lunes, 15 de octubre de 2018

Diseñando Deep Space 9 - 1



Diseñar Deep Space Nine planteaba un doble reto: en primer lugar se tenía que pensar en una estación espacial como escenario central de la serie. Y aunque ya se habían visto otras en la saga, la verdad es que no se mostraron más que una o dos estancias de estas. Y por otro lado, y posiblemente lo más importante: su origen no procedía de la Federación, por lo que su arquitectura tenía que ser alienígena y complemente diferente a lo que nos tenían acostumbrados. (1) Y como había ocurrido anteriormente con las Enterprise, se consideraba a DS9 como un personaje más, por lo que se iba a poner gran esmero en hacerla con gran detalle. Se puso al frente del equipo de diseño a Herman Zimmerman, a quien se le dijo que debía de tener una nueva imagen, icónica y de aspecto extraño que pudiera reconocerse rápidamente cuando se viera en la pequeña pantalla del televisor. Bajo su dirección estaban, entre otros, el ilustrador recién llegado Ricardo Delgado, que iba a dar un enfoque fresco a los diseños durante las primeras temporadas. Así como los veteranos Rick Sternbach y Mike Okuda que procedían de desarrollar el siglo XXIV en The Next Generation y que eran autores del Technical Manual de la USS Enterprise-D. Según Michael Okuda se “quería que no pareciera de la Flota Estelar, querían que pareciera rara”, quien sería el responsable de generar los diferentes gráficos cardassianos que aparecían en las pantallas de la estación, llamados okudagramas.


Una idea rápidamente descartada esbozaba la estación como si hubiera sido desgajada de un planeta y aun tuviera como base parte de la superficie. Otras contenían maquinaria y depósitos como si formaran parte de una refinería. Un concepto que fue desarrollado extensamente tenía una estructura tipo Torre de Babel, como si hubiera sido construida por muchas culturas diferentes durante muchos siglos, todas con tecnologías diferentes, y cada parte debía de tener un diseño diferente a la otra, no necesariamente interconectadas, dando una sensación de confusión. Sternbach indicó que “la idea inicial fue que era un tipo de estación muy antigua, tal vez no simétrica”.

A media que continuaba refinando el concepto, los diseñadores comenzaron a crear gran cantidad de bocetos y construir modelos en CGI muy rápidos en sus computadoras. Así se podrían crear muchas formas, múltiples copias y juntar pequeñas piezas y rotarlas, para ver como quedaban. Para lograr hallar la suficiente extraña apariencia alienígena que se les había pedido.


Aunque el equipo hizo muchos conceptos posibles, ninguno era lo suficientemente extraño o inusual para satisfacer el deseo de Rick Berman, productor ejecutivo del nuevo programa, para diferenciarse de TNG o de la serie clásica. Finalmente dijo “olvídate de la Torre de Babel, olvídate de las diferentes cultura. Crea la cosa más extraña que pueda ser una estación espacial al borde de la galaxia”.

La búsqueda de una forma simple llevó al equipo a un concepto circular. “Regresamos a algo que Herman había pensado inicialmente, que era una serie de estructuras en aros anidadas o estructuras de anillos, y volvimos a ese concepto de una estación de tipo rueda”. Esta nueva dirección incorporó tras ideas separadas.


Los diseños de Zimmerman partían de la idea de la necesidad de gravedad artificial, por lo que contaban con un anillo que provocaría la gravedad con el giro. Por lo que estuvo esbozando la forma de giroscopio. La idea del anillo se mantuvo y finalmente formaría parte del diseño final.

Zimmerman vio en una revista de arquitectura una terminal aérea rusa que mostraba una torre de control y una zona inferior que la rodeaba en la cual se encontraban las tiendas y los aparcamientos. Surgiendo la idea de situar Operaciones y la promenade (donde se concentrarían los negocios) en la zona central, y de colocar varios anillos alrededor, sugiriendo la forma de una esfera. Aun así el diseño resultaba poco alienígena. Pero con la idea de una estación circular y la configuración de anillos concéntricos, se empezó a trabajar en sus diferentes partes. La estructura central en la que se verían ya elementos que permanecerían en la versión definitiva, como los montajes de los escudos deflectores. Así como la forma del reactor en la parte inferior o la forma de la cúpula superior.


Durante una de las reuniones alguien planteó: ¿y si pensamos como si fuéramos cardassianos? Derivando hacia el aspecto de la raza: con cuellos reptilianos, sus rostros cubiertos de protuberancias picudas… Para continuar con la sugerencia: ¿y si cortamos algunos de los anillos concéntricos para que no estén completos y acaben en pico? (2) Apareciendo el diseño básico de DS9. Así las bases de las torres de atraque o las estructuras donde están situados los lanzatorpedos originales, que recuerdan claramente la forma de los cuellos de los constructores de la estación. Al ver uno de los diseños ya definitivos, Berman sugirió que el giroscopio que había ideado Zimmerman, lo “rompiera” con arcos para la parte superior e inferior.

Se tomó esta estética como constante visual: “prefieren el equilibrio antes que la simetría, elipses antes que círculos, y ángulos antes que líneas rectas, así como superficies metálicas y colores oscuros” explica Zimmerman. También se determinó que preferían las cosas agrupadas en series de tres. Por eso el diseño definitivo tiene tres anillos concéntricos con tres radios que los mantienen unidos, y tres secciones verticales que resultaron de fragmentar otros tres anillos que se engarzaban en la estructura. Al final se pensó en la forma de un giroscopio, conectando vagamente su forma de un átomo, con todos los electrones corriendo alrededor del núcleo. El exterior sería una combinación de un átomo, el emblema de la Mercedes-Benz y un giroscopio.



Notas de producción:
(1) Alejándose de la forma de hongo del Dique Espacial que representaba la base más icónica de Star Trek o la tan reutilizada Regula I. Como estos bocetos de Rick Sternbach de diciembre de 1988. Uno de los cuales me recuerda a la Jupiter Station vista en Life line (VOY, 6.24) diseñada también por el mismo Sternbach.

(2) Las nave cardassianas habían sido diseñadas por Rick Sternbach para The wounded (TNG, 4.12) y este basó en la forma del jeroglífico egipcio ankh, también conocida como cruz ansada, del cual derivaría el símbolo de la Unión Cardassiana, omnipresente en la cultura cardassiana.



Ll. C. H.

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viernes, 5 de octubre de 2018

Deep Space Nine 1a temporada


Advertencia: este artículo contiene spoilers para quien no haya visto la serie de Deep Space Nine.

La serie
El pasado enero se cumplió el 25 aniversario de la emisión del capítulo piloto de Deep Space Nine. Y aprovechando este evento (aunque esto ocurrió hace algunos meses) me gustaría escribir mi recomendación de capítulos, como hice con sus predecesoras. Con Emissary (DS9, 1.01/02) iniciaba la andadura del segundo spin-off de Star Trek, rodado y ambientado simultáneamente con The Next Generation que transcurría un siglo después que las aventuras de la Enterprise original. Cuya  acción transcurría a bordo de una estación espacial, por lo que siempre se le acusó de ser “estática”, un argumento solo válido para aquellos que o no les gustaba la serie o no la vieron entera. También se dijo que era una copia de Babylon 5 y lo cierto es que J. Michael Straczynski había pasado por la Paramount con su proyecto con anterioridad, pero había sido rechazado y ambas series estuvieron en producción de manera paralela. Dos conceptos tan parecidos tal vez no sean coincidencia, aunque no es extraño ver en televisión o en el cine dos productos muy similares de diferentes productoras al mismo tiempo para hacerse la competencia. Igualmente me alegro que Straczynski pudiera realizar su idea en la Warner Bros Televison, ya que así disfrutamos de dos grandes historias de ciencia-ficción.

Este es el momento de decir que esta es mi serie favorita de la saga de Star Trek, por dos motivos. El primero porque prefiero las historias arco, y no tanto capítulos autoconclusivos. Estas permiten profundizar más en los personajes, dar más matices a los argumentos y que estos puedan desarrollarse mejor y ser más complejos. A nivel narrativo la historia de DS9 parte de un planeta, Bajor, que acaba de ser liberado de una ocupación larga y sangrienta por parte de los cardassianos. Este hecho marcará un marco centrado en la tensión entre los dos pueblos y las distensiones que también se presentarán, así como el devenir de diversos personajes. Pero este no será el único conflicto, y avanzada la serie aparecerá en escena una nueva y peligrosa potencia: el Dominion, que generará a su vez diversas subtramas. Las situaciones políticas y militares se irán sucediendo a lo largo de sus siete temporadas, dibujando un trasfondo más oscuro de lo que había sido Star Trek hasta ese momento. Sin olvidarse por ello de las historias de ciencia ficción, humorísticas, de aventuras, o éticas que caracterizaban la saga desde sus inicios.

Y en segundo motivo me gusta que la serie sea tan coral. En la saga el peso suele recaer en un trío de protagonistas: en la clásica fueron Kirk, Spock y McCoy. En TNG aunque se amplió a un grupo de 9 personajes (luego serán 8 y finalmente 7), al final se centraron mucho en Picard, Data y Worf, relegando al resto a un desarrollo menos significativo. En Voyager al final se terminó centrándose en Seven of Nine, el doctor holográfico y la capitana Janeway. Mientras que en Enterprise fueron Archer, T’Pol y Trip los más destacados, dejando al resto casi en meras comparsas. Por ahora Discovery ha sido algo más coral, con Burnham, Tyler, Stamets, Saru, Lorca y Geurgio en el centro de la trama. Ya veremos que sucede en el futuro, teniendo en cuenta que de los dos últimos uno ha muerto y la otra no parece que vaya a ser alguien relevante, aunque estoy seguro que volveremos a ver a la Emperatriz del Imperio Terrano. Pero en DS9 nos encontramos que los 8 protagonistas principales (ampliándose a uno más a partir de la 4ª temporada) tienen el mismo desarrollo sin que ninguno se destaque del resto. Y además de estos hay una plétora de secundarios o recurrentes que en algunos casos los conoceremos igual que a los principales, como Garak, Nog, Dukat, Weyoun, o Winn, solo por mencionar algunos. Eso hace que la serie sea mucho más rica en detalles, obligando a establecer complejas relaciones entre todos ellos, y haciendo que el desarrollo argumental sea más interesante. Además no todos pertenecían a la Flota Estelar, por lo que no estaban atados a la rígida moralidad creada por Roddenberry para su universo.

Otra característica es que los personajes son los transmisores de las historias y no son meros protagonistas accidentales, como ocurría con las series precedentes, la mayoría de cuyos sucesos les podían haber acaecido a la tripulación de la Enterprise o de cualquier otra nave estelar. Ahora son los protagonistas quienes desencadenan las tramas. Sisko se convierte en el profetizado guía espiritual de los bajoranos al descubrir el agujero de gusano, el lugar donde viven unos alienígenas que estos adoran como a sus dioses, y por tanto no puede evitar involucrarse en el futuro de su sociedad. El condestable Odo, jefe de seguridad de la estación, se desvelará como miembro de la raza que fundó el Dominion, aunque por motivos que ya comentaremos, decide quedarse en DS9 y no volver con los suyos. Gracias a Kira vemos las dificultades del resurgir de su sociedad tras la ocupación. Quark, el barban ferengi tendrá sus más y sus menos con las tradiciones de su pueblo. Worf, personaje original de TNG, atracará con la idea de subir las audiencias, traerá consigo todos los problemas que tiene con el líder del Imperio Klingon y su política, que ya se había iniciado en TNG.

También nos encontramos con varios argumento recurrentes: la religión, y las consecuencias de la guerra, alejándose un poco de la utopía creado por Gene Roddenberry y consiguiendo algunos capítulos realmente oscuros. Aunque también hay espacio para temas menos dramáticos y es que la amistad está muy presente entre los personajes: Sisko-Dax, Bashir-O’Brien, Bashir-Garak, Jake-Nog, Kira-Dax, Odo-Lwaxana, Odo-Garak, Kira-Ziyal, Martok-Worf, Dukat-Damar, Ezri-Vic, Worf-Ezri, incluso Quark-Odo. La familia es otro pilar de las relaciones entre los habitantes y visitantes de la estación, con relaciones padres e hijos, y de pareja: Sisko-Jake, O’Brien-Keiko-Molly-Kirayoshi, Quark-Rom-Nog-Ishka, Kira-Bareil, Kira-Shakaar, Rom-Leeta, Zek-Ishka, Dukat-Ziyal, Jadzia-Worf, Sisko-Kasidy, Garak-Ziyal, Kira-Odo, Sisko-Sarah, Ezri-Bashir. Sin olvidar las grandes enemistades: Sisko-Dukat, Kira-Winn, Quark-Brunt, Sisko-Eddington, Odo-Weyoun, Damar-Weyoun, o Work-Gowron.

La Primera temporada
Las primeras temporadas no siempre son las mejores, ya que suelen presentar personajes y se busca la manera de enfocar las historias. Muchas veces a la espera de encontrar el tono adecuado de lo que se quiere contar, sin poner toda la carne en el asador o intentando buscar la medida exacta. Star Trek ya tenía una tradición de capítulos autoconclusivos de una nave que viajaba de un planeta a otro, ahora los guionistas tenían el reto de que la estación no se movía, así que tenían que hacer que fueran los personajes, tanto principales, como secundarios, los que se desplazaran para generar las aventuras. Lo cual no es sencillo.

· Emissary (DS9, 1.01/02)
Posiblemente el mejor capítulo piloto de la saga. Arranca en un importante suceso de TNG: la batalla de Lobo 359 contra un cubo borg liderado por el capitán Picard asimilado. Es un momento de gran dramatismo, ya que en The best of both worlds (TNG, 3.26/4.01) el capitán de la Enterprise-D, Jean-Luc Picard estaba siendo usado para destruir a sus compañeros. Ahora nos muestran como lo vivieron los tripulantes de las naves estelares que se enfrentaron a Locutus, a bordo de una de las cuales moriría la esposa de Benjamin Sisko. Dos años después este es asignado a DS9, una estación espacial situada en la frontera de cardassia, la cual podríamos considerar que está dejada de la mano de Dios. Pero su destino cambiará cuando encuentre un agujero de gusano estable que conecta dos partes de la galaxia separados por 70.000 años luz. Además de proporcionar un pasadizo y convertir ese remoto lugar en un punto estratégico para la exploración y el comercio, el fenómeno ha sido construido por unas criaturas que los bajoranos adoran como dioses y según la leyenda su descubridor será el unificador de su pueblo. Y precisamente es Sisko el primero en encontrarlo, teniendo que explicar a los Profetas (o criaturas del agujero de gusano) lo que es el tiempo lineal, utilizando su propia vida, lo que hace replantearle importantes sucesos de esta, en un concepto muy de ciencia-ficción. El ambiente de toda la historia es lúgubre y sombrío, pero también se abre a la esperanza de un futuro mejor.

· Past prologue (DS9, 1.03)
En el segundo capítulo la estación parece estar ya a pleno rendimiento y reparada de los estragos de la retirada. Algo que podían haber hecho de manera más progresiva, la verdad. Lo interesante es la presentación de Garak (uno de los mejores personajes recurrentes), el espía y único residente cardassiano en la estación. Además nos muestra el pasado de Kira en la resistencia y nos enseña la existencia de facciones y puntos de vista contrapuestos en la reconstrucción de Bajor. Esta es el único tema común en la primera temporada explorándolo en Battle Lines (DS9, 1.13), The storyteller (DS9, 1.14), Progress (DS9, 1.15), Duet (DS9, 1.19) y en In the hands of the Prophets (DS9, 1.20).

· Captive pursuit (DS9, 1.06)
El primer alienígena procedente del cuadrante Gamma nos trae esta historia entretenida y que planta la semilla de lo que sería el Dominion, pero sin que ni los mismo guionistas lo supieran, ya que la relación que tiene Hosck con los cazadores, es relativamente similar al jem’hadar con los Fundadores. Además tenemos las primeras muestras de la genialidad interpretativa de Colm Meaney, el jefe O’Brien, en el que posiblemente sea el mejor actor (sin menospreciar al resto) del reparto principal.

· The Nagus (DS9, 1.11)
Esta es la presentación del Gran Nagus Zek, líder de los negocios ferengis, siendo el inicio de las andanzas de Quark dentro de su cultura. Esta historia de mafiosos (hay escenas y diálogos que son un tributo “El Padrino” de Francis Ford Coppola) marcará el tono a tratar a esta raza (una exagerada crítica a nuestra sociedad consumista con trazas de humor) durante el resto de la serie, alejándose del ridículo que fue su primera aparición en TNG. Mostrándonos que estos hombrecillos de grandes orejas se les puede sacar mucho partido. Y lo hacen, y no solo humorístico.

· Duet (DS9, 1.19)
Bajor fue tratada de manera brutal y despiadada por los cardassianos durante 40 años y las semejanzas a la ocupación nazi de Europa durante la 2ª Guerra Mundial se ven bastante claras. ¿Qué ocurriría si uno de los verdugos se entregara para ser juzgado por aquellos a los que torturó? Ese es el planteamiento de esta historia que quiere concienciarnos de los abusos de la ocupación y la búsqueda de la redención de alguien que participó en estas. Es el mejor ejemplo de esa vertiente ética y moral que siempre ha tenido Star Trek en un capítulo inolvidable e imprescindible.

· In the hands of the Prophets (DS9, 1.20)
Sobre la serie siempre planea la religión y en concreto de la relación de los dioses y los que creen en ellos. Está claro en los bajoranos: los que moldearon su civilización se han mostrado a través de su emisario: Sisko. Mientas que dentro del Dominion sucede algo similar con el jem’hadar, los vorta y los Fundadores. Aquí nos habla de la manipulación y la intolerancia religiosa, siendo la presentación de una de las grandes villanas: Winn Adami, interpretada por la oscarizada enfermera de “Alguien voló sobre el nido del cuco”, Louise Fletcher. Demostrando como la ciencia ficción puede ser el medio perfecto para plantear historias con cuestiones éticas y morales, que de otra manera sería muy difícil de encontrar.

El resultado es una primera temporada en conjunto flojo, eso sí, con tres capítulos sobresalientes y que están entre los mejores de la serie: Emissary, Duet e In the hands of the Prophets. En el resto se hace un repaso de temas típicos, donde hay epidemias, asesinos, terroristas, juicios, posesiones y refugiados, donde se quiso presentar a los personajes y cada uno tiene su pequeño protagonismo. Tal vez Dax (DS9, 1.08) que nos introducen un poco en la cultura de los simbiontes trill, que vimos por primera vez en The host (TNG, 4.23) es interesante. Destacando la pasable primera aparición de Lwaxana Troi en The forsaken (DS9, 1.17), donde descubriremos aspectos menos frívolos de esta excéntrica embajadora (visitante esporádica de la Enterprise-D) mostrando una parte más madurara del personaje, que se pasará varias veces más por la estación y será inicio de la relación de amistad y respeto con el condestable Odo. La única aparición de Q, otro recurrente de TNG, por la estación en Q-Less (DS9, 1.07) destaca por la ocasión desaprovechada, salvándose solamente por ver a gran John Delance (aunque el propio actor no estaba conforme de cómo se trataba a su personaje). La verdad es que no tiene mucho interés, salvo por dejarnos claro que Sisko, no es Picard.

Los peores capítulos: siempre hay episodios que uno se pregunta el motivo por el que fueron escogidos para rodar y esta primera temporada no es una excepción. Así tenemos Move along home (DS9, 1.10) donde los miembros de la tripulación se convierte en piezas de ajedrez. Tal cual. E If wishes were horses (DS9, 1.16) donde solo diré que aparece Rumpelstiltskin, sí, el personaje de los cuentos infantiles.

Los Personajes:
Benjamin Sisko es un personaje sobrio, menos diplomático que Picard, pero al mismo tiempo es muy cercano con sus amigos y subordinados. Me gusta la relación natural y próxima que tiene con su hijo, intentando suplir la falta de la madre de este. Nos lo presentan hundido y queriendo dejar la Flota por culpa de la muerte de su esposa, asumiendo rápidamente el nuevo papel al mando de la estación. En realidad en el capítulo siguiente, pero ya ha dejado atrás el gran pesar por su viudedad gracias a los Profetas. Aunque es curioso que no será hasta la 3ª temporada que no se llevará a esta sus objetos personales, un detalle que nos dice que ha tardado en sentir que la estación es su hogar. Más lento será su adaptación al papel de Emisario, que se enfrenta al sentido pragmático del oficial profesional, pero terminará por aceptando como su destino. Y es que la mejor manera de definirle sería a través de su pragmatismo a la hora de enfrentarse a las situaciones que le plantean como personaje: reconstruir Bajor y ayudar a que ingrese en la Federación, y defenderse de las múltiples hostilidades que afectan a DS9 y a todo el resto del cuadrante. Y para ello no duda en recurrir a las amenazas y al chantaje, por lo que para mí es el mejor capitán de la saga. Y no olvidaremos que la elección de actor afroamericano quería demostrar el espíritu de integración del universo de Star Trek, como ya lo fueron Uhura, Sulu y Spock en la serie clásica.

Lo que no me gusta de Jadzia Dax es que conocemos, a través de ella, más de la cultura klingon que de la trill. Y es que no terminaron de saber qué hacer con el personaje de Dax, el simbionte que pasa de anfitrión en anfitrión acumulando experiencias, y se centraron en la relación de este/esta con los klingons que terminará por desvanecer a Jadzia como trill. Y es una lástima porque esta raza siempre ha sido una de mis preferidas. Ocurriendo lo mismo con su posición de oficial científica, que con tanto klingon hace más un papel de guerrera que la responsable de ciencias de la base. Aunque a su favor indicar que poco hay que explorar e investigar con una estación amenazada por múltiples enemigos, siendo muchas veces la piloto de la USS Defiant. Por eso Jadzia siempre se me quedará desfigurado.

Veremos madurar a Jake Sisko a lo largo de toda la serie, empezando por un adolescente que no termina de encajar en la extraña estación donde le ha tocado vivir. Hasta convertirse en escritor y periodista en una sólida interpretación por parte de Cirroc Lofton, que hace de su personaje alguien creíble. Para ello es fundamental su amistad con el ferengi Nog, que rompe tabúes y normaliza el respeto entre culturas y seres diferentes, haciendo crecer mutuamente a ambos personajes a lo largo de todos los capítulos. Tal vez no levante legiones de seguidores, ni tenga grandes capítulos, pero Jake es uno de los protagonistas más convincentes, precisamente por su normalidad.


Ll. C. H.

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miércoles, 26 de septiembre de 2018

Diseñando el siglo XXII Tierra 4


Clase NX

El 26 de septiembre de 2001 se estrenaba el capítulo piloto de la serie Enterprise: Broken bow (ENT, 1.01/02) cuyo reto más importante, siento esta una pre-cuela, era generar una ambientación y una tecnología que realmente parecieran anteriores a los sucesos ya relatados. Máxime cuando la serie que se suponía que era posterior se había rodado 5 años antes, con todos los adelantos que eso supone en efectos visuales. Para ello se llegaron a hacer entre 40 y 50 bocetos para la nave protagonista para la nueva serie (aunque desgraciadamente apenas he logado encontrar alguno). La directriz marcada al diseñador de producción Herman Zimmerman era crear una nave “retro y chula al mismo tiempo, valiente y utilitaria como las anteriores, con equipo eficiente en cuando al espacio interior. Una nave que muestre a la audiencia muchos más detalles que en otras serie de Star Trek, mientras que sigue teniendo un aspecto increíblemente futurista. Y que de forma sutil y reconocible, perfile el diseño de la Enterprise para el futuro”. Las palabras “retro y chula” le parecían a Zimmerman “muy fáciles de decir, pero no tan factibles de concebir en el papel y luego hacer realidad”. Entre las combinaciones iniciales algunas ideas se alejaban del concepto tradicional, inspirándose en cohetes o submarinos. Uno de estos mostraba un casco alargado y puntiagudo, en forma de lápiz, con dos barquillas de curvatura. Una mezcla del cohete del Phoenix y la nave del capitán Kirk.


Otro de los primeros bocetos de John Eaves para la Enterprise de Archer se basaba en la conocida configuración de la clase Constitution, con un plato y sección de ingeniería. La cual tenía cierto aspecto de los coches de los años 50, como el Ford Thunderbird, con formas y curvas suaves, que con el tiempo se volverían a utilizar en la Enterprise del abramsverso.




Esta idea volvería a recuperarse en una propuesta de incluir una sección de ingeniería, que contuviera un deflector de navegación principal para las últimas temporadas. Y aunque finalmente fue rechazada, se crearían imágenes que aparecerían en los calendarios de Ships of the line y en las novelas posteriores al final de la serie.

Doug Drexler también participó en el diseño creando numerosos enfoques CGI para conceptuar la futura Enterprise, que incluían anillos de curvatura y grandes alerones, algo extravagantes.


Así hubiera podido quedar en pantalla esta idea, aunque finalmente se hizo un diseño más convencional con un único casco en forma de plato, pero cierto aire a la clase Akira, una nave del siglo XXIV que se había visto por primera vez en ST: Fisrt Contact. De esa manera se recogía un elemento muy característico en el aspecto visual dentro de Star Trek y que sería una marca inconfundible en las naves de la Flota Estelar, cumpliendo la premisa de perfilar el estilo del resto de protagonistas de la saga.

Como bien muestra la página Ex Astris Scientia, la comparativa con la clase Akira, se puede ver, no solo en las formas, sino también en los detalles en el casco. Creando la paradoja que un modelo que se supone fue construido dos siglos después el siglo XXII, en realidad era la inspiradora de la primera nave estelar de exploración.


  


Ll. C. H.


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