Segunda
parte
Advertencia: este artículo
contiene spoilers para quien no haya visto la serie.
Star Trek siempre se había alejado de la serialización de sus
series (hasta la llegada de ST: Discovery), evitando generar largas
tramas argumentales y prefiriendo las historias autoconclusivas. El único capítulo
doble de la clásica, The menagerie (ST, 1.15/16) en realidad era
la manera de aprovechar el metraje del episodio piloto The cage (ST, 0.01), rechazado por NBC. En The Next Generation
los capítulos dobles sobre todo se centraron en cliffhanger entre
temporadas y algunas excepciones como Unification I & II (TNG,
5.08/08) o Chain of command (TNG, 6.10/11). Aunque sí se
desarrollaron tramas que se alargaban a lo largo de varios episodios, sobre
todo centradas en personajes, siendo la más importante la azarosa relación de
Worf con los dirigentes del Imperio Klingon. Pero sería en Deep Space Nine donde se desarrollarían los arcos argumentales más complejos, y no
solo centrados en personajes. También es cierto, que la estática situación de
la estación propiciaba que se desarrollaban historias centradas en los planetas
y razas que se encontraban cerca, al principio con Bajor y los cardassianos,
después con el Dominion. A nivel de serialización destacan la trilogía inicial de la segunda temporada, que se centraba en la política bajorana.
En la segunda temporada se introdujeron a los Maquis, que trajeron algo de continuidad,
sobre todo con la traición de Edington. Obviamente, todas las historias
con los Fundadores, el jem’hadar y los vorta estaban destinadas a desarrollar a
los componentes de esta agresiva potencia y su influencia sobre el cuadrante Alfa
(y Beta), hasta estallar la guerra al final de la quinta temporada. Y sería al
principio de su sucesora, con seis capítulos encadenados, hasta recuperar Deep Space 9, que se ensayaría esa historia continua. La cual tendría su última
expresión en los últimos diez episodios, que nos narraría el inolvidable final
de esta espectacular serie. En Treachery,
faith and the Great River (DS9, 7.06)
& Covenant (DS9, 7.09) plantaron la semilla para el final de
la guerra contra el Dominion, pero también se cierra el desarrollo de Sisko
como Emisario, y el resto de personajes.
Esta concatenación de episodios era necesaria para cerrar
todas las tramas, en la que sería, según Ronal D. Moore “La serie más oscura
y humana” de Star Trek. La cual tenía un acuerdo tácito de alejarse de la technobabel, del deux ex
maquina, de los fenómenos espaciales, o de usar a Q, por lo que permitió
crear un impresionante plantel de personajes complejos e inolvidables, desde
los siete protagonistas principales, el resto de secundarios y recurrentes,
incluso figurantes, que habitaban y visitaban la estación, con los que explorar
el alma humana. En la que está claro que se tuvo una enorme libertad creativa y que permitió desarrollar
tramas interesantes y cargadas de drama, y esperanza. Ira Behr, dijo sobre su
trabajo al frente de la serie: “No necesito preocuparme por encontrar mi
gran momento, porque tuve un gran momento. Tuve un gran momento que duró siete
años”. Y como fans podemos coincidir con él, con la salvedad de poder
volver a ver, y disfrutar, las siete temporadas de Deep Space Nine.
· Penumbra (DS9,
7.17)
Estos diez capítulos empiezan con una búsqueda, y una
tenebrosa revelación cuando Sisko decide casarse. La relación de Benjamin y
Kasydi ha llegado a un punto en que la pareja quiere unirse en matrimonio. Pero
la boda que querían ambos no puede ser un enlace familiar y tranquilo, ya que
la figura de Sisko como Emisario transciende a su vida personal. Lo que antes
hubiera sido la rebelión por parte de este personaje, ahora lo acepta como
parte del papel que le ha tocado vivir. En ese sentido, la compra del terreno y
la idea de construir una casa confirman que este ha echado raíces en Bajor y
que está ligado de manera muy personal al planeta. Aunque todo se desmorona
cuando los Profetas, por voz de su madre, le pide que no se case, diciéndole
que no es su destino. Worf y Ezri van a tener tiempo, en este y los siguientes
capítulos, tras ser capturados por los breen, que ya habían aparecido en Indiscretion
(DS9, 4.05), de poder tener aquella conversación que les queda
pendiente desde la muerte de Jadzia. Sobre todo, por parte de Worf, que al
final es quien ha de pasar el duelo y asumir su pérdida y solucionar de una vez
su relación de amistad. El klingon ha pasado por casi todas las etapas del
duelo: la negación cuando ha de hacer que su espíritu entre en Stovokor.
Etapa de la ira, cuando no quiere que nadie se acerque a Ezri. La etapa de depresión,
cuando evita a Ezri durante casi toda la temporada. Y finalmente aceptación.
Son pasos necesarios para que pase página y acepte que tanto Ezri, como él,
puedan continuar con su vida. Además, hacen su aparición la mayor parte de los protagonistas
importantes para este final: como Weyound, la Fundadora, Damar y reaparece
Dukat. Al que no habíamos visto desde Covenant (DS9, 7.09), para
pedirle a su antiguo subordinado ayuda para ser transformado en bajorano. No
sabemos qué planes tiene, pero la influencia de los pah-wraith, o más
bien su alianza con estos, es muy fuerte, y está claro que es parte de un plan
mayor. Pero la importancia de su aparición está sobre todo en su conversación con
su antiguo compañero de armas, a quien alienta a ser un héroe y que lidere a
Cardassia. Sembrando la semilla de la futura decisión de este, y que será parte
de los acontecimientos que decidirán el destino de la galaxia.

«No
es para ti. Aun tienes muchas tareas por delante. Acepta tu destino. Tu mayor
prueba está a punto de comenzar. No tengas miedo. Todo será como debe ser»
«Madre…»
«Mantente
en el camino, Benjamin»
Sarah Sisko & Benjamin Sisko
· Til
death do us part (DS9, 7.18)
Se ha tener en cuenta que todo lo que sucede en estos
capítulos tendrá su repercusión en lo que queda de temporada. Por lo que no hay
nada dejado al azar o que no tenga importancia en el futuro. Por eso,
posiblemente el momento más importante para el desarrollo sea la conversación de
despedida entre Damar y Dukat. Mientras que en la estación entra en escena la
última protagonista de la trama final: kai Winn. Y con ella los Pah-wraith,
con la intención de manipular a Winn, quien creerá que por fin ha tenido su
primera visión de los Profetas. Una de las grandezas de esta serie radica en lo
grandes que son sus villanos: Dukat, Weyoun, la Fundadora, Gowron, pero es Winn
quien, para mí, destacada entre ellos, muy posiblemente por la interpretación
de la grandísima Louise Fletcher. Aquí veremos a aquella que anhelaba el poder
y la adoración, es engañada por los enemigos mortales de los Profetas, y su más
leal servidor: Dukat, que se aprovechan de sus debilidades para atraerla hacia
su bando. Me he preguntado si estos nunca la hablaron, por qué sabían que los
traicionaría, o para que entendiera quién era realmente la cara del mal y al
final de su vida pudiera redimirse de su abrazo a los Pah-wraith. Por
otro lado, Sisko sopesa hacer caso a la advertencia de su madre, pero también
ama a Kasydi, por lo que finalmente decide casarse con esta, no por rebeldía,
sino porque como ser humano, estamos hechos de las responsabilidades de
nuestras decisiones, y si no las asumimos no seríamos quienes somos. Mientras
que tenemos un final explosivo: la alianza entre el Dominion y los
breen, un nuevo y poderoso adversario, envuelto en el misterio que puede
cambiar la balanza de la guerra.
«¿Qué
pasó con el valiente oficial con el que serví? ¿El que estuvo a mi lado cuando
luchamos contra todo el Imperio Klingon con una sola nave?»
«Esos
eran tiempos más simples»
«Estos
días podrán haber desaparecido, pero el hombre con el que serví, no. Todavía
está dentro de ti, mete la mano y agarrarle, Damar. Cardassia necesita
un líder»
«Usted
fue su líder una vez. Y podría serlo de nuevo»
«Los pah-waiths
me han mostrado que tengo otro destino. Buena suerte viejo amigo»
«Y
para ti»
Dukat & Damar
· Strange bedfellows (DS9, 7.19)
La historia avanza sobre varios de los protagonistas
secundarios, que tomarán decisiones que marcarán su destino, y el desenlace de
la serie. Damar comprenderá finalmente lo que significa haber pactado con el
diablo, al aliarse con el Dominion. Y salvará de la ejecución a Worf y Ezri,
que utilizará como mensajeros para anunciar su futura rebelión. Este es uno de
esos grandes personajes de la serie, sobre todo por su transformación, y porque
fue construido pieza a pieza desde su aparición en Return to grace (DS9,
4.14). Le vimos siempre aferrado a una botella, como en Behind the
lines (DS9, 6.04), tratando, de alguna manera, de ahogar su rechazo a
la alianza con el Dominion. La conversación con Weyoun, en el que esta quita
importancia a la alianza con los breen, no deja de resonar como simple excusa
para hacerle callar, y son las que finalmente lo empujan a revelarse para
intentar redimir a su pueblo. Mientras que kai Winn, descubre que quien le ha
hablado no han sido los Profetas, sino los Pah-wraith. Lo que, como es
obvio, le lleva a la confusión y angustia. Pero esta siempre había anhelado el amor
de los Profetas y la adoración de su pueblo, por lo que la hace fácilmente manipulable.
“Eso solo demuestra lo vacía que estaba”, comentó la actriz Louise
Fletcher, sorprendida de la rapidez con la que cambia de lealtades. Mientras
que Rene Echevarria ilustró su relación con Dukat: “Una vez que ella
descubre quién es, y qué trama, y decide quedarse con él, se convierten en dos
escorpiones en una caja. El equilibrio de poder cambia constantemente entre
ellos”. El episodio también contiene dos escenas memorables. La
conversación entre Sisko y Martok sobre el matrimonio, y como lo interpretan
los klingons: como una guerra interminable que finalmente siempre ganará la
pareja de uno. Y la Muerte de Weyoun 8 a manos de Worf, con la posterior
celebración de Damar, que le recuerda al jefe de seguridad que debería haberle
asesinado a él: «Simplemente harán otra copia de él, ya sabes. Deberías
haberme matado. Solo hay un Damar».
«¿Cuántos sacrificios más se le pedirá a mi pueblo que
haga?»
«¿Tu pueblo, Damar? Todos somos uno con el Dominion.
Vorta, cardassianos, jem’vadar, los breen. Todos servimos a los Fundadores y
todos haremos los sacrificios que consideren necesarios»
Damar & Weyoun 8
· The changing face of evil (DS9, 7.20)
Empezamos con una mala noticia: el ataque de los breen a la
Tierra; continuamos con una batalla desastrosa y la destrucción de la Defiant;
pero terminamos con una luz en el horizonte: la rebelión de Damar. La
intervención del nuevo aliado en la guerra ha cambiado el equilibrio de
fuerzas, y la Federación se resiente con varias derrotas. Por suerte, la
Fundadora, en un gesto de manipulación, impide la destrucción de las cápsulas de escape, lo que redundará en no solo salvar a los personajes
protagonistas, sino su propia vida, y la Gran Unión, gracias a las acciones futuras
de estos. Mientras tanto Winn sigue trabajando para los Pah-wraith, al
leer antiguos textos sagrados, bajo la atenta mirada de Dukat y la preocupación
de Solbor. Quien es interpretado por James Otis, solo iba a aparecer en una
escena, pero gustó tanto su interpretación, que alargaron su participación. Y
que ejerce de perfecto contrapunto de repulsa, como si fuera la mirada del
espectador, ante la relación entre Dukat y Winn. Hasta que desenmascara al
antiguo Prefecto, lo que hacer que Winn le asesine para evitar que la delante,
demostrando su egoísmo, y que solo piensa en ella. Pero su sacrificio, la de la
sangre inocente, le permitirá tener acceso a los secretos del Kosst Amojan.
El director Winrich Kolbe comentó: “Es la banalidad del mal. Ella no anda
apretando los dientes y mordiendo. El mal está debajo. Es una persona malvada,
muy normal”.
«Quien estudia al mal. Es estudiado por el mal»
Solbor
· Whan it rains… (DS9, 7.21)
Iniciamos la segunda parte de los capítulos finales, donde
algunos personajes se han posicionado en la trama, para que entren nuevos
elementos al tablero de juego. Los cardassianos han de aprender como librar una
guerra de guerrillas. Y como soldados profesionales que son, les costará más de
lo que se imaginan. Además, reciben la ayuda de una antigua resistente
bajorana, un antiguo asesino de la Orden Obsidiana, y un cambiante, lo que no
les resultará fácil. En la estación aparece Gowron, que podrá patas arriba la
intervención klingon en la guerra. El Canciller es un político, que ve que está
siendo eclipsado por Martok, y quiere evitar que este le arrebata el poder. Y
aunque este ve las intrigas de Gowron, su honradez y honor le impiden maniobrar
en contra de su superior. Y descubrimos que Odo no solo está contagiado de la
misma enfermedad que el resto de Fundadores, si no ha sido la Sección 31 quien
le ha creado el virus que le está matando a él, y al resto de sus congéneres.
Por suerte, el doctor Bashir hará todo lo que esté en sus manos para encontrar
la cura. Mientras en Bajor, Dukat se queda ciego cuando intenta leer el Kosst
Amojan, hecho creado para alargar su trama hasta el último capítulo. Pero
pensar en la humillación que significó para el antiguo todopoderoso Prefecto cardassiano,
es puro deleite.
«Descubrirás que el pueblo bajorano es muy bondadoso. Un
mendigo ciego despertará su compasión. Estoy segura. Y con un poco de suerte
ganarás lo suficiente pata comer, puede que para resguardarse cada noche»
Winn a Dukat
· Tacking into the wind
(DS9, 7.22)
Uno
de los momentos más importantes del arco final, es posiblemente la toma de
conciencia de Damar de los crímenes que ha cometido su gente sobre el pueblo de
Bajor, tras conocer la muerte de su propia familia. Deep Space Nine
había tocado temas complejos, que unos años después sería impensable en la
televisión americana. Hablando sobre las consecuencias de la ocupación militar:
asesinatos en masa, robo y destrucción de la cultura, campos de trabajo que
eran sentencias de muerte, así como lo despiadada lucha de resistencia. Aunque
dejando (casi) siempre claro quiénes eran los malos (los cardassianos) y
quienes eran los buenos (los bajoranos). Pero también es cierto que, desde el
principio, exactamente desde Duet (DS9, 1.19), también nos habían
presentado personajes que rompían esa barrera de blanco y negro, para, al final
de la serie, tocarles el turno en convertirse en la potencia ocupada y ser
sometidos con violencia ciega. En una innegable justicia poética, como dirían
los bajoranos. Y lo hacen a través del asesinato de la familia de Damar, quien
se ha alzado contra los Fundadores, dándose cuenta, a través de este hecho
atroz, que ellos también habían sido verdugos implacables contra gente
inocente.

«Matarla a ella y a mi hijo… Es pura
brutalidad sin sentido. Un desperdicio de vidas. ¿Qué clase de Estado tolera el
asesinato de mujeres y niños inocentes? ¿Qué clase de gente puede dar una orden
así?» comenta desolado.
«Sí, Damar, ¿qué clase de gente puede dar una
orden así?»
Damar
& Kira, que alza la voz por los bajoranos muertos durante la ocupación
La
historia B marca el final de Gowron como líder del Imperio Klingon y
como (otra) justicia poética, es Worf (tantas veces ninguneado por este) quien
acaba con él en justa lucha. Ante sus intrigas para socavar la popularidad de
Martok, y ante la incapacidad de este por rebelarse contra su superior, será el
hijo de Mogh quien se enfrenta el Canciller. Desde que nos introdujimos en los
entresijos del poder klingon, en el legendario Sins of the father (TNG,
3.17) hemos sido testigos de la corrupción, y el desprecio de las clases
dirigentes al honor que tanto se vanaglorian su pueblo. Ezri, en su conversación
con Worf deja claro que esta es una sociedad en decadencia, lo que nos
confirmarían en Judgment (ENT, 2.19) a través del abogado Kolos,
precisamente interpretado por el mismo J.G. Hertzlet, que también encarna Martok,
para mí, el mejor klingon de toda la saga. Con el Imperio en manos de alguien
realmente honorable es posible que estos aún tengan una esperanza.

«Veo
una sociedad que se niega profundamente a sí misma. Estamos hablando de una
cultura guerrera que se enorgullece de mantener tradiciones centenarias de
honor e integridad, pero en realidad está dispuesta a aceptar la corrupción en
los niveles más altos»
Ezri
Dax
·
Extreme measures (DS9, 7.23)
La
enfermedad ha ido socavando y desecando a Odo. Y es que la relación entre el
condestable y Kira no es una de mis favoritas, ya que muchas veces siento la
falta química entre ambos. Pero reconozco que, en estos últimos capítulos, el cariño
y el amor que sienten entre ellos es palpable. La relación que siempre he
creído que era una de las grandes bazas de la serie, es la amistad entre
O'Brien y Bashir. Como se ha demostrado una y otra vez, como en Hipocratic
oath (DS9, 4.04) o el menos dramático Rivals (DS9, 2.11). Aquí
vemos como los dos amigos se introducen en la mente, cuál Alicia en el País
de las Maravillas, del agente de la Sección 31 para lograr encontrar la
cura para Odo. Esta organización fue creada como algo secreto, oculto en las
sombras y sin ningún escrúpulo. Para luego ser mencionada en las nuevas series
y películas, como un grupo conocido por casi todo el mundo, desvirtuando el
concepto inicial, más oscuro y peligroso. El idealismo de Bashir, y las ganas
de destruir esta organización criminal capaz de provocar un genocidio, le
tentarán entre salvar a Odo o desenmascararla. Pero el pragmático O’Brien hará
que la ética sea vencida por la lealtad. Evitando así, la última manipulación
de Sloan. Lo que a la postre ayudará a impidiendo un derramamiento de sangre
mayor para acabar con la guerra.

«Te
entendí mal. Pensé que solo eras un idealista equivocado. Pero eres un hombre
peligroso. Personas como tú destruirán la Federación. Afortunadamente,
hay personas como yo que están dispuestas a morir para protegerla»
Luther
Sloan
·
The dogs of war (DS9, 7.24)
La
resistencia de Damar se complica cuando es traicionado y el Dominion destruye
todas sus bases y fuerzas, quedando atrapado en Cardassia Prime. Pero la
semilla de libertad ya ha sido plantada y su rebelión puede convertirse en
revuelta abierta contra la ocupación. Mientras tanto, en Deep Space 9,
Ezri y Bashir por fin deciden compartir sus sentimientos el uno con el otro,
iniciando así una relación sentimental tan esperada por sus compañeros, como
por los espectadores. Y es que son dos personajes que merecían terminar juntos.
Culmina también la sucesión en el gobierno de Ferenginar. Siempre me han
gustado los ferengis (de Deep Space Nine) como exageración (o no tanto)
de nuestra sociedad consumista, que se habían quitado aquel estigma de
ridiculez que obtuvieron en su presentación en The last outpost (TNG,
1.05). Así como la evolución de Rom y Nog, que gracias a su desarrollo se les
puede considerar protagonistas por mérito propio, y no solo por ser hermano y
sobrino de Quark. Sin olvidar a la matriarca de la familia: Ishka. Madre nada
convencional, con la que fuimos viendo una transformación de esta sociedad tan
marcadamente machista, en la que las mujeres no podían llevar ropa o invertir
en negocios. Ahora, ante el estupor e indignación de Quark, incluso se pagan
impuestos. Por lo que es en este contexto que la jefatura de su sociedad pasa a
manos de Rom, alguien tan bonachón, como habilidoso. Así culmina otra de las
transiciones de las sociedades aparecidas en la serie. Siendo la primera, la
Bajorana, que ha ido recuperando su esplendor tras la ocupación cardassiana. El
cambio de dirigente del Imperio klingon a alguien honorable y tan poco
ambicioso que tuvieron que ponerle la capa de canciller. Mientras que Damar quiere
cambiar la Unión Cardassia, dejando atrás la agresión y la violencia que
habían desencadenado contra sus vecinos. Incluso el Dominion tiene la
oportunidad de aprender de las experiencias de Odo junto a la Federación,
y desprenderse (tal vez) del resentimiento hacia los sólidos. Dejándonos un
resquicio de esperanza en la mejora de todas estas sociedades.
«¿Me
estás diciendo que hay “impuestos” en Ferenginar?»
«No
te has enterado de las últimas reformas, ¿verdad? Zek instauró impuestos
progresivos hace tres meses»
«¿Llama
a eso reforma? ¡Los impuestos van en contra de la base misma de la libre
empresa! ¡Por eso se llama “libre”!»
«El
gobierno necesita impuestos para financiar los nuevos programas sociales.
Subsidios para los pobres, pensiones para los mayores, sanidad para…»
«¡Para!
No tenía ni idea de que fuera tan malo. Todo es culpa de Moogie. Ha estado
intoxicando la mente de Zek con sus ideas de igualdad y compasión. ¿Qué hay de
la superviviente de los más fuertes? ¿Qué hay del rico haciéndose más rico, y
el pobre más pobre? ¿Qué hay de la más pura y absoluta…?»
«…Codicia»
Quark
& Brunt
· What
you leave behind (DS9, 7.25/26)
Con
el último capítulo se cierran de manera magistral todas las tramas, incluida la
elección de Sisko como Emisario con la que se iniciaba el programa. Ya
conocimos en Image in the sand (DS9, 7.01) que la madre de Sisko
había sido una Profeta, aclarando que su elección no era casual. Ahora se
enfrenta a Dukat, quien se ha convertido en su némesis, al ser elegido por los Pah-wraith
como su propio Anti-emisario. Cerrando así también el círculo de la evolución
de Dukat, primer y último villano de la serie. Ahora ya no es un gul
cardassiano, sino la misma encarnación del mal, elegido por los seres que
pretenden incendiar Bajor y el resto del cuadrante Alfa (imagino que el Beta,
el Gamma y el Delta tampoco se escaparían de sus pirómanos planes). Así, el
enfrentamiento final entre ambos personajes cierra también el de Profetas y Pah-wraith,
cuando estos últimos son encerrados en las Cuevas del Fuego con la única llave
para volver a abrir su prisión: el Kosst Amojan. Es en ese
enfrentamiento cuando kai Winn, habiéndose dado cuenta que ha sido engañada y
manipulada por los Pah-wraith y Dukat, tiene su momento de redención, al
indicarle a Sisko que la clave de todo es el antiguo libro. Salvado por los
Profetas, aparece en el Templo Celestial, desvelando que la advertencia de su
madre sobre su boda en realidad quería evitar el dolor que sufrirá por al verse
obligado a separarse de Kasidy y de la hija o hijo que esperan. «El fin de
tu viaje no está ante ti, sino detrás» que le dice su madre, nos da a
entender que su trabajo puede ser unificar a los bajoranos en el pasado. Está
claro que permanecer en el Templo Celestial es la penitencia por obligar a los
Profetas a intervenir en la guerra durante Sacrifice of angels (DS9,
6.06). O sabiendo que estos no tienen una vida lineal en el tiempo, todo
era parte de la vida del Emisario. La escena original nos dejaba claro que
Sisko no volvería a ver a Kasidy, pero Avery Brooks, preocupado por
mostrar como un hombre negro dejaba a su esposa embarazada sola, pidió volver a
rodarlo para dejar su regreso más ambiguo. Esto me parece bien, sobre todo por
dejar abierta la posibilidad de su retorno, en un final más optimista y no tan
amargo, en un universo, como el de Star Trek, que es una visión esperanzada del
futuro del mundo que nos rodea. Finaliza
también la guerra contra el Dominion, amenaza que se ha ido desarrollando desde
Sanctuary (DS9, 2.10). Para ello, Odo regresa a la Gran Unión
como portador de la cura a la enfermedad que les está matando. Y como ya se nos
dijo en Favor the bold (DS9, 6.05) su regreso era más importante
que todo el cuadrante Alfa. Por lo que la rendición y retirada era algo que
entra dentro de la idiosincrasia de los Fundadores. Como daño colateral, los
cardassianos, quienes habían sido los primeros villanos, ya desde su presentación
en The wounded (TNG, 4.12), reciben un cruel castigo a manos de
aquellos que debían haberlos hecho los amos del cuadrante Alfa. Garak lo
resumiría en su conversación con su amigo Bashir: «Algunos pueden decir que
hemos obtenido justo lo que merecíamos. Después de todo, no somos del todo
inocentes, ¿verdad? Y no estoy hablado solo de la ocupación de Bajor. No, toda
nuestra historia es de una arrogante agresión. Colaboramos con el Dominion,
traicionando a todo el cuadrante Alfa. Oh, no, no. No hay duda al respecto.
Somos culpables de los cargos». Aunque personalmente creo que la muerte de
Damar, nos deja la duda sobre qué régimen resurgirá de las cenizas de la guerra. Y
se despide a todos los personajes, tanto principales como recurrentes, sin
dejar flecos o tramas inconclusas. Algunos permanecen en la estación como Kira,
Bashir, Quark, Nog, Jake y Ezri. Otros emprenden un nuevo camino en sus vidas
como O’Brien, Worf, Rom y Leeta, Zek e Ishka, o el general Martok. Otros han
iniciado un camino incierto, Garak retornando de su exilio a un hogar devastado
y cuyos muertos se cuentan por cientos de millones. Y Sisko se ha convertido en
el Emisario de los Profetas, mientras Odo regresa a la Gran Unión con la idea,
no solo, de curarles, sino de enseñarles lo que ha aprendido de los sólidos en
su estancia en Deep Space 9. Damar ha muerto luchando mientras
anhelaba una Cardassia mejor, rehabilitado como parte de los héroes de la
serie. Weyoun ha sido ejecutado, y sin las instalaciones de clonación, no podrá
ser “resucitado”. Mientras que el resto de villanos tienen el final que se
merecían: la líder del Dominion será encarcelada por crímenes de guerra, Dukar
ha sido encerrado con los Pah-wraith, y Winn se ha redimido de su
arrogancia y envidia. Para
mí no hay duda que este es el mejor capítulo final de toda la saga de Star Trek
hasta la fecha. All Good things… (TNG, 7.25/26) es una obra
maestra que cierra el círculo con respecto al primer episodio de la serie Encounter
at Farpoint (TNG, 1.01/02), pero no deja de ser un capítulo doble. Endgame
(VOY, 7.25/26) me resulta precipitado como final, sobre todo sabiendo
que la séptima era su última temporada. Por ejemplo, poco antes se sacan de la
manga una colonia talaxia para que Nelix se quede con los suyos. Extraña
decisión después de siete años habiendo viajado con la tripulación de la Voyager,
y sabiendo desde el principio que su destino era la Tierra, a 70.000 años luz
de Talax. Mientras que el argumento final resulta el perfecto deux est
machina, que podrían haber utilizado en cualquier momento desde la primera
temporada, cuando aparece del futuro una Janeway con la solución, digna de un
mago, de cómo regresar al cuadrante Alfa. Para ST: Enterprise, ante su
abrupta cancelación, se improvisó These are the voyagers… (ENT, 4.22),
que no tiene nada que ver con una espectacular cuarta temporada que le hace de
cierre. Hacen un salto temporal y la mezclan con los sucesos de The
Pegasus (TNG, 7.12) sin que las historias de ambos capítulos estén
relacionadas. Me parece tan fuera de contexto que suelo obviarlo, como si no
existiera, siendo para mí, el último capítulo de la serie: Terra Prime (ENT,
4.21), que por lo menos nos narraban algo original. Mientras que The last
generation (PIC, 2.10) es un broche de oro a toda la trayectoria de la
tripulación de The Next Generation. Pero tal vez me resulte demasiado empalagoso
en su espectacularidad, escrito más para el fandom, que por crear una gran
historia final para el capitán Picard y a su tripulación. Pero What you
leave behind (DS9, 7.25/26) ha sido construido desde hace mucho tiempo,
personaje a personaje, diálogo a diálogo, y no solo en los últimos diez
capítulos, sino que nos lo han preparado desde mucho antes. La historia no deja
flecos, pero sí puertas abiertas a la aparición posterior, como la referencia
de Odo en Seventeen seconds (PIC, 3.03) o la aparición de Kira y
Quark en Hear all, trust nothing (LD, 3.06). El único “pero” que le
pondría, es la reutilización del metraje de las batallas navales. Un detalle
que una serie tan espectacular como Deep Space Nine, no se merecía. Aun
así, cuando termina te deja un buen sabor de boca, sabiendo que lo que se
quería contar ya lo han hecho. Las historias de sus personajes podrían continuar,
pero el final es tan perfecto, que no importa que haya terminado.
«No
es lineal»
«¿El
que?»
«Mi
vida. Mi destino. Los Profetas me salvaron, soy su Emisario y aun me queda
mucho por hacer. Pero antes tengo mucho que aprender. Cosas que solo los
Profetas pueden enseñarme»
«¿Cuándo
regresaras?»
«No
lo sé. Puede que dentro de un año. Puede que ayer. Pero regresaré»
Benjamin
Sisko & Kasidy Yates
Los personajes:
Ezri fue creada para
sustituir a un personaje muy querido por el público, y con un extenso recorrido
dentro de la serie, como era Jadzia, por lo que la tarea no era nada fácil. Por
eso Ezri es encantadora y sobre todo es vulnerable, para hacer que la cojamos
cariño desde el minuto uno. Y en mi caso, lo consiguieron. Por suerte el
personaje de Dax era una trill unida, por lo que su simbionte, con todos sus
recuerdos, pudo continuar formando parte de la tripulación. Incluso pudieron
evolucionar a otros compañeros, sobre todo a Worf, sin que el cambio de actriz
se notara forzado, en realidad es algo natural en los trill. Su evolución desde
una unida sin preparación, a la mujer segura de sí misma, en tan solo una
temporada, hace que desde los primeros capítulos sea parte de la tripulación, a
pesar de ser la incorporación más reciente. Por otro lado, con Ezri podemos
explorar un poco mejor la raza y la cultura trill, dejando atrás, por fin, esa
fijación hacia la cultura klingon que tanto detesté en su predecesora. Aunque
ese profundo conocimiento sobre estos guerreros, le permitió ser certera al
describir los problemas que la sociedad de guerreros tenía en Tacking into
the wind (DS9, 7.22).

«Worf,
eres el hombre más honorable y decente que he conocido, y si estás dispuesto a
aceptar a hombres como Gowron, ¿qué esperanza hay para el Imperio?»
Ezri,
Tacking into the wind (DS9, 7.22)
Morn es un figurante
que aparece en 93 capítulos, desde The Emissary (DS9, 1.01/02)
hasta su conclusión en What you leave behind (DS9, 7.25/26), así como en
Birthright
(TNG, 6.16), Caretaker (VOY,
1.01) y Hear all, trust nothing (LD,
3.06). Incluso la trama principal de Who mourns for Morn? (DS9, 6.12)
está centrada en él, aunque apenas aparece en el mismo. Siendo posiblemente una
de las figuras más queridas por los aficionados, a pesar de que nunca pronunció
ni una sola palabra. Limitándose a sentarse en el bar de Quark y dejando
que los demás interactuaran con él. El motivo es sencillo, evitarse pagar al
actor, Mark Allen Shepherd, el sueldo de actor en vez del de figurante. Su
nombre es el anagrama de Norm, de la serie Cheers
(1082-93), pero con las letras al revés. La existencia de un personaje como
Morn es el ejemplo de cómo esta serie cuidaba, desde la primera temporada, los
detalles más pequeños para crear un ambiente familiar y cotidiano. Y, por tanto,
uno de los motivos por los que hace a Deep Space Nine la más grande de
las series.
«Cuando
Morn se va, todo ha terminado»
Regla
de Adquisición 286 de Quark, The house of Quark (DS9, 3.03)
El
holograma de Vic Fontaine siempre me pareció un personaje innecesario.
Incluso en la séptima temporada usurpará el papel de consejero a Ezri Dax, como
ya hiciera Guinan en la Enterprise-D con Dianna Troi. Aunque en
su defensa cuando fue creado cuando el personaje de Ezri no existía. Su idea
planeaba en la mente de Ira Steven Behr para crear un personaje del Rat Pack
(nombre dado a un grupo de actores y músicos de los escenarios de Las Vegas en
los años 50 y 60) que daría consejos amorosos a la tripulación. Pensado para
Frank Sinatra Jr. en la cuarta temporada, este rechazó la propuesta al querer
interpretar a un alienígena y no a alguien que basado claramente en su padre.
Está claro que se usa como nexo a la historia del espectáculo norteamericano y
fuera de este país es posible que se pierda ese sentido. Por lo que a mí me
queda algo fuera de lugar en Deep Space 9 del siglo XXIV. Aun así, que
sea un holograma con conciencia propia, que pueda saltar de un programa a otro
o alterar el suyo propio, lo hace un concepto muy interesante. Sin olvidar que
protagonizará su propio episodio, junto con Nog, en It’s only a paper Moon
(DS9, 7.10), y eso que los dos eran personajes recurrentes, y no uno de
los principales, lo cual es realmente excepcional.

«Mira
chico, no sé lo que te va a pasar ahí fuera. Todo lo que puedo decirte es que tienes
que jugar las cartas que te da la vida. A veces ganas, a veces pierdes, pero al
menos estás en el juego»
Ll. C. H.