miércoles, 28 de febrero de 2018

Discovery primera temporada


Discovery – Primera temporada


Cuidado, a continuación hay SPOILERS!!

Una vez finaliza la primera temporada es el momento de hacer un pequeño repaso de la misma.

La serie
La idea de original de Bryan Fuller y Alex Kurtzman de rodar una antología, para que cada año tuviera un argumento, una tripulación y un periodo histórico diferente, lo que hubiera sido genial ya que podríamos haber visto diferentes periodos de la historia de Star Trek. Pero siendo realistas los costes de cambiar cada vez los decorados, el vestuario, el atrezzo, etc… hubieran sido espectaculares e insoportables para la producción. No podemos olvidar que la serie es, como cualquier otra, un producto comercial sujeto a coste/beneficio y el presupuesto de cada capítulo de Discovery ya ascendían de entre 8 a 8,5 millones de dólares. Así las cada vez mayores diferencias creativas y las decisiones del estudio hicieron que Fuller abandonara el proyecto durante la preproducción, (1) dejando su idea inicial (tripulación, nave y momento en la línea temporal) no solo para la primera temporada, sino para el resto de la serie. (2) Además originalmente se pretendía que solo tuviera entre 10 y 13 capítulos, que al aumentar hasta los 15, hace que la primera parte avance un poco a trompicones, con capítulos más o menos independientes, incluso de relleno como Lethe (DIS, 1.06) y Magic to make the sanest man go mad (DIS, 1.07). Y aunque en ambos ocurren cosas muy interesantes, la trama funciona exactamente igual sin ellos.

El argumento está perfectamente contado: como Burnham se encuentra en el inicio de la guerra contra los klingons y como la termina, teniendo entre estos dos hechos un pequeño viaje al universo espejo. Durante los capítulos acompañamos al capitán de la Discovery, Gabriel Lorca, en un viaje cada vez más tenebroso, con decisiones cada vez menos éticas que arrastran a su tripulación, hasta un universo donde existe el Imperio Terrano, que es la antítesis de la Federación. Y cuando logran regresar a casa la Flota ordena cometer un genocidio contra sus mortales enemigos para evitar que estos ganen la guerra. Es en ese momento de desesperación Burnham, junto al resto de sus compañeros, deciden no seguir esas órdenes inmorales. En ese momento podemos decir que es cuando “la noche es más oscura junto antes del amanecer”, cuando se ha estado a punto, con un acto de genocidio premeditado, que la Federación pierda sus ideales, con los que han sido educados y han defendido y al decir “no”, la luz empieza a despuntar de nuevo. Pero la guerra no continuará, porque entregan la manera de arrasar Qo’noS a una de sus enemigas que no quiere proseguir con el conflicto. Esta es una solución de negociación, frente a la violencia, un concepto que está en el ADN de Star Trek. Aun así chico lo rápido que se desarrolla y es posible que sea por la intención de los actuales showrunners Aaron Harberts y Gretchen J. Berg de querer finalizar lo antes posible la historia de Fuller y Kurtzman, más bélica que centrada en la exploración espacial, el leitmotiv de Star Trek. Aun así el desenlace es muy trekkie y me recuerda cuando Kirk se horrorizó al darse cuenta en Organia, que todas sus acciones estaban dirigidas a provocar de nuevo esa guerra, que ahora vemos que quedó de alguna manera inconclusa, y que en el fondo él no quiere reiniciar porque sabe que solo traerá destrucción y sufrimiento. Precisamente en el capítulo Errand of mercy (ST, 1.27) donde aparecen por primer vez los klingons y donde nos anuncian que ambas potencias serán aliadas en el futuro.

Segunda temporada (¡Puede contener spoilers!)
Poco se sabe de esta, aunque su rodaje empieza en abril de este año, así que en breve se empezará a filtrar alguna que otra noticia. El final de Will
yo take my hand? (DSI, 1.15), con la aparición de la Enterprise, nos hace suponer que la tripulación regresará a los mandos de la Discovery con nuevas aventuras. El pasado agosto de 2017 Alex Kurtzman indicó que los productores querían “un enfoque híbrido [sobre la idea de antología]. No creo que busquemos una historia interminable y continua de 9 o 10 años. Estamos viendo arcos que tendrán caracteres que conocemos y personajes que no conocemos”. También se indicó que el éxito de la serie podría propiciar nuevos proyectos paralelos que sí podrían usar el formato antológico. Así que aún tengo esperanzas de ver aquel periodo entre el final de ST VI: The undiscovered country y el siglo XXIV de The Next Generation, lo que se ha llamado: la generación perdida. Pero esto es solo una especulación, por ahora Harberts y Berg solo han dicho que no tratará del conflicto entre la Federación y los klingons, aun así sí han confirmado que quieren seguir con el personaje de Tyler/Voq.

Los personajes:
La serie da una sensación rara (comparándola con el resto de la saga) al no coincidir el capitán con el protagonista principal, lo que nos deja la sensación de faltar un líder que podamos reconocer, que inspire al grupo, a quien emular y seguir. Eso no es malo, simplemente extraño. Además se rompió la regla de Roddenberry de que “los miembros de la tripulación no tienen conflictos significativos entre ellos o se representan negativamente”, siendo la desconfianza que siente Saru hacia Burnham el ejemplo más claro. Por otro lado y relacionado con esto, también nos falta el trio protagonista. Aquí no hay una relación a tres bandas como tenía Kirk-Spock-McCoy, y como se irían formado más adelante las de Picard-Data-Worf, Janeway-Seven-Doctor o Archer-T’Pol-Tucker, que eran tan claramente identificables. Aquí los personajes tejían sus relaciones entre ellos, pero no hubo un grupo definido, ni cohesionado. Lo cual tampoco es malo, sino raro, porque y eso es sobre todo culpa de ser una primera temporada, falta definir los roles de cada uno con respecto al grupo. Por otro lado como al principio la trama se había ideado como una historia cerrada, cada uno tenía un propósito concreto en lo que se estaba relatando, haciendo sus roles individuales más definidos. Ahora que estos protagonizarán la continuación de la serie (suponemos) y como sus roles estaban pensados para una duración limitada con esta concepción de antología, adolecen de estar demasiado cerrados en su desarrollo y pueden tener un crecimiento complicado, todo dependerá de la habilidad de los guionistas y la misma historia que nos quieran presentar a continuación.

Michael Burnham
Hizo un viaje muy largo hasta que toma el control de su destino al final de la temporada. Tanto en su sacrificio para logar que su tripulación lograra regresar a su universo, como en su decisión final de volverse a amotinar para no cometer un genocidio en Qo’noS. Aun así creo que la crearon demasiado compleja y que no terminaron de definir sus estereotipos desde un principio. Supongo que con la idea de ser medio vulcana (en lo que se refiere a su aprendizaje), pero al mismo tiempo con sentimientos humanos. Por lo que estuvo dando rumbos durante gran parte del tiempo. La Tal vez querían mostrarnos un híbrido que no fuera Spock, un poco como su némesis, un ordenador con patas como diría McCoy, pero con sentimientos, y para mí no terminó de cuajar. Luego mejora, pero como personaje ya estaba echado a perder, aunque esto permite introducir la figura de Sarek. Su decisión en las binarias es impulsiva, como si en vez de 7 años llevara 7 días a bordo de la Shenzhou y tampoco vi la complicidad con su capitana por ningún lado, ni en la escena inicial, ni durante esos dos capítulos. No me creo que tras servir tanto tiempo bajo su mando, aun no sepa que esta está marcando su posición en el planeta mientras caminan por el desierto. Esa introducción además me pareció siempre, chula pero, muy forzada. Además se nota que el personaje fue ideado con un único propósito: su redención al final de la temporada, al volverse a rebelar, pero esta vez contra una orden poco ética junto a sus compañeros y amigos. Por eso su primer acto, el amotinamiento contra Georgiou no tenía lógica alguna, y solo obtiene sentido al final. Está claro que ha de evolucionar ahora en adelante y encontrar su camino más allá del marco que le proporcionaba la guerra klingon.

Saru
Es el oficial profesional, quien ha basado su vida en hacer carrera en la Flota Estelar y para ello había puesto sus expectativas en aprender todo lo que pudiera de la capitana Georgiou. Y cuando muestran esta faceta en pantalla, como en la última parte de la temporada al mando de la Discovery, Saru se crece como personaje. Por lo contrario se hace muy pesado cuando exageran su faceta kelpiana sobre el miedo y su pasado como cría para ganado. Es significativo la transformación de los sentimientos que tiene hacia su antigua primer oficial: Burnham, la cual presiente que es un peligro para los que la rodean. Aunque cuando en Qo’noS esta rechaza el plan de la Flota para aniquilar a la población del planeta, no duda en ponerse a su lado en su nuevo amotinamiento, porque esta vez sabe que tiene razón.

Paul Stamets
Representa al científico centrado en su trabajo, que llegará a experimentar consigo mismo para demostrar sus teorías. Pero también lo hicieron humano al mostrarle en una relación sentimental con Hugh Culber, en la primera pareja gay de un personaje principal en una serie de Star Trek. Y aunque esta circunstancia se ha tratado con una gran normalidad, no puedo dejar de lamentar el tiempo que ha tardado en suceder esto en la franquicia. Aunque ya se habían visto besos entre dos mujeres, que tardara tanto tiempo en normalizar las relaciones entre personas del mismo sexo una serie pionera en la igualdad de raza y género, con la inclusión de Uhura como oficial en el puente y que esta protagonizara el primer beso interracial de la historia de la tv, es algo lamentable. Volviendo a Discovery el destino (o los guionistas) hace que Culber sea asesinado, y aunque gracias al Deus ex machina del motor de esporas (o champiñones) Stamets pudo despedirse de su pareja, en los siguientes capítulos su actitud me hace parecer que se ha olvidado muy pronto de él. Eso es un defecto muy grande y recurrente en las series, pero un duelo, una pena que durara algo más, hubiera sido más creíble. No sé vosotros, pero yo estaría desolado si me ocurriera algo similar.

Sylvia Tilly
Es la personalidad joven, una especie de Chekov, Wesley o Kim, con sus miedos y esperanzas, con ingenuidad y sin prejuicios, que ha ido madurando a lo largo de los capítulos. Insoportable cuando hacían que fuera la tonta mete patas, pero cuando se la toman en serio, es capaz de aportar algo a la historia. Me parece que si siguen por ese camino será alguien interesante y entrañable, y como ejemplo podemos poner su acto de camaradería, compasión, madurez y digno de admiración con Tyler en The War Without, The War Within (DSI,1.14) después que este se deshiciera de su parte klingon al acogerle de nuevo en el grupo y sentarse a comer con quien es su amigo. Y confieso que siempre me quedará la espinita de no haber podido conocer en persona a la Capitana Muerte.

Ash Tyler/Voq
Es el personaje que menos me ha atraído y eso que su premisa es muy interesante, pero es que no me creo sus acciones. Tal vez al no ver al Tyler antes de ser fusionado con Voq no empatizo con él. Además tampoco me sorprendió su trama y no me creo las motivaciones de este albino en hacerse transformar para descubrir el secreto de la Discovery, si sabía que no había manera de volver a ser klingon. Es un guerrero, pero está convencido que T’Kuvma tenía razón en la manera de unificar a su pueblo mediante la guerra y como Portador de la Antorcha se había convertido en su sucesor. ¿Creía realmente que los klingons le seguirían si tenía aspecto humano? Tampoco me creo que fuera un devoto convencido y solo pretendía apoderarse de los secretos del motor de esporas para entregárselos desinteresadamente a los que le habían despreciado, como Kol que quiso asesinarle.

Philippa Georgiou
Aunque conocimos poco a la capitana de la USS Shenzhou, la impronta que dejó en sus subordinados es legendaria. Lo mejor del universo espejo es haberla recuperado, aunque fuera en su reverso tenebroso, lo que explica que apareciera tanto en las imágenes de publicidad junto al resto del elenco. Mientras que ese reflejo malvado tenemos que reconocer que tenía más honor y agallas que su Lorca, cuando, ya derrotada, se quiere sacrificar para salvar a Burnham. Y con está libre en el universo primario, no me importaría volverla a ver.

Gabriel Lorca
No lo quisiera como capitán de una nave estelar, pero posiblemente sea el mejor personaje de todos. Al principio lo vemos como alguien traumatizado por la guerra y con una determinación total para lograr su objetivo: proteger a la Federación de los klingons. Para después decirte que te han engañado, que en realidad es un tipo maquiavélico, manipulador, frío y cruel del universo espejo. La única pega que le pondría es en el capítulo What's Past Is Prologue (DIS,1.13), donde esa personalidad tan controlada y que da tanto miedo, se desata en alguien histriónico por momento, sin freno, ni control, que solo quiere obtener el poder del Imperio.

Sarek
Si bien algunas acciones y actitudes de Burnham no me convencen en los primeros capítulos, la idea de una humana criada en Vulcano me parece interesante y que Sarek sea su protector y mentor, resulta muy acertado y plausible para el padre de Spock. Y gracias a su presencia podemos comprender un poco mejor la relación que tuvo con su hijo, sobre todo tras ver la decisión que tomó el Lethe (DIS, 1.06) que nos hacen conocer el enfado consigo mismo al ver como su hijo ingresaba en la Flota, desperdiciando la decisión que tomó él al impedir que Burnham entrara en el Grupo de Exploración, perdiendo así la oportunidad de que su legado se prolongara en una institución vulcana. Y eso le hace muy interesante. Además su participación en el final de la guerra klingon puede que sea el motivo por el que dejó su carrera diplomática tan tempranamente, como se indica en Journey to Babel (ST, 2.15), pero esto es pura especulación personal. Espero que con la aparición de la Enterprise de Pike, podemos ver a su hijo.

L’Rell
Sus motivaciones me las creo más que las de Voq: tiene las mismas creencias que T’Kuvma sobre la unificación de su pueblo. Pero tras interactuar con la almirante Cornwell y conocer mejor a su enemigo, se da cuenta que estos son algo más que los estereotipos que conocía sobre los humanos y eso la lleva a plantearse que aunque el fin era correcto, los métodos que está utilizando su pueblo para unificarse no son los acertados. Pero de eso, a liderar al Imperio hay un gran abismo, no tanto por no tener habilidades (tengo la creencia que casi siempre los mejores líderes son aquellos que no quieren serlo), sino porque no veo a los klingons siguiendo a alguien que les está chantajeando con una bomba y su aniquilación.

Mudd
A pesar que los capítulos en los que aparece son más bien de relleno (sobre todo el segundo), me gustó que le recuperaran. Sobre todo en el cambio de roles: de un desvergonzado buscavidas, y sin escrúpulos de la clásica, a alguien más cruel y despiadado. Lo que refleja la pérdida de la inocencia que tenía la serie de los 60, con los tiempos que corren ahora.

Algunos apuntes
Entiendo que se haya querido innovar en la parte visual para diferenciarse del resto de series, pero hay renovaciones innecesarias y espero que algún día reconozcan que el cambio estético de los klingons fue un error. Además el maquillaje de los klingons ya había cambiado desde el inexistente en la serie clásica, a la cresta craneal que todos conocemos a partir de ST: The motion pictures y cuyo cambio ya había sido tan bien argumentado en la serie Enterprise. Y teniendo en cuenta el interés que se han tomado en respetar el canon en otros muchos aspectos de la historia esto no tiene justificación. Según Neville Page (diseñador conceptual en la serie y también responsable de la versión klingon en ST Into darkness), parece que Bryan Fuller insistió en este cambio, incluyendo que todos fueran calvos para revelar lo que tenían en la cabeza (¿?).

Lo mismo podríamos decir de sus naves, que poco tienen que ver con la evolución vista en la precuela de Enterprise, y en siglos posteriores, y aunque se aprecia un aspecto semejante a pájaros, estas podían haber sido klingons, o de cualquier otra raza. Al contrario se ha mantenido una continuidad bastante fiel en las naves estelares, que continúan teniendo la misma estructura básica y reconocible. Sí es cierto que me ha faltaba ver algún elemento visto en las películas del abramsverso (como hizo tan acertadamente el proyecto de fanfilm de Axanar) o el aspecto de las naves de la clásica, como se habían visto en libros de referencia.

Antes del inicio de la serie indiqué que la elección del aspecto para la USS Discovery debía de estar relacionado con la historia que nos querían narrar. Su diseño procede de los bocetos de Ralph McQuarrie hizo para un proyecto descartado de película titulada ST: Planet of the Titans y reutilizado como una nave más en un depósito naval visto en Unification (TNG, 5.07). Sus líneas angulosas se alejan de las redondeadas y suaves que habíamos visto antes, y serie. En un proyecto de antologías, donde en cada temporada se cambiaba de nave, tripulación y escenario, hubiera sido interesante un cambio de estilo, pero al tomar esta historia como base de una serie más larga la Discovery no me convence como protagonista naval. Y aunque recuperar la idea de McQuarrie para la nave le da un cierto aire retro, y no deja de ser un guiño a descartadas, me hubiera gustado algo más original, como por ejemplo la Shenzhou.

De todo el motor de esporas (o champiñones, como tan acertadamente lo bautizó una lectora del blog) y la red micelial es lo que me parece más inverosímil. Entiendo que era necesario para la historia que nos han narrado, imprescindible en el caso del viaje al universo espejo o incluso como descubrir la manera de neutralizar el sistema de ocultación, pero me parece una tecnología muy avanzada para el siglo XXIII, sobre todo conociendo tan bien el XXIV gracias a TNG, DS9 y VOY a través de 517 capítulos de tres series y cuatro películas. Siendo el elemento más inconsistente de la serie (obviando el aspecto klingon). Tal vez en las futuras temporadas encuentren la manera de descubrir una peligrosidad que hace muy peligroso su uso o deciden ocular todo el proyecto bajo una Orden General o algo similar.

Posiblemente una de sus mejores bazas hayan sido la gran cantidad de referencias al resto de la saga. Para diferenciarla de la clásica, TNG obvió a ésta casi como si no hubiera existido, y fue un error, y en las siguientes series se siguió la misma tónica, rompiendo ese tabú en contadas ocasiones, hasta la última temporada de Enterprise, cuando la dirección de la serie cambió definitivamente de Rick Berman y Brannon Braga a Manny Coto. Con Discovery se ha demostrado que se pueden hacer historias nuevas sin tener que olvidar lo anterior y que una buena dosis de estas no hace daño, más bien lo contrario. Para citar unos pocos: los personajes visto en la clásica, el mismísimo universo espejo y la USS Defiant, que recuperó Enterprise en su capítulo del universo espejo, la mención a los capitanes más condecorados o el dique espacial (más conocido como la seta) en construcción en órbita a la Tierra, o los mapas sacados del libro de referencia Star Trek Star charts.

Las series se han de adaptar a los nuevos tiempos, tanto en narrativa, como en la parte visual. La tecnología (mucho más avanzada en imágenes CGI y en infografía) y los costes (la fama de la saga le otorga un presupuesto mucho mayor) han cambiado tanto que intentar emular, por ejemplo, el interior de la nave original de Kirk, Spock y McCoy sería absurdo. Ahora podemos recrear fantásticos escenarios, mundos, naves espaciales, también consolas y hologramas tridimensionales gracias a la tecnología digital que ha revolucionado el arte audiovisual. Por eso, aunque los hechos sucedan una década antes de la clásica, tenemos que aceptar los cambios de la retrocontinuidad, que se ha mantenido fiel en el aspecto de algunos elementos como los comunicadores o los phasers. Y el resultado personalmente me ha gustado: los puentes y estancias tal vez fueran un poco grandes, para lo que era la clase Constitution, pero sí he reconocido los decorados, sobre todo el puente de mando, como el de una nave estelar. Y eso se agradece.

Lo que me esperada, ¿se ha cumplido?
Reconozco que he disfrutado viéndola y mis expectativas en general han sido colmadas, aunque la serie podría mejorarse, en algunos aspectos incluso mucho. Esperaba que la trama y los personajes fueran interesantes y tanto esta, como la mayoría de protagonistas lo han sido. Además no se cerraron, en absoluto, a hacer referencias a la saga, tanto en la historia, como en los detalles en cada capítulo, al tiempo que creaban su propio folclore. Y aunque encontré a faltar referencias visuales más claras a la serie clásica, la parte visual me ha convencido en su mayor parte. Aun ha de pasar algún tiempo para saber si Discovery ha pasado desapercibida o se ha hecho un hueco entre las mejores series actuales, pero tengo que reconocer que la recomendaría a alguien que no fuer aficionado a la saga y en realidad conozco gente que la ha visto y ha disfrutado con ella. Hasta el punto de empezar a ver Enterprise. Aspectos mejorables también los ha habido, tanto en el desarrollo más fluido de la trama, como en el planteamiento de los personajes. Lo extraño es el cambio de aspecto de los klingons y sus naves de una manea ciertamente innecesaria. Esta renovación no afecta en nada a la trama, pero siendo generalmente cuidadosos en los sucesos narrados para que cuadren con el canon de Star Trek, choca esta decisión. En todo caso este punto solo importará a los fans.


Notas de producción:
(1) El abandono de Fuller parece que se debe a diversos factores: el primero a la deriva de la serie a nivel creativo que hemos indicado, también se ha de destacar el desarrollo paralelo que hacía de la serie American Gods (que también abandonó al no obtener para su segunda temporada el presupuesto que quería por capítulo), que desesperaba a los productores de la CBS por no estar al 100% volcado en Discovery. Su marcha además dejó en el tintero algunos diseños y puntos “más fuertemente alegóricos y complejos”.

(2) Por lo menos es lo que deduzco viendo el final de Will yo take my hand? (DIS, 1.15), ya que a fecha de hoy no he encontrado una información clara y las fichas de los actores en IMDB solo constan los capítulos de la primera temporada.


Ll. C. H.

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domingo, 25 de febrero de 2018

Discovery Will you take my hand?


Will yo take my hand?


Cuidado, a continuación hay SPOILERS!!


Tal vez había demasiada carne en el asador en el capítulo final. Aunque no creo que se hubiera podido hacer de otra manera tal y como estaban las piezas dispuestas en el tablero. Y aunque la idea de un acuerdo para detener la guerra es muy trekkie, y eso me gusta, la cuestión es que la resolución me parece demasiado rápida. La decisión que L’Rell tome el control del Imperio Klingon es como sacar un conejo de la chistera y finalizar así el truco de magia que se alargado en exceso. Por lo menos tal y como se ha explicado. Además para un pueblo tan orgulloso y apegado al honor, tener que arrodillarse ante un chantaje tan vil como evitar la aniquilación de Qo’noS para finalizar una guerra victoriosa, no sería nada fácil de tragar. Ni con un poco de azúcar. Después de esto y los acuerdos de paz de Khitomer impulsados por Azetbur en ST VI: The undiscovered country, no me extraña que las mujeres fueran apartadas de la política en el siglo XXIV como se dice en Redemption (TNG, 4.26).

La decisión de Tyler/Voq en quedarse en Qo’noS no tiene mucho sentido. Según entendí se había quedado la conciencia humana, conservando solo los recuerdos del klingon. Y estos previamente muy cosmopolitas no son, como ha demostrado esta guerra. Tal vez en la Federación hubiera sido difícil encontrar su sitio, pero en el Imperio aún menos, porque si ya le despreciaban como albino cuando era de los suyos, ahora lo harán más como humano. Y si para L’Rell será difícil unificar a su pueblo, tener un consejero con el aspecto de su antiguo enemigo (el que les ha obligado a firmar la paz cuando estaban a punto de atacar la Tierra con un chantaje como colocar una bomba en el corazón del planeta), aun será peor.

Para el resto de personajes la resolución es bastante más lógica, al igual que el perdón para Burnham. Si lo hicieron con Kirk en ST IV: The voyager home, ¿por qué no lo hacerlo con la hermanastra de Spock unas décadas antes?

Hace poco escribí: “el momento más oscuro de la noche es justo antes del amanecer” refiriéndome a Lorca, porque en ocasiones para reaccionar y hacer cosas buenas, hemos de tener el mal delante para, no solo reconocerlo, sino para darnos cuenta de su existencia. Y la historia que nos han narrado en Discovery ocurre eso, tanto a los espectadores, como a los protagonistas, que han de bajar a los infiernos para darse cuenta que hay otras alternativas que la violencia y la destrucción masiva. Y ese es precisamente la esencia de la serie creada por Gene Roddenberry, en la que no solo se nos mostraba una posibilidad de desarrollo de la humanidad: sin diferencias étnicas o de género, sino que había alternativas a la violencia: el acuerdo y la negociación en un marco de respeto. Y eso es lo que se desmarca Star Trek de muchas otras historias de ciencia-ficción donde nos muestran un futuro lúgubre y pesimista. Tal vez sea una utopía, pero tenemos que reconocer que desde 1966 hasta ahora hemos ido, en su mayor parte, avanzando en la visión de Roddenberry de un mundo más justo e igualitario. Queda mucho camino por recorrer, pero estamos en ello.

En ese sentido Alex Kurtzman ya advirtió que “Star Trek siempre ha sido el reflejo de su tiempo”. Ahora que estamos en una regresión en derechos (en España es una dura realidad, desde los laborales o las últimas sentencias contra la libertad de expresión o en los Estados Unidos con algunas de las políticas de Donald Trump) es bueno que nos muestren que es imprescindible decir no a las injusticias, a las órdenes (podríamos también decir a las leyes) inmorales y cuya ética es cuestionable por las principios más elementales de los derechos humanos.

Y por fin llegó el momento que todos esperábamos y… ¿qué han hecho con mi Enterprise? Entiendo algunos cambios (uniformes, o el más avanzado decorado del puente) otros sinceramente no (el aspecto de los klingons), y los cambios introducidos en esta escena a la Enterprise son de estos últimos. Sobre todo con un elemento tan icónico, reconocible y querido como la nave creada por Matt Jefferies, no debía haberse cambiado.


Nota de producción
Esta reseña es breve ya que originalmente estaba pensada para incluir un resumen de la temporada, que por extensión al final se merece un artículo aparte, que no tardaré en publicar en el blog.


Ll. C. H.

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martes, 20 de febrero de 2018

Diseñando el siglo XXII Tierra 1

En la serie de Enterprise nos encontramos con un planeta que está empezando la exploración espacial, por lo que su tecnología es más arcaica que otras muchas civilizaciones con las que se encuentra. Para diferenciarlas del resto de las naves alienígenas se usó el reconocido aspecto de las barquillas de curvatura cilíndricas y casco principales de sus naves en forma de plato, creando un vínculo reconocible entre la Flota Estelar de la Tierra, con la de la Federación que todos conocíamos. Esta correlatividad estética ya se había visto en la sonda del siglo XXI Friendship One que encontró la Voyager en el Cuadrante Delta en el capítulo homónimo [Friendship One (VOY, 7.21)]. Y esa evolución empezaba en los créditos iniciales, donde se mostraban los vehículos usados por los exploradores humanos, desde los primeros barcos que surcaban los océanos, las primeras naves espaciales reales, hasta llegar al Phoenix de Zefran Cochrane, junto con otros modelos hasta llegar a la clase NX.

Créditos iniciales
El OV-165 era una lanzadera espacial que partía de la Estación Internacional y que llevaba la misma matrícula que los transbordadores espaciales de la NASA. Estaba pensada para salvar el vacío existente entre los primeros transbordadores y la Phoenix de ST: First contact.



Entre el Phoenix, la primera nave que rompiera la barrera de curvatura, y la nueva Enterprise apareció una nave con un casco triangular y unas barquillas de curvatura vista desde la popa. En el blog de Doug Drexler la nombró como la SS Emmette, con la misión de colonizar la Luna.





Para este diseño se hicieron diversos bocetos con cascos simples y barquillas cilíndricas tan reconocibles, uno de los cuales contaba con 4 de estos ingenios.



NX-Beta
Entre las ideas presentadas para la nave triangular había un vehículo de “alta velocidad” que terminaría siendo la base del NX-Beta visto en First flight (ENT, 2.24). Este era el primer vehículo experimental en alcanzó la barrera del factor 2 decurvatura y en el guión se le describía como una nave pequeña, espaciosa y equipada con dos barquillas de curvatura antiguas, con una cabina estrecha y algo primitiva. Este primer boceto tiene un claro origen en el caza Lockheed P-38 Lightning, de la 2ª Guerra Mundial, que tenía un diseño de doble fuselaje o twin booms, con una barcaza central en medio de las alas para la cabina del piloto.


Una de las ideas era lanzar esta nave desde un gran avión nodriza en forma de ala delta, evitando así el engorroso despegue impulsado con cohetes para romper la fuerza de la gravedad terrestre.


Finalmente vimos en pantalla un concepto diferente, más similar al Phoenix que se había visto en ST: First contact. Tenía un casco alargado y cilindro similar a un cohete, con la misma cabina que la nave de Zefran Cochrane, aunque con un potente motor en la popa y una estructura fija para las barquillas de curvatura.

Mientras que su lanzamiento fuera de la atmósfera se realizaría mediante una rampa y un patinete que quedaría en tierra.



Ll. C. H.


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