jueves, 3 de mayo de 2018

Ocasiones perdidas en Star Trek


Este es un artículo muy personal y seguro a que más de uno no le gustará. Pero me apetecía escribirlo. Y sobre todo es solo mi opinión y como se suele decir, a gusto colores. No es ningún secreto que últimamente las películas de mis sagas preferidas (y de otras que no lo son tanto) están repletas de reboots y continuaciones que no son totalmente “Santos de mi devoción”. Algunas directamente no me gustan, otras podrían haber sido mejores. Tal vez mis recuerdos de sus predecesoras estén influenciados por la mirada llena de ilusión de la juventud, cuando todo lo que veía me parecía perfecto o mejor dicho, no me lo cuestionaba tanto. Pero me considero alguien con cierto espíritu crítico y que disfruta con una buena historia y no entiendo como ahora son incapaces de hacer películas entretenidas como las hacían antes. Y en más de una ocasión a lo largo de alguna conversación con algún amigo ha surgiendo eso de “¿… y si estos u otro hubiera sido de otra manera?” Y me pregunto que hubiera hecho yo si hubiera tenido la producción bajo mi control alterando el resultado de las sagas preferidas. Puntualizar que busco un equilibrio entre un buen guión, sin diálogos absurdos y que tenga cierta coherencia interna. Es decir que lo que vea en pantalla me lo pueda creer, poder decir que lo que está sucediendo pueda pasar, por muchos alienígenas que salgan. Y eso no creo que esté reñido con que la historia sea entretenida, que haya acción y grandes efectos especiales.


Los reboots de Star Trek
Teniendo en cuenta que la idea de reiniciar la franquicia era rejuvenecer las aventuras de Kirk, Spock, McCoy y el resto de la tripulación a bordo de la Enterprise, entiendo que el resultado tenía que ser una película de acción y aventuras, que es lo que ahora vende entradas de cine. Hasta aquí esa idea se ha logrado con creces. Mi gran crítica es la ruptura con la coherencia, que para mí, ha tenido esta saga desde sus inicios: podía haber alienígenas con poderes extraordinarios, aventuras y acción, pero lo que se quería mostrar era un futuro posible para la humanidad (más bien utópico) pero factible.

La primera película dirigida por J.J. Abrams nos muestra cómo se conocen nuestros queridos personajes, algo que realmente faltaba en la franquicia, y el resultado en algunos momentos está mejor conseguido que en otros. Nero, el villano de turno, y sus motivaciones son otro cantar, mucha lógica no tiene la verdad: como la Federación no ha hecho nada para salvar su planeta y raza, decide vengarse destruyendo los mundos de estos, empezando con el de la única persona que les ha querido ayudar: Spock. Sentido, mucho no tiene (por muy temperamentales que sean los romulanos). Si yo hubiera sido Nero lo primero que hago cuando me apodero de la Materia Roja es evitar que en 100 años mi planeta fuera destruido por una supernova y luego ya veré si utilizo la nave para conquistar a la Federación o irme de vacaciones, pero no me dedico a destruir planetas sin ton, ni son. Eso sin contar el hecho de estar 20 años no se sabe muy bien dónde. Se habla de una batalla en la prisión klingon de Rura Penthe, ¿es qué ha estado prisionero ese tiempo? ¿Ese hecho tiene algo que ver con él? Según las escenas eliminadas fue huésped durante veinte años en la famosa prisión, escapando tras calcular la llegada de Spock. Pero no se aclara mucho ese punto en la propia cinta, lo que hace que este malvado no se entienda bien. Si tienes en tu poder la nave más avanzada de la galaxia, como queda demostrado en la batalla de Vulcano destruyendo a las naves de la Flota Estelar ¿cómo permites caer en manos de los klingons? Y si este recurso es para justificar el tiempo en que ha crecido Kirk, la idea es absurda o hace que este romulano no parezca muy listo, la verdad.

Si indagamos, Nero es un minero sin importancia dentro del Imperio Romulano (con todo mí respecto a los mineros), que quiere vengarse por la muerte de su esposa y su hijo no nato. Teniendo en cuenta lo desaprovechado de Erick Bana (se pasa la mayor parte de sus escenas sentado en una especie de trono sosteniendo una vara y con cara de pocos amigos) y lo insulso del personaje, sinceramente hubiera buscado otra raza para los malvados. Además creas unos nuevos villanos hubiera permitido poder iniciar un arco argumental con un nuevo enemigo para nuestros héroes en sucesivas entregas y hubiera evitado maltratar de nuevo a los romulanos como antagonistas. Otra vez.

Pero lo peor es cuando a James T. Kirk le hacen capitán recién salido de la Academia. Eso no tiene sentido alguno. Sobre todo porque la historia se inicia como una línea temporal distinta por culpa de un viaje en el tiempo, pero dentro del mismo universo primario. Ni en la clásica, ni en sus siguientes spin-off hubiera ocurrido algo similar. Si es el mismo universo tendrían que funcionar las mismas reglas de la lógica. Más aceptable hubiera sido que ya hubiera sido un oficial rebelde, tal vez un teniente, dado a desobedecer órdenes, una bala perdida con talento, y que tras salvar la Tierra le ascendieran, podría valer. Pero que le entreguen el mando de una nave a un cadete, ¡ni con Wesley Crusher lo hicieron!


Star Trek Into darkness
Esta queda resumida en la primera frase de escribí en su reseña: lo mejor es el título y posiblemente lo único aprovechable. Aún recuerdo la frase de un amigo al ver la película: “están todo el rato corriendo, pero no van a ningún lado”. Es claramente un remake de ST II: The whan of Khan con un argumento que no tiene ni pies ni cabeza, todos los personajes están más perdidos que un pez fuera del agua y la persecución final en San Francisco parece estar sacada de Star Wars. Incluso el director admitió posteriormente que había “fallos” en el guión. Arreglar un desaguisado como este es realmente complicado. Tiene un elemento salvable: el cambio final de papeles Kirk-Spock con respecto a Star Trek II.

En primer lugar la trama debería simplificarse y centrarse o en lado oscuro de la Flota que representa el almirante Marcus o en la venganza de Khan. Como este no ha sido rescatado por Kirk su odio no tiene mucho sentido sino es porque se sentirse utilizado por Marcus (¡él un superhombre forzado a trabajar para un mono como Marcus! Podría haber dicho Khan).

Si la idea era mostrar que la Federación se estaba radicalizando tras la destrucción de Vulcano, lo cual es bastante lógico, tendrían que haber seguido por esa senda y mostrar ese lado oscuro. Ya que de por sí este hecho es suficientemente interesante como para no recuperar a otros personajes. Se podría haber centrado en el ataque preventivo y sin provocación contra los klingons (que tras ver Discovery hubiera tenido bastante sentido). Por ejemplo que la misión de Kirk y la Enterprise hubiera sido la de detener un oficial descontrolado al mando del USS Vengeance que tiene la intención de iniciar una guerra por su cuenta. Y así dejarse de remakes queriendo recuperar a un Khan que sin el backgraound de la serie clásica no se entiende. En realidad el villano no funciona por sí mismo, sino por lo que conocemos de él del universo primario. Es decir su aparición en Space seed (ST, 1.24) y posteriormente en ST II: The wrath of Khan. Recuperando la idea expuesta para Star Trek (2009) la inclusión de otros villanos como los causantes de la destrucción de Vulcano podría haber hecho variar el argumento. Encauzando el radicalismo presentado en el personaje de Marcus Into darkness, o se podría haber continuado explorando estos nuevos enemigos.


Star Trek Beyond
Su historia no deja de ser un capítulo largo, pero entretenido. Posiblemente la falta de “prepotencia” que tiene frente a sus dos anteriores películas ayude a que su desarrollo sea mejor. Lo único que me falta es más explicación de lo que le ha ocurrido a Kall/Balthazar Edison durante los años de su exilio desde que llegó al planeta. Parece que haya estado engañando a naves para alimentarse de sus tripulantes mientras buscar esa potente arma: el Abronath. Y aunque como villano me parece muy interesante, creo exagerado su deseo de destruir a la Federación por haberle dejado tirado. La galaxia es inmensa, por muy soldado que sea, ha de entender que no es tan fácil localizar una nave perdida tras caer en un agujero de gusano. Además lo mezclan con que se siente relegado a un puesto de exploración en vez de combate tras la Guerra contra Romulus, lo que no mejora su motivación, que me parece algo inconsistente. Su enfado tenía que haber venido de algo más concreto, ¿tal vez que hubiera sido enviado a una misión secreta y le hubieran dejado a su suerte? Esta hubiera sido una manera de completar el odio que sentía hacia la Federación. Eso o indicar que convertirse en un vampiro le había vuelto aún más malvado, al estilo de los sarcófagos de los gao’ulds en la serie SG1.


El futuro
Beyund recaudó en taquilla 343,4 millenes de dólares con un ratio en la crítica del 84% (Star Trek obtuvo 385,6 con un 95% e Into darkness 467,3 con un 86%). No son cifras halagüeñas para realizar una cuarta entrega, claro que la franquicia siempre ha sido rentable para Paramount Pictures (el número de 13 películas producidas en una buena prueba, ya veremos si las cifras en este siglo XXI son suficientemente altas como para continuar la saga). A todo esto Zachary Quinto ha dicho en una entrevista en Today que: “Sé que están trabajando en un guión para una más, y veremos cómo resulta todo, pero lo bueno… Espero que hagamos otra, pero no hay garantía”. ***Spoiler***: parece que Chris Hemsworth, quien interpretó a George Kirk, el padre e James T. Kirk es posible que aparezca,  lo que no se sabe si como flashback o de otra manera. En todo caso es lógico que en esta cuarta película haya un viaje en el tiempo. Si en Beyund se destruía la Enterprise como en Star Trek III y Into darkness era un remake de Star Trek II, la cuarta película podemos especular que vaya a tener este elemento narrativo.

Al respecto de esto la semana pasada la revista Variety informaba que ya se ha contratado un nuevo director para Star Trek 4: será S. J. Clarkson, que por ahora parece seguir con la idea anunciada en el verano de 2016 del regreso del ya mencionado Chris Hemsworth, aunque hay que señalar que ninguno de los actores tiene firmado un contrato con la Paramount Pictures para proseguir con sus personajes. Clarkson será la primera directora al poner tras las cámaras de una película de la saga. Por otro lado aún no está descartada la posibilidad que Quentin Tarantino dirija, posiblemente el siguiente largometraje, que incluso podría ser complemente ajeno a lo visto hasta ahora (¿en personajes y trama?). Solo sabemos que Patrick Steward, que había declarado anteriormente sus ganas de ponerse a las órdenes de Tarantino, ha indicado su disponibilidad a volver a enfundarse el uniforme. Personalmente creo que Tarantino es uno de los mejores directores de cine actuales y sería increíble que dirigiera Star Trek y estoy seguro que sería muy respetuoso con el universo. Otra cosa es saber si sería capaz de trabajar bajo la atenta mirada de una gran productora.

Star Trek Discovery
Sobre la nueva serie ya he escrito mucho en el blog con reseñas de cada capítulo. Aun así sí hay algo que hubiera cambiado. Está claro que buscaban diferenciarse en la parte visual del resto de la saga, aun así el cambio de aspecto de los klingons era innecesario. Para las naves y la tecnología se han adaptado, con mayor o menos acuerdo, a los nuevos tiempos. Y eso no me parece mal. Pero sí hay una cosa que no me gusta es precisamente el deus ex machina de la serie: la red micelial y el motor de esporas (o champiñones). Y es que me parece un concepto muy avanzado para el momento en que se sitúa la aventura de la USS Discovery. Hemos de tener en cuenta que la serie clásica y las posteriores películas transcurren después de este momento y no se ha mencionado, ni hay nada similar a esto, ni entonces, ni en el siglo XXIV. Y aunque la premisa es interesante y encaja perfectamente en la ciencia-ficción de Star Trek, no me gusta su resolución. Es cierto que la historia no ha finalizado y puede suceder cualquier cosa en las, espero, futuras temporadas. Pero coincido con un amigo al indicar que perdieron una oportunidad para arreglar esta incoherencia al final de la temporada. Podrían haber aprovechado el daño causado por el Stamets del universo espejo para extraer su energía, para hacer que esta fuera inoperante en el futuro. Necesitando tal vez un tiempo, siglos, para recuperarse de esa degradación causada por el drenaje de la energía. Era la excusa perfecta para no volver a utilizar el motor de esporas y así coincidir con lo visto previamente en el universo de Star Trek.

Ll. C. H.

¿Y vosotros hubierais cambiado algo?

Próximamente: Ocasiones perdidas en Star Wars

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martes, 24 de abril de 2018

Mi Top 10: Flota Estelar


Mi Top 10:
Naves de la Flota Estelar

Ahora que se han cumplido las 300 entradas en el blog, quería empezar una serie de artículos sobre las naves que me gustan: mi Top 10. Empezando por la Flota Estelar. Y la verdad que no ha sido nada fácil. El diseño de la Federación (heredero de la Tierra como comprobamos en la serie Enteprise) es el que más me gusta (también el que tiene más información) y hay muchas naves realmente interesantes. Así que hice una pequeña lista, sin pensar mucho y sin ponerme un número concreto, escogiendo las diez primeras. Cuando terminé y con más calma al leí, descubrí… bueno averiguarlo conmigo.


1- USS Thunderchild, clase Akira
Vista por primera vez en ST: Fist contact, esta nave encantó a muchos, a mí incluido. Tiene un diseño que fusiona el plato con la sección de ingeniería, con unas barquillas de curvatura que van de detrás a delante, dándole un aspecto aerodinámico, esbelto a la par que amenazador, pero sin llegar a ser agresivo. Se creó con la idea de llevar cazas de combate, y aunque esta función no me convence, sí permite tener muchas lanzaderas que pueden ser útiles en muchas ocasiones y es lo suficientemente grande como para ser una nave multifunción. Por eso fue la protagonista del relato USS Spirit, en la que esta nave y su tripulación terminan en la galaxia de Star Wars. Además, paradojas del destino, fue la inspiración de la NX, una nave que se supone es anterior en la línea temporal de Star Trek.



2- USS Defiant, clase Defiant
Pequeña, compacta y agresiva. Aunque la Federación busca la solución de sus conflictos mediante el diálogo, en ocasiones es necesario la fuerza bruta y esta nave está para ello. Me gusta su diseño compacto, alejado de la distribución de otros modelos: con casco principal en forma de plato y sección de ingeniería, muestran que es una nave diseñada de manera práctica, pero sin llegar a ser tosca. Su nula versatilidad que no sea el combate, además de ser demasiado pequeña para desempeñar otras funciones, tiene un encanto especial. También está relacionada a mi serie preferida: Deep Space Nine, por lo que está ligada a muchas historias, personajes y momentos magníficos de esta serie.


3- USS Enterprise-D, clase Galaxy
Aunque se la ha comprado con un trasatlántico de lujo, esta nave es elegante, pudiendo hacer todo aquello que se le pide, y como representante en lo desconocido no podría haber otra mejor: al verla sabes que ha llegado lo más avanzado. Además es un diseño ligado a mi juventud, por lo que le tengo cariño y cierta nostalgia, ya que es el momento en que uno toma conciencia de sus aficiones y gustos de una manera más racional (si es que cave), más que la clásica que la vi más en mi niñez. Y contaba con más detalles técnicos que para mí la hacen más “realista”, teniendo en cuenta que el Manual Técnico de la Enterprise-D cayó en mis manos poco después de ver la serie, ¿qué más podía pedir para conocerla como si fuera Wesley Crusher?


4- USS Enterprise, clase Constitution
¿Qué Enterprise clásica escoger entre las 7 versiones que hemos visto? Aunque recuerdo perfectamente ver la serie clásica cuando era pequeño: los martes a las 20:00 en el Canal33. Y si bien es cierto que el modelo original de Matt Jefferies tiene una mística especial, carece de muchos detalles y la calidad de los efectos especiales de los 60 en televisión no era precisamente muy nítida. Por eso escogí el aspecto que tiene después de su actualización para The motion pictures (la del abramsverso no entró ni por asomo en esta cábala). Esta tiene el mismo diseño, pero es más refinado, más detallado y el interior me parece más lógico que su antecesora. Además su aspecto será el inicio de numerosas clases como la Miranda, el Constellation y otras tantas creadas por los aficionados.


5- USS Enterprise-C, clase Ambassador
Hay naves asociadas a una historia o capítulo y que no se puede separar de este. Yesterday’s Enterprise (TNG, 3.15) es uno de mis episodios preferidos y nos presenta la dramática historia de la Enterprise-C, condenada a ser destruida, sacrificándose para evitar una guerra devastadora. El Ambassador además es un diseño evolutivo perfecto entre el Excelsior y el Galaxy: grande, con líneas más redondeadas, casi fofas, hasta llegar al elegante estilo de su sucesora. Además como se ha prodigado poco en pantalla, lo que es una lástima tengo que decir, es bueno verla en su máximo esplendor.



6 · USS Yeager, clase Saber
Lo que me gusta es la capacidad que tiene de jugar con conceptos tan tradicionales como el casco en forma de plato y la sección de ingeniería, y mostrar un diseño completamente nuevo. Eso ocurre con otras naves originales de ST: First contact, como el Akira, la Norway o la Steamrunner. Todas ellas tienen un aspecto diferenciador, pero al verlas de inmediato sabes que son naves estelares.



7 · USS Sutherland/USS Kyushu, clase Nebula & New Orleans
La reutilización de diseño, incluso de piezas de unas naves para crear otras, los llamados kit-bashed, es una constante en la saga. Las líneas de la clase Galaxy siempre me han gustado, como ya he comentado, y han servido como base para no pocos modelos más. Dos de estas son la clase Nebula y la menos conocida (apenas se pudo ver en pantalla en el cementerio naval de la Batalla de Lobo 359) la fragata de la clase New Orleans. Se construyeron sus maquetas desordenando las partes de la Galaxy pero es más compacta, como hacer un puzle o jugar con la cabeza del Señor Patata, pero conservando la elegancia de su hermana.



8 · USS Equinox, clase Nova
Si hay una científica por excelencia dentro de la saga sería clase Oberth, pero se ha utilizado tanto que me ha llegado a cansar. Otra menos conocida es la, también pequeña, clase Nova, que pudimos ver perdida en el cuadrante Delta. El diseño de esta nave es funcional, y tiene un casco aerodinámico como es usual en esta época (como las clases Sovereign, la Intrepid o la Prometheus), pero me parece coherente con su capacidad atmosférica. Lo único malo que tiene es su escasa velocidad, algo realmente extraño, teniendo en cuenta que naves más antiguas son más rápidas. Supongo que fue una manera de dramatizar (aún más) la situación de la tripulación de la Equinox.


9 · SS Raver, tipo Raven
Hay diseños que uno no sabe muy bien por qué le gustan, simplemente es así y eso pasa con esta nave. Puede ser por su pequeño tamaño (como se puede apreciar en la lista me gustan las naves pequeñas, manejables), por su origen civil (se han visto relativamente pocas así y creo que es una lástima) o su aspecto alejado del tradiciones plato de las naves terrestres. La cuestión es que es una nave que me parece muy interesante.


10 · USS Shenzhou, clase Walker
La nueva serie Discovery nos ha traído un puñado de nuevos diseños que han hecho al siglo XXIII un poco más variado de lo que creíamos hasta ahora. Y eso está bien. Esta nave, que además es la primera en aparecer en la serie, tiene un aspecto similar a la clase Miranda, con un casco más aerodinámico y con la particularidad de que el puente está en la parte inferior del plato. Confesaré que en la lista inicial la Walker no se encontraba, y la he cambiado por la Miranda, siendo el único modelo de este Top 10 que modifique.



Menciones especiales
Al finalizar la lista preliminar y empezar a pensar en otros modelos me di cuenta de dos grandes faltas: no estaba ni la Intrepid y el Sovereing. La primera me gusta, pero prefiero las anteriormente mencionadas (a pesar de ser una nave pequeña). Tal vez la nave sea lastrada por la propia serie llena de altibajos en sus guiones y personajes. La segunda reconozco que no me termina de convencer, aun habiendo pasado tantos años, encuentro sus líneas demasiado agresivas en contraste con su antecesora. O tal vez aun recuerde la Galaxy como la nave de la tripulación de The Next Generation, la de las grandes historias de Picard, Data, Worf, o Wesley.


La verdad es difícil escoger mis naves preferidas y si lo hubiera meditado más la lista sería algo diferente (o lo peor, mucho más larga). Y es que como he dicho el diseño de la Flota Estelar es el que más me gusta dentro de Star Trek, y hay muchas otras naves que me parecen interesantes: la esférica clase Olympic, la Cheyenne con sus cuatro barquillas o la fragata Springfield ambas presentes en la Batalla de Lobo 359. La Prometheus con su capacidad de separación es realmente espectacular. O el Constellation con su ancho casco. De los muchos kit-bashed me quedaría con el tipo Centaur y el Curry, que vimos en Deep Space Nine. Mientas que la configuración del tipo Kelvin es de lo mejor de las películas de abrams. Y no quiero dejar de mencionar ese ladrillo que es la nave holográfica.

Tampoco quisiera olvidar las naves de Enterprise, la Flota Estelar de la Tierra y germen de lo que luego conoceremos tan bien. La os confesaré que aunque la clase NX tiene su encanto, me quedaría con la Intrepid.

De la nueva hornada de Discovery las clases Cardenas & Shepard me gustan. La clase Crossfield, la USS Discovery, no me parece mal, pero sinceramente el diseño no la hubiera escogido para una nave protagonista de una serie.

¿Cuál es vuestro top 10 o las naves que más os gustan?

Ll. C. H.

miércoles, 18 de abril de 2018

Próxima estrella a la derecha


Próxima estrella a la derecha… y recto hasta el mañana


Sin darme cuenta el blog ha llegado a las 300 entradas. Y parece que fue ayer cuando publiqué los primeros textos y eso fue en marzo de 2013… La idea era crear una plataforma paralela al libro que Alberto Santos Editor iba a lanza (y laznó) aquel año y que era la culminación de unos de mis sueños: publicar un libro, y además de la serie que me había dado tantas alegrías e ilusiones. Desde entonces este blog me ha acompañado y ha sido la manera de seguir divulgando los texto que me apetecía escribir y sobre todo que me hubiera gustado leer. Así he ido sacando nuevas fichas de naves (ninguna que ya estuvieran en el libro) y artículos de diversa índole: reseñas de la series y películas, descripciones de estancias, tecnología, artefactos, de esta y otras sagas de ciencia ficción.


Siempre me ha gustado escribir, crear mis propias historias de ciencia ficción y fantasía, pero también me ha gustado partir de universos ya creados (de los que me considero fan) para hacer de alguna manera, lo que me gustaría ver en pantalla. Además soy muy mal dibujante (horrible en realidad) así que mi creatividad tenía que fluir hacia la narrativa, que además uno puede controlar hasta el más pequeño detalle. Por decirlo de alguna manera el escritor tiene el dominio total de lo que está haciendo, hasta que la narración hace lo que le da la gana y descubres que esta ha cobrado consciencia y cual Skynet cualquiera te encuentras en un punto que nunca habías imaginado y que resulta ser mejor del que pensabas originalmente. Volviendo a lo publicado, hace muchos años quise unir mis dos sagas preferidas: Star Trek y Star Wars, así que imaginé la manera de juntarlos en un relato (bastante extenso) donde pude plasmar como podía haber sido su encuentro. Para ello saqué a cuantos personajes pude (y algunos me dejé en el tintero, nunca mejor dicho) para ver como la Federación, y el resto de las potencias conocidas de la galaxia, eran atacadas y ocupadas por el Imperio Galáctico del Emperador Palpatine. Para narrar como los supervivientes se reagrupaban y lograban vencer a sus enemigos y liberar sus planetas de su tiránica opresión. El resultado del Crossover Star Trek – Star Wars lo tenéis que juzgar vosotros, lectores. Y espero que os guste y gustara a los que lo leyeron. Aunque podemos decir que es una historia inconclusa, no porque no tenga final, sino porque siempre se me ocurren ideas para ampliar, tanto antes, como después, como durante. Así empezado está un relato sobre varias naves estelares que sin conocer la existencia del Operativo Omega se organizan y continúan la lucha contra su nuevo enemigo. O la historia, está sí está publicada, de la USS Spirit, que surgió de la idea de que hubiera pasado si una nave estelar hubiera llegado a la galaxia de Star Wars y que además está encajado dentro del Crossover Star Trek – Star Wars. Hace poco empecé a publicar la historia del Jedi Perdido, que en principio tiene tres relatos pendientes y que me gustaría ir poco a poco ir compartiendo en el blog. Poco fan de los jedis, quería profundizar en estos y creé un pádawan que habría sobrevivido a la Gran Purga y ahora luchaba con los rebeldes contra el Imperio. Aproveché, eso sí, para introducir varios personajes que luego serán protagonistas en el Crossover Star Trek – Star Wars, para así rellenar algunas lagunas de sus backgrounds. Finalmente y como historia suelta (aunque sus protagonistas aparecerán en el Crossover Star Trek – Star Wars) del USS White Wolf y su viaje al pasado, en concreto a un momento crucial de la Guerra entre la Tierra y Romulus.

Siempre he pensado que la columna vertebral del blog eran las fichas de naves y estaciones espaciales donde describo su desarrollo, las características que tienen y su historial de servicio. Estas complementarían las que aparecieron en el libro “Guía de naves estelares” de Alberto Santos Editor, pero aquí también incluyo modelos no oficiales, creadas por nosotros, los aficionamos, como el transporte de la Clase Macpherson, aunque por ahora hay pocas de estas. Obviamente son clases que me gustan, como la pequeña nave de escolta de la clase Saber, o los cruceros ligeros de la clase Cheyenne, la fragata New Orleans, o el crucero rápido Niagara, presentes en la Batalla de Lobo 359. Mención especial a esta última ficha, para la cual desarrollé una teoría (o especulación) sobre el motivo por el que algunas naves estelares tienen una, tres o cuatro barquillas de curvatura. Siempre intento incluir los datos que tenemos del desarrollo del diseño y los bocetos de producción dentro de los textos de mis fichas. Por una parte se aprovecha una material gráfico que normalmente es muy interesante y por otro te dan ideas de cómo enfocar el desarrollo de la descripción que se está haciendo de una clase que se ha visto una o un par de veces en pantalla. Pero posiblemente sea la holonave, un modelo además bastante anodino, no deja de tener una forma rectangular, donde los bocetos de John Eaves formaron parte importante. Además estos me parecen más interesantes y me gustan más que la versión definitiva. También me divierte mencionar algún error o fallo en el diseño o concepción, porque creo que así parece más real y se puede justificar, de alguna manera, que modelos más antiguos aun permanezcan en producción. Eso ocurrió con la clase Soyuz o el tipo Centaur, una nave que me imaginé no había sido tan flexible como se creía y por eso se continuaron construyendo más naves de la clase Miranda, claramente de una tecnología más antigua. O la reciente fragata Springfield cuya información me parecía en algunos datos demasiado exagerados.

También he buscado mostrar naves menos conocidas como el prototipo de la clase Ambassador, intentando explicar que ambos diseños existen o los kitbasheds (diseños creados utilizando piezas de otros) han pasado por el blog, como el Bradford y Hutzel los aparecidos en Deep Space Nine. O las naves del siglo XXIII como los acorazados Federation o el transporte Ptolemy, que aparecieron en el libro Star Fleet Technical Manual y que sirvieron como material gráfico en las películas de la clásica. O los primeros pasos de la exploración terrestre encontraban la heroica Ares IV, la primera nave tripulada en llegar a Marte y que desaparecería para ser encontrada por la USS Voyager. O el legendario transporte de la Serie DY, que utilizaría Khan Noonien Singh para escapar de la Tierra tras las Guerras Eugénicas. Así como la Friendship One una de las primeras sondas equipadas con velocidad de curvatura. También otras potencias han tenido sus fichas, así tenemos la nave de escolta romulana y un par de naves de guerra basadas en bocetos, junto al poderoso Scimitar y su caza Scorpion de los remanos. O el omnipresente carguero de la clase Antares. Y hemos investigado sobre los tamaños del pájaro de presa klingon. También ha habido espacio para las bases o instalaciones no han faltado y tenemos los borg, las cardassianas y de la Federación el Dique Espacial, la Estación McKinley y la base Regula, junto a su variante más grande de la Base Estelar 375. Así como las lanzaderas desde la Galalio 7, hasta la Argos.

Como complemento a estas fichas también hay artículos de las estancias: desde los pasillos de la clásica y TNG que me hizo gracia buscar información al respecto, así como los camarotes que se dividieron en dos artículos, los despachos, las instalaciones de recreo de abordo, y obviamente la evolución de los puentesde mando o de naves concretas como de la clase Excelsior y la conocida Galaxy. Sin olvidar una descripción de los locales de la Promenade de DS9. Sobre la tecnología repasamos de barquillas de curvatura y los modelos conocidos, con una comparativa de manera de viajar más allá de la luz, así como el armamento de las diferentes potencias y otros universos como Stargate o Babylon 5. También repasamos las cubiertas y la distribución interna de los Constellation, la Nebula, la Nova, el interior de las runabouts Danube y su configuración, las variantes conocidas de la clase Miranda y de los cruceros Ambassador, incluyendo algunas creadas por aficionados. O la separación de la clase Prometheus y el del plato en otras naves. O la tripulación de la Constitution.

Y como el fan no solo vive de Star Trek, otras sagas de ciencia ficción han pasado por el blog. Obviamente Star Wars tiene numerosos artículos, como el del caza de asalto Ala-B que recientemente he reescrito, pero también encontramos la base rebelde de Tierfon, el mítico destructor estelar de la clase Imperial, así como los orgánicos cruceros mon calamari MC80, la fragata médica Nebulon-B, la corbeta corelliana, los cazas TIE o los transporte Gallofree que están en todas las batallas de la rebelión, a pesar de no estar armados. De las Guerras Clon he sacado las fichas de las naves de la Republica Acclamator y Venator, y el destructor de bolsillo Recusant, que es mi favorita de los separatistas, así como el precursor del Ala-X, el caza de reconocimiento agresivo ARC-170. De otras sagas he publicado pocas fichas, de Stargate los planeadores de la muerte y los hat’taks goa’ulds. Y sobre todo la nave refinería Nostromo y la fragata Sulaco que se dividió en dos entradas de la saga de Alien.

Pero no solo ha habido entradas relacionadas con naves, así podido conocer los planetas de la Federación y del Imperio Klingon, del que también repasé la sensación que me ha dado de estar endecadencia. Hemos aprovechado para indagar la historia de los Conflictos de la Federación, o la Guerra entre la Tierra y Romulaus y la Guerra de la Frontera contra Cardassia. O las referencias de los nombres denaves estelares y curiosidades de naves. Sin olvidar la cronología naval de la Flota Estelar hasta el siglo XXIII y del siglo IV y de los transportes conocidos, de la Armada Romulana y el Imperio Klingon. Y empecé con el repaso de la historia de Star Trek a través de diversos objetos aparecidos como el horga’hn de Risa, el tapiz de Mintaka III o los orbes bajoranos.


Últimamente he publicado numerosos artículos con bocetos de producción para mostrar algunas naves que no pudieron ser o como fue el trabajo de diseño de algunas de las naves de la serie. Aunque he de confesar que empecé por ser entradas que podía redactar con rapidez, al disponer de menos tiempo para escribir, pero resultan muy interesantes para conocer un poco más sobre las naves y sobre todo la evolución que han tenido estas. Trescientas entradas en el blog son muchas, y dan para escribir muchas cosas, pero faltan muchas otras. En los próximos meses tengo la intención de seguir publicando artículos sobre los procesos de diseño, terminando con la serie centrada en la serie de Enterprise, para luego hacerlo de la Voyager y Deep Space Nine, entre otras. Aprovechando esta efeméride tan singular de 300 entradas haré público mis Top10 de naves, y sobre lo que yo hubiera hecho si me encontrara al frente de algunas de las sagas que tanto me gustan. Reescribiré algunas fichas que hace tiempo publiqué añadiendo alguna información más, junto a naves nuevas. Sin olvidar los relatos del Jedi Perdido. Solo espero que os gusten, a vosotros lectores, los artículos publicados y los que están por venir.



Ll. C. H.