Atención
SPOILERS!!!
Mis
perspectivas ante la última película de esta nueva trilogía eran realmente
pocas. Como alguien ha dicho: la película menos esperada y más temida. El Despertar de la Fuerza me pareció un remake falto de imaginación y con
el único motivo de no arriesgarse. Mientras que Los últimos jedis
solo puedo clasificarla como un despropósito. Por otro lado, aunque no dude de las
capacidades de J. J. Abrams como realizador, sí es cierto que suele olvidar a
su antojo la coherencia de las franquicias donde trabaja, como ya hizo con Star Trek (2009) y tiende a enrevesar elementos de sus argumentos hasta
hacerlos absurdos, como en Star Trek: Into darkness. Pero al
finalizar la película, con todos los engaños y giros de guión que tiene, reconozco
que me pareció mejor que las dos anteriores (lo cual tampoco era tan difícil).
Es entretenida y la acción es trepidante en todo momento (algo que no ocurrió
con Los últimos jedis, en la que realmente me aburrí) y aunque
poco, aclara algunas cosas: como ese misterioso origen de Rey. Y con su
argumento falto de originalidad por lo menos cierra la saga: matando (otra vez)
a Palpatine.
Retornado
Toda
historia ha de tener su villano, y Star Wars, formada por arquetipos y clichés,
en la que además se describe la eterna lucha bien y el mal, ha de tener uno. Y
más mal que bien, pero en el Episodio VII nos presentaban a Snoke. No nos
decían nada de él, ni de dónde venía, ni realmente que quería (además de
dominar la galaxia y hacer maldades, claro está). Tras lo cual en el Episodio VIII lo matan, sin aportar mucha más de él de lo que ya sabíamos, que era más
bien poco. Y obviamente en el Episodio IX necesitan un remplazo. ¿Y quién mejor
que Palpatine? Al fin y al cabo, era el antagonista de las dos trilogías
anteriores. El problema está en que parece que este lo hayan sacado de la
chistera, cual mago, con un giro inesperado y dramático de esta historia, que
parece continuar con el despropósito del Episodio VIII. Y es que las cosas se
han de preparar. La idea del malvado Emperador nos la había anticipado Darth
Vader en el El Imperio contraataca. De manera que cuando nos lo mostraron
al final de la trilogía original ya sabíamos de su existencia. Pero en esta vez
no es así. No lo mencionan, ni se hace ninguna referencia velada a su
existencia (o de alguien por encima de Snoke). Y además nos lo plantan en las
letras iniciales, sin introducción alguna. Después de eso vemos a Kylo llegar
hasta él y te enteras que Snoke no era más que un ser creado y clonado para
manipular y controlar a distancia a Kylo y la Primera Orden. Obviamente al
final de la película Rey y Kylo se unirán para luchar contra este renacido, y
vencerlo. Esto, aunque pueda parecer muy épico, no es más que un refrito de
conceptos ya explorados anteriormente. Su resurrección y retorno se hizo en el Universo
Expandido, ahora llamado Legends, en el cómic Imperio Oscuro, donde el
que el Emperador regresaba a través de clones y gracias a que su conciencia
había sido enviada fuera de su cuerpo antes de morir en Endor. Pero por encima
de esta anécdota, la cuestión es que la caída del Emperador ya nos la habían
contado: en el Retorno del Jedi en 1983. Aunque en aquella
ocasión esa historia era lineal (en la cronología de la saga) cuando en la Venganza de los Sith se alza Palpatine (o Darth Sidious) en el poder, derrocando
la República y proclamando su Imperio. Y años después su aprendiz, Darth Vader
es vencido por su lado luminoso en Anakin y es derrotado por este para salvar a
su hijo Luke, en un acto de redención de su padre. Entonces ¿por qué volver a contarnos
lo mismo, otra vez? Y además de una manera tan burda y simplona. Con un Kylo
Ren que está claro, desde El despertar de la Fuerza, que volverá
al Lado Luminoso al final de la trilogía, emulando a su abuelo. Mientras que es
Rey la que no se deja tentar por el poder, como antaño hizo Luke, siendo, posiblemente
también, la génesis de una Nueva Academia Jedi, como también iba a hacer el joven
Skywalker.
Entramos
en bucle
Para
mí lo mejor de la franquicia de Star Wars era que nos contaba una historia de
principio a fin. Y no era como otras sagas que una vez logrado la fórmula del
éxito la repiten una y otra vez (Indiana Jones, Mad Max o, saldo
las distancias y como máximo exponente Fast & furious, son ejemplos
de ello), pero en esta, salvo algunos elementos que se repetían, en general tenía
una narrativa lineal. Así la trilogía original y las precuelas contaban una
sola historia: la caída de Anakin, que vendía su alma por el conocimiento para
salvar a su amada y a sus hijos, cual Fausto, pero que lo único que lograba era
matar a esta. Y tras convertirse en un atormentado asesino, se redimía salvando
a su vástago, recordando, tal vez, el amor que había sentido por Amidala. Pero
en esta nueva trilogía y ese es su peor defecto, en vez de seguir con la
historia, nos la repite. Y resucitar a Palpatine, presentarnos a un personaje
como Rey, que es un don nadie, como lo fueron Anakin y Luke en su momento y con
un villano redimido, como es Kylo, como nieto de Vader, es lo mismo que ocurrió
hace ya 40 años, lo que hace entrar en un bucle que la saga de Skywalker no
había tenido antes.
¿Darth
Sidious, seguro?
Como
nos recuerda el youtuber Apolo1138 en su vídeo: cuando Palpatine envía
un mensaje a la galaxia amenazándoles a todos que ha llegado el Día de los Sith,
este rompe con lo que nos habían explicado del personaje. El cual era capaz de entretejer
estrategias entre las sombras durante años, décadas de antelación, como un
titiritero controlando los hilos y manipulando a distancia, sin que nadie
supiera su verdadera naturaleza. Así lo hizo para formar los ejércitos de
droides de la Confederación de Planetas Independientes, al mismo tiempo que
creaba y entrenaba otro de clones para la República para que se enfrentaran en
las Guerra Clon. Al mismo tiempo, aprovechando el caos de la guerra, aumentaba
su poder político en el Senado Republicano hasta obligar a este a aclamarle
como dictador en una ovación. Y todo esto sin revelar su naturaleza Sith
mientras era el Canciller Supremo y después como Emperador. También se
contradice en esta misma trilogía, al haber creado a Snoke y hecho creer a todo
el mundo que otro era el Líder Supremo de la Primera Orden, y siendo el maestro
en el Lado Oscuro de Kylo Ren. Pero ahora, sin que venga a cuento, ha decidido quitarse
la máscara y sin engaños anunciar a toda la galaxia que ha regresado para
vengarse. La verdad es que el Palpatine o Darth Sidious que vemos aquí no se
parece para nada al que nos habían mostrado en las trilogías anteriores. Eso o
la muerte le ha sentado muy mal.
Mátala,
bueno mejor que no…
Cunado
Kylo llega a Exegol gracias a un GPS Sith que ha encontrado (sin que nos
expliquen cómo ha descubierto que este se encontraba en Mustafar, ni falta que
hace), Palpatine le pide que mate a Rey y le ofrece a cambio decenas, cientos,
de nuevos destructores que surgen del hielo o la roca y convertirse en el
Emperador de la galaxia. Pero luego, cuando su nieta está delante de él, este
le dice que nunca había deseado su muerte y que quiere que se convierta en la
Emperatriz. En realidad, lo que quiere es que ella le mate para apoderarse de
su cuerpo. ¿Tal vez ya esté senil después de regenerarse durante 20 años desde
la Endor?
Rey,
la Usurpadora
Esta
chatarrera ha resultado ser la nieta de Palpatine. Pero como el apellido de
Skywalker queda mejor, se apodera de él, a pesar de que no es el suyo. (1)
Podemos entender sus motivos, pero es que además al final resulta que Rey es la
Elegida, aquella que debía traer el equilibrio a la Fuerza cargándose a los
sith. Esto hace que todo aquel viaje de Anakin hacia el Lado Oscuro y su
redención final, se reduzca considerablemente, no solo en la importancia en la
historia de la galaxia. Sino en su propia existencia personal. Ya que este era
el leit motiv de las dos trilogías previas, pero resulta que al final no
va de este, sino de lo malo que es Palpatine. Anakin, retornado de Vader, murió
por nada. Bueno, en realidad solo es relevante a la hora de equilibrar las
fuerzas: como los sith tenían aquella regla de solo maestro y aprendiz, este se
encarga de eliminar, cual matarife, a la mayoría de aquellos 10.000 jedis que
existían en la Antigua República. Dejando tras la Gran Purga con tan solo a dos
de ellos: Yoda y Obi-Wan (aunque sabemos de más supervivientes, estos son los
que aparecen en las películas). De alguna manera y teniendo en cuenta que este
es el final de la saga de nueve películas, me queda la sensación que nos podríamos
haber ahorrado todo este refrito del final.
Fanservice
Esta
película está hecha para el servicio del fan. En primer lugar, eso no es malo,
si el fanservice se entiende en no
perder la esencia de la saga y hacer guiños a las entregas anteriores,
incorporando elementos y narrando cosas nuevas, de manera que se mantiene a los
fans de siempre y se atraen a otros nuevos. Un ejemplo de ello es la estupenda The
Mandalorian, donde además de todo eso se nos está construyendo una buena
historia. Pero tras el remake de El despertar de la Fuerza y el
despropósito (disculpen que me repita) de Los últimos jedis, que
supuso un enfado entre el fandom, era necesario que la historia hiciera
retornar a los fans, pero, sobre todo, que cerrara los flecos argumentales
(algunos auténticos agujeros en la línea de flotación) abiertos en el
desarrollo argumental. Desgraciadamente El ascenso de Skywalker no ha hecho
nada de esto. Simplemente se limita a intentar remediar algunos de los momentos
más polémicos de Los últimos jedis. Y no es tanto que Rian
Johnson iniciara el desarrollo de su película con el bosquejo del guión de su
antecesora, sino que pasó olímpicamente de algunos conceptos básicos de la
franquicia. El más importante es el que ya hace más de cuarenta años Luke nos
lo presentaron como el prototipo del héroe: alguien que no se amedrenta ante
las dificultades. Quien ante toda lógica y el consejo de todos los que le
rodeaban, creyó que Darth Vader podía redimirse y convertirse de nuevo en el
paladín de la luz que se suponía que era Anakin Skywalker, su padre. Y lo consiguió.
¿Ahora tiraba la toalla? ¿Hacía propios los errores de otro con respecto al
orgullo de la Orden Jedi? Ese no era el personaje que conocíamos. No era quien
se había negado a unirse a Palpatine en el Lado Oscuro y que estaba dispuesto a
morir por ello. De alguna manera era necesario corregir semejante sacrilegio (y
no lo digo como fan dogmático, sino como narrador de historias: no puedes hacer
que un personaje haga algo que se contradice con todo lo que habías
desarrollado de él). Así que ahora Luke pide disculpas (y no solo a Rey, sino a
toda la audiencia) por haberse exiliado y dejado a los habitantes de la galaxia
a su suerte. Y nos recuerda que los sables de luz han de tratarse con más
respeto, cuando él mismo había tirado el de su padre. Imagino que al pobre Mark
Hamill le había dolido esa escena tanto como a nosotros. Después nos cuentan
que Leia Organa-Solo había sido entregada como jedi, incluso nos insinúan que
era más poderosa que su hermano al verla vencerle en el flashback, dándonos a
entender como esta pudo sobrevivir en el espacio y retornar al Raddus,
cual Superwoman. Y nos apartan a Rose Tico, que tanta crítica generó, de la
trama. Y aquí he de decir que la inclusión de Kelly Marie Tran no me parece tan
mala en Los últimos jedi, dentro de una película deleznable y
aburrida, ella hizo lo que puedo en su parte, que por otro lado no aporta nada
a la película. (2)
Guiños
tardíos
La
otra parte del fanservice son los guiños al resto de la saga. Aquí, el
ejemplo claro podría ser la puesta en escena de The Mandalorian, donde
aparecen razas y existen referencias a la franquicia en cada capítulo. Y es que
en esta trilogía era difícil encontrar algún figurante conocido, todas eran
alienígenas nuevos y pocas referencias reconocibles (salvo las naves espaciales
que eran casi todas iguales a la trilogía original: ¡viva la imaginación!).
Ahora nos han traído el Tantive IV, la misma corbeta corelliana
en la que iba Leia en Una nueva esperanza y a Rojo 5, el Ala-X de
Luke, el Ghost de Hera Syndulla de SW: Rebels y el Razor
Crest de The Mandalorian. Así como aparece Lando Calrissian, que por
lo menos no ha muerto como a los protagonistas de la trilogía original, aunque
no hace mucho salvo gritar de alegría. O la fugaz aparición de Wedge Antilles
en la batalla de Exegol y la entrega a Chewbacca de la merecida medalla que
recibieron Han y Luke después de destruir la primera Estrella de la Muerte.
Todo esto para que nos llegue a nuestro corazoncito de fan, pero la verdad es
que estos guiños ya podrían haberlos dosificado desde El Despertar de la Fuerza, ya que precisamente la falta de estos es uno de los motivos por
los que estas tras películas parecen completamente desconectadas de las anteriores.
Respuestas
sin preguntas
¿Cómo
averigua Kylo que Rey es la nieta de Palpatine si este solo le ha dicho que “ella
no es quien tú crees”? Puede que se lo dijera después de cortar la escena, pero
eso solo son suposiciones. Y encima resulta que Luke y Leia también conocían su
origen, ¿por qué no se lo dijeron antes? ¿Y qué es lo que le quiere decir Finn
a Rey mientras se hunden en las arenas movedizas? Nos quedaremos con las ganas,
ya que no lo dice ni al final. (3) Poe se pelea con Rey sin que venga a
cuento cuando regresa de la misión en la colonia del Glaciar Sinta y ella estaba
entrenando. ¿Qué les pasa a esos dos? Para a la siguiente escena, todos suben
al Halcón Milenario para ir de búsqueda de GPS Sith como buenos
amigos. ¿Qué ha ocurrido con la Nueva República? ¿Por qué nadie acudió antes en
ayuda de la Resistencia y ahora sí? ¿Cómo sobrevivió Palpatine a la muerte?
Bueno, aquí los hobitts (lo siento Dominic Monaghan, pero siempre serás
Meriadoc Brandigamo, es decir: Merry) vienen en nuestra ayuda para decirnos que
existen: “ciencias oscuras, clonación (tal vez esta sea una ciencia
oscura), secretos de los sith”. Cuando Palpatine hace emerger del hielo
o la piedra los cientos, tal vez miles, de destructores de la Última Orden,
¿quién los ha construido, quien forma sus tripulaciones? Aunque tal vez esto no
de debería de extrañarnos en el universo de Star Wars: tampoco nadie se
preguntó quién pagó la creación de los clones del ejército de la República o sus
naves de ataque Acclamator en El ataque de los clones,
cuando los jedis ni cortos, ni perezosos, se pusieron al mando de ellos. Ocurre
algo similar con todos aquellos acólitos sith que están observando en Exegol,
¿quiénes o qué son, y de dónde han salido?
¿Y
el canon establecido?
Cuando
el Halcón Milenario se dedica a huir de un grupo de cazas TIE de la
Primera Orden, haciendo una serie de saltos a velocidad de la luz (entendemos
que son saltos hiperespaciales) parecen aleatorios y sin calcular las
coordenadas. Podemos asumir que los TIE perseguidores tengan hiperpropulsores
(confirmado en el Diccionario Visual) y que han logado miniaturizar el
rastreador que estaba a bordo del Supremacía como vimos en Los últimos jedis. ¿Pero dónde está aquella advertencia de Han a Luke en Una
nueva esperanza, sobre que viajar por el hiperespacio no era dar una vuelta
por el campo, y que sin hacer los cálculos correctos se podía chocar contra una
estrella o acercarse demasiado a una supernova?
La
daga, el GPS Sith y D-O ¿para qué quieres más?
En
una película llena de Deux ex machinas, me pregunto lo siguiente. La
daga forjada con símbolos rúnicos sith marca, con la forma de su filo, el lugar
en que se encuentra la cámara secreta entre los restos de la Estrella de la
Muerte. Hasta aquí bien. Pero: ¿quién la ha fabricado? En primer lugar,
este debía de saber que la habitación del GPS Sith había permanecido intacta.
Y, en segundo lugar, ¿por qué la tiene Ochi, el cazador de jedis, si este ya ha
visitado Exegol? Así queda demostrado al descubrir que su droide D-O tiene,
convenientemente, la información de la composición de la atmósfera y las
defensas del planeta. Por lo que este no la tenía para encontrar el GPS Sith entre
los escombros de la estación de batalla imperial destruida. Entonces ¿cómo
había logrado llegar hasta Exegol? ¿Por qué guardó esos datos en su droide? ¿Por
qué tiene la daga si no la necesita? Por otro lado, la nave de Ochi es la misma
que Rey recuerda que utilizaron sus padres para salir de Jakku después de
dejarla allí tirada. ¿En aquel momento era de Ochi o de sus padres? En el
flashback que se ve su asesinato, estos le dicen que Rey ya no está en Jakku
¿pero no es la nave de Ochi la que despegó después de dejarla? ¿Se la robó a
estos después de asesinarlos con la maléfica daga?
Engaños
de guión
Como
espectador no creo que haya nada peor que hacerme creer algo que después
resulta no ser verdad. Rey hace saltar por los aires el transporte en el que se
supone que se encuentra Chewbacca, tras lanzar rayos por los dedos, como hacía
Palpatine. Pero después resulta que nuestro wookie preferido está vivo. Parece
que solo lo han hecho para que Kylo tenga la daga sith en sus habitaciones y
que Rey tenga que subir al destructor para rescatar a Chewie y recuperar tan
maléfico artefacto. Es más, durante la lucha entre esta y Kylo, mientras ella
se encuentra en sus habitaciones y él en Kijimi, Rey tiene la daga en su mano
en todo momento, pero Kylo solo se percata de donde esta ella tras destruir el
pedestal en el que se encuentra el casco derretido de Vader. ¿Cómo es que no la
haya visto antes? C-3PO sacrifica su memoria, es decir, su esencia como ser
individual e irrepetible, para traducir la daga sith. Es una escena dramática,
en la que se despide de sus amigos (aunque apenas los conoce), para que después
R2-D2 le devuelva sus recuerdos y todos felices. Para eso la melodramática
escena de C-3PO se la podrían haber ahorrado y de paso el viaje a Kijimi, ya
que Kylo y Rey, gracias a su unión a través de la Fuerza pueden luchar allí
donde les venga en gana. Y con la destrucción de Kijimi pensamos que la amiga
de Poe, Zorii Bliss y su amiguito Babu Frik, estarían muertos… pero no,
aparecerán en la batalla final de Exegol. O el misterioso espía, que resulta
ser el general Hux que lo hace por despecho a Kylo (la verdad es algo
comprensible) y que tendrá una muerte ridícula, digna de este personaje por
otro lado infantil e insuficiente.
Los
Caballeros de… ¿qué?
Por
fin nos presentan los Caballeros de Ren (aquellos compinches de Kylo que se
supone que le ayudaron a destruir la Academia Jedi de Luke), pero no es para preocuparse,
ya que después de aparecer varias veces como figurantes (y dejar algunos planos
dignos de un anuncio de colonia, tan de estos navideños días) y replicar alguna
escena heredera del estilo de Boba Fett, morirán como este, de manera
irrelevante a manos de Kylo.
La
carga de la brigada ligera
Pero
si hay algo que se lleva la medalla a lo más estrambótico de toda esta nueva
trilogía son los caballos, perdón orbaks, cabalgando sobre el casco del
destructor estelar… Por lo menos estaban en la atmósfera de Exegol, ¿pero a
nadie se le ocurrió girar un poco la nave para hacerles caer al vacío?
Como
ya he dicho la película en sí, a mí me entretuvo. Pero eso no implica que esté
llena de momentos sin sentido, con algunos engaños argumentales (burdos e
insultantes al espectador) o preguntas sin contestar y que parece que a nadie
le importa que se respondan. Pero el verdadero y gran problema que tiene es la
inverosímil carencia de visión global que tuvo la preparación de esta trilogía.
Está claro que la luz verde por parte de Disney estaba motivada para
recuperar (lo más rápidamente posible) el dinero invertido en la compra de Lucas
Films. ¿Pero qué ocurrió dentro de los estudios para que, durante la
preparación de estas tres películas, los guiones estuvieran tan descoordinados?
Esto ya se ha dicho hasta la saciedad, pero una trilogía es historia rodada en
tres partes y las dos primeras parecían que no tenían conexión en su argumento
y las motivaciones de los personajes cambiaban de una a otra. Mientras que la
tercera tampoco parece que tenga mucho que ver con las anteriores, pero además
es un batiburrillo de ideas refritas y de cosas que ya se habían explicado
previamente (sobre todo en El Retorno del jedi). He leído que debería
haberse partido en dos partes (no sé si ahorrándonos Los últimos jedis
o haciendo el Episodio IX A y B), el problema es que esta no solo no ha tenido un
planteamiento claro en su línea argumenta, sino que se hizo sin tener en cuenta
que debía continuar la historia y solo se dedicarse a repetir ideas, concentrarlas,
aceleradas y mal estructuras. Al final nos han presentado un reboot encubierto
más que una proseguir con la saga. Así, mejor empezar a pensar en descartar estas
tres películas, como si no existieran y quien sabe si en algunos años alguien
decide rodar los hechos desde donde los dejamos en El Retorno del jedi,
y darnos un digno final a la saga Skywalker.
Notas
de producción:
(1) En un vídeo de ANMA TV indica que “hubiera estado interesante, como desarrollo de
personaje, que Rey hubiera mantenido el apellido Palpatine, para de alguna
manera cambiara lo malo que había hecho su abuelo, por cosas buenas”. Como
restaurar la justicia, la democracia, ese tipo de cosas que hacen los jedis,
vaya. Similar por tanto a lo que hace Luke al descubrir que su padre es Vader,
que asume su parentesco y busca redimir lo que hizo su padre durante el resto
de su vida.
(2) Ha habido muchas
quejas sobre la inclusión de las minorías. Eso nunca me ha importado, tal vez
por mis orígenes trekkies (donde la tripulación estaba formada por oficiales de
dispar origen), lo único que pido es que el actor de esa etnia, país, color de
piel y credo, sea buen intérprete. Y sobre todo que su papel esté justificado
en la historia.
(3) Parece ser y
según declaraciones de J.J. Abrams, este también es sensible a la Fuerza.
Ll. C. H.
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