martes, 10 de septiembre de 2024

Enterprise 2a temporada (1)

Este segundo año (2002-2003) se centra mucho más en historias episódicas y se aleja de las tramas de la Guerra Fría Temporal y las tensiones entre andorianos y vulcanos. De las que solo hay un episodio de cada una de ellas, al tiempo que regresan los romulanos, los klingons e incluso los borgs. Dando como resultado una temporada más inconexa y aburrida, si se puede, que la anterior. Por lo que parece que la Enterprise de Archer vaya sin rumbo y a la deriva, si me permitís este símil náutico. No son hay malos episodios, sino que tampoco existe un arco argumental que los una, generando una falta de interés en la audiencia. Y es que la narrativa de ciencia-ficción en ese momento estaba cambiando, y los espectadores demandaban mayor cohesión en las tramas. Así lo demuestra el éxito y la calidad de la tercera temporada. Pero también ocurría fuera de la franquicia: como Battlestar Galactica (2003-2009) con su tono oscuro y pesimista sacado de la situación que había el país tras los atentados del 11 de septiembre; Lost (2004-2010); Stargate: Atlantis (2004-2009); Heroes (2006-2010); o Fringe (2008-2013), y fuera de la ciencia-ficción con 24 (2001-2014).
Brannon Braga y Rick Berman siempre han indicado que su intención era hacer la narrativa serializada, pero fue el estudio quien insistió en episodios independientes. La idea de centrar la primera temporada en la construcción de la nave, es prueba de ello. Por otro lado, los problemas en la sala de escritorios continuaron. Durante la primera temporada, Braga se había encontrado abrumado de trabajo. Ya que, al contratar a guionistas que nunca habían trabajado en la franquicia, este tuvo que reescribir todos los episodios, algunos de ellos de manera sustancial. Sin olvidar los problemas de los escenarios, y asistir a las reuniones de producción. De manera que no tuvo tiempo para hacer las tareas de un showrunner: que es mirar por el desarrollo de la historia, en vez estar involucrado en las reescrituras. Esta situación hizo que no se les volverían a contratar para la siguiente temporada. Lo que me parece un error, ya que no permiten que aprenden de sus errores, y has de empezar a adaptarse de nuevo a un nuevo grupo de escritores. Para aliviar la carga de trabajo, Braga buscó un lugarteniente de confianza o un grupo central de escritores, como ya había ocurrido en The Next Generation o Voyager, que lograran mantener la narración alta. De esa manera, algunos guionistas se mantuvieron, como Chris Black, André Bormanis, Mike Sussman y Phyllis Strong. Y aunque estaban ansiosos por ayudar, sintieron que la realidad era algo diferente a la visión del programa que les habían vendido. Sobre todo, ante la reticencia (de Berman y Braga) de alterar la fórmula y romper el molde establecido. Una de las frustraciones de Black era que no le permitían matar a nadie. Le dijeron que la tripulación estaría traspasando los límites y arriesgando sus vidas. Sin embargo, nadie resultó gravemente herido, y mucho menos asesinado, a pesar de que la mayoría de la tecnología de la nave eran nuevas y no habían sido probadas. Para él, esto no demostraba lo peligroso que era lo que estaba en juego para el equipo, y esto era precisamente lo que le había intrigado cuando se unió al programa.
De manera similar, quería más conflictos dentro de la tripulación. Sabía que en el universo de Gene Roddenberry todos se llevaban bien, y que había armonía entre los humanos, pero sentía que esto había crecido desproporcionalmente. Incluso en la serie original McCoy estaba en desacuerdo con Spock, y sus comentarios tenían, en muchas ocasiones, connotaciones racistas. Mirando hacia atrás, Berman y Braga, admitieron que probablemente fueron demasiado conservadores en su enfoque y estaba demasiado preocupados por lo que habría pensado Roddenberry. Querían mantener intactos sus ideales y su visión de Star Trek, pero eso estaba en desacuerdo con la frescura que querían aportar a Enterprise. Que incluso habían quitado del título las palabras Star Trek, e incluido una canción lírica, en vez de una melodía orquestal en los títulos de crédito. Y ese es posiblemente el mayor problema de la serie, no tanto la fatiga de la franquicia o del equipo de producción, ni que la serie se emitiera cuatro meses después del final de Voyager, sino el querer mantener un enfoque obsoleto, cuando el público demandaba historias con mayor sustancia, tal vez algo de violencia, y sobre todo mayor conflicto entre los personajes. Al fin y al cabo, eran los primeros en llegar tan lejos, y si en la carrera espacial había habido bajas (como los desastres del Apollo 1 o el Soyuz 1, son ejemplos de ello), la Enterprise también tenía que tenerlas.
Tras la partida de la mayor parte de los guionistas de la primera temporada, Braga contrató A John Shiban, que había trabajado en Expediente X. Pero este quería “dar la vuelta a las cosas”, encontrando resistencia por parte del formado y los métodos de trabajo, marchándose tras esta temporada por diferencias creativas. También se intentó contratar a José Molina, pero decidió unirse a Firefly, de Joss Whedon. Así que contrataron a David A. Goodman, antiguo escritor de Futurama y Padre de familia, siendo nominado al premio Nebula por el maravilloso episodio Where no fan has gone before (Donde ningún fan ha ido antes), donde Fry se encuentra con toda la tripulación de la clásica. Desesperados por encontrar a nuevo personal de alto nivel para ayudar en la planificación de la serie, invitaron a Ira Steven Behr, que había trabajado en The Next Generation y dirigido la planificación y ejecución de Deep Space Nine. En la reunión dijo que odiaba a los personajes, el concepto y pensaba que todo era terrible. A su vez, Braga estaba horrorizado y entretenido por la diatriba, y si bien estaba de acuerdo con algunas de las críticas de Behr, no entendía por qué este había aceptado la reunión, si no iba a unirse a la serie. Aunque, como admitió Braga, ni él y Berman estaban buscando un nivel tan grande de reestructuración de la serie. Como fan he de reconocer que me encantaría saber qué cambios hubieran implantado Behr en la serie.
Para este año la dirección de UPN se había renovado, era la tercera administración completamente diferente. Y si antes la cadena dejaba hacer la serie sin interferencias, la nueva dirección comenzó a pasar abundantes notas a Berman y Braga sobre cómo mejorar el programa. Una de sus sugerencias, para aumentar la audiencia juvenil, fue incluir una boy band diferente cada semana para cantar su último sencillo. Ante lo ridículo de la idea, Braga les preguntó cómo iban a conseguir una banda diferente cada semana si se encontraban en el espacio profundo. Ante lo cual, el ejecutivo, que no entendió por complejo la objeción, dijo “¿No tienen un restaurante en la nave donde puedan tocar?”. En otra ocasión les preguntaron que era el “casco”, tras detallar una escena para apagar un fuego en el exterior de la nave.
También tenemos que recordar que durante esta temporada se estrenó ST: Nemesis, que obtuvo unos pésimos resultados en taquilla. Personalmente, creo que la elección del director de la película, completamente ajeno y desconocedor del universo de Star Trek, fue uno de los grandes culpables de su fracaso. Que hizo que Viacom (que había comprado Paramount y era propietaria de la cadena UPN donde se emitía la serie) empezara a replantearse, seriamente, la cancelación de los proyectos de la franquicia, que ya arrastraba bajos índices de audiencia. Lo curioso es que, según Bakula, Enterprise siempre fue el “programa de mayor audiencia de la cadena”. Por lo que es posible que el problema estuviera en las expectativas de la cadena con respecto a la serie. Y tampoco la trataban con el cuidado que se hubiera merecido para mejorar sus resultados. Parece ser que se emitían varios episodios nuevos en una semana y luego de retransmitir eventos deportivos. Mientras que algunas filiales de UPN seguían emitiendo programación local, y la serie no se transmitía en horario de máxima audiencia. Además, el departamento de marketing tomaba algunas decisiones extrañas, como solo promocionarlo en la propia cadena. Para justificarse, Berman recuerda que él hubiera querido dejar por lo menos un año entre el final de Voyager y el inicio de la nueva serie, pero fue la productora insistió en concatenar las dos series. Aunque personalmente no creo que este “tiempo muerto” hubiera resuelto nada, ya que, para mí, los errores estaban en el tono de los capítulos y en no salirse de la fórmula que hasta aquel momento había funcionado en Star Trek, pero que en ese momento empezaba a estar obsoleta.
La salvación vino de otro lugar. Jonathan Dolgen, presidente de Viacom Entertaiment Group, el “jefe de todo” según Braga, les dijo que hicieron lo que fuera necesario para asegurar el futuro de la serie. De esa manera dio permiso para hacer lo que quisieran. Así, se recuperó la idea inicial de la serie: poniendo en peligro a la Tierra, y Enterprise y su tripulación debían de salvar su planeta. Pero esta vez el enemigo no serían los klingons (como era la idea inicial), sino una nueva civilización, los xindi, formada por diversas especies inteligentes que habían evolucionado en un mismo planeta: humanoides, primates, insectos y reptiles, quienes atacarían nuestro mundo. Ese sería el punto de partida, y se pusieron a escribir The Expanse (ENT, 2.26).

· Shockwave II (ENT, 2.01)
Retomamos el cliffhanger con Archer y al agente Daniels atrapados en un futuro postapocalíptico, en el cual, la desaparición del primero ocasionó que la Federación nunca existiera. Para corregir los cambios temporales y devolver todo a la normalidad, empieza a construir una máquina del tiempo para enviar a nuestro intrépido capitán de regreso al pasado. Mientras tanto, a bordo de la Enterprise, la tripulación, encerrada en sus camarotes, intentan retomar el control de la nave, al mismo tiempo que ayudan a Archer en su plan. Por lo que esta parte de la trama, más coral de lo habitual, me parece más interesante. Y es que al final, vuelven a no profundizar en esta trama, y la Guerra Fría Temporal no aporta mucho, siendo, el viaje en el tiempo un MacGuffin, ese pretexto para desencadenar la historia, pero que podría haber sido igual, si el capitán hubiera estado varado en la superficie de un planeta y estuviera reparado un transportador, por ejemplo. Con la excusa de no desvelar los acontecimientos del futuro, no se atreven a desvelar mucho del futuro, ni de Archer, ni del universo de Star Trek. Por lo que estos capítulos me dan la sensación de “puedo, pero no quiero” explicarte nada.
«Vamos a tropezar, a cometer errores, seguro que más de uno antes de encontrar nuestro equilibrio. Pero aprenderemos de esos errores. En eso consiste ser humano»
Archer a Soval
 
· Carbon Creek (ENT, 2.01)
Siempre hay capítulos menos pretenciosos que a uno le gustan, tal vez porque lo que nos cuenta, sea sencillo, pero sugestivo. Y eso es lo que ocurre cuando nos narran como tres vulcanos llegaron a la Tierra en los años sesenta del siglo XX, con el choque cultural que eso genera. La historia la propuso Dan O’Shannon, productor ejecutivo y guionista principal de la serie Frasier durante la primera temporada. Pero Braga sintió que estaba demasiado fuera de concepto para hacerlo entonces “si lo hubiéramos hecho demasiado pronto, no se habría apreciado tanto”. Así, hay varios guiños a The city on the edge of forever (ST, 1.28), cuando están robando ropa para mezclarse entre los humanos, incluyendo gorros para cubrirse las orejas, tal como había hecho Spock. El guion, escrito por Chris Black, fue nominado al Premio Hugo, “Me encantó ese episodio por muchos niveles (…) Me gusta la idea de profundizar un poco en el canon de lo que pensamos que fue la primera vez que los vulcanos vinieron a la Tierra, solo para descubrir que, de hecho, no era la primera vez que visitaban la Tierra”.
«Te sientas durante horas todos los días frente a este dispositivo idiota…»
«Estoy investigando»
T’Mir & Mestral, sobre la TV
 
· Minefield (ENT, 2.03)
La presentación de los romulanos en la saga, cronológicamente, es un episodio lleno de tensión mientras se está desactivando la mina enganchada en el casco de la Enterprise. Por lo menos, la máxima que podemos considerar, teniendo en cuanta que uno de los personajes principales es el que está atrapado. Pero la desactivación de un artefacto explosivo, siempre es algo realmente peligroso. Eso nos permite explorar al personaje de Reed a través de la conversación con Archer. Aquí vemos la personalidad del capitán, que quiere romper la rígida relación de mando y subordinado que puede haber en una jerarquía de su tripulación. Lo que marcaría ese alejamiento de las convenciones de los oficiales de la flota que vemos en otras series de la saga. Y que creo que tiene sentido, en un contexto de exploración, y no tanto, de una fuerza naval de combate. Inicialmente, la idea era desconocer el origen de la raza que había creado el campo minado, siendo Braga quien sugirió que fueran romulanos. En ese sentido, se mantiene la incógnita de su apariencia, que no se desvelaría hasta el magnífico Balance of terror (ST, 1.08). Pero sí genera ciertos problemas de continuidad al mostrar la tecnología de ocultación, ya que este parecía una tecnología experimental a bordo de la nave que atacó los puestos avanzados de la Zona Neutral en el siglo siguiente. Personalmente, creo que esta incongruencia ya se había generado en las naves suliban, ya que Spock especula con la posibilidad de una tecnología, pero la existencia de las naves células, ya demuestra la existencia de la misma. Se intentó solucionar en la trilogía de la Crisis de Babel durante la cuarta temporada, creando un mando holográfico, pero ya era demasiado tarde para corregir esta contradicción.
«Francamente, señor, desde mi punto de vista, ese tipo de socialización no tiene cabida en una nave estelar»
«Una vez tuve un oficial al mando que pensaba lo mismo. “Son su tripulación, no tus amigos”. Pensé mucho en ello… cuando acepté este cargo. Pero luego me di cuenta de que esta no es una misión típica. Podríamos estar aquí durante años. De lo único que dependemos… es de nosotros mismos»
Reed & Archer
 
· Dead stop (ENT, 2.04)
Este capítulo mantiene una interesante continuidad directa con respecto a Minefield (ENT, 2.03), ya que los daños en la Enterprise planteaban el problema de cómo se podrían reparar en el espacio profundo. Así, la nave se encuentra con una estación automatizada, que en principio les ofrece reparar los daños a cambio de materiales que llevan a bordo. Me parece curioso que no se pregunten más sobre su origen y finalidad de esta estación, y su aparente desinteresada generosidad. Aunque en un momento de necesidad, como en la que se encuentran, uno tampoco puede ser demasiado preciado. Y así el episodio empieza con optimismo, para irse tornando más perturbador, por lo menos tanto como puede hacerse en Enterprise, cuando aparece muerto Mayweather, y después se descubre que es una réplica de su cuerpo sin vida. Desde este momento salvar al joven piloto y escapar es lo más importante, dejando a un lado el misterio de la existencia de este inquietante lugar. Sí, sabemos el motivo por el que secuestran a tripulantes de las naves que reparan, pero ¿quién la construyó? ¿Qué hace en medio del espacio? ¿Cuál es su propósito? Es una lástima que no se profundizara en este tema, aunque para los cuarenta minutos de capítulo, la acción y resolución, lo hacen un episodio entretenido, casi de terror. Sobre todo, cuando en la última escena vemos como se empieza a reparar a sí mismo. Y creo que la historia de su origen daba para un desarrollo más adelante.
«Hemos respondido suficientes llamadas de ayuda durante el año pasado. Es hora de que alguien nos devuelva el favor»
Archer
 
· The catwalk (ENT, 2.12)
La idea la tuvo el guionista Mike Sussman, tras leer sobre los peligros de la radiación que deberían enfrentar los astronautas de las futuras misiones a Marte. Pensando que la tripulación de la Enterprisesería vulnerable a algo así como una tormenta de iones, y podría haber algún tipo de cámara a prueba de radiación a la que pudieran evacuar”. Con esa premisa, nuestros protagonistas se han de refugiarse en el interior de las barquillas para evitar los efectos radioactivos de un peligroso frente de ondas neutrónicas. Así, la historia explora las molestias entre la tripulación confinada en un espacio reducido e incómodo. Para tornarse en una historia con más acción hacia la parte final, cuando la nave es abordada por un grupo de soldados con siniestras intenciones, lo que le hace interesante y entretenido. Y como curiosidad, aquí veremos por primera, y única vez, al chef de la nave, o por lo menos sus piernas, mientras reparte el rancho entre sus compañeros.
«No me ha dejado elección, destruiré la Enterprise»
«La primera nave terrestre de curvatura 5, el motor de su padre. He leído sobre usted, capitán. Y dudo mucho que usted hiciera algo que dañara a esta nave»
«Se sorprendería…»
Archer & oficial takret
 
· Stigma (ENT, 2.14)
Star Trek se caracterizó en los años 60 por unos guiones rompedores y atrevidos, por desafiar lo establecido y mostrarnos un futuro de la humanidad sin discriminaciones, ni prejuicios. Y como parte de una campaña de concienciación sobre el VIH de Viacom a principios del 2003, se hizo un homenaje al estigma que habían sufrido estos enfermos. Descubriendo la injusta situación que vive T’Pol al padecer una enfermedad transmitida por la fusión mental a la que fue forzada en Fusion (ENT, 1.17), algo muy mal visto en la sociedad vulcana de ese momento. Aunque escuchando el diálogo, en ocasiones parece que se refieren más a la homosexualidad, que sí fue un tabú durante esta larga etapa de la saga. Los motivos que esgrime T’Pol por guardar silencio sobre cómo fue contagiada son simplemente abrumadores: «Si lo utilizara como defensa para que no me sacaran de la Enterprise, aprobaría sus prejuicios. Y de paso condenaría a cada uno de los miembros de la minoría». Recuperando así el espíritu para denunciar el racismo que impregna Let that be your last battlefield (ST, 3.15), o de tener a Uhura, una mujer afroamericana, en un puesto de responsabilidad dentro de la cadena de mando del puente. Es posiblemente uno de los capítulos más sensibles y de denuncia contra la discriminación desde los inicios de este increíble universo.
«No hay nada detestable en el modo en que llevamos nuestra vida […] No hay una definición sencilla de intimidad. Los que somos capaces de fusiones mentales no somos diferentes a ustedes»
«¿Comprende que está arriesgando su reputación… su carrera?»
«Compartimos los pensamientos de modo diferente. No deberían castigarnos por eso»
Alegato de Yuris
 
· Cease fire (ENT, 2.15)
Lo bueno del hilo argumental entre las tensiones entre andorianos y vulcanos, es que sus episodios suelen tener aventura y acción, y este no es una excepción. Después de que Shran liderara una incursión sobre Weytahn, un planetoide conocido por los vulcanos como Paan Mokar, pide la mediación de Archer sobre el conflicto que tienen ambas civilizaciones sobre este enclave. Siendo la primera acción diplomática de envergadura por parte de Archer, y la primera vez que sus estirados aliados le piden algo semejante a los humanos. La cual ha tardado en llegar, sobre todo teniendo en cuenta que la Enterprise es la nave que más lejos ha llegado en sus viajes desde la Tierra. La historia muestra claramente la tensión y la desconfianza entre las dos especies, con la obsesión por la seguridad de las “orejas puntiagudas”, y los ardientes “pieles azules”, deseosos de recuperar lo que creen que les pertenece. Aquí vemos que Shran no es simplemente alguien provocador e insensato, sino que sabe que, para resolver la situación volátil, ha de encontrar una solución negociada. Mientras que Soval se desarrolla más allá de las arrogantes apariciones puntuales que había tenido hasta ahora, sobre todo recordando lo poco preparada que se encontraba la humanidad para explorar las estrellas, empezando a desvelarse como personaje interesante, que será muy importante en los siguientes años.
«Quizá no estemos aquí solo para escanear cometas y conocer nuevas especies, quizá estemos aquí para demostrar que la humanidad está preparada para unirse a una comunidad mucho mayor... Tengo la intención de hacerlo... les guste o no a los vulcanos»
Archer a Shran
 
 
 
Ll. C. H.
 
 
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