miércoles, 26 de septiembre de 2018

Diseñando el siglo XXII Tierra 4


Clase NX

El 26 de septiembre de 2001 se estrenaba el capítulo piloto de la serie Enterprise: Broken bow (ENT, 1.01/02) cuyo reto más importante, siento esta una pre-cuela, era generar una ambientación y una tecnología que realmente parecieran anteriores a los sucesos ya relatados. Máxime cuando la serie que se suponía que era posterior se había rodado 5 años antes, con todos los adelantos que eso supone en efectos visuales. Para ello se llegaron a hacer entre 40 y 50 bocetos para la nave protagonista para la nueva serie (aunque desgraciadamente apenas he logado encontrar alguno). La directriz marcada al diseñador de producción Herman Zimmerman era crear una nave “retro y chula al mismo tiempo, valiente y utilitaria como las anteriores, con equipo eficiente en cuando al espacio interior. Una nave que muestre a la audiencia muchos más detalles que en otras serie de Star Trek, mientras que sigue teniendo un aspecto increíblemente futurista. Y que de forma sutil y reconocible, perfile el diseño de la Enterprise para el futuro”. Las palabras “retro y chula” le parecían a Zimmerman “muy fáciles de decir, pero no tan factibles de concebir en el papel y luego hacer realidad”. Entre las combinaciones iniciales algunas ideas se alejaban del concepto tradicional, inspirándose en cohetes o submarinos. Uno de estos mostraba un casco alargado y puntiagudo, en forma de lápiz, con dos barquillas de curvatura. Una mezcla del cohete del Phoenix y la nave del capitán Kirk.


Otro de los primeros bocetos de John Eaves para la Enterprise de Archer se basaba en la conocida configuración de la clase Constitution, con un plato y sección de ingeniería. La cual tenía cierto aspecto de los coches de los años 50, como el Ford Thunderbird, con formas y curvas suaves, que con el tiempo se volverían a utilizar en la Enterprise del abramsverso.




Esta idea volvería a recuperarse en una propuesta de incluir una sección de ingeniería, que contuviera un deflector de navegación principal para las últimas temporadas. Y aunque finalmente fue rechazada, se crearían imágenes que aparecerían en los calendarios de Ships of the line y en las novelas posteriores al final de la serie.

Doug Drexler también participó en el diseño creando numerosos enfoques CGI para conceptuar la futura Enterprise, que incluían anillos de curvatura y grandes alerones, algo extravagantes.


Así hubiera podido quedar en pantalla esta idea, aunque finalmente se hizo un diseño más convencional con un único casco en forma de plato, pero cierto aire a la clase Akira, una nave del siglo XXIV que se había visto por primera vez en ST: Fisrt Contact. De esa manera se recogía un elemento muy característico en el aspecto visual dentro de Star Trek y que sería una marca inconfundible en las naves de la Flota Estelar, cumpliendo la premisa de perfilar el estilo del resto de protagonistas de la saga.

Como bien muestra la página Ex Astris Scientia, la comparativa con la clase Akira, se puede ver, no solo en las formas, sino también en los detalles en el casco. Creando la paradoja que un modelo que se supone fue construido dos siglos después el siglo XXII, en realidad era la inspiradora de la primera nave estelar de exploración.


  


Ll. C. H.


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lunes, 24 de septiembre de 2018

Naves estelares con 4 barquillas de curvatura


Una de las características más visuales de las naves estelares son sus barquillas de curvatura, que forman parte del sistema de propulsión que permiten a estas superar la velocidad de la luz y acortar los viajes a través de las gigantescas distancias de la galaxia. Lo más habitual es que haya un número par, como sucede en la mayoría de las civilizaciones que se desplazan por el espacio, desde la Federación, al Imperio Klingon, los cardassianos, el dominion o los hirogen. Aun así en la Flota Estelar, de la que conocemos más modelos, existen algunas clases con configuraciones diferentes: tanto de una, de tres y hasta de cuatro. Basándose en los datos que los manuales técnicos escritos por el equipo de producción, que yo igualo a la información canónica vista en los capítulos o las películas, daremos un repaso a las naves que tienen una configuración de cuatro barquillas.

Matt Jefferies, que diseñó la Enterprise original, especuló que “los motores más rápidos que la luz serían extremadamente potentes y, por tanto, potencialmente peligrosos. Para la seguridad de la tripulación, decidió que debían alojarse por separado, lejos de la parte habitada de la nave”. Mientras que Gene Roddenberry, creador de la serie, había indicado que “no hay naves estelares de tres barquillas, ni de una sola. En las naves de la Federación siempre son codependientes”. (1) Lo que hizo que Andrew Probert, responsable del diseño de producción de las películas de la clásica, y la serie de The Next Generation, dedujo que trabajarían en parejas. Por otro lado en el libro técnico escrito por Rick Sternbach y Michael Okuda ST TNG Technical manual que describe el funcionamiento de la USS Enterprise-D de la clase Galaxy, auténtica referencia básica para todo aficionado, en su página 65 daba la pauta de la disposición del sistema de propulsión: “La configuración óptima, tanto para el control de la nave, como para la generación de energía es de dos barquillas, tal y como quedó demostrando tras diversos desarrollos experimentales en el 2269. Al ser más fácil de manipular la geometría total del campo de curvatura, y controlar la temporización de cada uno de los conjuntos de bobinas de deformación”.

En uno de los artículos de Starfleet Technical Database, escrito también por Rick Sternbach, aparecido en la revista Star Trek: The Magazine Vol. 3, Issue 9 de enero de 2003, se describe el desarrollo de la clase Constellation, y da luz sobre algunos aspectos de su cuádruple configuración. “Se añadió un reactor de curvatura un 18% más grande [que la clase Constitution], con dos barquillas adicionales, hecho que, en teoría, permitiera a la clase Constellation viajar a factor 6 (en la escala absoluta) y con velocidad máxima de factor 8 durante 12 horas […] Su configuración causó una cierta preocupación inicial, ya que las bobinas y las rejillas de emisión de energía habían sido giradas 90 grados. Sin embargo, las simulaciones de vuelo de curvatura mostraron poca interferencia de campo, quedando verificado en las pruebas reales. La corta separación horizontal de estas, unos 72 metros, funcionó gracias al giro de 90 grados, creándose lo que se podría considerar dos naves «normales» unidas por un casco «torcido»


Ante estos datos especulé que su número podía tener ventajas y desventajas en términos de prestaciones de velocidad, consumo y alcance. Así una sola aumentaba la autonomía por su poco consumo, pero reduciría la velocidad al limitar la manipulación de la geometría de la distorsión subespacial. Mientas que una configuración triple incrementaría la velocidad, pero debido a su mayor consumo, reduciría su alcance y por tanto sus prestaciones operativas. (2) Lo mismo ocurría con las naves que tuvieran cuatro unidades, que tendrían una velocidad elevada, pero aumentaría exponencialmente su consumo. Además se tenía que tener más espacio para combustible compensando el elevado gasto de deuterio y la complejidad del sistema y el uso del doble de bobinas de curvatura, también se duplicaba el coste en tiempo de mantenimiento.



Prototipos de la clase Excelsior
Dentro del proyecto de la clase Excelsior se construyeron varios modelos con la idea de testar la tecnología que se estaba desarrollando. (3) Incluyendo dos naves con 4 barquillas de curvatura. Guardaban la misma línea de diseño, con un casco alargado y sin sección de ingeniería, lo que las hacía muy estilizadas, permitiendo generar una distorsión subespacial más aerodinámica que las convertía en naves muy rápidas. No obstante al tener solo una sección principal, sin otra donde poder montar el deflector de navegación, donde se encuentran la gran mayoría de sensores, limitaba sus prestaciones de exploración. Además una configuración cuádruple aumentaba la complejidad del sistema, no siendo la más adecuada para un crucero que pretendía superar las prestaciones de su precursor, la legendaria clase Constitution [Especulación].

Una de estas naves contaba con un sistema de pilones pivotantes, que permitían que las cuatro góndolas moverse al acelerar a la velocidad de curvatura. Tecnología que recogería la clase Intrepid un siglo después en sus barquillas de geometría variable [Memory Alpha].


El USS Excelsior NCC-2000 recogió todas las lecciones de dinámica subespacial aprendidas en estos prototipos. Con el tiempo las naves fueron retiradas de servicio y en el 2368 se encontraban en el Depósito Naval Z15 de Qualor II [Unification II (TNG, 5.08)].

Con este crucero, puesto en servicio en el 2284, se requería una nave capaz de realizar análisis con sensores a larga distancia en territorios peligrosos, con mejores comunicaciones, recopilación de información, retirada de carga y lanzaderas y para los servicios de patrulla e investigación científica. Necesitaba más carga y un 25% más de tripulación que la clase Constitution, manteniendo la velocidad de curvatura de esta [ST: The Magazine].

Este crucero ligero era una evolución de la clase Constellation, (4) ideado para misiones de exploración de espacio profundo y patrullas defensivas. Tenía una dotación de 320 tripulantes y oficiales y podía alcanzar una velocidad máxima de factor 9.2 [ST: The oficial starships collection #108]. Fueron puestas en activo en el 2341, (5) al mismo tiempo que la clase Springfield, que usaba el mismo modelo de barquillas [Especulación].

A esta nave de la clase Nebula (6) se le sustituyó el módulo de sensores situado sobre el casco para instalar dos barquillas de curvatura adicionales, para formar parte de un programa de investigación y desarrollo en propulsión de curvatura (7) [Especulación].


La modificación se realizó en el Base Estelar 74 en la fecha estelar 41365.9 del 2364 [11001001 (TNG, 1.15)]. Cuatro años después fue una de las naves que intentó detener el cubo borg que se aproximaba a la Tierra en la Batalla de Lobo 359 [The best of both worlds (TNG, 4.01)]. Pero los graves daños sufridos durante el combate en la sección principal del plato, imposibilitaron su reparación, como la USS Ahwahnee, por lo que fue llevada al Depósito Naval Z15 de Qualor II para su definitivo desguace [Unification II (TNG, 5.08)].

Clase Prometheus
Esta nave táctica de espacio profundo reunía las tecnologías más avanzadas de la Federación en propulsión, sistemas informáticos y armamento cuando fue lanzada en el 2373. Entre estas se encontraba la capacidad de separación a velocidad en curvatura, haciendo que en realidad las Prometheus fueran tres naves unidas, con su propio reactor materia/anti-materia y depósitos de deuterio que alimenta cada juego de barquillas [Message in a bottle (VOY, 4.14)].


Clase Nimitz
Esta nave robusta y compacta, estaba diseñada para la exploración y la defensa, y solía ser utilizada como nave insignia de mandos avanzados. Para evitar las interferencias en el campo de curvatura el juego superior de barquillas no se encontraba aliado con el juego inferior [Especulación].


Clase Cárdenas
Este crucero rápido estaba pensado para misiones de patrulla y exploración, para la que contaba con un poderoso sistema de sensores, centrados en un gran deflector de navegación situado en la proa de la nave. Para evitar las interferencias se construyó con las barquillas en forma de X que aumentaba la separación entre estas y generaba un campo de deformación alargado que se adaptaba a su aerodinámico casco [Especulación].


Anexo: USS Zandura
Este fue un diseño propuesto para ST: First Contact por Alex Jaeger, aunque finalmente solo apareció en pantalla parte del casco (y no está confirmado que fuera de esta nave). Según Jaeger este era el prototipo de una nave científica con capacidad de separación del casco (como posteriormente sería la Prometheus) para condiciones de vuelo atmosférico. Y según los bocetos originales contaba con cuatro robustas barquillas de curvatura, cuyo proyector bussard se encontraba fusionado con el casco, como la clase Steamrunner, también vista en la Batalla del Sector 001.



Notas de producción:
(1) Obviamente con el tiempo esto ha ido cambiado y existen naves con tres y una barquilla, pero son pocas y han aparecido en pantalla sin mucho protagonismo.

(2) En otro libro, ST Spaceflight Chronology, escrito por Stanley y Fred Goldstein e ilustrado por Rick Sternbach, se indicaba que: “la configuración de triple daba un tercio más de potencia, una mayor aceleración y velocidad. Sin embargo la tercera barquilla acentuaba las interferencias del cambo de deformación, causando vibraciones en la burbuja subespacial. Lo que generaba dificultades en controlar el rumbo de la nave y provocando sacudidas en factores elevados de velocidad, que podía ser compensado con un diseño adecuado”.

(3) Este fue el primer modelo que llevó esta configuración, basado en los bocetos conceptuales de la clase Excelsior para ST III: The search for Spock. Las maquetas construidas fueron usadas posteriormente entre las naves retiradas de servicio del Depósito Naval Z15 visto en Unification II (TNG, 5.08) lo que podría significar que estas llegaron a ser construidas e incluso pudieran estar operativas durante algún tiempo determinado.

(4) Esta es una afirmación previa a la serie ST Discovery y la aparición de la clase Cárdenas, que tiene un diseño más similar a la Cheyenne, aunque con un casco más lineal y bajo que su sucesora en el siglo XXIV. Mientras que la clase Constallation, con su casco tan alto, que permitiría almacenar más combustible, me parece más adecuada para misiones de larga duración en el espacio profundo.

(5) La fecha es una especulación, basada en que la USS Crazy Horse NCC-50446 es identificada en la primera edición de la ST Encyclopedia se como parte de la clase Cheyenne. Mientras que en el momento de la Masacre de Setlik III del 2347 la USS Rutledge NCC-57295 ya estaba operativa. No obstante la Crazy Horse aparecería en pantalla de Descent (TNG, 6.26), con posterioridad a la publicación de la enciclopedia, mostrando una maqueta de la clase Excelsior. Creo que es un re-uso para reducir costes y que realmente la Crazy Horse se ideó como parte de la clase Cheyenne, como demostraría su matrícula tan alta, sobre todo para un crucero Excelsior.

(6) Esta era mencionada en el diálogo de The best of both worlds (TNG, 4.01) en el momento en que la Enterprise-D atravesaba los restos de la batalla de Lobo 359. La maqueta construida y dañada para la nave era una alteración de la clase Nebula, la cual aparecería en el despacho del capitán Riker en la ilusión creada a partir de sus recuerdos en Future imperfect (TNG, 4.08). Pero en la escena de la batalla vista en Emissary (DS9, 1.01/02) se ve este nombre y su matrícula en el casco de una nave de la clase Excelsior. Personalmente siempre me he decantado por un error de producción, de manera que el texto hace referencia a la USS Melbourne como una clase Nebula.

(7) Esto es una mera especulación basándose en que es la única nave cuyas barquillas no son iguales, pudiendo formar parte de un modelo experimental o de pruebas.


Ll. C. H.


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domingo, 16 de septiembre de 2018

Jedi Perdido. Rayo de Esperanza 8


Puesto avanzado de Tierfon

            El general Cracken estaba redactando el borrador para su informe en el despacho del responsable de la base. Lo había empezado a escribir nada más saltar al hiperespacio a bordo de la Estrella Lejana. Y en su cabeza aun resonaba una frase que iba a incluir: “Solo el arrojo y el valor de nuestros valientes tripulantes y oficiales de la Alianza, impidió que el ataque a Pas’jaso se convirtiera en un completo desastre”.
            Hacía un momento le habían informado que las naves con el material robado en el almacén habían llegado a salvo a los astilleros de Elgarik. Allí se quedaría lo que necesitaban para acondicionar la antigua nave separatista, que había sido rebautizada como Rayo de Esperanza. El resto sería enviado a los técnicos mon calamari para ser usado en otras naves o redistribuido a varios almacenes secretos para necesidades futuras. Era una gota en el océano de opresión, pero era una gota menos. Un pequeño paso en la lucha contra la tiranía del Imperio.
            Y para conseguirlo un puñado de valientes había caído. En su mayoría a bordo de la fragata Justicia, con su capitán Gara al frente y en la corveta Mar de Esperanza. Su sacrifico final había permitido que el resto, incluido él mismo, pudieran escapar. Junto a estas se habían perdido 6 de los 46 cazas enviados. Cinco Ala-Y, y un solo Ala-X. La actuación del escuadrón Rancor había sido excepcional y sus nuevos cazas habían abatido a un número de TIE nada desdeñable, protegiendo eficazmente a sus compañeros. Su superioridad ante sus adversarios había sido demostrada sin reservas y mientras sus enemigos no tuvieran un remplazo que igualara a las máquinas de Incom por fin la Alianza tenía una arma a temer por los ejércitos del Emperador. La única pérdida de estos había sido su comandante, el mayor Lisser, que había caído mientras defendía la retirada un par de Ala-Y de pilotos novatos. Su relevo lo había tomado uno de sus subordinados, un dug que había liderado el ataque al destructor Victory que le había obligado a dejar la órbita lunar. Le recomendaría al general Dodonna, como responsable de las operaciones de cazas espaciales, que le ascendiera a líder de aquel escuadrón.
            También quería reseñar la intervención del Resplandeciente, que al neutralizar a los dos cruceros Strike había permitido que los cazas, acompañados por la Estrella Lejana, lograran escapar del sistema. Ajaan le había indicado que había sido iniciativa de Zhan lanzar las dos cápsulas de escape con los misiles dentro, y preparados con temporizadores para estallar junto a las naves enemigas. Un truco ingenioso, brillante y sumamente oportuno.
            Por otro lado en su mente hacía tiempo que quería crear un equipo especial que trabajara para la Inteligencia. Había hablado con Organa y Mon Montha, así como a otros oficiales profesionales como el general Rieekan. Su idea era poco ortodoxa: tener una nave de combate para operaciones arriesgas o encubiertas que respondiera ante su departamento. Esta no tenía que estar siempre trabajando para él, pero sí permanecer a su disposición cuando fuera necesario sin tener que pedir autorización al Alto Mando de la Flota. Y la Estrella Lejana y su tripulación le habían gustado para aquel propósito. Era una nave potente y flexible, por lo que podía enfrentarse a las naves imperiales algo más grandes. El único problema era que no podía pasar fácilmente desapercibida, ya que había pocas fragatas de su clase. Aun así pensaba que su elección era la idónea.
            – Disculpe, hemos recibido una comunicación del adquisidor Keegan – le interrumpió uno de los técnicos –. Ha pedido que esté presente cuando aterrice. Está a punto de hacerlo en el exterior, señor.
            Cracken asintió, apagó el terminar y se dirigió hacia el ascensor.
            Acompañado por el doctor Veedo Vaocan y un par de enfermeros, así como varios curiosos más, observó como la lanzadera de carga se posaba más allá de las trincheras defensivas del puesto avanzado de cazas, junto al crucero Resplandeciente y al transporte GR-75 Exento, que había llegado a la base con suministros. La rampa de la lanzadera se desplegó, apareciendo Keegan y Slonda. Este acompañó al médico rodiano y los camilleros, que colocaron el cuerpo del desertor imperial, que les había permitido robar el material en el almacén logístico, en la camilla, llevándoselo hacia la base. El comandante de la base estaba preparando un funeral honores aquella misma tarde, le había dicho Veedo. Y al general rebelde le parecía bien honrar a los que habían dado su bien más preciado por la libertad: su vida. La cuestión era saber cuántos más lo harían.
            – Me alegro saber que están bien – le saludó Cracken cuando se quedó solo con el adquisidor –. Cuando Desona informó que se habían quedado en el planeta, todos nos preocupamos.
            – Me gustaría mostrarle algo, general – le indicó este señalando el interior de la nave. Entraron y atravesaron la escotilla que daba acceso al módulo de carga. El espacio estaba ocupado por una docena de contenedores octogonales estándar, varios de ellos pintados de naranja y con el símbolo de la Iniciativa Tarkin, la encargada de diseñar y construir armas letales para el Emperador. Otras tenían otro sello con un nombre en código debajo: Amgine4M. Cracken lo reconoció de inmediato, iluminándosele el rostro como a un niño pequeño. Era el código de la empresa, situada en Fordor, que construía los sistemas de codificación de más alto nivel del gobierno galáctico.
            – ¿Es lo que creo que contienen? – fue lo único que se le ocurrió decir.
            Keegan simplemente asintió.
            – Ni en mis sueños más fantásticos imaginé poder tener una de estas maravillas en nuestro poder.
            – Estaban destinadas a varios cuarteles generales de macrosectores, pero la destrucción fue total. Me encargue de ello. El Imperio no sabe que ahora poseemos sus máquinas descodificadoras y sus libros códigos.
            Cracken sabía que aquel era uno de los mayores golpes de la Alianza en toda su historia. Con ellas podrían empezar a leer los scandocs que el Emperador mandara a sus grandes moff, los que el Comité Selectivo, que era el encargado de dirigir del COMPNOR, enviaba a sus distintas organizaciones con operativas y órdenes, del ubictorado y de toda la Inteligencia Imperial, del OSI, o del alto mando de la Armada y el Ejército. Y para cuando cambiaran los códigos ya conocerían lo suficiente de sus procedimientos para seguir rompiéndolos sin ayuda. Se salvarían miles de vidas, tal vez millones. Y si toda aquella información se administra bien podían pasar años antes que descubran que eran capaces de descifrar sus comunicaciones más vitales.
            – Esto podría acortar la guerra, años… – exclamó Cracken como hipnotizado, sin poder apartar la vista de las cajas metálicas. Había cuatro, por lo que podían hacer ingeniería inversa con una de ellas y descubrir su funcionamiento interno.
            – Creo que quería formar un grupo combinado para operaciones especiales que trabajara para su departamento – le interrumpió Keegan cambiando de tema.
            – Así es… – respondió este aun sin creerse lo que tenía delante. Se puso las manos en los costados y tras unos segundos se centró en lo que le había dicho el adquisidor. Imaginando que había sido Organa quien le había comentado su plan. En su última reunión con el virrey de Alderaan, prácticamente le había garantizado que el Gabinete aprobaría su propuesta.
            – ¿Había pensado en incluir al comandante Zahn?
            – ¿Zahn?… Nunca podremos fiarnos de él – respondió con sinceridad.
            – En cambio yo creo que sería un buen líder de ese grupo.
            – ¿Su líder? – repitió Cracken estupefacto.
            – Sus habilidades pueden ser útiles a la Alianza en los tiempos que se avecinan.
            El rostro del responsable de la inteligencia rebelde no ocultaba su desconcierto. Se giró pensativo y Keegan dejó que reflexionara mientras daba vueltas alrededor de los contenedores metálicos.
            – No puedo asumir la responsabilidad de dar a Zhan el mando de otros miembros leales a la Alianza – respondió, midiendo sus palabras –. Ese hombre nos cazaba con la ferocidad y meticulosidad de un nexu: implacable, frío, calculador. Sin piedad alguna.
            – Usted me dijo que nos ayudó una vez que supo quién era en realidad su amante. Trabajó libremente para la Alianza y se puso así mimo en peligro – le recordó Keegan con tranquilidad.
            – No tenía otra alternativa en ese momento – quitó importancia Cracken –. Era un agente comprometido. Si sus superiores hubieran descubierto que le habíamos utilizado le hubieran matado tras torturarlo, aunque no hubiera sabido lo que estaba haciendo. En realidad ya empezaron a destrozarle cuando le rescatamos.
            – Todos tenemos alternativas. El universo no es una línea clara y recta cuyo principio y fin están delimitados de antemano. Cada acción tiene su elección, y diversos desenlaces y posibilidades se desencadenan. Una decisión tiene más de una consecuencia.
            – Demasiada filosofía para la ciénaga el mundo del contraespionaje.
            – Como cualquier otro, solo que este es un engaño envuelto en mentiras, dentro de artimañas y juego sucio.
            » ¿Cómo descubrieron que trabajaba para la Alianza?
            – Le pedimos que liberara a una serie de prisioneros. Eso puso sobre su pista a la contrainteligencia imperial… Sé lo que quiere hacer. Que sé puso en peligro por algo que le pidió la Alianza. Pero eso no cambia lo que era y…
            » Y aún puede ser en realidad un activo encubierto, esperando a traicionarnos. Esa gente no tiene escrúpulos. Ya lo he visto antes, puede incluso que ni él sepa que realmente aún trabaja para el ubictorado y que en realidad sea un agente durmiente. Esperando a ser despertado para asestarnos una puñalada por la espalda. Por eso nunca he dejado de vigilarle, ni lo haré – siguió argumentando Cracken en contra de lo que pensaba era la propuesta insensata de alguien que no sabía que estaba diciendo.
            – No es un agente encubierto, general – insistió Keegan.
            – Pero no hay pruebas de ello – reiteró con firmeza.
            – ¿Qué pruebas necesitaría para convencerse? – le preguntó el adquisidor con tranquilidad –. ¿Algo más que mi palabra? En realidad… ¿y quién soy yo?
            – No estoy cuestionando su palabra – se apresuró a aclarar Cracken –. Tiene la confianza de Organa y Mon Monthma y eso es suficiente. Aun así, no es tan simple.
            – Cierto. Nada es simple en este universo.
            – Simplemente me pide algo va en contra de todas las células de mi cuerpo. No sabe las cosas que hizo mientras estaba en Eriadu a las órdenes de Tarkin.
            – En realidad, sí lo sé, lo vi en su mente.
            – ¿No sabía que los keshianos fueran telépatas? – dijo por fin Cracken y se arrepintió de haber sido tan osado. Este era el mejor en su trabajo y parecía no tener límites en los recursos que conseguía para la Alianza, pero ahora estaba pisando terreno resbaladizo y que no conocía.
            – No lo somos – respondió Keegan esgrimiendo una media sonrisa y entonces pareció cambiar de tema señalando una de las cajas que había en la bodega, la más pequeña que había sacado del almacén B47. La misma que le había mostrado la visión de la Fuerza.
            » ¿No le parece extraño el símbolo impreso en esta caja?
            Cracken ni se había fijado en ella a pesar que el adquisidor había estado a su lado todo el rato. No era un contenedor imperial estándar, más bien parecía un arcón antiguo, desvencijado y abollado. Aun así se podía el dibujo redondo, con una especie de ave con las alas desplegadas en su interior, y una estrella en el centro. Correspondía al emblema de la Antigua República que había existido mil de años antes.
            – Como sabe, el Emperador está muy interesado en la búsqueda de antiguos artefactos y ha enviado a cientos de agentes por toda la galaxia para apoderarse de ellos. No siempre tienen éxito, pero en ocasiones localizan algunos muy valiosos.
            Keegan colocó la palma de su mano a varios centímetros sobre la cerradura electrónica e instantes después el cierre se desactivó con un sonido metálico. La parte superior se deslizó y de su interior apareció levitando otra caja, que quedó suspendida en el aire. No se había oído ningún mecanismo electrónico y por alguna razón que no podía entender, el rebelde supo que no había ningún sistema repulsor que la elevara. No era muy grande, estaba aboyada y rayada, como si hubiera estado dando tumbos durante siglos. Permaneció unos segundos detenida, hasta que se abrió sin que nadie la tocara y apareció otro objeto no muy grande, capaz de caber en la palma de la mano. Tenía una forma cúbica, con una serie de dibujos geométricos labrados en cada lado, círculos dentro de otros círculos concéntricos, rombos, hexágonos unidos por líneas. La superficie metálica y no dejaba ver el interior.
            – No es el Gran Holocrón que se guardaba en el Templo – explicó Keegan y poco a poco fueron iluminándose los dibujos e inscripciones desde el interior con una luz azulada, transfiriendo su energía vital a su interior –. Pero es también muy antiguo. Y se perdió hace tiempo.
            » Iba a ser entregada al Emperador como presente para celebrar su ascenso al poder tras exterminar a casi todos sus enemigos mortales: los caballeros jedi. Pero el destino es caprichoso y hace tiempo que decidió que Palpatine nunca llegaría a poseerlo.
            Cracken había identificado aquel objeto nada más verlo y parecía aún más fascinado que hacía un instante al ver las cajas con los descodificadores imperiales. Solo aquellos que estaban en contacto con la Fuerza podían hacer las cosas que el adquisidor estaba haciendo: mover objetos sin tocarlos, y sobre todo activar un holocrón Jedi.
            Conocía el poder de los jedis, y no como leyendas. Durante mucho tiempo la antigua pádawan Ahsoka Tano, había servido fielmente a la Alianza y era conocida como Fulcrum, hasta que había desaparecido tras enfrentarse a Lord Darth Vader no hacía muchos años. Los jedis habían mantenido la paz y defendido la justicia durante milenios durante la República. Y solo junto estos existía una esperanza de derrotar al tiránico Imperio de Palpatine. Que el adquisidor fuera uno de ellos seres explicaba muchas cosas y le convertía en un valioso aliado para la Alianza.
            – Sondeé la mente de Zhan. Su odio es tan intenso y profundo, que pude ver a través de él como si leyera en un libro abierto. Amó tanto, como ni él mismo hubiera imaginado nunca y eso le cambió. Y no es un agente durmiente, porque sus antiguos compañeros estaban tan ocupados torturándole por haberles traicionado, que no tuvieron tiempo de hacerlo. Por eso jamás será desleal a la Alianza mientras el Imperio sea nuestro enemigo.
            » Ahora general Cracken le pido que haga algo que va en contra de todas las células de su cuerpo – continuó Keegan, cuyo rostro estaba iluminado por el holocrón que flotaba en el interior del contenedor de carga. Su luz era pura, hermosa, de un azul brillante, con matices púrpuras y verdes, pero que se podía mirar directamente sin que cegara. De alguna manera Cracken supo que aquello solo podía ser benigno, al igual que el ser que lo sostenía sin tocarlo.
            » Ha de confiar en la lealtad del comandante Zahn. Ha de entregarle el mando de la Estrella Lejana y uno de estos descodificadores.



El Aniquilador

            Vantorel había regresado de Coruscant hacía una hora y había citado a Valorum en sus camarotes privados para cenar. Aunque podía considerarse su amigo, o por lo menos lo que más se acercaba a uno, el primer oficial nunca había sido invitado a estos desde que le habían asignado a bordo. Y no conocía a nadie más que hubiera recibido tal privilegio. No le sorprendió que fueran espartanos, con muy poca iluminación, que en aquel momento se completaba con la luz procedente de las estrellas y la atmósfera verdosa de Pas’jaso.
            – Perfecto, ya estás aquí – le dijo Vantorel saliendo de su dormitorio, se había quitado el uniforme y vestía una larga bata de seda de Pantora morada. Sin la gorra que siempre llevaba bien calada, podían apreciarse las orejas algo curvadas y terminadas en punta, herencia de su ascendentica alienígena. Por lo que podía comprobar Valorum, su amigo estaba de un excelente humor.
            » He comprado unas cajas de vino Chimbak, ¿un poco?
            – Sí, gracias.
            El capitán del destructor se dirigió al mueble que había cerca de la mesa preparada para la cena y vertió el líquido en dos copas de fino vidrio, que tenían un elaborado pie de plata. Le entregó una de ellas y los dos oficiales bebieron un poco del espeso vino rojo.
            – Una excelente añada, pero muy afrutado, para mí gusto – comentó Valorum, acostumbrado a los mejores productos. Le habían educado rodeado de riqueza, procedía de una familia de altos funcionarios desde hacía generaciones, y toda su formación se había dirigido a controlar el poder administrativo y político de una República en decadencia y en aquel momento del Imperio. Por lo que su instrucción había incluido numerosas artes, así como los sutiles conocimientos de los productos de lujo.
            Vantorel le hizo un gesto para que tomara asiento.
            – Fan Dok ha preparado una variedad de ostras de Mon Cala con una salsa de algas. Espero que sean de tu agrado, a mí me encantan – explicó Vantorel empezando a servir los moluscos que estaban en una bandeja sobre la mesa en el plato a Valorum. Cuando terminó hizo lo propio con el suyo –. Ahora son algo difíciles de encontrar, pero con buenos contactos en Coruscant, aún se pueden comprar frescas.
            Valorum pensó en Fan Dok, el silencioso criado de su capitán y antiguo compañero en la Academia Naval. Era un kel dor que apenas salía de sus aposentos. Desconocía con exactitud su historia, aunque sabía que había empezado a servir a Vantorel cuando este estaba bajo el mando directo de Lord Vader antes de asumir el mando del Aniquilador.
            – Traigo muchas noticias del Centro Imperial – empezó a decir Vantorel –. Te adelanto que en unas semanas Palpatine disolverá el Senado.
            – ¿Y cómo piensa gobernar la galaxia? – preguntó sorprendido Valorum, que conocía perfectamente los entresijos de la política, del equilibrio de poder que sustentaban los senadores y la administración. Y aunque cada vez aquellas atribuciones habían ido derivándose al gobierno central y organismos como el COMNOPRT, el Emperador solo habría dado ese paso si tenía guardada bajo la manga una jugada de sabacc que nadie pudiera igualar.
            – Gracias a nosotros, claro, a través de la Armada, claro. Y obviamente de los moffs y grandes moffs que aumentarán considerablemente su poder – respondió con tranquilidad Vantorel –. Hay rumores de una estación de batalla definitiva.
            – Los conozco – admitió Valorum recuperando el sobresalto inicial. No conocía su nombre, pero sí sabía que varios compañeros habían sido asignados a aquella instalación secreta. Y sobre todo el desvío masivo, desde hacía años, de recursos de construcción, a aquel proyecto de alto secreto.
            – Pero eso no es lo más interesante que ha ocurrido – continuó Vantorel tras abrir la concha azulada de la ostra y comerse su contenido gelatinoso –. La audiencia sobre la Batalla de Pas’jaso, como algún burócrata grandilocuente ha llamado a la escaramuza que tuvo lugar aquí hacia unas semanas, ha presentado su resolución.
            » Como era de esperar el moff Lodak ha sido exonerado de toda culpa. En realidad le han trasladado a un sector más importante. Como planificador y responsable de la defensa del sistema todos los fallos por tanto han recaído únicamente en Yuron. Han revocado su nombramiento de comodoro y ha sido transferido a un sector del Borde Exterior, escuché que hay un destructor Venator que le está esperando.
            – Supongo que sus contactos han impedido un mando peor – bromeó Valorum, ya que no había mayor deshonra para cualquier capitán ser destinado desde uno de los más modernos destructores de la clase Imperial como el Resplandor, a otro que había sido construido treinta años y databa de las Guerras Clon.
            » ¿Se sabe algo de lo que sucedió en el planeta?
            – Poco, la verdad. La explosión volatilizó toda la instalación logística, la guarnición, el espacio puerto y medio kilómetro a la redonda de la capital. Miles de muertos entre los civiles están haciendo que los propagandistas de COMNOPRT se estén poniendo las botas. No ha quedado ningún registro, pero parece ser que la amante zabrak y el hijo híbrido del intendente han desaparecido. El informe del OSI cree que este desertó, saboteando las municiones cuando abortaron el ataque de los ARC-170 gracias al pozo gravitacional del capitán Neikal.
            – Las pérdidas de material deben de haber sido cuantiosas – se lamentó Valorum.
            – Era un almacén secundario, nada que la industria imperial no pueda recuperar en unas semanas incrementando un poco la producción. El ataque fue por oportunidad: el intendente quería desertar y los rebeldes aprovecharon sus códigos para lanzar una incursión rápida.
            – Tu informe debe de haber sido demoledor. Acertaste en todas y cada una de las previsiones sobre el ataque rebelde. Si Yuron te hubiera hecho caso, se hubiera llevado todo el mérito y en este momento sería un flamante comodoro de la Armada Imperial. ¿Quién sabe si le hubieran entregado un destructor mayor como recompensa?
            – Eso es mera especulación. La verdad es que la fuerza rebelde pudo escapar en casi su totalidad y eso es lo que más ha irritado al Alto Mando. Lo que me lleva a la recomendación que hice al final de mi informe.
            – ¿Recomendación?
            – Así es – respondió Vantorel dibujando una sonrisa en su rostro de facciones rectas y duras, con unos ojos de un azul profundo y mirada penetrante, que esta vez brillaban de satisfacción. Y sacó del bolsillo de su bata una pequeña caja que le alargó a Valorum –. Ábrela, por favor.
            Era estrecha, de metal oscuro y con un cierre sencillo, sin inscripciones. Valorum la cogió con curiosidad y la abrió, descubriendo una pequeña placa metálica con seis cuadrados de colores: los tres superiores rojos y los tres inferiores azules. La graduación de un capitán de la marina. Este miró sorprendido a Vantorel.
            – ¡Sorpresa! – dijo mirando con orgullo a su amigo –. Eres el nuevo capitán del destructor Resplandor.
            – ¿Pero…? – fue la único que pudo farfullar Valorum abrumado.
            – ¿No creías que cuando pedí que te trasladaran a esta nave ibas a languidecer mucho tiempo como mi segundo? – le explicó Vantorel –. Zilka eres el mejor oficial que conozco. Tu puesto y tu destino es estar al mando del Resplandor. Una nave soberbia para un capitán excelente.
            – No sé qué decir – logró expresar Valorum embargado por la sorpresa.
            – ¡Brindemos! – dijo Vantorel alzando su copa llena de vino de Alderaan.



Fin.



Notas de producción:
Llega a su fin Rayo de Esperanza, la segunda entrega de los relatos del Jedi Perdido. Espero que os haya gustado. La acción de esta historia está justo antes de los sucesos de las películas de Star Wars: Rogue One y el Episodio IV: Una Nueva Esperanza. En el que quería mostrar una Alianza Rebelde ya más madura, con infraestructura y que quiere empezar a tomar la iniciativa, pero sobre todo con la necesidad de obtener esperanza ante el aplastante poder del Imperio. Como la historia estaba escrita ya antes del estreno de Rogue One, he intentado adaptarme a los sucesos allí descritos y he incorporado algunas referencias a esta, al igual que a la serie animada de Star Wars: Rebels. Espero que me perdonéis las licencias que haya podido tomarme.

Y como ya he dicho, en este relato aproveché para introducir algunos personajes que ya había creado para el Crossover Star Trek – Star Wars, en especial al comandante Zahn, el antiguo agente del ubictorado, o a los oficiales de la Armada Imperial Vantorel y Valorum (este último descendiente de Finis Valorum, penúltimo canciller de la República). Para quienes leyeron este relato espero que les pareciera interesante la introducción de estos personajes y para los que no lo han hecho, les invito a leerlo y conocer así su historia.

La siguiente entrega: En la oscuridad (por lo menos este es su título provisional), que está ambientado poco antes del Episodio V: El Imperio Contraataque, donde la Alianza se bate en retirada bajo la presión de las fuerzas armadas Imperiales tras la Batalla de Yavin y la destrucción de la Estrella de la Muerte.


Ll. C. H.


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