En el final del segundo año de la guerra contra el Dominion,
la Federación y los imperios Klingon y Romulano acaban de sufrir una grave derrota
frene a las fuerzas combinadas del jem’hadar, los cardassianos y los breen,
que se han aliado con los Fundadores en su cruzada por conquistar y dominar los cuadrante Alfa y Beta.
Pero gracias a la resistencia cardassiana de Damar han logrado contrarrestar el arma disipadora de energía breen, y tal vez el resultado de la guerra haya cambiado definitivamente.
Lo que
desconocen es que desde las profundidades del espacio desconocido está a punto
de surgir una nueva y misteriosa amenaza…
Los perros de la guerra
Capítulo 1.
Primera parte
Deep Space
Nine
La señal del comunicador resonó en
el camarote. Estaba programado a un tono más bajo de lo habitual, aun así Benjamin estaba acostumbrado a él. Alargó la mano hacia la mesilla de
noche y lo presionó para evitar que volvieran a llamarle.
– Soy Sisko – replicó este soñoliento.
– Capitán Sisko, le necesitan en operaciones
– le anunció una voz metálica.
–
Ahora voy – dijo en voz baja para no despertar a Kasidy. Se incorporó,
fregándose los ojos y tras desentumecer los músculos del cuello se levantó de
la cama.
Poco
después el ascensor le dejaba en ops.
–
Tiene un mensaje del general Velal. Ha indicado que era muy urgente, señor – le
informó la oficial de guardia a modo de escusa por haberle despertado.
–
Pásemelo a mi despacho – replicó Sisko subiendo las escaleras como tantas otras
veces había subido.
Se
sentó detrás de la mesa y encendió la pequeña pantalla de comunicación que
tenía encima del tablero. El símbolo de la Federación desapareció para dar paso
al rostro del oficial romulano de enlace.
–
Siento molestarle a estas horas, capitán – se disculpó con seriedad. Lo cual no
era raro en el general, pero en ese momento Sisko notó que tras la pétrea
postura, casi institucional del romulano, había una preocupación más profunda
en su mirada
»
Pero he de informarle que he recibido órdenes de mis superiores de regresar a
nuestras fronteras, con todas nuestras fuerzas.
–
¿Qué ha sucedido? – fue lo único que pudo preguntar Sisko desconcertado.
Conocía que se habían producido varios ataques a planetas romulanos cercanos a
la Zona Neutral, pero creían que había sido parte de una incursión breen o del
jem’hadar para desviar fuerzas romualanas de la frontera cardassiana, pero en la
última conversación que había tenido con Velal, este le había dicho que sus
naves iban a permanecer desplegadas en sus posiciones actuales, listos para la
siguiente ofensiva una vez descubierta la manera de evitar los efectos de las
armas disipadoras de energía.
–
Nuestro territorio está siendo atacado. Lo lamento capitán. Pedí a mis
superiores dejar un contingente patrullando, pero no pude convencerles –
respondió Velal con pesar –. Todo esto es muy repentino.
–
Entiendo – dijo lacónico Sisko desconcertado al no recibir una explicación.
–
Buena suerte, capitán – se despidió el romulano.
–
Buena suerte a usted también – replicó Sisko antes de que en la pantalla
volviera a aparecer el símbolo de la Federación.
Sisko
cogió la pelota de béisbol que tenía encima de la mesa y empezó a darle vueltas
en su mano. Los romulanos eran imprevisibles pero aquello era inconcebible. No
podía creer realmente lo que Velal le acababa de comunicar: retirar todas sus
naves. ¿Pero por qué motivo? No tenía sentido que ahora se apartaran de la
guerra. ¿Habrían firmado un nuevo acuerdo con el Dominion debido al nuevo rumbo
que había tomado el conflicto con la entrada en la guerra de los breen? Era
difícil, pero tratándose de los romulanos, desgraciadamente plausible.
–
Póngame con el almirante Ross en la Base Estelar 375 – pidió Sisko.
–
El almirante Ross se encuentro en
tránsito hacia DS9 a bordo de la USS Sáo Paulo – respondió el oficial de guardia poco después.
–
Contacte con él y pásemelo inmediatamente – replicó Sisko –. Ahora póngame con el canciller Martok.
–
Muy bien, capitán.
– ¡Romulanos! ¡Nunca debidos fiarnos
de ellos! – ladró Martok en la Sala de Guerra pocas horas después. También se
encontraba allí el almirante Ross, Worf, Kira y el legado Damar, los dos
últimos habían realizado un rodeo antes de dirigirse a Cardassia Prime para
poder coordinar los esfuerzos ante la inesperada marcha romulana de la guerra.
–
Según nuestras informaciones desde hace unos días se han producido diversos
ataques a lo largo del territorio romulano – explico Ross –. Creíamos que
podían ser ataques de distracción del dominion, pero ya se ha descartado esa
posibilidad. Y no sabemos quién puede ser el responsable de esas incursiones,
pero parece que la seguridad de Romulus está seriamente amenazada.
–
¿Un nuevo ataque del borg? – preguntó Sisko.
–
No lo creemos – respondió Ross –. Aunque el alto mando confirma que están
retirando naves de otros sectores. De la Zona Neutral, incluso de la frontera
klingon. Se están reagrupando cerca de Romulus y otros planetas importantes.
–
¿Sabemos dónde se han producido esos ataques? – preguntó Kira.
–
Por todo su Imperio. Los sensores de Deep
Space 6 detectaron el primer ataque en el puesto avanzado de Gamma
Centauri. Poco después Talvath informó de combates antes de enmudecer. En pocos
días teníamos informes de más incursiones en sectores interiores de su
territorio. La última agresión creemos que ha sido en Algorab, un puerto
militar y una colonia con 187 millones de habitantes. Para entonces ya se
habían retirado la mayoría de las naves de sus fronteras. Los lugares atacados
están muy separados unos de otros, pero todos se han concentrado en los últimos
días – respondió Ross.
–
Lo apremiante ahora es cubrir los agujeros que han dejado las naves romulanas
en nuestras líneas del frente – indicó Worf, regresando la atención hacia lo
que era prioritario en aquel momento: la guerra contra el Dominion.
–
En ese terreno espero poder contribuir. Me dirigía a cardassia para reunirme
con gul Revok y el legado Goris que tienen intención de unirse a la resistencia
– comentó entonces Damar –. Con ellos suman medio millón de soldados. También
espero convencer a gul Seltan, cuya orden sumaría a 100.000 más. Con la
garantía del apoyo de la Federación podría compensar parcialmente la retirada
de las fuerzas romulanas.
–
Legado Damar será un honor poder contar con sus fuerzas – respondió Ross –. Su
ofrecimiento es generoso y en estos momentos necesitamos toda la ayuda posible.
Esos hombres serán muy valiosos para la victoria final.
–
Muy bien almirante – asintió Damar.
–
Canciller Martok ¿podría enviarnos más naves? – le preguntó entonces Ross.
–
Por supuesto. El destacamento del almirante K’Nera puede desplegarse en las
posiciones que ocupaban los romulanos en la nebulosa Hugora – respondió este
sin ocultar desprecio hacia sus antiguos aliados.
– Por ahora no hay más que hablar.
En el momento que haya novedades les serán comunicadas inmediatamente – dijo
Ross levantándose y dando por terminada la reunión. Los asistentes hicieron lo
mismo y empezaron a salir de la Sala de Guerra –. Capitán Sisko quédese un
momento, por favor.
–
¿Es grave? – preguntó Sisko ya solos.
–
Puede – respondió Ross volviéndose a sentar –. Hemos confirmado que el ataque
no procede del borg. Lo cual es aún más preocupante porque nos deja sin
enemigos conocidos. La Federación… no es. Los klingons tampoco, están demasiado
debilitados. Ni los breen, ni los tholianos, ni los gorn o cualquier otra raza
importante del cuadrante. Nuestros sensores de largo alcance indican que una de
las bases romulanas atacadas es Horodogii con todos son los astilleros.
–
Descontando Romulus, ese debe de ser uno de sus sistemas más protegidos–
puntualizó Sisko.
–
Otros objetivos que sabemos que han sido atacados son la base de Archernar, Zeta Pictoris en la frontera klingon o Rator junto a la Zona
Neutral. También están acabando sus comunicaciones: desde pequeñas estaciones
de escucha, hasta planetas fuertemente fortificados. Se mueven muy rápido y no
creemos que los romulanos puedan localizarlos.
–
¿Sabemos si ha habido algún contacto naval? – siguió preguntando Sisko.
–
En Talvath sí. Creemos que también en Rator, es... era una base de personal y
abastecimiento que los romulanos han utilizado para aprovisionar a sus naves
que se dirigían a luchar contra el Dominion. Pero no lo sabemos con certeza.
–
¿Qué es lo que va a hacer la Flota?
–
El grueso de nuestras fuerzas está desplegada en la frontera cardassiana.
Replegaremos las naves en espera de los acontecimientos – le respondió este y
seguidamente relajó la preocupación de su rostro y cambió de tema –. Pero ahora
me gustaría traspasarle los códigos de su nueva nave la Sáo Paulo. Le reservo una sorpresa.
Sisko estaba en su despacho donde acababa de recibir una comunicación de Kira desde
la nave del jem’hadar que estaba trasladándola a ella y a Garak y Damar a
Cardassia Prime para unirse a las tropas del legado Goris. Sus noticias no
podían ser más desalentadoras. Poco antes de llegar a su destino habían captado
un mensaje del Dominion anunciando la muerte de Goris y de la erradicación de
un número indeterminado de traidores. Por lo que las tropas prometidas por
Damar para cubrir el repliegue romulano ya no estaban disponibles, habiendo
causado una gran daño a la resistencia, lo que ahora regresaban a DS9 para
reagrupar a sus fuerzas. Si hubieran llegado un poco antes ellos también
habrían sido traicionados.
Pero
para Benjamin aquel no era un día de buenas noticias. Cuando aún no había
acabado de asimilar la información de Kira, Martok entró como un torbellino en
su despacho.
–
¡Nunca debimos fiarnos de ellos! – gritó este lanzando encima de la mesa un
padd klingon repitiendo la frase que había dicho tras conocer la retirada
romulana. Sisko lo cogió y leyó el informe transmitido desde el cuartel general
en Ty’Gokor, un lugar que conocía bien al haber ido a descubrir a un fundador
que se había infiltrado en la cúpula del poder klingon para provocar tensiones
entre las diferentes potencias del cuadrante Alfa y Beta.
»
¡Nos han atacado! Tres puestos avanzados a lo largo de la frontera romulana han
sido destruidos, junto a repetidores subespaciales a lo largo de varios
sectores.
–
Lo sé, me acaban de informar de ello – replicó Sisko con calma. En su despacho
también estaba Worf, al que había llamado nada más recibir el informe del Alto
Mando, sabedor que en poco tiempo Martok aparecería iracundo –. ¿Está seguro
que han sido los romulanos?
–
¿Quién sino? ¿Ese enemigo que dicen que les ataca? Mentiras de esos… targs romulanos – Martok alzó el dedo
furioso. Sisko no recordaba haberle visto nunca tan alterado –. No debimos
habernos fiado de ellos. Han esperado a tenernos en la cuerda floja para
volverse contra nosotros.
–
Según nuestros informes el puesto avanzado romulano de Nequencia también ha
sido atacado – explicó Worf.
–
¿Está seguro de eso? – ladró Martok desconcertado.
–
Nuestras bases a lo largo de la Zona Neutral lo han confirmado – respondió el
klingon para intentar suavizar el estado de Martok –. Hay registros fidedignos
de otros ataques a lo largo de su territorio. Todos ellos confirmamos.
–
No nos precipitemos Canciller – intervino Sisko para tranquilizarle también –.
La Flota me ha pedido que le diga que una de nuestras naves, el Valkyrie se encuentra cerca de su
frontera. Se encuentra a pocas horas de sus puestos atacados y podría
socorrerlos.
–
Toda la ayuda será bien recibida, capitán – replicó Martok más calmado –. Por
desgracia las circunstancias me obligan a regresar al Imperio y llevarme
conmigo naves para proteger las fronteras.
–
Le comprendo, Canciller – respondió Sisko –. Por ahora las fuerzas del Dominion
están a la espera. Como nosotros. Sé que si les necesitamos volverán.
–
Sí capitán. De eso no tenga ni la más mínima duda – dicho lo cual saludó a los
dos oficiales de la flota y se marchó del despacho.
–
¿Qué es lo que haremos? – preguntó Worf ya solos.
–
Nos replegaremos. Y esperaremos a que este nuevo enemigo desvele su identidad.
Lo único que nos falta saber es: dónde. Y cuando.
Las
miradas de todos los oficiales superiores se clavaron en Picard cuando este
entró en el Observatorio. Acababan de recibir un mensaje de máxima prioridad
del Alto Mando de la Flota. Unido a la noticia de la retirada de las naves
romulanas de los frentes de guerra se había extendido como la pólvora por toda
la flota, tan solo cabía suponer que se estaba preparando algo importante.
–
Tenemos nuevas órdenes – anunció sentándose y les explicó la información que
tenían sobre los ataques del territorio romulano y los que acababan de ocurrir
en el Imperio klingon. Cuando acabó un silencio sepulcral se apoderó de la
sala, los presentes se miraban unos a otros con patente preocupación. Todos
habían pasado momentos sombríos: los ataques borg, la guerra civil klingons,
las tensiones contra los romulanos, o más recientemente los combates contra el
Dominion, la conspiración alienígena del 2364 y tanto otros que era difícil
enumerarlos. Y aquello parecía tan sombrío como cualquiera de ellos –. El Alto
Mando nos ha ordenado dirigirnos a la Zona Neutral Romunala más meridional,
cerca de la frontera klingon.
–
¿Otra vez? – intervino Riker recordando las órdenes recibidas durante la
segunda incursión borg mientras sus compañeros intentaba interceptarla en el
sector Thyfoon.
–
Eso parece. Allí nos encontraremos con el Jupiter
y la Tirpitz. Más adelante se nos
unirá el Valkyre que en estos
momentos ha ido en auxilio de los puestos klingons atacados. Nuestra misión es
patrullar la zona e intervenir si detectamos actividad extraña u hostil. En un
principio tan solo si esta amenaza a territorio federal, pero si es necesario
también podríamos penetrar en territorio klingon. El nuevo canciller ha dado
permiso. ¿Alguna pregunta?
Nadie
dijo nada. Picard asintió y se levantó, dirigiéndose al puente con el resto de
su oficialidad. Sabían que tenían que preparar la nave y a su dotación para la
guerra. Todos ocuparon su posición: Riker a su derecha, Deanna a la izquierda,
Data en operaciones, el teniente Daniels en tácticas, Geordi en la consola de
ingeniería y Beverly, su más fiel amiga, detrás de él.
–
Alférez Perim, ponga rumbo a la Zona Neutral Romulana – le ordenó Picard a la
joven piloto trill, al tiempo que se estiraba el uniforme se acomodó en su
asiento, alargó el dedo índice y dirigiéndolo hacia delante dijo –. Engage!
Habían permanecido varios días en la
posición de patrulla escrutando el interior del territorio romulano con sus
sensores de largo alcance. Como capitán más veterano Picard tenía el mando del
pequeño grupo de tareas formado por las tres naves estelares. Y como sus
órdenes eran algo ambiguas habían permanecido a la expectativa, sin detectar
nada importante, en realidad tenían la sensación de ser espectadores impotentes
de sucesos que estaban completamente fuera de su control. Los canales
subespaciales romulanos habían reducido drásticamente su actividad, tan solo
interrumpidos por alguna llamada de emergencia esporádica por la que no podían
hacer nada. Los puestos avanzados romulanos conocidos estaban en completo
silencio y no habían visto señales de distorsión de curvatura al alcance de sus
sensores. La capitana T’Yua de la Tirpitz había sugerido enviar varias
sondas de largo alcance para poder descubrir más cosas más allá de lo que ya
habían observado y que no les había suministrado ninguna información
importante. Y Picard estaba a punto de aceptar la sugerencia cuando recibieron
una llamada de emergencia, pero del interior del territorio de la Federación:
la Base Estelar 234 estaba siendo atacada.
Las
tres naves desaceleraron al entrar en el sistema. La Base Estelar 234 era una
de las más importantes del sector: desde allí Picard había partido con una
armada para realizar el bloqueo de la frontera romulana durante la última
guerra civil klingon.
–
¿Qué indican los sensores? – preguntó Picard.
–
Hay muchos restos flotando en el espacio – informó Data –. Corresponden al
dique seco de la base y las naves Antanike
y Xoik. En la superficie las
instalaciones han sido atacadas y las poblaciones civiles bombardeadas.
–
¿Supervivientes? – siguió preguntando Picard cada vez más tenso.
–
No hay señales de cápsulas salvavidas en órbita, pero han tenido tiempo de
poder descender hasta el planeta – prosiguió Data –. Localizo muchas formas de
vida entre los restos de la base.
–
Doctora Crusher, trasladaremos a su un equipo médico inmediatamente – ordenó
Picard a través del comunicador –. Pónganos en órbita alférez.
La
Enterprise se acercó al planeta de
clase M y nada más entrar en el radio de acción del transportador el grupo de
la doctora Crusher se materializó en la superficie.
La
base estelar ocupaba una gran extensión en una de las planicies de la costa, no
lejos de una de las ciudades más grandes. Además de los edificios
administrativos y de mando contaban con un importante centro médico, así con
otros de logística e ingeniería que eran parte del soporte planetario del dique
orbital que se ocupaba de la reparación y mantenimiento. También había zonas de
recreo y las viviendas de los miembros de la Flota.
Lo
que vio la doctora Crusher y su equipo fueron la mayor parte de los edificios
destruidos. No había ninguno que hubiera salido indemne del fuerte bombardeo,
mientras columnas de humo negro se elevaban de las montañas de escombros
incandescentes en que se había reducido la base. Aun así el personal
superviviente ya había empezado a rescatar a sus compañeros, organizando una
zona de primeros auxilios en la explanada entre varios edificios, otros
voluntarios se dedicaban a apagar los incendios, mientras varias lanzaderas sobrevolaban
la zona.
Tras
un rápido vistazo a aquel desolador espectáculo Beverly cogió el tricorder que
tenía en el cinto, lo abrió y empezó a buscar heridos. El resto de su personal
médico, así como los miembros de seguridad que habían bajado con ella, empezaron
a hacer lo mismo.
Otros
grupos procedentes del Jupiter y la Tirpitz se habían transportado también
al planeta, el primero en la ciudad más cercana, también alcanzada en el
bombardeo, mientras que el segundo lo había hecho al otro extremo del perímetro
de la base.
Beverly
no tardó en encontrar al primer superviviente. Estaba en el edificio principal,
resguardado en el hueco de una escalera que se había derrumbado, que le había
protegido del resto de escombros. Tan solo tenían algunas contusiones y
quemaduras superficiales, pero presentaba síntomas de un gran chock.
–
No pudimos defendernos… – dijo en un susurro mientras Beverly le regeneraba el
tejido quemado y le aplicaba un sedante.
–
Ahora no hable teniente. Ha de recuperarse – le respondió con calma.
–
Aparecieron de la nada. No teníamos defensas…
–
Tranquilícese, es una orden. Descanse.
–
Sí comandante…
Deep Space Nine
Tras
la precipitada marcha romulana del frente y el desmantelamiento de la
resistencia de Damar la guerra parecía haberse estancado, como si cada bando
estuviera esperando a los acontecimientos. Las noticias procedentes de la zona
de la Federación más allá del Imperio Romulano eran poco tranquilizadoras: se
habían detectado combates a lo largo de todo su territorio, las comunicaciones
se habían derrumbado, sumiendo a los romulanos en un extraño e intranquilizador
silencio. Poco después los ataques se habían extendido al Imperio Klingon:
puestos avanzados, colonias y repetidores subespaciales habían sido los
primeros objetivos. Martok había regresado para organizar la defensa,
distribuyendo naves y recursos, preparándose para el siguiente combate, que
nadie sabía dónde se podía producir. Y sin esperar mucha empezaron los ataques
contra la Federación. La primera en ser arrasada había sido la Base Estelar
234, pero no tardaron en correr la misma suerte la zona más allá del territorio
klingon en el cuadrante Beta. Las Bases Estelares 105, 117, los planetas
Tessen, Tyrellia, Boradis. Las naves allí eran pocas, pero se desplegaron para
proteger los puestos avanzados y colonias.
–
Capitán Sisko, hemos recibido un informe inquietante del K’Tumbra – empezó informando el almirante Ross tras aparecer su
imagen en la pantalla que tenía Benjamin sobre su mesa –. Según sus sensores se
ha producido un ataque en el sistema Pelosa, en el Sector 507.
–
¿No es donde estaba ubicada la factoría de ketracel-blanco según Weyound 6? –
le interrumpió Sisko.
–
Así es – le confirmó Ross apesadumbrado –. Eso no es todo, la Base Estelar 718
ha sido destruida, junto a las cinco naves que en ese momento se encontraban
allí. Y hemos perdido toda comunicación con Romulus. Cabe suponer que han
atacado la capital del Imperio. Aún no tenemos más datos.
Sisko
no supo que decir ante aquella nueva información. Ataques en el cuadrante Beta
y en el Alfa simultáneamente. El Imperio Romulano con una actividad mínima que
invitaba a especular sobre una aplastante derrota y ahora más ataques sobre los
klingons, la Federación y también en territorio Dominion. ¿Quiénes podían ser
tan poderosos como para iniciar una invasión a gran escala a aquella parte de
la galaxia?
–
Benjamin, en el momento que sepa algo más, le informaré.
–
Gracias, almirante.
–
Ross fuera – dijo este y la pantalla se apagó.
Sisko
se levantó de la silla y empezó a pasear por su despacho pensativo. Recordando
los siete años que había pasado en aquel lugar, que ya consideraba su hogar. Al
principio había tenido que soportar las constantes provocaciones de los
cardassianos. Luego apareció el Dominion y las tensiones que eso provocó en
todo el cuadrante. La invasión klingon y las posteriores disputas, para acabar
con la llegada del Dominion a Cardassia. Y finalmente la guerra, que se
encontraba en un momento decisivo con la rebelión de Damar y la entrada en el
conflicto de los breen. Eso sin olvidar la enfermedad que en aquel momento
estaba matando a la Gran Unión. Se palpaba el final del miserable conflicto que
tantas vidas habían segado, con miles de naves destruidas y decenas de planetas
desolados y ahora se manifestaba una nueva amenaza. Parecía que hubieran
llegado en el peor de los momentos.
¿O
por el contrario aquel nuevo enemigo había atacado precisamente entonces? Fue
su sombrío pensamiento.
Sin
el apoyo de sus recursos en el cuadrante Gamma el Dominion estaba exhausto. Y
en esos cálculos incluía a las fuerzas cardassianas que se encontraban muy
debilitadas tras la invasión klingon del 2372 y la prolongación de aquella
devastadora guerra. Eso lo demostraba la recién alianza con los breen, a saber
a qué precio. Por otro lado la Alianza de la Federación, los klingons y los
romulanos también empezaban a flaquear. Las pérdidas de Chin’toka: con un total
de 311 naves había minado mucho los recursos de todos los bandos. Sin olvidar
las pérdidas que los ya de por sí debilitados klingons habían sufrido hasta que
se había logrado evitar el efecto de las armas de disipación de energía breen.
Y
ahora aparecía aquella amenaza. ¿De dónde habrían salido? ¿Quiénes eran? Sus
intenciones eran claramente hostiles. ¿Pero que habría detrás de esos ataques?
Tras
pensarlo detenidamente salió de su despacho y se dirigió a sus habitaciones.
Allí encontró a Kasidy.
–
¡Oh Benjamin! ¿Qué haces aquí tan pronto? – le preguntó al entrar. Estaba radiante, se dijo Sisko al verla.
Y sabía que lo que tenía que decirle, no le gustaría.
–
Quería decirte que… quiero que abandones Deep
Space Nine.
–
¿Por qué? – le preguntó sorprendida.
–
Es peligroso – y le explicó a grandes rasgos lo que estaba sucediendo con los
romulanos, los klingons y ahora con la Federación y el Dominion.
»
Tan solo deseo que estés segura. Tú, Jake y nuestro hijo – le dijo casi en un
susurro para acabar su explicación de la situación. Estaban estirados en el
sofá, cogidos de la mano –. La estación no lo es. Quiero evacuar a todos los
civiles. Tu incluida. Por favor.
–
Te quiero Benjamin – le replicó Kasidy besándole la nave –. Y creo que mi lugar
es estar aquí. Contigo. Pero si te sientes mejor, me iré.
–
Solo hasta que pase el peligro.
USS
Enterprise-E
–
Hemos encontrado ciento veinte supervivientes – le informó Beverly a Picard
varias horas después en su despacho. La enfermería de la Enterprise estaba repleta de los casos más graves, muchos de los
cuales eran críticos y se debatían entre la vida y la muerte. Jean-Luc podía
ver el agotamiento de su jefe médico en su cara –. La mayoría por quemaduras o
por aplastamiento. El doctor Ferihd del Jupiter
me ha indicado que tiene casos similares. Aunque por suerte en la ciudad no
alcanzaron el hospital y la mayoría de sus heridos están allí.
»
Ha sido espantoso Jean-Luc – le dijo entonces Beverly acomodándose en su silla
–. No recuerdo algo similar. La mayoría de los cuerpos estaban… carbonizados.
Incinerados como… como ganado. Hombres, mujeres, niños. Más de mil muertos. Y
esa cifra tan solo es en la base. En la ciudad son muchos más.
–
Sé que has hecho un buen trabajo, Beverly. Pero tendrías que descansar – le
recomendó Jean-Luc.
–
Lo sé, pero hay muchos heridos. ¡Incluso he tenido que activar por segunda vez
ese maldito médico holográfico! – dijo esgrimiendo una leve sonrisa. Lo odiaba,
y estaba segura que el siguiente paso sería suprimir al personal médico de las
naves por aquellos infernales programas.
–
¿Puedo hablar con algún superviviente?
–
Sí. Acompáñame – le respondió ésta levantándose de su silla. Atravesaron la
enfermería y se dirigieron a las instalaciones adjuntas, había tantos heridos que
habían tenido que colocar camas plegables en las salas aledañas, donde la
enfermera Ogawa atendía en ese momento a un joven oficial.
Al
ver a Picard el teniente intentó levantarse de la cama para ponerse firmes,
pero Ogawa logró impedírselo. Aun llevaba su uniforme chamuscado por todo el
costado derecho y se veían claramente las partes cicatrizadas de las quemaduras
de su cuello. Según le había dicho a Beverly estaba en la sala de operaciones
de la base en el momento del ataque.
–
Descanse – le pidió Picard con amabilidad.
–
Estábamos en alerta amarilla – empezó a explicar –. Pero aparecieron de
repente. Como surgidos de la nada. No nos dio tiempo a alzar los escudos cuando
ya estaban disparando contra el dique en órbita y a la Xoik. Toda su tripulación de benzites fue la primera en caer.
Inmediatamente después empezó el bombardeo orbital.
–
¿Cuántas naves eran? – preguntó Picard.
–
Según los sensores ocho. La más grande medía novecientos metros, más grande que la clase Sovereign, señor. Las otras eran
más pequeñas, otra creo que tenía seiscientos. Entonces me ordenaron ir al
generador de la base porque había empezado a fallar. El impacto directo en el
edificio me alcanzó en las escaleras.
–
Gracias teniente. Ha sido de mucha ayuda – dijo Picard –. Ahora recupérese.
Dicho
esto salió de la sala de observación junto a Beverly.
–
¿Hay alguna novedad? – preguntó esta antes de separarse.
–
Hemos perdido contacto con Romulus – le explicó Picard –. Pero eso no es todo.
Según los klingons se han producido más ataques en su territorio, entre ellos Ty’Gokor.
Y la red de estaciones de repetición subespacial de este sector y de otros
colindantes han empezado a callar.
–
Una invasión a gran escala por todo el cuadrante.
–
Más que eso Beverly. Parece que el Dominion también ha sufrido varios ataques. Pero
no están confirmados. Puede ser el preludio de algo peor…
–
¿Tenemos ordenes? – le preguntó entonces.
–
Todavía no. Pero no creo que nos mantengamos aquí mucho tiempo. Han empezado a
reagrupar a la Flota en los sectores centrales de la Federación.
Continuará...
buenas tardes... me acabo de tropezar con este relato... pero no termino de entender... de donde sacaste esto... a sido publicado en algún lado?... lo inventaste tu?... si es así, esta muy bueno... agradecería la aclaratoria...
ResponderEliminarHola,
EliminarEste relato es simplemente como me gustaría que se hubiera desarrollado un crossover entre dos de los universos de ciencia-ficción que más me gustan: Star Trek y Star Wars. Esta es su primera publicación, me gustaría en breve recopilarlo en una página web específica, pero por ahora aprovecho mi blog para que quien quiera pueda leerlo.
De donde lo saqué: como escritor de mí cabeza y de las horas y horas que he pasado viendo Star Trek y Star Wars. Y por tanto sí es inédito e inventado por mí. Aunque como verás hay muchas referencias y alusiones a los sucesos de las series y películas que como aficionados ya conocemos. Utilizo gran cantidad de personajes, digamos oficiales de ambos universos, pero también otros de cosecha propia, sobre todo de Star Wars.
Para aclararte algo sobre la historia: empieza cuando la Federación está a punto de ganar la guerra contra el Dominion, para ser exactos justo antes del penúltimo capítulo de Deep Space Nine, The dogs of war (DS9, 7.24). En ese momento las potencias conocidas de la galaxia empiezan a sufrir una serie de ataques de un misterioso enemigo… Este primer capítulo está escrito desde el punto de vista de los personajes de Star Trek, y a partir de los siguientes se irán introduciendo diversos personajes del universo de Star Wars: el moff encargado de invadir la Vía Láctea, el almirante Vantorel, los responsables de la inteligencia imperial, y por supuesto los valerosos rebeldes… Poco a poco se va explicando que ha pasado y como se desarrolla la invasión, la resistencia a la ocupación y liberación de la Federación, los imperios klingon y romulano y otros muchos planetas.
Espero que esto haya aclarado tus dudas. Por favor, no dudes en preguntarme cualquier otra cosa que quieras saber. Y sobre todo espero que te siga gustando y vayas leyendo las diferentes entregas y por supuesto te invito a comentar cualquier cosa.
Un fuerte saludo,
LLorenç Carbonell
Hola!
ResponderEliminarAl igual que el comentario anterior, acabo de encontrarme con este relato.
Cómo idea (sugerencia) para que tus lectores lo tengan más fácil, si pones al final de cada capítulo un enlace al siguiente episodio, sería más sencilla su lectura continuada.
Un saludo, y estupendo trabajo. Muy creativo.
Hola de nuevo Planet Reball!
EliminarPues me parece una gran sugerencia, así que espero en breve poner en práctica esta idea, ya que no eres el primero que me hace esta observación. ¡Muchas gracias!!!!
No dudes en hacer cualquier otro comentario.
Un fuerte saludo.
Ll. C. H.
Hola Isit Crill, esto es solo una sugerencia pero ¿Podrías hacer un gran crossover entre Star Trek, Star War, Stargate y Battlestar Galactica?
ResponderEliminar¿Cómo lo haces para escribir estos relatos y que no te demanden por un posible plagio? Yo no sabía que eso se podía hacer. ¿Cómo se hace? Te agradecería mucho eso, pues yo tenía pensado crear juegos on line de Gundam, pero después creí qué no se podía, y no se sí es diferente escribir un relato en una página web o blogs y un juego en línea. Y te felicito por tu crossover. Es bueno. Cómo lo escribiste hace tiempo, tal vez ahora lo tengas en esa página web para poder encontrar todos los capítulos, pues no aparecen todos y sería muy dificultoso buscarlos todos. Si tienes una página con los crossover ¿podrías darme el link? Saludos.
Hola Amigo!
EliminarPues sobre la sugerencia que planteas es algo complicada. Lo interesante de unir los universos de Star Trek y Star Wars es que este último puede suceder en cualquier otra galaxia fuera de la Vía Láctea, por lo que unirlos era relativamente fácil. Por el contrario, en Stargate y Battlestar Galáctica transcurren en la Vía Láctea. La historia de los Cylon y los humanos de las 12 Colonias de Kobol podría transcurrir en el pasado remoto de la Tierra. Se podrían unir con un viaje temporal. En el caso de Stargate y es más complicado ya que los goa’ulds se han extendido por toda la Vía Láctea, y por lo que deberían haber sido descubiertos por los vulcanos, klingons mucho antes que la serie de Enterprise… por lo que su coexistencia sería más complicada para desarrollarla con coherencia. Aunque si me permites un nexo de unión, el portal iconiano podría asemejarse a la tecnología del Stargate.
Plagio es una palabra muy fea, sobre todo porque yo no he “copiado en lo sustancia obras ajenas, dándolas como propias” como indica la Real Academia Española. Nunca he usurpado la creación de personajes y nombres, en realidad lo he utilizado para desarrollar un fanfiction, que sería más ajustado a lo que es este crossover. Supongo que en cualquier momento podrían reclamarme el uso no autorizado de los derechos de autor, claro que en ningún momento he utilizado este relato para lucrarme, ni en publicidad en el blog. Lo he estado escribiendo desde hace mucho tiempo por pura diversión, hasta que al final lo publiqué en el blog por si a alguien le pudiera interesar.
Si quieres publicar el juego de manera oficial, has de dirigirte a la empresa que tenga los derechos de explotación y preguntarles si les interesaría comercializar tu juego dentro de la franquicia. Y la propuesta entrara en sus planes, podrían comprártelo. También podrías pagar los derechos para poderlo publicar o distribuir tu mismo. Si lo haces de otra manera tendrías que cambiarlo sustancialmente para que no pudieran demandarte por plagio, por lo menos si lo haces con ánimo de lucro. Pero yo creo que hoy en día es difícil que las grandes empresas se dediquen a molestar a un fan que hiciera un juego, todo dependerá de como lo distribuyas y de lo que ellos puedan percibir que estás inmiscuyéndote en temas de derechos. En resumen: si lo quieres oficial es pagar por los derechos o que te lo compren. El resto es cuestión de suerte y de lo potente que sea la franquicia.
Me alegra que te gustara el crossover, la verdad es que disfruté mucho escribiéndolo. En principio debería estar todo el relato en el blog, aunque para leerlo en orden deberías utilizar la etiqueta “Crossover Star Trek – Star Wars” e ir a la más antigua y avanzar… lo bueno que tiene este método es que las referencias de personajes, naves, planetas e incluso hechos, están linkadas a Memory Alpha y a la Wookipedia.
También puedes descargarte el relato en pdf completo en el link que tiene a la derecha de la pantalla. Pero no tiene imágenes. Tal vez algún día lo ponga en una página web todo bien ordenado.
Un fuerte saludo,
Ll. C. H.
Gracias por tú respuesta a mi problema de mi juego de Gundam.
ResponderEliminarEn lo que se refiere a la palabra plagio. Si. Tienes razón es una palabra muy fea. Y te pido disculpas de antemano si se mal interpretó por ti. Realmente yo creía que plagio era un sinónimo de lo relacionado con leyes de derecho de autor, no me había puesto a pensar en las connotaciones feas de su significado como dices. Yo solo quise decir, cuando dije plagio, que: de cómo no habías tenido problemas con derecho de autor, pues a veces, como tú mismo dijiste, a veces pasa y es cuestión de suerte.
Así que espero no haber generado un momento incomodo por usar palabras, que yo las creí con un significado, pero que pueden haberse interpretado mal.
Tienes razón lo que dices sobre el Crossover con Battlestar Galactica, Stargate y Babilonia 5. Pero no sé, se me ocurre esta idea. En Star Trek existen muchos episodios donde se ven universos paralelos, como el Universo Espejo por ejemplo, o los creados por líneas de tiempo paralelas por viajes en el tiempo, como se ve en Star Trek: Enterprise.
Tal vez pueda ser posible esa clase de Crossovers en universos paralelos que tengan las suficientes diferencias como para calzar con esos otros universos de ciencia ficción, sin que sean incoherentes entre sí, al ser universos distintos.
Te agradezco por tú respuesta de cómo acceder a todos los capítulos del crossover. Sólo que no entendí bien de qué link a un lado de la pantalla hablas, no me aparece. Pero no te preocupes.
Ya encontré al buscar en Google una lista, está en desorden pero están todos por lo que vi. Y voy a buscar la dirección que me diste en PDF.
Gracias por todo.
Hola amigo,
ResponderEliminarCiertamente “plagio” es una palabra fea o por lo menos llena de connotaciones negativas. Pero en ningún momento me molestó.
Al final para escribir un crossover se necesita ingenio y sobre todo que la historia entretenga. ¿No se han publicado comics con la tripulación de la Enterprise con los Green lanters o el Doctor Who? Un argumento muy utilizado, que bien podría desarrollarse son las holocubiertas y sus problemas con los programas.
Un fuerte saludo!
Si. Claro. Conozco un cómic donde se mezcló a Star Trek con vampiros o zombies, no recuerdo bien.
ResponderEliminarSaludos.