En
la fecha estelar 53292.7 el USS Voyager
encontró en el interior del cuadrante Delta, a 25.000 años luz de la Tierra, los
restos del Ares IV, una de las
primeras naves de exploración terrestre que había desaparecido hacía 344 años en
la órbita de Marte.
Misión a Marte
El
planeta Rojo, el más cercano y similar a la Tierra dentro del sistema Solar,
siempre había fascinado a los humanos que habitaban en su planeta Azul y tras
llegar a la Luna en 1969 enviar allí una misión tripulada era el siguiente paso
lógico en su en su conquista del espacio. El momento de aquella misión también
era importante, en el 2032 la Tierra aún estaba convulsa por los conflictos que
sacudían el planeta y que serían conocidos como el principio de la 3ª Guerra
Mundial, por lo que se quería utilizar el viaje a Marte para unificar los
esfuerzos entre los diferentes países y sus ciudadanos en una ilusión común. El
programa se organizó alrededor de la ISA (International Space Agency), que incluía
los esfuerzos de numerosos países de todo el mundo, (1) con una tripulación internacional formada por Rose Kumagawa,
Andrei Novakovich y John Kelly. El viaje de ida, la exploración de Marte y su
regreso estaba previsto que durara 18 meses.
El
19 de octubre del 2032 la Ares IV
había completado la mitad del viaje y se encontraba en órbita alrededor de
Marte. Kumagawa y Novakovich llevaban varios días en la superficie tras
descender a bordo del módulo marciano para tomar muestras, mientras Kelly
permanecía en el orbitador. Todo estaba transcurriendo con normalidad hasta que
se produjeron interferencias en las comunicaciones acompañadas por una serie de
turbulencias. Instantes después el LIDAR detectó un objeto con una anchura
superior a los mil metros que había surgido de la nada y que acercaba a su
posición con una azimut de 121.6. Kelly intentó modificar su posición para
esquivarlo, pero la última telemetría fue recibida en las instalaciones de la
NASA a las 9:22 del 19 de octubre del 2032: “Eso no es una erupción solar. ¡Vaya! Mide por lo menos 1000 metros de
ancho, es brillante. Emite radiación electromagnética que interfiere con los
sistemas primarios. No puedo alejarme de ella. Activando la imagen espectral.
Recogeré todos los datos que pueda. Está justo encima de mí. Transmitiré tanto
como pueda…”.
Con
el tiempo se dedujo que la descripción que había hecho Kelly de la anomalía
espacial correspondía a una elipse gravitacional que había absorbido a la nave
y su piloto, matándolo al entrar. Kumagawa y Novakovich tuvieron que permanecer
durante semanas en la superficie antes de que pudiera llegar su rescate, mientras
que el incidente casi provocó la cancelación de los programas de exploración y
colonización de Marte que se había iniciado en aquel momento.
El Ares IV
Diseñar
y construir el Ares IV fue un
esfuerzo global que representó un reto tan importante como había sido el primer
vuelo a la Luna un siglo antes y que dejó numerosas innovaciones tecnológicas,
algunas de las cuales aún estarían presentes en las naves estelares del siglo
XXIV. Estaba divido en cinco secciones: en la popa se encontraba la propulsión llamado
módulo TEI (Trans-Earth Injection), un siguiente habitable (HAB), un pasillo
donde se encontraba los contenedores de carga y el vehículo de reentrada
terrestre, el módulo de mando que formaban la etapa MOI (Mars Orbit Insertion),
y la módulo marciano conocido como TMI (Trans-Mars Injection). (2) Este estaba diseñado para aterrizar
en la superficie llevando dos tripulantes, y contaba con suministros suficientes
para permanecer allí durante varios días, incluso en caso de emergencia podía
mantener con vida a su tripulación durante semanas, como se demostró
posteriormente. También contaba con un vehículo sobre ruedas o MRV (Martian
Roving Vehicle) para poder desplazarse por la superficie y espacio suficiente
para las muestras que recogieran.
El
resto de la nave era la etapa MOI, más conocida como orbitador marciano, que
medía 46 metros de longitud, 7 de diámetro y pesaba 92 toneladas métricas, cuyo
cerebro estaba situado en el módulo de mando. Con un cuerpo cilíndrico de dos
pisos de altura, estaba cubierto por el mismo escudo contra micrometeoritos que
la Estación Espacial Internacional y estaba construido en titanio y un compuesto
de polímero. Además de tener dos asientos para poder pilotar la nave, aquí se
encontraba el ordenador central y en el exterior el equipo de cámaras para imágenes
trans-espectrales que podía recoger un gran abanico de datos de sus sensores. También
contaba con un sensor LIDAR (Light Detection and Ranging), que usaba un pulso
láser para calcular el tamaño, velocidad y distancia de cualquier objeto que se
aproximara y así evitar posibles colisiones con gran precisión.
Inmediatamente
detrás se encontraba un pasillo de unión alrededor del cual había varios módulos
de carga en forma triangular, cuyo diseño derivaba de las primeras naves
comerciales de la serie DY-100 del siglo XX. También se encontraba el vehículo
de reentrada terrestre (ERV) similar a la cápsula Apollo, así como la antena de alta-ganancia para las comunicaciones
con la Tierra, que combinaba grafito ligero para los largueros estructurales y
una malla flexible metalizada. El siguiente módulo correspondía a la zona
habitable (HAB), donde los tres tripulantes iban a pasar los 18 meses de su
misión. Estaba envuelto de una profunda manta de aislamiento naranja, y ofrecía
un área amplia para los tres tripulantes, necesaria para tener su propio
espacio personal como habían indicado los estudios psicológicos para misiones
prolongadas, al igual que ventanas para poder ver el exterior. En el módulo
habitable además se encontraba la comida y el agua, junto a los equipos de
almacenaje de oxígeno y reciclaje eficiente y otro ordenador. En TEI era el
último módulo de la nave y era tan largo como los tres anteriores,
encontrándose en él todos los sistemas de generación de energía y propulsión.
Al principio, más o menos a la mitad del orbitador, estaban los cuatro
impulsores de maniobra que permitían virar la nave y cambiar el rumbo. Su
interior contenía los tanques de hidrógeno líquido y el reactor que impulsaba
la nave gracias a su un sistema dual compuesto por dos motores nucleares
RL-25A-4 (3) y dos motores de iones
de 3ª generación. Aunque era su sofisticado sistema de distribuidor iónico, que
se encontraba repartido por las diferentes zonas de la nave como el módulo de
mando, el que permitía que la energía fuera transmitida con gran eficacia a
todos los sistemas. También contaba con dos largos paneles fotovoltaicos, prestados
del Telescopio Espacial Hubble, que complementaban la energía eléctrica
producida por las células de combustible de hidrógeno-oxígeno de a bordo y que
en caso de emergencia podía alimentar los sistemas primarios como el soporte
vital de manera indefinida.
Despedida del
héroe
Durante
el regreso al cuadrante Alfa el Voyager
detectó en el 2376 una elipse gravitacional, fenómeno capaz de viajar por el
subespacio y que aparece de improviso al ser atraído por emisiones de energía
electromagnética. Un análisis multiespectral del interior de la anomalía
detectó varios compuestos de titanio y polímero que solo podían provenir de una
nave terrestre del siglo XXI, llegando a la conclusión que en el interior de la
elipse podían encontrarse los restos del MOI del Ares IV. Así que se envió al Delta
Flyer para localizar el orbitador marciano, encontrando aun intacto aunque cubierto
de corrosión y con roturas en el casco, pero cuando ya estaban a punto de
regresar con sus restos la elipse chocó con un asteroide de materia oscura,
provocando daños en los sistemas de comunicaciones, escudos y propulsión, así
como todos los conductos de energía de la pequeña nave estelar. La única posibilidad,
si no querían permanecer en el interior de la anomalía cuando esta regresara al
subespacio, era instalar a bordo un distribuidor de iones que se hallaba a
bordo de la antigua nave terrestre.
En
su interior, que se encontraba a 260 grados bajo cero, descubrieron que Kelly
no había muerto al entrar en la elipse gravitacional como se había especulado,
y que había seguido grabando una bitácora y catalogando con su equipo de imagen
trans-espectral todo lo que sucedía y encontrada a su alrededor en el interior
de la anomalía. Entre los hallazgos que hizo destaca el convirtiéndose en el
primer humano en confirmar la existencia de civilizaciones avanzadas fuera de
la Tierra, al encontrar y analizar el origen artificial del compuesto de la
aleación en un fragmento de una nave alienígena, que como él había sido
abducida por la elipse. Con los niveles de energía descendiendo con rapidez, el
25 de octubre del 2032 intentó salir de la anomalía en una última ignición que consumiría
todo el carburante que le quedaba. Pero solo logró fundir todos los sistemas de
su nave.
Tras
conseguir el distribuidor de iones que estaba a bordo del Ares IV y que seguía el mismo principio que la tecnología del Delta Flyer del siglo XIV, lograron
adaptarlo para canalizar de plasma de curvatura y la lanzadera logró salir de
la elipse gravitacional. En su poder se encontraban 60 teraquard de datos sobre
la anomalía, incluyendo los registros del Ares
IV y las bitácoras del teniente Kelly. También se había rescatado su cuerpo,
que fue honrado con un solemne funeral a bordo de la Voyager, enviándolo al vacío espacial dentro de una cápsula de
torpedos de photones, como marca la tradición para los oficiales de la Flota
Estelar. Ya que Kelly representaba la primera generación de exploradores del
espacio, quienes habían dado los primeros pasos en su colonización para
convertir este en un nuevo hogar.
Último registro
del teniente John Mark Kelly,
29 de octubre de
2032.
Supongo que este
es el último vuelo de John Kelly. Esta vez, no se puede decir que fue un error
del piloto. Esta vez no hay lamentos que valgan. Lo que he visto demuestra que
no nos equivocamos al venir aquí. No estamos solos. Ahora lo sé. El módulo está
perdiendo energía. Voy a desconectar el soporte vital. Reconduciré lo que queda
al creador de imágenes. Lo dejaré encendido el tiempo que sea posible. Control
de la misión, papá, quien quiera que encuentre esto, háganme un favor. Tomen
todos los datos que he reunido y denles un buen uso. Espero que no tomen esto
como un fallo. Yo no. En realidad, sí me arrepiento de algo: nunca supe quien
ganó la Serie Mundial. Estoy cansado… y yo ya no… [One small step (VOY, 6.08)].
Notas de
producción:
(1) Según las
banderas situados en el casco del Ares IV
estos son algunos de los países que participaron en la misión: Canadá, Japón,
Bélgica, Dinamarca, Holanda, Alemania, Australia, Grecia, Francia, España,
Suecia, Suiza, Gran Bretaña, Israel, Austria, EEUU, Rusia y Corea del Sur. La
situación política es una especulación ya que solo se sabe que la 3ª Guerra
Mundial se libró a principios del siglo XXI, sin mencionar fechas exactas. Es
posible que empezara en el 2026 con la acción de los eco-terroristas del
coronel Phillip Green responsable de la muerte de 37 millones de vidas como
indican en In a mirror, darkly I (ENT,
4.19) y aparecido originalmente en The savage curtain (ST, 3.22). En Demons (ENT, 4.20) sitúa el fin de la
guerra en el 2053 tras la declaración de alto el fuego por parte de varios
gobiernos reunidos en San Francisco. Otras referencias indican un horror
post-apocalíptico se alargó hasta el 2079 de Encounter at Farpoint (TNG, 1.01/02) y la situación aún era inestable
del 2063 (ST: First contact). Por
otro lado tensión que reinaba durante la Guerra Fría alentó la carrera
espacial, es posible que la misma situación vivida al principio del siglo XXI
alentara el viaje a Marte como parte de los desarrollos tecnológicos.
(2) El diseño del Ares IV es posiblemente uno de los más concienzudamente
investigados para una producción de Star Trek, además de la participación del asesor
científico André Bormanis y del estudio a fondo de la lanzadera espacial y la
Estación Internacional para construir un decorado sumamente realista. Para este
texto muchos datos proceden de los artículos aparecidos en la revista ST The Magazine. May 2002, vol.
3 issue 01 y del ST The Magazine.
Junio 2001, vol. 2 issue 02 escrito este último por Rich Sternbach. El
módulo marciano solo aparece en imágenes indirectas en el capítulo, siendo muy
posiblemente como el LEM (Lunar Excursion Module) del Programa Apollo.
(3) En el capítulo
solo se mencionan los motores de iones, pero en los planos y la información del
artículo de la revista ST The Magazine
sí aparecen los dos motores nucleares.
Ll. C. H.
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