miércoles, 25 de enero de 2017

Crossover Star Trek - Star Wars. Extras

Cerrando el círculo

Si habéis llegado hasta aquí, fieles lectores, os agradezco vuestra paciencia y os pido disculpas por los errores y fallos en los que haya incurrido. Y sobre todo espero que os haya gustado esta historia que he compartido con vosotros. Mi intención era unir dos de los universos de ficción que más me apasionan y bueno empecé a escribir esta historia hace mucho… mucho tiempo, así que ha ido cambiando algunos elementos y sobre todo añadiendo otros, completando escenas y conceptos. En ocasiones las ideas originales las escribí y fueron descartadas por diversos motivos. Y quería compartirlas con vosotros en este post, así que las incluyo más abajo, como si fuera un extra en la edición especial de una de esas sagas preferidas. También pensé algunas tramas que no se incluyeron, la que siempre he tenido ganas de escribir era un carrera, como en el episodio Drive (VOY, 7.03), en el que participara la tripulación de la Voyager, la Enterprise-E, la Defiant, rebeldes, romulanos, klingons y otras razas. Al final la idea hubiera roto el ritmo de los últimos capítulos y por eso no fue desarrollada. Quién sabe si algún día me animo.

Como alguna lectora ya me ha comentado, el relato está lleno de referencias y pequeños homenajes. Estas referencias cruzadas las he escrito porque creo que es una manera de profundizar más en los universos que tanto apreciamos y me permite rescatar algunos elementos. Planetas o personajes que me gustaron o simplemente por no inventarme algo que al recuperarlo puede enriquecer mi historia con una referencia más. Su identificación es fácil, ya que los marqué con un link a su página en Memory Alpha o Memory Beta, en el caso que estos fueran originarios de los libros y cómics editados con licencia. Menos menciones al universo de Star Wars en lo que se refiere a personajes, muy posiblemente porque no suelen gustarme los desarrollos que tienen, quería que no fueran tan planos como me parecen. Aun así la presencia del Emperador Palpatine, Darth Vader o el gran moff Tarkin creo que se siente en toda la historia. También hay una referencia cruzada a otro relato anterior, publicado en el mismo blog, de manera que los personajes de Patrick DeLorean y Tabor Laan, aparecidos en el capítulo 9 (tercera parte), eran los protagonistas de la historia del USS White Wolf.

Una historia en la que he querido cerrar el círculo de lo que había transcurrido en el universo de Star Trek una vez iniciado el relato. Este empieza entre el episodio Extreme measures (DS9, 7.23) y The dogs of war (DS9, 7.24) de Deep Space Nine, de manera que su desenlace, así como las dos temporadas de Voyager y la película de Nemesis transcurren durante los hechos aquí narrados. He intentado que la mayoría de estos sucesos en la línea temporal, conocida por todos, también ocurrieran aquí. De manera que no es una mera coincidencia que el primer y último capítulos del relato: Los perros de la guerra y Lo que dejamos atrás tengan los mismos nombres que el penúltimo y último episodio de DS9: The dogs of war (DS9, 7.24) y What you leave behind (DS9, 7.25/26), respectivamente. Así Sisko recibe la visita de los Profetas que le advierten de la intención de Dukat de liberar a los pah-wraith. De manera que toda la trama de Lepira y la influencia de las criaturas del agujero de gusano hacia Vantorel, estaba ideada para que el Emisario empezara su tarea, tal y como le dice Sarah a su hijo en la serie.

El resto de personajes de DS9 tienen el mismo destino: Garak regresa por fin de su exilio a Cardassia Prime, Damar muere en el ataque a la comandancia central y Odo regresa a la Gran Unión para curarla, entendiendo que al ser más poderosos todos juntos, han logrado sobrevivir más tiempo enfermos de lo que lo hacen en la serie. Desgraciadamente la invasión del Imperio impide que la líder del Dominion sea curada por Odo y muere por culpa de la enfermedad inoculada por la Sección 31. Mientras que Weyoun, uno de mis villanos preferidos, logra sobrevivir al unirse a la Federación y someterse a las órdenes de Odo, el único Fundador conocido en los cuadrantes Alfa y Beta, haciendo realidad la visión del clon que había tenido un fallo: Weyoun 6 que conocimos en Treachery, faith and the Great River (DS9, 7.06).

Los sucesos de Star Trek Nemesis me llevaron a construir toda la trama romulana del capítulo titulado El juego romulano. Shinzon, como líder de los remanos se alía con el Imperio contra sus antiguos amos y obviamente necesita a Picard para sobrevivir. Tal vez la vicefalia del Imperio Romulano entre el Senado y el Comité Continuo queda algo extraña, en su momento me pareció la manera de crear bandos entre los líderes romulanos. Mientras que la inclusión a los unificadores además lograba hilvanar un puente con Spock, que lo último que sabíamos de él era que estaba con sus primos. Según el guión de Nemesis la doctora Crusher era destinada al departamento médico, así que en esta historia recogemos ese pequeño detalle. Y claro está, Data no muere heroicamente, pero como su conciencia era transferida a B-4 y realmente no moría, tampoco importa. La incorporación de su hermano fue una de las últimas modificaciones a la historia durante el proceso de publicación del relato, pero me pareció interesante mencionarle y que esté en poder de un genio que puede educarlo como si hubiera sido el propio Data.

Finalmente con la tecnología de hiperespacio permite a nuestro Reginald Barclay poder ir en busca de la Voyager, sirviéndome como base la trama del episodio Pathfinder (VOY, 6.10) y su obsesión de la nave perdida. De esa manera el regreso de Janeway y su tripulación se adelanta un año a la serie, justo este los episodios de Unimatrix Zero II (VOY, 7.01) e Imperfection (VOY, 7.02). Mientras que en su subsiguiente viaje y tras el acuerdo descrito con los hirogen podemos confirmar que los sucesos narrados en Flesh and blood (VOY, 7.09/10). Sí quise ascender a Kim, porque tras 6 años siendo oficial de puente y haber muerto varias veces, se lo merecía. Y todos los chavales borg aún permanecen a bordo de la nave. Como Seven vive, es de suponer que lo ocurrido en Imperfection (VOY, 7.02) también ha sucedió al mismo tiempo que este relato.

Si he de nombrar a algún personaje cuya evolución estoy más satisfecho sería Lwaxana Troi, con el que he disfrutado mostrándola como alguien duro y pragmático y creo que no desvirtúa lo visto en la serie, sino que hace al personaje con matices más interesante. También he disfrutado con la historia de Nueva Fabrina, con la que quería mostrar lo que habría sucedido en un planeta de la Federación invadido. Para desarrollar a los fabrini, que vimos en Fort he world is hollow and I have touched the sky (ST, 3.10), uno de los capítulos que más me gustan de la clásica, he usado información de la novela Ex Machina, de Christopher L. Bennett. Además les he dotado de unas marcas en la piel, al estilo trill, para diferenciarles un poco del resto de razas humanoides de la clásica y las imágenes del planeta son reutilizaciones de un mundo visto en la película Jupiter ascending (2015), para el que se habían basado en Bilbao.

Las imágenes que han acompañado el relato están para amenizar la dureza del texto y ubicar al lector en la escena que desarrollaba. Espero que os hayan gustado. Las utilicé como apoyo, y en ocasiones usando otros universos. Solo pido vuestra indulgencia.

Pendiente queda relatar la historia de una nave estelar que inicie la resistencia contra el Imperio sin estar en contacto con el Operativo Omega. La idea está sembrada en el relato y algún día me gustaría completar los sucesos a bordo del USS Zhukov, que ha sido mencionada en varias veces. Pero por ahora lo próximo que publicaré es el relato del USS Spirit, la nave que la princesa Leia menciona en el capítulo 9 (segunda parte) y que fue escrita con la idea de mostrar lo que pasaría (bajo mi punto de vista) si una nave de la Federación hubiera llegado a la galaxia del universo de Star Wars. Después publicaré una serie de por lo menos cuatro relatos bajo el título del “Jedi perdido”, donde encontraremos algunos personajes del Crossover Star Trek – Star Wars, como Zahn, el almirante Vantorel y el capitán Valorum, entre otros.


Espero que os haya gustado. Y sobre todo, no dudéis en hacerme llegar vuestros comentarios.

  
Escenas extras.

· El Imperio Galáctico conoce a la Federación y al resto de potencias, hace años que el ubictorado la estudia, que les observa y prepara una invasión. ¿Pero cómo la conocieron? Corre el año 2366 (la tercera temporada de The Next Generation) y una vieja nave de la Armada Imperial, el transporte Aclat ha sufrido un accedente en su hiperpropulsor, que le lanza a una velocidad vertiginosa a millones de años luz de distancia. A una galaxia lejana. En el capítulo 3 (primera parte) se menciona que el USS Coventry envió una imagen de una nave no identificada durante el proceso de primer contacto.


Sector 73621

Diario de a bordo. (USS Coventry NCC-21160/18644)
Fecha Estelar: 43832.3 (2366; 3ª tem. TNG)
            Ha llegado la etapa final de la última misión de la Coventry, en la que junto al USS Yamaguchi hemos participado en la instalación de una colonia en Beta Yioin III. Ahora solo queda el viaje hacia al depósito naval Z-15 de Qualor II, donde mi nave será decomisionada, permaneciendo allí hasta que se decida su desguace. No teníamos prisa, así que alargamos nuestra estancia una semana antes de partir, la verdad es que me entristece cambiar.
            He sido su capitán durante los últimos ocho años y esta veterana Miranda me ha dado muchos gratos recuerdos. Sé que la USS Bellerophon es una buena nave y más grande, pero creo que no será como en la Coventry, aunque por suerte conservaré a casi toda mi oficialidad. El ascenso a capitán de mi número uno me alegra, y aunque el USS Buran sea pequeña, yo también empecé por una nave modesta y ahora me cuesta dejarla atrás. Por otro lado el comandante Mayer es muy capaz de ser mi primer oficial a bordo de la Bellerophon.
            Los alféreces Uota, Damian Tell y Laura Domínguez han sido ascendidos a teniente por méritos.
            Final de anotación.


            La capitana Gwynyth Woronicz se acomodó en su sillón y miró a su alrededor. Hacía ocho años que se sentaba en aquel despacho, donde había pasado muchos buenos ratos, como las largas conversaciones con Sarah después de cenar. Claro que su cabina había sido testigo de otros mejores momentos. Para su última misión se había retirado la mayoría de los equipos de la Coventry, así como la tripulación no esencial, para su misión de colonización. Lo que había dado más espacio para colonos y sobre todo para la cantidad de suministros que un asentamiento de cinco mil grazerites necesitaba. Aquellas semanas se le habían hecho más cortas y menos tristes al trabajar codo con codo con aquella pacífica y educada, sencillos granjeros que con canciones animaban la construcción de sus casas y de las zonas comunes de su nuevo hogar.
            – Capitán, le necesitamos en el puente – le interrumpió la voz de su primer oficial.
            – Ahora voy – replicó levantándose, salió al pasillo y desde allí entró en el puente.
            » ¿Qué sucede, número uno? – preguntó Woronicz al cruzar la puerta.
            – Hemos detectado una nave en nuestra ruta – explicó este.
            – ¿Algún problema? – preguntó sentándose en la silla de mando.
            – No responde a nuestras llamadas, capitán.
            – ¿Estamos en alcance visual?
            – Acabamos de entrar – respondió este pasando la imagen a la pantalla. Su aspecto era extraño y Woronicz no recordaba haberlo visto nunca. Era triangular, con un casco macizo y en la popa se alzaba una de torre de mando. Ciertamente imponente –. No aparece en ningún archivo. No está catalogada.
            – Parece que esta misión se ha puesto interesante por momentos – dijo la capitana con una media sonrisa –. Envíe un mensaje a la Flota. Hemos encontrado una nave desconocida y procedemos a realizar un primer contacto. Adjunte la lectura de los sensores. ¿Está armada?
            – Sí. Detectamos por lo menos una treintena de puntos de fuego – informó Mayer desde la consola científica.
            – Será mejor no ponerles nerviosos – dijo la capitana –. Pero estén preparados.
            » Abra todas las frecuencias – ordenó con seguridad –. Aquí la capitana Gwynyth Woronicz, de la nave estelar Coventry de la Federación Unida de Planetas, a nave de origen desconocido. Nuestras intenciones sin pacíficas. Somos exploradores en busca de nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones. Contesten por favor.
            – Nada capitán – dijo su primer oficial tras unos segundos de espera.
            – Continuemos acercándonos y repita el mensaje – ordenó Woronicz sin apartar la vista de la pantalla central. Según sus cálculos esa nave medía unos 754 metros de largo, por 460 de ancho en su parte más alargada. Intentaba buscar algo que la hiciera recordar alguna otra, pero no había nada. Por su configuración debía de ser poderosa: tenía unos grandes motores que a su juicio ocupaban gran parte del interior del casco. No detectaba barquillas, ni una tecnología equivalente a la curvatura, por lo menos no en la configuración que ella conocía. Tampoco tenía el aspecto de las naves cúbicas del borg, detectadas un año antes por la Enterprise-D cerca del sistema J-25 y que tanta alarma habían causado.
            – Nos estamos acercando – informó el teniente Domínguez desde la posición del piloto.
            – Velocidad de impulso. Pónganos a treinta mil kilómetros – ordenó Woronicz pensando en el radio de acción de transportador.
            La pequeña nave de la clase Miranda desaceleró de más allá de la velocidad de la luz y despacio se acercó frontalmente hacia aquella extraña nave.
            – Recibimos contestación… – indicó Mayer –. El traductor universal está procesando. No está en sus bancos de memoria. Tardará un poco, señora.
            – Bien. Ya es algo.
            – ¡Están activando las armas y alzando escudos! – gritó entonces el número uno.
            – ¡Alerta roja, estaciones de batalla! – reaccionó Woronicz viendo como desde aquella nave empezaban a disparar contra la Coventry.
            En aquel momento el ordenador acababa de traducir el mensaje: Destructor del Imperio Galáctico Aclat a nave desconocida. Prepárense para ser abordados en nombre del Emperador Palpatine y el Nuevo Orden.


· La Lokonor y su capitán son presentados en el capítulo 6 (tercera parte), con su nave recién reparada tras los daños sufridos durante la invasión. Escribí una escena para explicar las circunstancias del ataque sufrido, aunque ya con la idea es este apartado de Extras. Como la escena está situada en el primer capítulo, que estaba escrito específicamente desde el punto de vista del universo de Star Trek, era imposible mostrar lo sucedido a la Lokonor.


Romulus

            La pequeña flota salió del hiperespacio al borde del sistema. Estaba formada por dos cruceros Strike, cuatro fragatas de asalto y otra nave de forma redonda de mil novecientos metros de diámetro. Inmediatamente después las naves se desplegaron alrededor de la esfera que se detuvo.
            – Comunique al Conqueror que estamos en posición – indicó el almirante Griff desde el puente de la Armored, la única de las seis esferas de torpedos que tenía el Imperio desplegada en aquella operación en los Nuevos Territorios.
            – El Gran Almirante Gorden le saluda e indica que permanezca en la posición actual a la espera de órdenes, señor – le respondió poco después el oficial de guardia.
            Griff asintió y se quedó observando en silencio la pantalla de situación donde se mostraba el desarrollo de la batalla por el corazón del Imperio Romulano y por lo que parecía habían llegado demasiado pronto. Aun así la batalla ya parecía estar decidida: las fuerzas romulanas habían sido apartadas de la órbita de Romulus y estaban siendo arrinconándolas entre Remus y la mole del superdestructor. Pero no solo allí se combatía, todo el grupo de batalla de Gorden estaba desplegado por el sistema y daba caza a todas las naves que intentaban salir de él. Cargueros, lanzaderas o naves de la armada romulana eran perseguidas por pequeños grupos de caza, formados por una nave armada con cañones de iones y otras más pequeñas, que acababan, ya indefensas, con ellas. Mientras que fuerzas autóctonas remanas se habían unido también a la batalla en contra de sus antiguos amos.
            – Una nave camuflada se aproxima a nuestro sector a toda velocidad – informó el oficial de guardia –. Es un pájaro de guerra, clase D'deridex.
            – Que la Lokonor, lo intercepte – ordenó Griff.
            Segundos después una de las fragatas rompía la formación en el flanco de la esfera de torpedos. El D'deridex aceleró al salir del pozo gravitacional y entró en la velocidad de curvatura justo cuando los cañones iónicos del Lokonor abrían fuego sobre la posición de la nave oculta atravesando el vacío del espacio.
            Aun así el oficial al mando de la fragata no se desesperó, informó a la Armored que iniciaba la persecución de la nave romulana. Cuando Griff lo autorizó, el capitán Banzar ordenó a su navegante que trazara un rumbo de interceptación, mientras el responsable de astrogración iniciaba los cálculos para un salto para colocarse en medio de la trayectoria del pájaro de guerra.
            Aquel día la misión de su nave estaba clasificada como nave de escolta y piquete, lo que significaba que tenía que impedir que cualquier nave pudiera escapar del bloqueo. Si esta lograba alcanzar la velocidad de curvatura, la Lokonor saltaría al hiperespacio dentro del rumbo en que los sensores subespaciales, más un mayor alcance y resolución, marcaban la ruta de la nave perseguida. Volverían al espacio normal y obligarían a esta a desacelerar para cazarla. Los cálculos del salto fueron repasados tanto por el ordenador de a bordo, como por una unidad astrométrica R1 modificada especialmente para aquella operación.
            – Todo está preparado – informó el oficial ejecutivo y Banzar asintió. Segundos después el espacio normal que veía a través de los ventanales se convirtió en un remolino de colores. Apenas unos instantes después las estrellas volvían a aparecer frente a los ojos de Banzar.
            – ¿Hay señales de la nave que perseguimos?
            – Acaba de entrar en nuestros sensores – indicó el oficial artillero.
            – Disparen cuando estén listos.
            En las pantallas tácticas la nave romulana se acercaba con gran rapidez y cuando se encontraba en el radio de medio año luz, desde la Lokonor dispararon una andanada de pequeños proyectiles isolíticos que se dispersaron en abanico. Segundos después detonaban distorsionando el subespacio en una gran área. Cualquier nave que en aquel momento estuviera viajando a velocidad de curvatura saldría irremediablemente al espacio real. Como así sucedió.
            El T’met estaba al mando del subcomandante Almak y su tripulación pertenecía al Tal Shiar, veterana de peligrosas misiones, como el intento de captura del prototipo de la clase Prometheus de la Flota Estelar y de otros combates contra el jem’hadar y los klingons. Cuando fue obligado a salir del subespacio este se acomodó en su sillón de mando y observó con detenimiento la nave que tenía delante. Era más pequeña que su D'deridex, aun así tenía una impresionante poder de fuego con sus cincuenta puestos de artillería que sus sensores detectaban.
            Almak ordenó acelerar y envestir a su enemigo mientras abría fuego con sus cañones disruptores y disparaba los torpedos de plasma a discreción. Los primeros impactos alcanzaron a la Lokonor, aunque esta no dudó en devolver aquel fuego desesperado con todas las baterías turbolásers y los cañones de iones de que disponía mientras realizaba maniobras de evasión para escapar de la envestida. Alcanzado de lleno por las descargas de iones, los escudos de la nave de Almak se desplomaron y su reactor y la mayoría de los sistemas se fundieron. Aun así el impulso que había tomado el pájaro de guerra no cesó y el Lokonor no pudo evitar la colisión. El ala curva que abrazaba la barquilla de curvatura alcanzó de lleno toda la superestructura inferior de proa de la fragata imperial, mientras que la parte inferior del casco de mando se llevó por delante el alerón dorsal inferior y con él uno de sus motores. El tremendo impacto lanzó por los aires a la tripulación de ambas naves, mientras que las consolas estallaban, los mamparos cedían y las alarmas de colisión resonaban por pasillos y salas.
            Impulsados por la inercia las dos naves heridas se alejaron. Los disparos anteriores al choque también habían dañado a los dos adversarios, aun así la suerte había sido echada.
            – ¡Informe de daños! – gritó Banzar al incorporarse del suelo.
            – Múltiples daños en todos los sistemas, hemos perdido la aleta dorsal inferior y sus motores. El reactor principal ha activado la parada automática y estamos tan solo con la energía auxiliar – informó su primer oficial –. Tenemos una grieta en el casco en las cubiertas ocho a diez en babor. No tenemos escudos ni potencia de ninguna clase en babor.
            – ¿Y los romulanos?
            – Recibieron impactos directos de iones y turboláser, están varados en el espacio, sin energía – contestó su oficial de armamento.
            – ¿Funcionan los turbolásers de estribor?
            – Solo con la energía de reserva. Cuatro disparos por batería.
            – ¿Podemos maniobrar?
            – Solo con los impulsores de posición.
            – ¡Hágalo! Que todas las armas apunten a ese bastardo.
            Lentamente la Lokonor viró en un lento giro de ciento ochenta grados para colocarse en posición de disparo con sus baterías turboláser de estribor, aun intactas. A bordo del D'deridex, en el que apenas quedaba energía para el soporte vital Almak observaba en el puente como su enemigo giraba para darle el tiro de gracia a través de una pantalla teñida por las interferencia. Uno de los disparos de iones había alcanzado de lleno al reactor principal y habían estado a un segundo de que se produjera una reacción incontrolada. Pero eso ya no importaba. Todo había transcurrido como el oficial del tal’shiar tenía previsto. A bordo solo había una tripulación mínima y voluntaria.
            Aquella maniobra de persecución y caza utilizando proyectiles que distorsionaban del subespacio ya había sido observada en otros lugares y Almak contaba con que ahora se repitiera. Como así había sido. Viajando junto al T’met se encontraba el Soterus bajo el mando del comandante Suran, las dos naves habían atravesado el bloqueo imperial muy juntas, por lo que estos habrían detectado su firma de taquiones, enviado una nave para interceptarles. Pero la Soterus se había desviado justo después de sobrepasar el piquete enemigo, mientras que la T’met habían seguido la misma trayectoria. Poco después las armas isolyticas les habían hecho salir del subespacio para caer frente a la Lokonor. Ahora el Comité Continuo estaba a salvo. Y lo que era más importante y en lo que pensaba Almak mientras miraba a sus burlados enemigos: sus hijos habían sido evacuados de Romulus el día anterior con su madre. Estaban a salvo y eso era lo único que le importaba. Aun pensaba en ellos cuando por fin la nave de Banzar se colocó en la posición idónea para disparar, aunque este no podía oír como el comandante romulano reía a carcajadas, pensando en quien reía el último, reía mejor. Banzar observaba como el D'deridex romulano se desintegraba y pensaba en los valerosa y estúpida que había sido su tripulación, que había estado a punto de enviar al infierno con su desesperada envestida. Aunque en el fondo, Banzar seguramente hubiera hecho lo mismo.
            En el mismo instante en que Almak moría, la Armored se acercaba a Romulus y se colocaba en órbita. Poco después abría fuego con sus quinientos tubos de torpedos de protones contra el escudo que protegía el planeta. Cuando este hubo cedido y acompañado por un buen número de naves imperiales, empezó un devastador bombardeo sobre las ciudades y los pueblos de Romulus.
            El día en que Almak había hecho su jugada maestra, millones de seres perdieron la vida. Muchos otros la perderían en los siguientes meses.


Al final del relato Banzar se rendiría y desertaría a las fuerzas de la Alianza para Restaurar la República. Aun así el texto original indicaba que el capitán de la Flota Estelar que hablaba en su nombre en el juicio, claramente amañado, era nuestro andoriano Deilog del USS Lagranje. Pero para la liberación de Bolarus en el capítulo 11 (primera parte) pensé en usar un personaje que ya hubiera aparecido antes, así que finalmente el defensor de Banzar fue el capitán Grumby, del USS Minnow. Esta nave y su comandante aparece en los okudagramas de Conspiracy (TNG, 1.25). En la escena final original Deilog hablaban del futuro y se insinuaba que el andoriano había empezado una relación con T’Mira. Recordemos que Banzar ya había degustado la gastronomía española.


            – Aunque he pedido el traslado a un puesto permanente en Vulcano.
            – Vulcano, no le veo en un mundo tan cálido – respondió Banzar, que conocía bien aquella galaxia y su historia.
            – Todo planeta tiene sus encantos. ¿Y usted que hará al regresar a su galaxia?
            – He sabido que Bakura, mi planeta natal, ya no forma parte del Imperio y ha firmado un acuerdo con la Alianza. Enviaré a mi familia un mensaje informándoles que ahora soy también soy oficial de la Nueva República y en cuanto mis nuevas obligaciones me dejen, iré a visitarles.
            – ¿Se arrepiente de haber desertado?
            – No – respondió rotundo Banzar –. Tal vez de no haberlo hecho antes. Pero en la vida todo tiene su momento.
            – ¿Le gustaría cenar esta noche conmigo? – le preguntó Deilog.
            – Será un placer capitán. En mi anterior estancia conocí un restaurante Segovia. Era excelente. ¿Le gusta la comida terrestre?
            – La comida de los pieles rosas siempre me pareció muy peculiar.


· Wesley Crusher tiene un pequeño, pero significativo papel en la historia y pretendía escribir más sobre él. Finalmente no fue posible, aunque quería poner una escena que explicara quién era Sarah Albert. Esta era prima de Joshua Albert, amigo de Wesley en el escuadrón Nova de la Academia, en cuyo accidente murió y que sus compañeros intentaron ocultar, encabezados por Locarno, sucesos acaecidos en The first duty (TNG, 5.19). Pretendía ser parte de un romance entre los dos, pero no hubo espacio para incluirlo, ya que rompería la dinámica de los últimos capítulos.


USS Pretorian

            – ¡Pero yo dije la verdad! – replicó Wes.
            – ¿Y crees que eso te hace mejor? – replicó Sarah Albert –. Joshua confiaba en ti. En sus cartas siempre hablaba de ti, Wesley. Decía lo fantástico que eras, lo que sabías, te envidiaba por lo que habían vivido a bordo de la Enterprise. Deseaba ser como tú. Eras su ídolo. Pero no le ayudaste. Mentiste. Sabes que si hubieras dicho que no, el nunca habría participado en ese vuelo y ahora seguiría vivo. Era tú deber ayudarle, como amigo y no… Te hubiera seguido hasta el infierno y sabías que Joshua se ponía nervioso durante esos vuelos. Deberías haberlo protegido.
            – Lo siento – dijo Wes bajando la mirada avergonzado.
            – Eso no me devolverá a mi primo. Decía que si nos conociéramos nos llevaríamos bien. Pero ahora no puedo ni siquiera mirarte.


· Tras la visión con los Profetas, Vantorel viaja a Bajor, pero no lo incorporé finalmente a la historia porque no encajaba en el carácter del almirante.


Bajor

            Dos seres se transportaron frente la entrada del monasterio de Tozhat al anochecer. El más alto llamó a la puerta, la cual enseguida fue abierta por un joven monje. 
            – Casi es la hora del toque de queda, pasen, pasen – dijo este casi sin prestar atención a los viajeros, que suponían se habían perdido y buscaban refugio. Era invierno en aquellas latitudes y los dos individuos llevaban capas con capuchas que impedía verle la cara, pero en monasterio estaba abierto a todos los viajeros, era la costumbre de Tozhat y siempre había sido así y siempre lo sería.
            Pasaron al interior y tras cerrar la puerta el monje, ahora ya con luz se giró hacia estos. Lo primero que vio fue el rostro de un ser al que jamás había visto: tenía la piel rojiza, y una máscara que le tapaba la boca y los ojos.
            – Quisiera ver a la vedek Alhana – dijo el segundo individuo: un humano con orejas puntiagudas, como pudo ver al quitarse la capucha. El joven monje le reconoció y todo su cuerpo se estremeció.
            Sin poder decir nada se alejó corriendo. Al poco apareció la vedek Alhana, mucho más serena que su sobrino que solo había podido decir: “¡Está aquí, está aquí!”. Los dos se saludaron con una reverencia y la vedek le indicó que pasara a una pequeña habitación, donde meses atrás había esperado Kira. Fan Dok se quedó en la puerta.
            – ¿A que debo esta visita? – le preguntó Alhana con tranquilidad.
            – Es complicado de explicar – empezó a decir su invitado quitándose la capa y mostrando su uniforme imperial, con un blaster al cinto –. Quisiera consejo.
            – Pensaba que kai Winn...
            – No es sobre Bajor, bueno sí. Necesito preguntarle una cosa.
            – Prosiga almirante.
            – Usted es una de las personas más respetadas, por su conocimiento sobre los Profetas.
            – Exagera.
            – Necesito saber... – Vantorel se puso en pie, estaba nervioso, ¿había hecho bien al venir? Había sido un impulso, no... Él no solía cometer impulsos –. Los Profetas... suelen hablar a...
            – Los Profetas hablan a otras criaturas no bajoranas. No olvide que el propio Emisario es de la Tierra, humano. Sabemos que un ferengi visitó el Templo Celestial y sus habitantes cambiaron su naturaleza.
            – ¿Qué relación tienen los Profetas con Bajor?
            – Los Profetas son de Bajor, almirante. Ellos han creado esta sociedad a través de sus enseñanzas, son nuestros dioses, les rezamos y esperamos que un día nos dejen entrar en el Templo Celestial.
            – Los Orbes, ¿qué son?
            – Algunos dicen que son las lágrimas de los Profetas. Yo pienso que son sus mensajeros, a través de los cuales nos comunicamos con ellos y ellos con nosotros. Cada uno tiene cualidades diferentes. A través de ellos podemos hablar con los Profetas.



· Escena alternativa del primer encuentro entre Picard y Zahn. La lógica de no llevar inmediatamente a Zahn a Laredo hizo cambiar esta escena, otros muchos detalles han cambiado: el momento del retorno de la Voyager, o las razas congregadas. Sí se mantuvo la similitud entre Yavin 4 (el planeta azul alrededor del gigante gaseoso anaranjado) con la base de Laredo. Una de las cosas que me hubiera gustado inlcuir en el relato y desarrollar está aquí: Pulaski como capitán de la Inhotep.


USS Enterprise-E

            El observatorio estaba en silencio, tan solo se oía de fondo el rumor constante de los motores. Picard dejó el padd que había estado leyendo sobre la mesa y se levantó dirigiéndose pensativo hacia los ventanales.
            Observó el espacio que se extendía frente a su vista. Aquel era un lugar hermoso, pensó. La superficie verdosa de aquella luna de clase M destacaba de la gigante gaseosa rojiza que se alzaba encima suyo. No lejos de la Enterprise se encontraban numerosas naves. La más cercana era la Defiant que acababa de llegar de una misión. Algo más lejos estaba la Europe y a su lado el Jupiter y más allá la Pretorian. A la derecha estaba la estructura del dique seco y en su interior se encontraba la recién llegada de los confines del espacio, la Voyager. Otras naves de la Flota que habían podido escapar y reunirse eran el Wounded Knee, la Pathfinder, el Hood o la Inhotep, y la nave hospital de la clase Intrepid capitaneada por su vieja jefe médico la ahora capitana Katherine Pulaski se encontraba en la superficie del planeta. Allí se había alzado una ciudad repleta de refugiados, construida a base de tiendas y casas prefabricadas. Cerca de veinte mil almas llegadas de todos los rincones de la galaxia se habían ocultado allí, a salvo de la represión y la muerte. Pero no estaban solos allí, también había naves klingons, romulanas, cardassianas, ferengi, incluso alguna breen. Y aquel tan solo era uno de muchos otros lugares donde habían podido huir otros miles de seres, refugios distantes, escondidos entre las estrellas, esperando. Y con ellos otras naves, no muchas, pero sí suficientes para…
            La pregunta era para qué. Aunque tal vez el hombre que había llegado con la Defiant podía traer la respuesta a esa cuestión.
            La puerta del observatorio se abrió y tras esta entró su número uno. Riker se detuvo junto a la puerta e indicó al hombre que venía detrás que pasara. Era un hombre alto, de unos treinta años. Tenía las facciones juveniles, si no fuera por la cicatriz que le atravesaba toda la mejilla derecha, la cual le daba un aire de agresividad. Vestía una chaqueta negra, con el cuello alto, muy parecida a la que llevaban los oficiales del Imperio. Y la mano derecha la llevaba tapada con un guante también negro.
            – Capitán Picard. Es un placer – le dijo alargándole la mano enguatada para estrechársela. Picard la miró un instante y le devolvió el saludo –. Una nave magnífica.
            – Gracias, comandante…
            – Zahn, capitán.
            – Siéntese – le indicó Picard señalándole una de las sillas. Este asintió y se sentó. Tras lo cual Riker abandonó la sala, dejándoles solos.
            – El capitán Sisko me ha informado que usted pertenece a una facción opositora al Imperio – empezó Picard a la defensiva.
            – Comprendo los recelos que puedo suscitarle, capitán. En realidad procedo de la misma galaxia que sus actuales enemigos y no sabe a ciencia cierta si es verdad lo que digo o es una trampa – explicó Zahn –. Pero intentaré aclararle a quien represento.
            » Soy un oficial, al igual que usted, de la Alianza Rebelde.


Ll. C. H.

Dedicado a vosotros, lectores…


lunes, 23 de enero de 2017

Star Trek Beyond

Con retraso, pero aquí está mi resana sobre la última película de la saga de Star Trek. Confieso que fui a ver la película con unas expectativas bastante bajas (las dos anteriores entregas del abramsverso son precisamente las que menos me gustan, como indiqué en el ranking de la saga cinematográfica que publiqué) pero al final la película me sorprendió gratamente, pareciéndome una cinta entretenida, bien dirigida y con una historia sencilla, que tiene lagunas y errores, pero el resultado nos ofrece una historia entretenida y bastante trepidante.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el lanzamiento de la reimaginación se hizo para renovar la franquicia en el cine y hacer cintas con más acción de lo que nos tenían acostumbrados (que es lo que deja dinero), de manera que, aunque nos duela o no nos guste, no podemos pedir una película que no es lo que los productores querían. La elección de Justin Lin como director consolida la idea de convertir la franquicia  en una serie orientada a ofrecer al público más aventuras puras y duras. No entraré si eso es bueno o malo, a gustos colores. Pero sí que tiene una dirección más dinámica y entretenida, pareciendo en ocasiones una entrega de Mission Imposible o de Fast of Furius, al final la idea es que entretenga y eso sí lo consigue, sin querer darle un sentido que no es, como en las entregas anteriores. Y viendo el resultado de los últimos trabajos de J.J. Abrams (Into darkness, o The force awakens) me parece que este último no me gusta como director, que quiere dar mucho misterio a la situación, pero al final no sabe cómo resolverlo. Eso o tal vez nos hayamos ya acostumbrado al nuevo universo de acción y aventura.


Lo que me gustó:
El guión, rubricado por Simon Pegg (que al principio me asustaba bastante) posiblemente es lo mejor. La historia que nos cuenta es redonda, hay una presentación, un desarrollo y un desenlace coherente, recogiendo las consecuencias de las entregas anteriores. Además hay gran cantidad de referencias a la serie clásica y a Enterprise, la serie que al ser una precuela, es igual tanto en el universo primario, como en el abramsverso, lo que es de agradecer. La mano verde de Apolo del episodio Who mourns for Adonais? (ST, 2.04), la fusión con el transportador de Tuvix, referencia al MACO, a los xindi y a la guerra entre la Tierra y Romulus. Incluso el apellido de la comodoro Paris (¿posible antepasado de Tom y su padre Owen Paris de Voyager?), o el nombre de la base: Yorktown, que además iba a ser el nombre original la Enterprise en la serie clásica. Las cabinas transportadoras de la estación, un elemento que siempre había faltado ver en pantalla. Y el homenaje a la muerte de Nimoy con el fallecimiento de Spock en el universo de Star Trek y la imagen de sus amigos, en los tripulantes de la serie original entre sus pertenencias.

Otra de las consecuencias de un buen guión es que los personajes están mejor retratados, y se muestran un poco de cada uno de ellos. Se ha rebajado el humor (chirriante) de Scotty. Kirk se ha convertido en alguien adulto y es algo más creíble como capitán, claro que siempre tendrá el gran lastre de haber pasado de cadete a comandar la nave más moderna de la Flota. El Spock de Quinto, siempre me ha gustado más que el de Nimoy, está más moderado y “lógico” que en Into darkness, donde tenía la insana costumbre de hacer una unión mental a los moribundos (solo Surak sabría el motivo). La relación de Uhura con el vulcano en cambio es lo que aún no termina de encajarme, no por la relación en sí, sino porque tras tres años desde la entrega anterior parece que no haya avanzado nada con respecto a la intimidad entre ambos, es como si aún estuvieran en el quiero, pero no sé si puedo. O la sutil salida del armario de Sulu, al reunirse con su familia: su marido y su hija. ¿Era la piloto de la Enterprise-B Demora Sulu de la otra realidad? La verdad es que hacía falta ver a un protagonista principal como LGBT y que sea precisamente el personaje interpretado por George Takei (conocido por su activismo y visibilidad), es un buen tributo hacia el propio Takei. Aunque no será hasta el estreno de Star Trek Discovery cuando se podrá desarrollar historias para estos personajes.

Krall como villano me gusta. Antiguo miembro de la Flota Estelar sus sentimientos contra la Federación a la que considera hipócrita. No queda muy claro, pero buscar una nave en el espacio tampoco es una tarea fácil, debería entender que si no le han encontrado, no significa necesariamente que no le buscaran. Algo cogido por los pelos, pero en general me parece plausible su resentimiento. Que se alimente de la energía vital me parece que es una referencia muy clara a los vampiros que necesitan la sangre de sus víctimas para sobrevivir. Este desprecio por otras formas de vida puede haber alterado su percepción y haberle vuelto aún más rencoroso hacia la Federación. Y si se me permite especular: tal vez este método inhumano de mantenerse vivo, como le ocurriera a los goa'ulds con los sarcófagos, genera precisamente que se vuelvan aún más malvados. Aclarar estos puntos es típico de las escenas eliminadas del metraje original. Justin Lin ha dicho en una entrevista que la película duraba dos horas y media, por lo que se quedaron en la mesa de montaje 20 minutos, esperemos que podamos verlos en la edición en Blue-Ray y que nos resuelvan nuestras dudas.


Lo que no me gustó:
Pocas películas son perfectas y siempre hay cosas mejorables o fallos. Esta no es una excepción. Aunque ya he dicho que el villano me gusta, hay un grave error (muy posiblemente falta una escena) al no explicar por qué no abandonó antes el planeta, ni lo que realmente ha ocurrido en esos 100 años. La premisa de alguien resentido está bien: le relegaron de un guerrero a un aburrido explorador, además siente que fue traicionado y abandonado. ¿Por qué no utilizó su enjambre de naves para atacarla y destruirla antes? ¿El resentimiento se ha ido agravando por la necesidad de matar a otros seres para sobrevivir? ¿O su manera de alargar su vida le ha hecho más vil de lo que era? Está bien que se dejen cosas a la interpretación del espectador, pero cuando estas son importantes para comprender mejor las motivaciones de un personaje, es mejor explicarlas. Y ese es el gran fallo de la película.

La manera en acabar con el enjambre tiene en un principio bastante plausible, lo que no la tiene es lo que sucede. Una vez eliminada la coordinación entre estas, las colisiones desestabilizarían la formación. ¿Pero de donde se genera la gran ola de fuego? ¿Una colisión en cadena de los impactos? Tras anular la coordinación sí se generarían colisiones, pero no tanto una ola de fuego. Tengo la sensación que es idea es correcta, pero la ejecución algo chapucera: pongo una música y ya está todo resuelto. Mi reacción fue la de una buena solución, pero a medias. Un poco al estilo virus informático de Independance Day (si me permitís otra comparación con otra saga). No obstante este es el típico ejemplo de crear unos súpermalvados que al final solo se pueden destruir utilizando un recurso exagerado.

La estación Yorktown es espectacular, y su diseño es de lo mejor que se ve en pantalla. Obviando los problemas logísticos de construir una base tan grande (siempre se pueden ensamblar sus brazos tras su manufactura en otros lugares, como bien apuntó una buena amiga) su gran problema es que me parece una base demasiado grande para que esté situada en el borde del espacio conocido.

Muchas razas alienígenas nuevas, exóticas y estéticamente interesantes, pero pocas referencias a otras conocidas del universo primario: sobre todo me falta los andorianos, tallarites o bolianos. Y si los detalles, anteriormente comentados, son un gran acierto en la película, la verdad es que más razas conocidas es lo que más echo de menos en el abramsverso.


Conclusión:
Los detalles en una película no la hacen mejor, pero puede hacernos más placentera la experiencia. Esto es lo que ocurre con Beyond: nos cuenta una historia entretenida, está bien llevada y además uno puede gozar con las referencias. Para la cuarta entrega del abramsverso, película ya anunciada, teniendo en cuenta que en Into darkness aparecía Khan, y en ahora destruyen la Enterprise y les construyen una Enterprise-A, ¿podemos adelantar que en la siguiente película viajarán en el tiempo? Y la verdad estaría bien que apareciera William Shatner ahora que Nimoy nos ha dejado.



Nota de producción:
En el ranking de las películas de Star Trek, Beyond la situaría antes de ST III: The search for Spock.

Ll. C. H.


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