Para la última película de la tripulación de The Next
Generation sí se produjeron algunos cambios dignos de mención en el diseño de
la USS Enterprise-E, aunque fueron
sutiles y no afectaron al aspecto general de la nave. Ante un guión con una
escena de intenso combate naval y tan importante como la batalla de Depresión
Bassen, se le añadieron más armas a la nave. En la popa de la sección de
ingeniería se instalaron dos tubos lanzatorpedos simples, por encima y por
debajo de la entrada del hangar.
Mientras que en el plato se colocaron uno doble en la parte superior del
hangar, con otros dos en el frontal del plato, debajo del módulo del puente y
por encima del deflector secundario. Y se incrementaron las trincheras phaser, en los pilones de sujeción
de las barquillas, tanto en la parte inferior, como superior. Este aumento, del
ya considerable armamento de esta nave, desgraciadamente no nos extraña, teniendo
en cuenta la situación que ha vivido la Federación en los últimos años: la
guerra contra el Dominion y la siempre posible incursión borg, como quedó
patente en el capítulo final End game
(VOY, 7.25/26) de la serie Voyager. Además la lucha contra el Scimitar
de Shinzon perfectamente camuflada y terriblemente bien armada, es
una buena excusa para este incremento ofensivo.
Al igual que en ST Insurrection había una
escena con la lanzadera Argo saliendo del hangar del plato, de manera que
se amplió la estructura lateral más próximas a los motores de impulso.
El gran cambio estético fue el desplazamiento de las
barquillas de curvatura: en este caso un 3,5% hacia delante y un 1,3% hacía
arriba. De manera que se cortó 12 metros la longitud de la nave (673 metros en
lugar de los 685 metros originales).
Ll. C. H.
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