorde a crear su propio sello visual dentro de la saga (aunque espero
referencias al resto de las series). Por suerte y deleite de estas ha habido,
como la colonia andoriana de Gamma Idra, o las naves USS Shran y USS T’Plana Hath,
una el comandante Andoriano aliado de Archer (e interpretado por el magnífico
Jeffrey Combs) y la nave vulcana que llegó a Montana tras detectar al Phoenix
de Zefran Cochrane atravesar la barrera de curvatura, respectivamente. Las
culturas klingons y vulcanas están bien recuperadas y se mencionan elementos ya
conocidos como el grito para anunciar a Sto-vo-kor la llegada de un guerrero que
acaba de morir, o el katra que vimos con la conciencia de Spock trasferida a
McCoy en ST III: The search of Spock
y en la trilogía del Incidente de Babel de Enterprise.
Para
finalizar solo recordar que no podemos juzgar algo por lo que nos habíamos
imaginado. Yo soy muy dado a seleccionar lo que me gusta y lo que no lo obvio
(siempre diré que los capítulos finales Endgame
(VOY, 7.25) o These are the voyages…
(ENT, 4.22) no existen, por lo malos que me parecen). Pero las series se
han de juzgar, reseñar y valorar por lo que vemos en pantalla, no por lo que
nos hubiera gustado que fueran.
Ll. C. H.
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