jueves, 28 de septiembre de 2017

Discovery: Reseña 1

The vulcan hello & 
Battle at the binary stars


Cuidado, a continuación hay SPOILERS!!


Mi valoración general de los dos primeros capítulos: The vulcan hello (DIS, 1.01) & Battle at the binary stars (DIS, 1.02) es positiva. Nos han presentado a los personajes principales y la situación, donde nos han dejado bien claro quiénes son los buenos y los malos. Lo normal en este tipo de episodios, además tiene pinta de que en conjunto la serie va a tener mucha acción. Me gustaría analizar algunos aspectos concretos, que pueden ir variando a medida que avance la serie.

Los protagonistas
Solo nos han presentado a una pequeña parte de estos, faltando por aparecer, entre otros, al capitán Gabriel Lorca. Y esto es lo bueno de tener una historia arco, se toman su tiempo para mostrarnos a cada uno de los personajes. Por ahora conocemos a la que será el centro de la historia: la primer oficial Michael Burnham, que es una mezcla entre humana y vulcana (por educación y psique que es lo que los griegos designaban como fuerza vital). Valiente y osada, algo temperamental, pero no deja de ser humana, justamente lo curioso. Habíamos visto a un Spock intentado no reconocer su parte humana, ahora tenemos una humana intentando ser vulcana. Así se evita tener a un vulcano ente las razas de los protagonistas, sin que nos olvidemos de estos.

El oficial científico Saru, es de la nueva especie llamada kelpien, y por ahora es el mejor de todos, tal vez por su innovación y porque es un completo misterio. Tanto como raza escéptica y con ese sentido de autoconservación tan arraigado. Como me han comentado, está bien que haya un personaje que sienta miedo y lo diga sin tapujos y no tanta testosterona, que a veces llega a ser irreal. Solo diré que… quiero más de Saru y los kelpien.

La capitana Philippa Georgiou, que aparece en los créditos como especial estrella invitada, me gustó, sobre todo su humor irónico e incisivo, junto su actitud paternal hacia los suyos. Espero que la rescaten de alguna manera en el futuro.

Sarek siempre tuvo predilección por los humanos. Una vez me comentaron que se había casado y tenido un hijo con una terrestre como demostración que ambas especies eran iguales, dignos de respeto para con los vulcanos y que él era el primero en crear puentes entre las dos razas. Esa actitud por tanto coincide con su comportamiento con Burnham, con la que además compartió una unión mental y su katra. Algo que nunca podrá tener con su hijo Spock, por lo menos hasta el capítulo Unification II (TNG,  5.08) cuando este se una a la mente de Picard, que estuvo unida a la de su padre unos años atrás en Sarek (TNG, 3.23). Y me gusta y me parece acertada su inclusión en la historia, ya que espero que pueda servir para traer, en futuras temporadas, a su hijo Spock. Tal vez en el mismo Zachary Quinto, al que recordaremos como Sylar en Heroes o como fantasma en la primera temporada de American Horror History. No lo veo muy descabellado, la verdad, pero no deja de ser una mera ilusión.

Los klingons
La verdad es que solo se me ocurre una cosa: ¿otra vez? Su elección como villanos se habrá hecho por la miríada de fans que tienen y que forman parte de la iconografía de este universo como la civilización antagónica de la Federación. Pero confieso, y es una opinión completamente personal, que me cansan. Los tuvimos en la clásica como villanos y según el capitán Kirk en Errand of mercy (ST, 1.27) eran: “Una dictadura militar, la guerra es su forma de vida, su vida bajo su mandato sería muy desagradable. (…) He podido ver lo que los klingons hacen al invadir un planeta. Lo organizan como enormes campos de trabajo, la libertad no existe y confiscan todos los bienes. Toman rehenes para asesinarlos y a sus líderes los encierran”. En el siglo XXIV y con el spin-off de TNG sufrieron una transformación en una cultura de guerreros honorables que veneraba las tradiciones. Un de su especie, Worf, era parte del elenco de personajes principales de las nuevas aventuras de la USS Enterprise-D, de manera que era necesario edulcorar esta raza y hacerla más políticamente correcta. En DS9 el Imperio irrumpió como parte de la trama del Dominion y con ellos se recuperó a Worf. Algo que sinceramente nunca creí necesario, aunque supongo que sí lo demandaban las audiencias. En Voyager volvimos a tener a B’Elana Torres, medio klingon, entre su oficialidad. Lo bueno era que ella no le agradaba su lado alienígena y fuera de ser un personaje fuerte y algo irascible su linaje apareció poco. Y finalmente en la anterior precuela que fue Enteprise los klingons aparecieron como una raza más en esa galaxia que la Tierra estaba empezando a explorar. Es decir, que hemos tenido más klingons que ninguna otra raza de la galaxia.

Su actitud en cambio sí es muy klingon. Una mezcla de honor con lo que nos tenían acostumbrados en el siglo XXIV, pero con la maldad que describe la clásica. Y vaticina que serán unos adversarios muy difíciles de batir, por lo menos hasta que se encuentren con los organianos. Pero, esa, es otra historia. Interesantes son los detalles que nos facilitan como que el Alto Consejo está formado por 24 Grandes Casas y que estas estaban en disputa, por lo menos, durante la primera parte del siglo XIII. Mientras veía el capítulo no podía olvidar otro: Heart of glory (TNG, 1.20) donde los rebeldes Korris y Konmel mencionan lo contrario de lo que aquí ocurre: que el cuerpo de un guerrero muerto es una carcasa vacía, una clara declaración que su cultura es pragmática y práctica. Claro que esos acontecimientos transcurren un siglo después de la Batalla de la Estrella Binaria de la Flota Negra al mando de T’Kuvma. Además en la Tierra no todos los pueblos tienen las mismas tradiciones, ¿por qué tendría que ser así en unos alienígenas? Una parte de su cultura sí podría mantener esa costumbre de guardar a sus muertos para que luchen eternamente con sus descendientes y otra considerar los cadáveres meros recipientes.

Curioso es el tiempo en que no han tenido contacto las dos potencias, algo más normal en los romulanos, que sí son dados al aislacionismo. Además su naturaleza expansiva contrasta con ese “aislamiento”, incluso en un periodo de tensiones y luchas internas, precisamente lo que Archer quiso evitar en Broken Bow (ENT, 1.01/02). En ese mismo viaje se indicó que Qo’noS se encuentra a 90 años luz del sistema Solar, exactamente a cuatro días a factor de curvatura 4.5. Y aunque avancé que su aspecto no era lo que más me preocupaba, tengo que confesar que su cresta más tradicional y sobre todo esas melenas que me traían a partir de TNG, me han faltado y las he echado de menos. Francamente, lo que me hubiera gustado es ver a esta raza en un papel menos predominante (por lo menos por lo que parece por ahora), algo como su participación en Enteprise, más esporádica, sin ser los villanos estrella. Hubiera preferido que estos hubiera sido otra nueva civilización, para así poder irlos descubriéndola poco a poco. Además esto hubiera podido atraer a espectadores nuevos, que junto al resto (y a los mismo protagonistas) fuéramos explorando su civilización desde cero, como hicimos con los xindi en la tercera temporada de Enterprise o el Dominion para DS9. Esta alternativa hubiera permitido además, desarrollar nuevas ideas y no solo usar las ya vistas y expandirlas. Además si querían innovar en maquillaje: ¿por qué no crear algo de cero en vez de moldear un nuevo cambio en una raza tan conocida y reconocible? Tengo la sensación que no han querido jugársela y han apostado por algo seguro en los villanos: los klingons.

Las naves
El diseño de la USS Shenzhou me gusta. No tiene nada que ver con la clásica, pero tampoco esperaba las líneas simples y limpias de la Constitution de Kirk. Además cuenta con detalles interesantes en el casco, como las franjas de color rojo y el número de serie grande y en los costados, así como un disco deflector principal de navegación. Las barquillas de curvatura tal vez sea lo peor al perder la forma tubular, recordándome más a las que obtuvo la Enteprise tras su actualización del 2271. El resto de naves de la Flota Estelar han seguido el mismo esquema, así que se ha perdido (por ahora) la idea de ir mezclando líneas, y no he podido ver ninguna nave similar al diseño de la Constitution de los 5 años de misión de Kirk, algo que había comentado que quería ver.

La nave sarcófago me agrada, es rara, diferente, y como algo arcaico me atrae como concepto. Como si hubiera llegado desde un pasado remoto, sacado más de las leyendas que de la tecnología práctica que nos tenían acostumbrados esta raza. Su aspecto además, como una catedral gótica recargada, es una idea muy interesante. No puedo decir lo mismo del resto de naves que vemos en la batalla, ya que rompen la dinámica evolutiva que habían tenido. Ejemplos son los pájaros de presa, al que vimos en el siglo XXII y su sucesor la clase B’rel (ya estancado hasta el siglo XXIV). O los cruceros de batalla, empezando por el D5, pasando por el D7 de la clásica (y su directo descendiente la clase K’T’Inga), hasta el Vor’cha de TNG. Ahora sus diseños, aunque mantienen formas y aspecto de pájaros, son muy diferentes, demasiado a lo que estamos acostumbrados. Esta ruptura bien puede estar en sintonía con el cambio de aspecto (si se cambia algo fundamental como es el maquillaje, ya puestos, cambiemos también las naves). En sí no me desagradan, lo que no me convence es la diferencia con lo que hasta entonces nos habían mostrado. Y desentona teniendo en cuenta que sí se ha mantenido la misma estética en las naves de la Flota Estelar.

Mi valoración
En principio me ha gustado, pero quiero esperarme a ver más que el capítulo piloto. Los personajes me parecen interesantes, y el diseño de producción acorde a crear su propio sello visual dentro de la saga (aunque espero referencias al resto de las series). Por suerte y deleite de estas ha habido, como la colonia andoriana de Gamma Idra, o las naves USS Shran y USS T’Plana Hath, una el comandante Andoriano aliado de Archer (e interpretado por el magnífico Jeffrey Combs) y la nave vulcana que llegó a Montana tras detectar al Phoenix de Zefran Cochrane atravesar la barrera de curvatura, respectivamente. Las culturas klingons y vulcanas están bien recuperadas y se mencionan elementos ya conocidos como el grito para anunciar a Sto-vo-kor la llegada de un guerrero que acaba de morir, o el katra que vimos con la conciencia de Spock trasferida a McCoy en ST III: The search of Spock y en la trilogía del Incidente de Babel de Enterprise.

Para finalizar solo recordar que no podemos juzgar algo por lo que nos habíamos imaginado. Yo soy muy dado a seleccionar lo que me gusta y lo que no lo obvio (siempre diré que los capítulos finales Endgame (VOY, 7.25) o These are the voyages… (ENT, 4.22) no existen, por lo malos que me parecen). Pero las series se han de juzgar, reseñar y valorar por lo que vemos en pantalla, no por lo que nos hubiera gustado que fueran.

Ll. C. H.

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domingo, 24 de septiembre de 2017

Star Trek Discovery

Hoy por fin, y después de una larga espera, CBS estrena la siguiente serie de Star Trek, la sexta de ese universo creado por Gene Roddenberry. La verdad es que he querido saber poco de ella, y solamente he visto los trailers y algunas imágenes de promoción. Aun así me gustaría compartir mis reflexiones sobre la nueva serie antes de su estreno.

Que sea un precuela no me preocupa, ya que no es la primera dentro de la saga. La serie Enterprise, con sus luces y sombras (sobre todo en las dos primeras temporadas) fue una gran serie, cercenada por culpa de la división de derechos, justo cuando estaba cogiendo su propio rumbo y sentido. Si las dos primeras temporadas son realmente flojas (con algunos capítulos realmente anodinos) la tercera y cuarta se encuentran entre las mejores de entre todas las series de Star Trek. La historia de los xindi por fin logró poner en su sitio a la tripulación de Archer y la siguiente temporada, llena de capítulos dobles y triples nos mostró algunas de las mejores historias de la serie. Además se rompía el tabú de hacer referencias directas a la serie clásica con la aparición de los aumentados, mostrarnos una pequeña muestra de cómo podría haberse desarrollado la guerra entre Romulus y la Tierra, que creó la Federación, relacionar el universo espejo directamente con un capítulo de la clásica o explicar por qué los klingons no tenían cresta durante parte del siglo XXIII son algunas de ellas. Tal vez el fallo fuera concentrarlas todas en tan poco espacio de tiempo. Y fue una lástima su pronta cancelación, ya que hubiera podido hacerse una par de buenas temporadas más, las necesarias para moldear su propio camino, sin tanto guiño al Star Trek de los años 60, pero sin dejarlo de lado, como si no existiera como se había hecho hasta entonces.

Ahora nos presentan otra nueva precuela, pero tan solo una década antes de las aventuras de Kirk, Spock y McCoy. Este es un terreno más resbaladizo que el de Enteprise, que transcurrían 100 años antes de la mítica USS Enteprise y por tanto se podían permitir alguna que otra licencia. Ahora la tripulación de la Discovery está más cerca de esos místicos héroes, así que la aproximación al siglo XXIII ha de ser más cuidadosa. Eso teniendo en cuenta que creo que cada serie tiene que marcar su propio diseño visual y aspecto en la producción para diferenciándose de las anteriores, sin olvidar en su narrativa. Si Enterprise fracasó en las dos primeras temporadas fue por intentar copiar un formato que en los años sesenta y durante TNG podía funcionar con capítulos autoconclusivos, pero no en el año 2001. Y hasta que no cambiaron su ritmo narrativo con una historia arco por temporada o capítulos dobles y triples que permite hondar mejor en casa trama, no lograron ponerse en órbita.

Ahora Discovery se mueve en un universo televisivo mucho más competitivo y creativo: Better call Saul, True detective, Juego de Tronos, El hombre en el castillo, Westworld, o The Expanse son solo algunos ejemplos de sus competidoras en la pequeña pantalla. Como canceladas podríamos mencionar tan solo Battlestar Galactica o Fringe. El reto es impresionante y aunque el sello Star Trek atraerá a muchos espectadores, ahora ya no nos tragamos todo lo que nos ponen delante (bueno, los fans de toda la vida seguramente sí), somos más selectivos, queremos calidad en las historias, personajes atrayentes y sobre todo que no nos den “gato por liebre”. Y ese es el mayor de todos los retos.

Lo que espero
Como seriófilo espero que la serie sea interesante, con una buena historia y unos personajes atrayentes. Y en este último punto, creo que lo mejor sería hacer un elenco más coral, al estilo de DS9, y no tanto como el resto que siempre se centra en tres protagonistas, dejando al resto como (en algunos casos) meras comparsas.

Como trekkie espero que la serie cree su propia firma (si al final se confirma la historia arco en cada temporada es muy posible que así sea y eso nos plantea la posibilidad de tener una argumento y unos personajes bien definidos, y con muchos matices que avanzan en una línea) pero también espero que no se cierre a no querer mostrar referencias al resto de la saga. Con eso no espero ver constantemente a andorianos o cardassianos, pero que no hagan como en TNG, que se distanciaron de casi todo lo que había aparecido en la serie clásica (excepto klingons, romulanos y puntualmente vulcanos) y que siguió en DS9, Voyager y las primeras temporadas de ENT, como ya he mencionado. El universo de Star Trek es inmenso al contar con 700 capítulos y películas (incluidas las del Abramsverso), y aunque nuevas razas, planetas, civilizaciones y naves han de aparecer en esta nueva entrega, también espero que utilicen, aunque sea de extras o en los decorados, referencias venidas de todas esas historias.

Además Discovery transcurre 10 años antes de la misión de 5 años de Kirk, por lo que no hacer referencia a esta serie quedaría extraño y demasiado descolgado. No pretendo que se repita la estética de hace 50 años, que sería absurdo y por lo visto no es lo que han hecho (por suerte), pero si nos vemos cerca de un momento temporal ya conocido, no estaría mal ver referencias a este: alguna Constitution o diseños similares, tal vez un base como la Estación Deep Space K-7 o la esférica visto en Star Trek (2009), por ejemplo.



Tal vez a partir de aquí haga algún spoiler. Así que cuidado si queréis continuar.

Lo que sé
Parece que los villanos volverán a ser los klingons y la verdad es que su cambio de aspecto (del que ya se ha hablado bastante) me da bastante igual, ya que a lo largo de la saga los hemos visto transformarse y creo que un cambio de look no es lo más importante. Sí me interesa saber el modo en que encajarán en la historia y que estos nos convenzan. ¿Será eso posible? Estos fueron los grandes adversarios del capitán Kirk, y los hemos tenido repetidamente en todas y cada una de las series y personalmente creo que, salvo por un cambio importante (y entonces ya no serían los klingons), esta cultura de guerreros está ya un poco sobre utilizada. Ya describí lo que pensaba sobre lo que parece su cultura en decadencia. Imagino que su elección habrá sido por la legión de fans que arrastran, pero esperemos que los cambios no solo se hayan quedado en su cresta craneal.

Ya he comentado que su situación temporal tan cercana a la serie clásica haría fácil un contacto con esa, y en realidad conocemos que dos de sus personajes aparecerán en Discovery: Sarek y Mood (este último además tiene el privilegio de haber aparecido en dos capítulos). Poco más puedo decir. Curiosidad de ver que hacen con ellos y como los encajarán. Espero además que no sean los únicos.

El diseño de la Discovery se conoce desde hace algún tiempo y procede de los bocetos de Ralph McQuarrie, conocido por ilustrar y ayudar a crear el universo de Star Wars. Ya comenté en su momento que la elección de esta nave no podía ser casual (muy pocas cosas en la preparación de una serie han de serlo y un elemento tan importante no puede serlo) y que espero que tenga algún tipo de relación con la historia que nos van a contar, sino, ya les valdría haber utilizado un diseño más original.

Con muchas ganas de ver Discovery y que sea por mucho tiempo. Ya os contaré mis impresiones en las próximas semanas.



Ll. C. H.

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miércoles, 20 de septiembre de 2017

Diseñando el siglo XXII 3

Para la nave de ataque mazarite de Fallen hero (ENT, 1.23) se hicieron diversos diseños, pero finalmente para construida a partir de las alas superiores de los pájaros de guerra romulanos de la clase D’deridex. Doug Drexler dijo que la nave fue un rompecabezas, construido a partir de las cajas de maquetas de AMT/Ertl. El mismo modelo fue reutilizado para la nave illyrian de Damage (ENT, 3.19), en cuyo guión solo se indicaba que era ligeramente más pequeña que la clase NX.




El personal de producción se refería a esta nave como destructor arkoniano, a pesar que en el capítulo Dawn (ENT, 2.13) se identificaba como “nave militar”. Este modelo sería reciclada para los xindi-arbóreos en The council (ENT, 3.22) y posteriormente para los tellarites en United (ENT, 4.13).






Los cruceros de batalla andorianos, vistos por primera vez en Cease fire (ENT, 2.15), fue diseñada por John Eaves que no tenía ninguna referencia, a pesar que esta raza había aparecido ya en Journey to Babel (ST, 2.15) de 1967, inspirándose en un elementos orgánicos para los primeros enfoques como las mantarrayas e incluso en las antenas de los propios andorianos. Otro diseño tenía forma de cohete, teniendo dos inspiraciones distintas, del hidroavión PBM Mariner de la 2ª Guerra Mundial y de la reimaginación de Battlestar Galactica, para los motores. Cada uno de los cuales aportaron parte del concepto de la nave.


La nave osaarian de Anomaly (ENT, 3.02) fue descrita como “merodeador de aspecto siniestro”, mientras que en la versión final del guión ya se le identificaba como “buque mercante”. Como información adicional se indicaba que la nave tenía dos disruptores, pero que podía ser derrotada por cañones phaser y tres torpedos fotónicos. Los primeros modelos diseñados por John Eaves lo describen como “nave de ataque merodeadora”.






Ll. C. H.


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jueves, 14 de septiembre de 2017

Diseñando el siglo XXII 2

En Fight or flight (ENT, 1.03), el tercer capítulo de la serie Enterprise, nos presentan una misteriosa nave de extraño aspecto que se había dedicado a extraer la triglobulina de la sangre de unos pobres axanar, cual vampiro espacial. En el guión solo se indicaba que la nave fuera “futurista” y “muy avanzada, con placas en el casco y conductos similares a las bombas biológicas”. Nunca fue identificada, aunque contaba con una interesante manera de abordaje: una especie de grapa que se acoplaba al casco y con una perforadora penetraba en el interior de la nave. Método ya visto en los vidiianos en Fury (VOY, 6.23), pero que no deja de ser innovador en un universo donde los abordajes pueden ser tan sencillos como transportase a bordo del adversario.






En el guión de Silent enemy (ENT, 1.12) se describía como “elegante y oscuro, tan oscuro, de hecho, que es difícil de distinguir contra la negrura del espacio”. La misma nave sería utilizada en E2 (ENT, 3.21) de manera que podemos decir que esta especie eran los kovaalans. Era una nave muy avanzada comparándola como la clase NX, con potentes escudos, armas de energía que disparaban pulsos verdes en forma de media luna y tecnología que impedía las exploraciones de otros buques.


La nave kreetassana de Vox Sola (ENT, 1.22) no fue descrita en el guión, aunque según se indica en pantalla contaba con velocidad de curvatura y comparándola con la Enterprise podría tener unos 100 metros de longitud. Sí se referían a los kreetassans como “humanoides de aspecto exótico” y la vista final de la nave sí recoge esta descripción.


En el capítulo The crossing (ENT, 2.18) la Enterprise se encuentra con una gigantesca nave que les engulle, cual Geppetto y Pinocchio tragados por la ballena. Fue descrita como “de otro mundo, con una forma diferente a cualquier otra nave que se haya visto”. En la proa tenía “un portal grande, parecido a una tortuga” y su interior como “vasto y extraño paisaje. Oscuro, como el interior de Giger”, refiriéndose al dibujando H. R. Giger, creador del alien de Alien. “Con pequeños nódulos incrustados en el techo y el suelo no es ni nivel ni plato, como varias estructuras [construidas en el suelo]”.




Para su trabajo el ilustrador Doug Drexler indica: “Visualicé a la Enterprise siendo atacada por un insecto. Había visto una araña saltar sobre su presa y devorarla, así que eso es lo que estaban pensando”. Se hicieron diversas apariencias, pero este lo mantuvo con apariencia orgánica, pero dando una sensación metálica distinta. “Una anémona, para tirar de su captura del día”. John Eaves confirma que las primeras versiones tenían un aire a insectos, como los escarabajos, que recordaba a los cruceros jem’hadar. Tras rechazarla se fue inspirando más en una especie de pez/Máquina del Juicio Final, cuya versión definitiva tenía una composición aleatoria de patrones orgánicos en el casco.




 Ll. C. H.


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