martes, 11 de marzo de 2025

La navegación en una nave estelar

La navegación a través de las regiones conocidas, y desconocidas de la Vía Láctea, es una de las funciones más importantes y fundamentales en cualquier nave estelar. La capacidad de controlar sus movimientos, determinar la localización de puntos específicos en tres y cuatro dimensiones, permite seguir trayectorias seguras entre esos puntos. Mientras que los problemas de la navegación interestelar han estado bien definidos por más de doscientos años, moverse por este torbellino celeste, especialmente a velocidades de curvatura, todavía requiere la orquestación precisa de ordenadores, sensores, dispositivos activos de desviación de alta energía y la capacidad de decisión de la tripulación.
 
El guiado de una nave estelar
El control traslacional en relación con el espacio circundante implica numerosos sistemas de a bordo. A medida que se maniobra dentro del volumen de la galaxia, los ordenadores de navegación intentan calcular la ubicación en relación con el núcleo galáctico u otras referencias fijas, como la Tierra, con una precisión de 10 kilómetros en vuelo sublumínico, y de 100 kilómetros durante el vuelo de curvatura. La cuestión de la velocidad es importante en este análisis, ya que se emplean diferentes métodos de detección y cálculo para cada régimen de vuelo [ST: TNG Technical manual]. Detectando con rapidez cualquier cambio de posición, como cuando la computadora de navegación de la USS Defiant informó que se encontraban a más de doscientos años luz de su ubicación original, tras viajar en el tiempo al 2268 desde el 2373 [Trials and tribble-ations (DS9, 5.06)].
Los dispositivos de detección internos, como acelerómetros, giroscopios ópticos y procesadores de vectores de velocidad, se agrupan en el Sistema de Entrada de Línea de Base Inercial, o IBIS (Inertial Baseline Input System). Este, está en contacto con el campo de integridad estructural y los sistemas de amortiguación inercial, que proporcionan factores de compensación para ajustar los valores aparentes de los sensores internos, lo que permite compararlos con lecturas derivadas externamente. El IBIS también proporciona un bucle de retroalimentación continúa utilizado por el sistema de control de reacción para verificar las entradas de propulsión.
 
Sensores
Los principales sensores externos empleados a velocidad de impulso incluyen detectores de gravitones estelares, generadores de imágenes de coordenadas de pares estelares, contadores de púlsares/cuásares, escáneres de infrarrojos lejanos y receptores de Balizas Base-temporales de la Federación (FTB Federation Timebase Beacon). Estos dispositivos también se comunican con los procesadores del campo de integridad estructural y del campo de amortiguación inercial, los sensores inerciales y los ordenadores principales para obtener un conocimiento ajustado de la ubicación de la nave. Los paneles de sensores externos estándar se ha diseñado para garantizar que se puedan realizar cálculos de posición aproximados en condiciones operativas adversas: por ejemplo, campos magnéticos, polvo interestelar denso o llamaradas estelares. Aunque la extensa red de FTB funciona en frecuencias subespaciales para facilitar los cálculos de posición a velocidad de curvatura, los vehículos a velocidad subluz pueden, de hecho, obtener datos de posicionamiento más precisos que las naves a velocidad de curvatura. En ausencia de señales claras de los FTB, los procesadores de base de tiempo de a bordo siguen calculando la distancia y la velocidad para su posterior sincronización cuando se detecten de nuevo los datos de los FTB [ST: TNG Technical manual]. En caso de entrar en una zona de difícil orientación, como en un espacio caótico, se pueden dejar balizas para ayudar a la orientación y seguimiento de la ruta [The fight (VOY, 5.19)].
El guiado de las naves estelares a velocidades subluz superiores acopla los motores de impulso con los sistemas ya mencionados. Las lecturas de los sensores externos, distorsionadas por las altas velocidades relativistas, requieren ajustes por parte de los subprocesadores de guiado y navegación (G&N) con el fin de calcular con precisión la ubicación de la nave y proporcionar las entradas de control adecuadas a los motores de impulso. Los viajes prolongados a altas velocidades sublumínicas no es el modo preferido de desplazarse de las naves de la Federación, debido a los efectos indeseados de dilatación del tiempo, pero pueden ser necesarios ocasionalmente si no se dispone de sistemas de curvatura [ST: TNG Technical manual].
En algunas naves estelares, como la USS Cerritos de la clase California [First first contact (LD, 2.01)], la USS Voyager-A de la clase Lamarr [Into the breach (PRO, 2.01)], o la USS Enterprise-D de la clase Galaxy, las tareas de investigación y supervisión del sistema G&N están a cargo de cetáceos. En el caos de esta última, estas funciones las forma una tripulación mixta de doce delfines mulas o de nariz de botella (tursiops truncatus) originarios de los océanos Atlántico y del Pacífico. Bajo la supervisión por dos orcinus orca takayai, o ballena de Takaya. Todos los temas teóricos de la navegación son estudiados por estos especialistas de élite, y sus recomendaciones para la mejora de los sistemas son aplicadas por la Flota Estelar.
 
Base de Datos de las Condiciones Galácticas
La Vía Láctea parecería, según cualquier esquema de cartografía, una pesadilla de registros creada para frustrar a todos los que intenten atravesarla. No solo su masa gira, sino que lo hace a diferentes velocidades, desde su núcleo hasta los brazos espirales exteriores. Además, cuenta con miles y miles de objetos astronómicos (cúmulos estelares, nebulosas o sistemas planetarios) y millones de cuerpos celestes (estrellas, planetas, lunas, asteroides o cometas) concentraciones de gas y polvo, y numerosos fenómenos exóticos y energéticos, abarcando una gran cantidad de espacio de baja densidad por el que se desplazan las naves de la Federación. Con el tiempo, incluso las estructuras a pequeña escala cambian lo suficiente como para ser un problema en la navegación y la cartografía. Sin embargo, es necesario un marco de referencia común para realizar exploraciones, establecer rutas comerciales y llevar a cabo otras operaciones de la Flota Estelar, desde traslados de colonias hasta misiones de rescate.
Los objetos celestes se conocen gracias a los escaneos de los instrumentos planetarios de espacio profundo y a las inspecciones de las naves estelares, y se registran en la Base de Datos Central de la Flota Estelar sobre las condiciones galácticas. Pero el aspecto visual general de la galaxia desde la Tierra o cualquier otro planeta es, por supuesto, poco fiable debido a la limitación de la velocidad de la luz; por lo que se necesitan muchas fuentes adicionales (como lecturas subespaciales más rápidas) para mantener actualizada la base de datos. Una de ellas son las mismas naves estelares, que, durante sus escalas en puestos avanzados de la Federación y Bases Estelares, descargan y envían a la Flota Estelar todos los registros detallados de sus rutas de vuelo anteriores [ST: TNG Technical manual]. Así como toda la información obtenida de los repetidores subespaciales, y las plataformas de sensores para garantizar que su mapa – conocido como la Base de Datos de las Condiciones Galácticas – esté lo más actualizado posible. La división de Cartografía Estelar ha trazado la posición de las estrellas mucho más allá de los alcances de la exploración tripulada. Instalaciones como el Telescopio Argus, situado en los confines del espacio de la Federación, recopila datos sobre la posición y la actividad de sistemas que se encuentran a años luz del espacio explorado. También actualiza su base de datos galáctica enviando regularmente sondas de largo alcance a regiones inexploradas del espacio profundo. Registrando información detallada que se transmite a otras naves e instalaciones por radio subespacial [ST: Fact files].
La mayor parte de la información de la base de datos se refiere al estado actual de un objeto, entendiendo por “actual” la hora real medida en el Cuartel General de la Flota Estelar en San Francisco en la Tierra. Y cuando no se dispone de información sobre los objetos en tiempo real, se indican las condiciones previstas. Catalogando la localización y el movimiento propio de las principales estrellas, nebulosas, nubes de polvo y otros objetos naturales estables. Los nuevos objetos se catalogan a medida que se encuentran, y las bases de datos actualizadas se transmiten regularmente por radio subespacial a la Flota Estelar y a las naves de sus potencias aliadas [ST: TNG Technical manual]. Sin estos puntos de referencia, podría suponer una dificultad extrema para las naves estelares. Como le ocurrió a la USS Enterprise tras cruzar la Barrera Galáctica en la fecha estelar 5630.7, cuando no pudo trazar un rumbo de regreso, afectados por la distorsión sensorial extrema causada al cruzar este fenómeno espacial [Is there in truth no beauty? (ST, 3.07)].
Toda esta ingente cantidad de información permite calcular las mejores rutas, y rumbos más seguros. En el 2374, a bordo de la USS Voyager, se modificaron los sensores astrométricos para medir el flujo radiactivo de hasta tres mil millones de estrellas a la vez, mientras la computadora calculaba la posición relativa de la nave con respecto al centro de la galaxia. Con un mapeando diez veces más preciso que la tecnología existente, lo que permitiría reducir en cinco años de viaje de regreso de la nave al cuadrante Alpha [Year of hell, (VOY, 4.08)].
 
Trazar un rumbo
Para un observador inexperto, la navegación estelar puede parecer algo simple. Los procesos se controlan desde el puesto de navegación, marcando un destino o rumo de cinco maneras distintas. Tan pronto como este es introducido en el sistema de navegación, los ordenadores consultan la base de datos de navegación, y automáticamente, determinan una trayectoria. Los destinos elegidos puede ser planetas, sistemas o incluso instalaciones orbitales. Si se especifica una zona tan grande como un sector, se trazará un rumbo de vuelo hasta el centro del mismo. También se puede dar un destino móvil, como, otra nave espacial. Si esta se encuentra en el ámbito de los sensores, se trazará un rumbo directo. Requiriendo, por lo general, que se introduzca o bien una velocidad, o bien un tiempo de intercepción, para que se pueda calcular el rumbo con relación a la posición del otro aparato.
Pueden especificar unas coordenadas galácticas de una dirección, requiriéndose que el personal calcule o busque dicha información específica. A menudo, las órdenes de navegación se daban con un rumbo relativo. Este consistía en dos cifras que se relacionaban con dos planos perpendiculares alrededor de la nave: el primer plano era horizontal, el segundo vertical. Cada plano estaba dividido en 360 grados, y 0 grados se consideraban rectos. Por lo tanto, si se le daba un rumbo de 000 marca 0, no cambiaría su rumbo. En el plano horizontal, los valores aumentaban hacia estribor; en el plano vertical, aumentaban en la dirección por encima de la nave. Por lo tanto, un rumbo de 150 marca 0 significaba que el barco giraría 150 grados a estribor, pero no se inclinaría hacia arriba ni hacia abajo, y un rumbo de 150 marca 20 significaba que giraría 150 grados a estribor y luego inclinaría el morro 20 grados hacia arriba. Las órdenes de navegación también se daban en forma de rumbo. De nuevo, se daban como dos cifras, pero estas cifras se referían a dos planos alrededor de una línea teórica que conectaba la nave con el centro de la galaxia. Un rumbo de 000 marca 0 era directamente hacia el centro galáctico. Este sistema era muy similar al utilizado para navegar en la superficie de un planeta, donde los rumbos se tomaban desde el polo norte [ST: Fact files].
Las instrucciones dadas pueden ser sencillas, pero calcular un rumbo a través de distancias interestelares es una tarea extremadamente exigente. Esto se debe a que es imposible mantener un mapa totalmente exacto de la galaxia: como se ha indicado, todos los objetos dentro de la galaxia se mueven en su propia dirección, y muchos métodos de observación implican un desfase temporal notable [ST: TNG Technical manual]. Sin olvidar que hay muchos que, por diferentes razones, permanecen sin catalogar [Especulación]. Los ordenadores principales a bordo de las naves, aplican la base de datos de condiciones galácticas a la tarea de trazar trayectorias de vuelo entre puntos. En este plan de vuelo, los objetos situados a lo largo de su trayectoria, como sistemas estelares o grandes cuerpos sólidos aleatorios, son evitados. Renovándose constantemente, con correcciones de rumbo que se introducen a medida que se encuentra disponible nueva información. A velocidades de impulso y de curvatura, los sensores externos e internos se comunican con los ordenadores y los sistemas de propulsión para realizar correcciones constantemente a lo largo de la trayectoria básica [ST: TNG Technical manual]. Ya en el siglo XXII, las naves de la Flota Estelar de la Tierra contaban con pilotos automáticos que podían seguir rumbos previamente establecidos [Doctor’s orders (ENT, 3.16)].
En el siglo XXIII, en las naves estelares como la clase Constitution, las operaciones de pilotaje estaban supervisadas por el timonel, que era el responsable de manejar los controles de la nave. Y el navegante, que trazaba el rumbo, y hacía los cálculos de velocidad y trayectoria a velocidad de curvatura. Para ello contaban con controles de los propulsores de maniobra, motores de impulso y la velocidad de curvatura, así como los indicadores de velocidad. El timonel cuenta con un escáner de orientación retráctil, y entre los dos puestos hay un gran panel de astrogación para trazar rumbos de larga distancia. Mientras que el navegante tiene un escáner frontal de trazador/desviador de curso, que utiliza los sensores y la base de datos. En su puesto también se encuentra el cronómetro de la nave, y los interruptores terciaros para el control de potencia de impulso [ST: USS Enterprise NCC-1701 Illustrated handbook].
En el siglo XXIV las funciones de pilotaje han sido unificadas en una sola posición, conocida como CONN (consola de control de vuelo), incluye las funciones navegación y trazo de rumbo, y supervisa las operaciones de vuelo automáticas. Realiza las maniobras de vuelo manuales, haciendo las correcciones automáticas del rumbo, verifica la posición de la nave y es el enlace del puente con ingeniería. Así como vigila de los efectos relativistas, el sistema de amortiguación inercial, y controla la geometría del campo subespacial [ST: TNG Technical manual].

 
Ll. C. H.
 
 
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