miércoles, 30 de enero de 2019

Deep Space Nine 6a temporada (1)


Primera parte

Advertencia: este artículo contiene spoilers para quien no haya visto la serie de Deep Space Nine.

La sexta temporada
La guerra contra el Dominion ya ha empezado y la galaxia está en llamas. Como es de suponer los argumentos de la serie versarán alrededor del conflicto, la pérdida y las consecuencias que este tiene sobre los personajes. Otro aspecto que empezó a tener más relevancia fueron los Profetas, hasta entonces poco desarrollados por petición de la productora, como ya indiqué en Accession (DS9, 4.17). Pero estaba claro que estos tenían que involucrarse en la trama ahora que se acerca el final, por lo menos para justificar la “elección” de Sisko como su Emisario del capítulo piloto. Así que poco a poco fueron haciéndose un hueco, creando los pah-wraiths en The assignment (DS9, 5.05) como sus antagonistas y enemigos acérrimos. Por otro lado siempre se había tenido la intención que la serie tuviera por lo menos seis temporadas, por eso durante gran parte de esta no se estaba seguro si habría una séptima, de manea que estaban preparados para atar las diferentes historias al final. Encontrando en varias frases que nos preparan para el desenlace de sendos personajes.

Aun así no todos los argumentos se centran en la guerra que se está librando, habiendo momentos para la exploración científica como en One little ship (DS9, 6.14), espías como en Honor among thieves (DS9, 6.15) y episodios de la vida en la estación como en Who mourns for Morn? (DS9, 6.12) y por supuesto la tortura personal de O’Brien de la temporada en Time’s orphan (DS9, 6.24). Y es que aunque haya un conflicto devastador que se está librando, no podemos pretender que todas las historias estén relacionadas con este. Primero porque entonces la serie se haría demasiado dramática, sin esos pequeñas respiros incluso pesada. Así tenemos You are cordially invited (DS9, 6.07), The magnificent ferengi (DS9, 6.10), Who mourns for Morn? (DS9, 6.12), o One little ship (DS9, 6.14), por citas cuatro, que más bien son capítulos graciosos o simpáticos. Por otro lado, en una guerra no solo hay combates y muerte, también hay descansos y tiempo para la calma donde tomar aliento antes de la siguiente embestida. Además tras la liberación de la estación, y al no poder utilizar el agujero de gusano, la línea del frente se ha trasladado a otros lugares, por lo que es normal que haya más tranquilidad en DS9. En lo que se refiere a la calidad de las historias, al confirmarse la séptima y última temporada nos encontramos varios capítulos de relleno. Aunque se mantiene en el nivel de la trama de la guerra contra el Dominion, otros no nos llevan a ninguna parte, bajando un poco el nivel general de calidad de la temporada con respecto a las anteriores.

A pesar de empezar el esprín final de la serie, también se introducen varios personajes nuevos: el almirante Ross, el inmediato superior de Sisko. Aunque el actor Barry Jenner creía que iba aparecer solo en A time to stand (DS9, 6.01), muy posiblemente la idea fuera hacerlo alguien recurrente desde el principio. Además su interpretación encantó al equipo, al hacerlo como alguien que había visto mucha acción y que le costaba enviar a otros hombres a la muerte, impregnándola de humanismo. Haciéndole alguien un poco más accesible de lo que nos tenían acostumbrados a los altos oficiales que habían aparecido previamente, que vienen una (o varias veces en algunos casos puntuales), dan las órdenes y desaparecen. Otra incorporación fue Vic Fontaine, un programa holográfico que tenía conciencia propia. También recuperamos al hijo de Worf que había aparecido en TNG, quien solo veremos en dos capítulos, pero al se mencionado en otras tantas ocasiones parece que hubiera pasado más veces por la estación. Y de los que ya conocíamos podemos indicar que tanto Nog, Rom, Garak, Damar y Weyoun se convirtieron en personajes secundarios, más que recurrentes, debido a la gran cantidad de veces que aparecerán en lo que queda de serie, permitiendo que la historia arco sea más homogénea y completa.

· A time to stand (DS9, 6.01)
En Star Trek ya habíamos visto capítulos dobles, incluso en la segunda temporada de DS9 se inició con una trilogía sobre política bajorana. Pero la historia que querían contar hasta recuperar la estación necesitaba más tiempo y al final lo hicieron en una sextalogia. Lo que obligó a que los diferentes guionistas involucrados en los diferentes capítulos tuvieran que cooperar de manera mucho más participativa que en otras ocasiones. Y empezaron sin grandes batallas, sino en un anticlímax con una Defiant en retirada rodeada de otras naves dañadas. A bordo, la tripulación junto a Garak, parece ir de derrota en derrota y la moral está por los suelos. Aun así con el agujero de gusano bloqueado por las minas autoreplicantes, aún existe la posibilidad de vencer al Dominion. Mientras tanto en la estación están Kira, Odo, Quark, Rom y Jake Sisko como nos habían mostrado en Call to arms (DS9, 5.26). Y junto a estos también se encontraban Dukat, Weyoun y Damar. Allí el antiguo gobernador de Bajor está exultante, no solo es el líder de la Unión Cardassiana, sino que ha recuperado el mayor golpe a su orgullo: la estación de Terok Nor y Bajor. La arrogancia rezuma por cada poro de su cuerpo, cuando Kira le reprocha haber entregado el cuadrante Alpha al Dominion este replica: «Cardassia estaba al borde de un oscuro abismo, mayor. La guerra con los klingons nos relegó a una potencia de tercera clase. Los míos habían perdido el rumbo. Yo he vuelto a hacerles fuertes». Él sabe que su pueblo habrá de pagar un alto precio, pero espera tener una recompensa a la altura del sacrificio. Poco a poco su soberbia irá confundiendo su destino y grandeza, con el de los suyos. Las piezas están sobre el tablero, y en cada movimiento se avanzará hacia el jaque mate.

«He leído tus artículos y me han llevado a una conclusión: estás predispuesto en contra del Dominion»
«¿De dónde ha sacado esa idea?»
«Te refieres a nosotros como la fuerza de ocupación de la estación»
«¿Qué tiene eso de malo?»
«Posee una connotación negativa. Todos tus artículos están llenos de terminología peyorativa, por eso he impedido que se transmitan»
«¿Nadie de la Federación ha leído mis repostajes?»
«No, no los he enviado»
«¿Qué hay de la libertad de prensa?»
«Por favor, dime que no eres tan ingenuo»
«Yo solo me quedé aquí para informar sobre la ocupación»
«Ves, ya estás otra vez. Esto no es una ocupación. Estamos en una estación cardassiana y no hay tropas del Dominion en Bajor. ¿Por qué debería haberlas? Tenemos un tratado con ellos»
Weyoun & Jake

· Rocks and shoals (DS9, 6.02)
Los jem’hadar son, se supone, guerreros fanáticos y sanguinarios, programados para obedecer órdenes por muy crueles que sean. Pero cuando nos los acercan un poco, nos los muestran como individuos que pueden ser honorables y dignos de respeto. Esto es lo que hace grande a esta serie (y a la saga de Star Trek), los adversarios (klingons, maquis, cardassianos, vorta, jem’hadars, fundadores) no son seres planos, guionizados para ensalzar las bondades de nuestros héroes. Incluso cuando deberían ser arquetipos, en realidad vemos al individuo, y sus motivaciones, ejemplos de ello son los tripulantes del Rotorran, Eddington, Damar, Weyoun 6, o Remata’Klan. (1) El intérprete de este, Phil Morris, se inspiró comparándolo con un samurái que solo es leal a su señor feudal. Y aunque Keevan parezca taimado y traicionero, tenemos que admitir que el “suicidio/sacrificio” de los jem’hadars era la única manera para que pudiera salir vivo del planeta, tanto él, como para la tripulación de Sisko. Queda claro cuando le dice: «Eso… es un sistema de comunicaciones y necesita que se repare. Estoy dispuesto a apostar que ha traído a uno de sus famosos ingenieros de la Flota Estelar que puede convertir rocas en replicadores. Debería tener más éxito reparándolo, que un jem’hadar que sufre de abstinencia». Mientras tanto en la estación la conciencia de Kira la obliga a oponerse a la ocupación del Dominion.

«Él no tiene que ganar mi lealtad, capitán. Él la ha tenido desde el momento en que fui concebido. Soy un jem’hadar y él es un vorta. Ese es el orden de las cosas»
Remata’Klan

· Sons and daughters (DS9, 6.03)
Como he dicho las relaciones paterno-filiales son muy importantes y con la llegada de Worf era cuestión de tiempo que regresara su hijo, Alexander Rozenko. La verdad es que su parte bien podría ser otro capítulo de la serie de Star Trek: Klingon, como lo sería Soldiers of the Empire (DS9 ,5.22). Y a este, como buen hijo de Worf, también le persigue la tragedia: su madre fue asesinado delante suyo cuando era pequeño y su padre nunca le ha comprendido (aunque yo diría que tampoco lo ha intentado mucho). Además ambos fueron criados en la Tierra, lejos de los suyos. Por suerte allí está el sensato de Martok para poner las cosas en su sitio. Mientras tanto en la estación se muestra perfectamente la doblez de Dukat, a quien solo le importan las apariencias, lo que piensen (bien) de él, que le adoren como él cree que se merece, por eso le regala el vestido de Kira a su hija sin cambiar de expresión. Al tiempo que Ziyal le ve con los ojos de la niña que deseaba que la rescataran de la mina breen de Indiscretion (DS9, 4.05), él la ama y ella es feliz.

· Behind the lines (DS9, 6.04)
En las guerras normalmente hay más escaramuzas y pequeños enfrentamientos que grandes batallas. Por eso en este arco de seis capítulos nos muestran la incursión contra el depósito de ketracel-blanco en A time to stand (DS9, 6.01) o el ataque contra la estación subespacial en este episodio. Y durante la calma que prosigue y precede esos violentos choques la vida sigue. Y mientras tanto en la estación parece que se está más cerca de abrir el agujero de gusano, por lo que la pequeña célula de resistencia se ha de poner en marcha. Odo siempre tuvo tres grandes argumentos por no unirse con su gente: el amor que sentía por Kira y el miedo a perderse en el Gran Unión. Lo que le haría olvidar a sus amigos, al amor que siente por su amada. Y finalmente el rechazo que tiene hacia los sangrientos métodos del Dominion. Ya que lo que los suyos ven como poner orden al caos, él lo ve como una imposición cruel y opresora de una dictadura que no puede tolerar. Para él, esa sensación de “poner orden” es impartir justicia y hacer cumplir la ley de manera igual para todos. Al empezar a unirse con la cambiante nos confirman que sus temores estaban bien fundados y aunque la líder de los Fundadores puede estar manipulándolo, experimentar la naturaleza de lo que uno es suele ser algo realmente embriagador, liberador y adictivo. Por otro lado Damar empieza a ser, además del fiel lacayo de Dukat, también un borracho atado a la botella de kanar, ¿pero por qué bebe si están ganando la guerra? Al tiempo que Quark ha cambiado de forma de pensar desde A time to stand (DS9, 6.01) donde pensaba que al no haber alambradas y esclavos, aquella ocupación no estaba mal, pero ahora se da cuenta que la libertad es lo importante:

 «Lo intenté. Hice todo lo posible por dirigir mi establecimiento bajo esta ocupación. ¿Pero sabes qué? No es divertido. No me gustan los cardassianos: son malos y arrogantes. Y no puedo soportar al jem’hadar: son espeluznantes. Se quedan allí como estatuas, mirándote. Eso es. No quiero pasar el resto de mi vida haciendo negocios con estas personas. Quiero que la Federación vuelva. ¡Quiero vender de nuevo cerveza de raíz!»
Quark a Kira

· Favor the bold (DS9, 6.05)
El título está basado en La Eneida, del poeta romano Virgilio: “audentes fortuna iuvat”, la fortuna favorece a los audaces. El ataque para recuperar la estación ha de realizarse antes que se quite el campo de minas, por lo que los planes de la Flota se aceleran hacia la gran batalla espacial, Sisko argumenta que el Dominion no atacará al Tierra: «Porque la Tierra no es la clave del cuadrante Alpha, el agujero de gusano sí lo es. Y quien controle Deep Space Nine, controla el agujero de gusano». Mientras tanto en la estación nos muestran la manipulación de los Fundadores hacia los vorta: unos carecen del sentido de la estética, tienen una vista pobre, pero en cambio escuchan muy bien, más adelante descubriremos que tampoco tienen un gusto limitado a bayas, para que no olviden su humilde origen. Mientras que el jem’hadar tiene una vista muy aguja, al no necesitar escuchar conversaciones ajenas.

«Odo es un cambiante. Hacerle regresar a Casa, a la Gran Unión, es más importante que el cuadrante Alpha. ¿Queda claro?»
Fundadora a Weyoun.

· Sacrifice of angels (DS9, 6.06)
La batalla desesperada se libra entre las estrellas para llegar a la estación a tiempo. El combate es encarnizado y el más espectacular que haya habido en Star Trek. Al final las líneas se abren y la Defiant logra pasar y llegar hasta la estación, pero las minas han sido detonadas y Sisko ordena meterse en el agujero de gusano. Allí se encuentran frente a una flota del jem’hadar de 1.500 naves de guerra. Es el fin, hasta que los Profetas llevan a Sisko al Templo Celestial y le preguntar por qué quiere terminar con su vida, con el “juego” mientras permanecen ajenos a lo mundano de los corpóreos. Este les exhorta a intervenir recordándoles que han protegido a Bajor, y ahora el planeta y sus habitantes están en peligro. Finalmente aceptan ayudarle y hacen desaparecer a los refuerzos, pero a cambio de que Sisko no vaya a tener descanso en Bajor. Y aunque esta parte de la trama pueda parecer un deus ex machina, para mí lo importante no es lo que les ocurrió a las fuerzas del Dominion, sino esa penitencia que ha de hacer Sisko. Si estos están fuera del tiempo y conocen lo que ha sucedido y lo que ha de suceder, ¿por qué ahora le dicen que no descansará en Bajor? ¿Si ya lo sabían por qué no se lo comentaron en su primer encuentro? Mientras tanto en la estación Dukat se retrata: «La auténtica victoria está en hacer ver a tus enemigos que se equivocaron al ofrecer resistencia en primer lugar. Obligarlos a que reconozcan tu grandeza». Se lamenta que los bajoranos no le reconozcan como su liberador, ni que no le erijan una estatua en su honor en el planeta. Su delirio de grandeza se ha apoderado de él ante la inminente victoria y esta es tan importante para él porque así justificará la entrega que hizo de Cardassia al Dominion. También anhela el respeto de sus enemigos, en este caso el de Sisko, que además de ocupar su lugar en la estación, los bajoranos le adoran y quieren, precisamente lo que él más desea. Por eso la muerte de Ziyal, unida a la derrota que él creía imposible hace que se quiebre por dentro. Ella, como medio bajorana, es la representación de lo que él desea que hagan sus congéneres: adorarle como a un padre benévolo. Pero la victoria finalmente es de Sisko, del Emisario, y no a él. El mundo que quería para sí, que ya había construido en su psique, se derrumba ante sus ojos, por lo que pierde la razón.

«Cañones a su derecha, cañones a su izquierda, cañones al frente, descargaron y tronaron. Azotados por balas y metralla, cabalgaron con audacia hacia las fauces de la Muerte, hacia la noca del Infierno. Cabalgaron los seiscientos»
La carga de la brigada ligera, Tennyson

· You are cordially invited (DS9, 6.07)
Este es un capítulo realmente divertido. La cultura klingon es posiblemente la más folclórica, pintoresca y desarrollada de la saga con capítulos como este. Impagable el ritual por el que los amigos del novio han de pasar y el “baile de amor ferengi” de Nog de la fiesta de Jadzia. Este podría ser el tercer episodio de Star Trek Klingon, donde nos muestran que son las mujeres las que controlan la parte social de esta civilización, mientas sus maridos hacen la guerra.

«Tampoco hay reembolso para aquellos en el camino al Kal’hyah»
Quark

· The magnificent ferengi (DS9, 6.10)
«Los ferengis pueden ser tan duros como los klingons» esta es la frase que marca uno de los episodios más divertidos de la serie y de la saga. No solo es un homenaje a los Siete Samuráis o los Siete Magníficos, sino a las comedias de los Hermanos Marx, donde las situaciones eran tan divertidas como sus diálogos. Todos los ferengis habían salido previamente en la serie, incluido el eliminador Leck, visto en Ferengi love songs (DS9, 5.20), haciendo que todo quede en casa. En realidad Zek es el único ferengi recurrente que no aparece en este capítulo por problemas de agenda de Wallace Shawn, de manera que su papel fue sustituido por Ishka. Como curiosidad Yelgrun es interpretado por Iggy Pop en un hierático vorta que no termina de entender la curiosa forma de hacer de esta raza.

«Un niño… un tonto… un fracasado… y un psicópata. ¡Que pequeño equipo has reunido!»
Brunt a Quark

· Waltz (DS9, 6.11)
Dukat perdió la razón tras la derrota en Terok Nor y la muerte de su hija Ziyal. En Sacrifice of angels (DS9, 6.06) ya nos lo mostraron megalómano, disfrutando de una victoria que aún no era suya. Tan alto estaba su ego que la caída fue brutal, rematada por la pérdida de la única persona que le veía como él deseaba que lo hicieran los bajoranos. Ahora está loco y en su demencia aun es más peligroso que cuando estaba cuerdo. El velo que llevaba Dukat se le ha caído y el desprecio que les tenía, ahora se ha convertido en un odio enfocado en Sisko, que representa la devoción que siempre ha querido recibir de los bajoranos.

«Por supuesto que los odiaba. Odiaba todo sobre ellos. Sus supersticiones, y sus llantos por compasión, sus traiciones y sus mentiras, su superioridad engreída y su obstinación contumaz, sus pendientes y sus narices rotas y arrugadas» «Debería haberlos matado a todos» le provoca Sisko «Sí. Sí. Es verdad. Lo sabía. Siempre lo he sabido. Debería haberlos matado a todos y a cada uno de ellos. Debería haber convertido su planeta en un cementerio nunca visto antes en la galaxia. Debería haberlos matado a todos»
Dukat

· Who mourns for Morn? (DS9, 6.12)
Confesaré que este capítulo siempre me ha parecido muy curioso. Aunque se centra en Quark, todo giro alrededor de Morn, un personaje que no ha hablado (ni hablará) en toda la serie. Este es un extra recurrente que aparecía en Quark’s desde el primer capítulo, pero que para no pagar al actor que lo interpretaba, nunca le dieron una línea de diálogo. Y eso que tiene fama de no callar nunca, aunque eso sí: fuera de cámara. El resultado no es un gran episodio del estilo de la épica de DS9, sino una divertida anécdota de la vida diaria de la estación.

· Far beyond the stars (DS9, 6.13)
Cuando Sisko vuelve a preguntarse si todo el esfuerzo de la Guerra vale la pena, y cuestionándose que está haciendo realmente en DS9, los Profetas le ofrecen una nueva visión. Lo curioso es que esta está ambientada en los años 50, y por tanto la historia se centra en la discriminación racial. Atrayendo la atención del público no fan y a la crítica, haciendo a este episodio famoso. La premisa racial hace la historia muy trek, recordándonos aquel mítico Let that be your last battlefield (ST, 3.15) en que dos seres se perseguían hasta la muerte por tener el color del rostro de lado “distinto”, haciéndonos recordar que la discriminación no es tan lejana. En realidad todos los días sucede y para luchar contra ella la hemos de ver para no olvidarnos que aún existe. Recordemos que Avery Brooks, que es el director del capítulo, es el primer capitán negro de la saga, en cuya serie original ya había una oficial negra integrada en la estructura de mando. Y aunque su ambientación pueda parecer que reste a la historia de un punto de vista de ciencia ficción, la reflexión final de Sisko de lo que es real «¿Y si la vida que vivimos, todo esto, tú y yo, todo, y si todo esto es una ilusión?» le otorga un matiz de lo que es o no es real, siendo además un homenaje de los primeros escritores de ciencia-ficción basando algunos personajes en autores reales como Isaac Asimov o DC Fontana.

«Este solo es el principio de tu viaje, no el final. El camino de los Profetas a veces es oscuro y doloroso»
Predicador (Joseph Sisko)

· One little ship (DS9, 6.14)
La premisa era empequeñecer a la runabout y hacer que sus tripulantes ayudaran al resto de la tripulación de la Defiant a liberarse de un grupo de jem’hadars. El resultado es un entretenido episodio, que me recuerda a las películas de miniaturización como El chip prodigioso (1987) o la veterana Viaje alucinante (1966). Con respecto a la guerra del Dominion veremos cómo estos se han adaptado a su aislamiento del cuadrante Gamma, diseñando y criando una nueva generación de jem’hadars. Que sean mejores que sus predecesores, ya es cuestión de perspectiva. Sí podemos decir que como raza de la triada que forma el Dominion estos guerreros ya han dado todo su potencial narrativo y a partir de ahora no se les desarrollará como personajes individuales. En cambio el relevo ya lo han tomado, y que se prolongará hasta el final, en los vorta de la mano del magnífico Weyoun. En todo caso en la guerra el jem’hadar no deja de ser la carne de cañón y esta suele tener un final fatídico. Durante la trama del Dominion nos insinuaron en Hippocratic Oath (DS9, 4.04) o To the death (DS9, 4.23) que era posible una revuelta de estos contra los Fundadores. Pero con el paso del tiempo e historias como Rocks and shoals (DS9, 6.02) esta posibilidad de fue alejando. Tal vez los guionistas guardaron la idea en el fondo del cajón como alternativa para un posible final.

«Esta es la historia de una pequeña nave, que hizo un pequeño viaje»
Primera (y única) línea del poema de Worf


Notas de producción:
(1) Al elaborar esta lista me di cuenta que todos los personajes de los fundadores son tipos malvados. Tienen su motivación: imponer su orden sobre el caos a sangre y fuego si es preciso, para así preservar su seguridad. Solo les salva las diferentes decisiones de salvar a Odo o de complacerle. Pero es uno de los suyos y lo que quieren es que regrese a la Gran Unión.


Ll. C. H.


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