Klingons un Imperio en decadencia

La raza klingon es posiblemente una de las más conocidas (solo exceptuando a los vulcanos encarnados por Spock) del universo de Star Trek, tanto es así que existe un idioma propio (impartido en algunos lugares como asignatura), habiendo aparecido 123 veces. Durante la serie clásica protagonizaron 7 capítulos y fueron los villanos en 3 de las 6 películas de esta tripulación, y apareciendo en las otras 3. (1) Mientras que en las series que se emitieron a partir del final de los ochenta hasta el 2005 estuvieron presentes como personajes principales en 3 (de 4) de ellas. En Deep Space Nine se incluyeron como parte del eje principal de la trama, ya que se quería subir audiencia, rescatando de paso a Worf, uno de los protagonistas más emblemáticos de The Next Generation. Pero si analizamos su sociedad podríamos intuir que el Imperio Klingon se encuentra en un declive lento precisamente por lo que son más conocidos: por su cultura guerrera.

Cuando se plantearon como antagonistas de nuestros héroes en 1967 se hizo basándose en la Unión Soviética, que en plena guerra fría era el enemigo de los EEUU, creando a su vez una tensión similar entre estos y la Federación. “Juntando los peores atributos de la humanidad, una cultura tribal y belicosa sumamente orgullosa, con un alto grado de mugre y una organización militarista de control absoluto” Así se les describe en el libro de la Editorial Alberto Santos en su guía sobre los capítulos clásica: “Star Trek. La aventura continúa”. Pero cuando empezó a emitirse el spin-off  de TNG en 1988 estos sufrieron una transformación: de ser los antagonistas prototipo, pasaron a ser aliados tras la firma de un tratado de paz (algo más políticamente correcto). En ese momento, con un klingon como personaje principal, se plantearon como una raza de guerreros que valoraban el honor y las tradiciones o así nos lo transmitía el imperturbable teniente Worf. Pero aunque sabemos que estos son ahora aliados de la Federación, no sería hasta 1991, en ST VI: The undiscovered country, la última película de la tripulación clásica, donde nos explicarían el motivo por el que dejaron de ser enemigos. Y es que el Imperio se encuentra sumido en una grave crisis tras la destrucción (por su excesiva explotación minera) de la luna de Praxis, que obligaría a los klingons a invertir ingentes recursos para evacuar su mundo natal, afectado por la explosión, y por tanto no podía permitirse mantener la tensión de aquella guerra fría con la Federación. Como TNG se había empezado a rodar antes que esta película el suceso exacto de la paz no se menciona, pero podemos suponer que los klingons evacuaron su mundo natal para instalarse en otro (que a raíz de su aparición en la serie Enterprise podemos deducir que lo bautizaron de nuevo Qo’nos como se denomina en TNG) o invirtieron sus recursos en reparar la atmósfera y evitar tener que hacer un mudanza de gigantesca magnitud.

Su primera aparición en la nueva serie fue en Heart of glory (TNG, 1.20) donde vemos a Korris y Konmel: dos renegados que se han lanzado a una aventura delictiva en busca de la gloria de las batallas, actividad que presumiblemente ya no practica su civilización. El este capítulo se muestra a los klingons como depredadores, lobos dominados por sus instintos más que una cultura civilizada y avanzada. Hay un momento en le dicen a Worf sobre su infancia entre humanos:

            Korris: Por eso, cuando por fin llegaba la noche y notabas que el sonido de tu sangre inundaba tus oídos, el único modo que encontraste de acallarlo fue uniéndote, como hacen los de tu raza, a la lucha entre la vida y la muerte. Eres un klingon…

            Konmel: Los demás no pueden comprender. Les das miedo.

            Korris: Muchos te esquivan. Te insultan, blasfeman, reniegan de ti, y tú no sabes por qué. ¿Nunca te has preguntado por qué lo resistes? ¿Por qué nunca lloras, ni te ablandas ni suplicas o confiesas ningún error? […] ¿Cómo vas a saberlo si no ha habido otros klingons que te iniciaran en tu verdad?

            Worf: Sí, esos sentimientos aún forman parte de mí. Pero los controlo. No permito que me dominen.

            […]

            Korris: Dinos. ¿Qué siente el cazador viviendo junto a su presa? ¿Te han amansado, o tú siempre has sido dócil?

            Konmel: ¿Te hace más noble? ¿Te ha colmado el corazón de paz?

            Korris: ¿Las grandes batallas ya no inspiran tus sueños de gloria?

Se ha de entender que es la primera aparición de los klingons de la serie (recordemos que corre el año 1988), en una época en que la última película de la clásica estrenada era ST IV: The voyager home, por lo que hemos de ver este capítulo como una historia que pretende iniciar la exploración en profundidad del personaje de Worf y a los klingons como raza. Aun así es interesante lo que se dice sobre la alianza entre la Federación y el Imperio:

            Korris: Esta paz, esta alianza, es para los guerreros como nosotros una muerte en vida.

            […]

            Korris: No queríamos luchar contra ellos (otros klingons), pero no hubo otra opción. Han sido corrompidos por el espejismo de la paz.

            Konmel: Vendieron nuestras creencias para poder morir en su desidia.

            Korris: Una paz que hace que el corazón klingon que late en mi pecho se avergüence y muera.

            […]

            Konmel: Que magníficas batallas podrían librarse con esta nave.

            Worf: Es muy posible que vuestros sueños de gloria no encajen con esta época. Pertenecen a un pasado olvidado.

Esta mirada a la naturaleza primitiva de los klingons como especie no volverían a ser explorada de nuevo, y a lo largo de los siguientes tramas se sofisticaría su civilización, sobre todo en los capítulos de DS9, donde veremos muchos más klingons que no solo Worf. Pero sí es una muestra de la pérdida de cierta identidad que están teniendo en las postrimeras del siglo XXIV. Aunque posiblemente la ocasión donde más claramente se muestra esta decadencia precisamente sea al principio de la misma. Durante el siglo XXII, en el capítulo Judgment (ENT, 2.19) de la precuela de ENT, donde el capitán Archer está siendo juzgado por ayudar a un grupo de aliens refugiados del Imperio. En el juicio Kolos, que defiende a Archer, nos dice que se hizo abogado en tiempos distintos (aproximadamente en el 2102) cuando la justicia escuchaba (se entiende que a los acosados o a los abogados de estos). Durante la sesión en el tribunal en que este defiende a Archer se enfrenta al fiscal:

            Kolos: Tengo derecho a presentar más testimonios.

            Orak: Está hablando derechos arcaicos.

            Kolos: Creo que no necesito recordar al magistrado la Carta Judicial de los Estados Koloth: un abogado tiene derecho a recusar los cargos en cualquier momento del juicio. A mi entender la carta no ha sido desechada. Desde los tiempos de Khaless nuestros cortes se han mantenido como un foro, donde la justicia se imparte con honor.

Durante la espera de la sentencia y ya confesándose con su cliente, que le ha hecho volver a sentir el sabor de la lucha en tribunal, tienen una esclarecedora conversación:

            Archer: ¿Cuántos casos ha ganado?

            Kolos: No estoy seguro. Más de 200. Pero eso fue hace mucho tiempo. Cuando el tribunal era un foro para la verdad y no un instrumento de la clase guerrera.

            Archer: ¿Es que hay otras clases?

            Kolos: No pensara que todos los klingons son soldados.

            Archer: Creía que sí.

            Kolos: Mi padre era profesor. Mi madre bióloga en la universidad. Me alentaron a estudiar leyes. Ahora lo único que los jóvenes quieren hacer es tomar las armas en cuanto pueden sostenerlas. Se les dice que hay honor en la victoria. Sea la que sea. ¿Qué honor hay en una victoria contra otro más débil? Si Duras llega a destruir esa nave habría sido alabado como un héroe del Imperio, por asesinar a esos refugiados. Éramos una gran sociedad. No hace tanto de eso. Cuando se ganaba el honor con la integridad y el verdadero coraje. No con unas matanzas.

Al final del capítulo, cuando Kolos ha sido también condenado a Rura Penthe y en el momento en que decide no acompañar a Archer en la huida que ha preparado su tripulación, le argumenta:

            Kolos: He sido abogado durante 50 años. Y me he pasado los últimos 20 ante ese tribunal, jugando mi papel. Sujetando la lengua, mientras que hombres honorables eran enviados a lugares como este sin el beneficio de una defensa. Y entonces me asignaron su caso. Me dijo que en su mundo algunos valientes marcaron una diferencia. No estoy seguro de tener el coraje, pero sé que nunca podré restablecer el honor de mi pueblo siendo un fugitivo.

Desconocemos si la sociedad klingon ha continuado con esta deriva, pero es muy posible que sí por el culto al guerrero que vemos en los siglos siguientes. Además cuando nos introducen en las intrigar políticas klingons en Sins of the father (TNG, 3.17), sus líderes aparecieron capaces de engañar y ocultar traiciones por la estabilidad política o envenenar a sus adversarios. Lo que nos sugiere que el Imperio no era tan armonioso ni honorable como parecía. Para entonces los romulanos eran sus grandes enemigos y como tales intentaron desestabilizaban el gobierno en The mind’s eye (TNG, 4.24), y provocaban el estallido de la guerra civil en Redemption I & II (TNG, 4.26/5.01) usando artimañas poco honorables a través de la familia Duras, que ya se había aliado con ellos décadas antes. Mientras que en Unificarion I (TNG, 5.07) ya se dice que Gowron había disminuido notablemente la intervención de la Federación en la guerra civil evitando que los romulanos entregaran armas a una de las facciones.

Las vicisitudes de Worf hijo de Mogh, con el Alto Consejo tienen tintes de tragedia griega (protagonizada con guerreros hoplitas), y a lo largo de TNG & DS9 podemos ver a través de esta la maquinaria del poder klingon. Pero el mejor diagnóstico nos lo daría Ezri en Tacking into the wingd (DS9, 7.22), durante  una conversación con Worf, al decirle lo que piensa sobre de las acciones que Gowron está haciendo al dirigir las operaciones de la guerra contra el Dominion y que están poniendo su final en peligro deliberadamente para debilitar políticamente a Martok:

            Worf: Ahora dime qué piensas tú.

            Ezri: Tal vez no te guste.

            Worf: Dime.

            Ezri: Creo que la situación con Gowron es solo un síntoma de algo más grave. El Imperio Klingon agoniza y yo creo que merece morir.

            Worf: Tienes razón. No me gusta.

            Ezri: No me malinterpretes. Me llega al alma que sigáis considerándome miembro de la Casa de Martok, pero soy más escéptica que Curzon y Jadzia en lo que respecta al Imperio. Veo una sociedad totalmente negada a aceptar la verdad sobre sí misma. Una cultura de guerreros que se precia de conservar tradiciones milenarias de honor e integridad, pero que, en realidad, está dispuesta a aceptar la corrupción entre sus líderes.

            Worf: Estás exagerando.

            Ezri: ¿Tú crees? ¿Cuál fue el último líder del Alto Consejo merecedor de tu respeto? ¿Has llegado a respetar a alguno? ¿Cuántas veces han encubierto crímenes de líderes klingons porque se te dijo que era por “el bien del Imperio”? Lo cierto es que aceptar de buen grado un gobierno que sabes corrupto. Gowron solo es un ejemplo más. Worf, eres el hombre más decente y honorable que he conocido jamás. Si tú toleras a gente como Gowron, ¿qué esperanza le queda al Imperio?

Lo que dice Ezri, como buena consejera, es simplemente un diagnóstico de una situación que conoce bien. Y lo dice con la perspectiva de alguien que no es una gran “fan” de esta raza como los dos anteriores anfitriones, ya que no se está hablando del desgaste de la guerra, sino de la alta política klingon.

Aunque es un alegato digno de Atticus Finch, dudo que Kolos lograra su objetivo. Interesante que sea el actor J.G. Hertzler quien interpretase a este abogado al que le han abierto los ojos. Ya que también encarnaba al general Martok en DS9, quien tras finalizar la serie se nos insinúa que es la persona capaz de restaurar lo que antaño fue un gobierno más decente. Aunque tiene un arduo trabajo por delante, ya que tras la guerra contra el Dominion se estima que aún tardarán 10 años en recuperarse de las pérdidas sufridas, según nos dicen en el capítulo Inter Arma Enim Silent Leges (DS9, 7.16).

Tecnológicamente también parecen haberse quedado estancados (aunque en realidad este motivo es más bien de presupuesto, más que argumentativo de la decadencia klingon). Los pájaros de presa de la clase B’rel aparecieron en la década del 2285 y permanecen en activo, sin vistas a ser reemplazados, en el 2375. A mediados del siglo XXIV se desarrolló el crucero clase K’Vort, idéntico a los más pequeños B’rel. Lo cual no deja de ser paradójico, ya que significa que a nivel tecnológico pueden hacer naves más grandes pero no nuevos diseños. Algo similar les ocurre a los crucero K’T’Inga que están operativos desde el 2275, participando activamente durante toda la guerra contra el Dominion. Aunque en este caso la Flota también utiliza masivamente naves de la clase Miranda, activas desde incluso antes que estos. Es curioso que en la serie de ENT se vean más modelos de naves klingons que en todas las anteriores épocas juntas.

Pero aparte de la fascinación que ejercen los klingons lo que nos ha trasmitido la serie, si lo analizamos con algo de objetividad y no menos ironía, es que es una sociedad en decadencia. En el siglo XXII su civilización ha empezado a olvidar cualquier otra consideración fuera de ser un guerrero y en el siglo XXIII son una potencia belicosa y expansionista (2) que ha chocado con su antagonista: la Federación. (3) Es en esos cien años, desde el 2150 hasta el 2267 es su momento álgido de expansión, hasta que en ese año es obligada a firmar el Tratado de Organia en Errand of mercy (ST, 1.27), consolidando la paz definitiva en el 2293 en ST VI: The Undiscovery country tras la desastrosa gestión de sus recursos. Un siglo después su sociedad aún mantiene la importancia en su aspecto guerrero, pero les vemos como aliados de sus antiguos enemigos, lo que no deja de ser algo esquizofrénico de tener una cultura de guerreros y convivir en paz con tus antiguos enemigos, dejando a un lado sus políticas imperiales y expansionistas de la centuria anterior. Esto no es algo que se diga en la saga, pero tampoco lo contrario, por lo que es posible, además no veo a la Federación, con su Primera Directriz de no interferencia, sea aliada con una potencia conquistadora. Pero todo podría ser por el bien de la paz y la estabilidad de la galaxia. Aunque no es desdeñable simplemente que tras la tensión acumulada con los romulanos, los klingons se acercaran a la Federación por el dicho: el enemigo de mi enemigo, es mi amigo. Tampoco se nos dice explícitamente pero es muy probable que su inclinación a glorificar la faceta guerrera de su sociedad aun eclipse otros aspectos de su civilización, incluyendo su desarrollo tecnológico y la decadencia de sus propios líderes.

Notas de producción:

 (1) Fueron villanos en ST III: The search for Spock, ST V: The final frontier y ST VI: The Undiscovery country, apareciendo en ST IV: The voyager home, al principio de ST: The motion picture y ST II: The wrath of Khan en la simulación de Kobayashi Maru. Y volvieron a ser los malvados en ST: Generations y han aparecido en las dos películas de JJ Abrams, si tenemos en cuenta las escenas eliminadas de Star Trek (2009).

(2) Se supone que los klingons ocupan planetas y dominan a sus habitantes, así se muestra en su primera aparición en Errand of mercy (ST, 1.27) con los organianos. En The mind’s eye (TNG, 4.24) se mencionan los rebeldes de Krios Prime, quienes podrían ser los mismos kriosianos aparecidos en The perfect mate (TNG, 5.21), aunque este hecho no está confirmado, además de que el color de los planetas es diferente. Sí tenemos confirmado que los klingons del siglo XXIV anexionaron una colonia de unos alienígenas (no identificados) en Judgment (ENT, 2.19), para despojarles de sus recursos.

(3) Según el juego de rol de FASA la expansión klingon se detendría en la batalla de Axanar unas décadas antes del inicio de la serie clásica.

Ll. C. H.