martes, 18 de junio de 2024

Planetas de Star Trek que visitar

Una de las premisas de Star Trek es explorar extraños y nuevos mundos, descubriendo así sus civilizaciones. Y a través de sus viajes, hemos visitado una infinidad de planetas exóticos. O, por lo menos, tanto como permitía el presupuesto para crear sus decorados o las pinturas mate que los representaban. Ya que, reconozcámoslo, muchos de estos planetas, eran hermosos dibujos, y más recientemente creaciones digitales. Aun así, hay lugares que me encantaría poder conocer. Algunos curiosos como Rosseau V, con su cinturón de asteroides, formado de nubes de neutrinos que formaban una resonancia armónica. Otros, políticamente interesantes, como Andoria o
Romulus, con su edificio del Senado o el hermoso valle de Chula, por lo menos antes de que fuera destruido por una supernova. U otros más originales, como Horizonte Azul, terraformado por el profesor Gideon Seyetik, en el que su catarata Da Vinci se considera una “gloria suprema”. También están algunos de los que apenas sabemos detalles, como Breen, de hecho, con un clima más templado, del frío y helado páramo del que se creía era su superficie. Conocer otras evoluciones de nuestro propio mundo, como el planeta 892-IV, donde el Imperio Romano continuó evolucionando en una Tierra paralela. Las alternativas son amplias, casi infinitas, por lo que esta es una pequeña lista de los lugares que me gustaría visitar, ya sea por su singularidad, o por mera curiosidad. ¿A dónde iríais vosotros?
 
· Angel I
Este planeta podría parecer un lugar muy convencional, situado cerca de la Zona Neutral Romulana, contaba con una exuberante flora y fauna basadas en carbono. Mientras que su civilización humanoide, equivalente al siglo XXI terrestre, contaba con una sociedad matriarcal electa. Considerando a los hombres intelectualmente inferiores a las mujeres, por lo que no tenían derecho al voto, ni influencia política, reducidos, en muchos casos, a meros objetos sexuales. Pero es el inicio de un extraño fenómeno, donde su ciudad sería replicada en la Base Estelar 515, así como en los planetas de Malcor III, Krios Prime del Imperio Klingon, Klaestron IV y Banea, en el cuadrante Delta. Y aunque hay algunas diferencias entre estos lugares, es todo un ejemplo de la Ley de Desarrollo Planetario Paralelo de Hodgkin a nivel arquitectónico o un extraño fenómeno de duplicación planetaria.
 
· Ardana
Conocido por sus metrópolis flotantes, como Stratos, una ciudad construida en el siglo XIV terrestre, y que se mantiene suspendida en el aire gracias a sus sistemas de levitación, una muestra a su avanzada tecnología antigravitatoria. Lugar dedicado a las artes y la cultura, era conocido por su lujo entramo, que escondía una división por castas entre los habitantes de las ciudades, y los que vivían en la superficie, que trabajaban en las minas de zenita. Es uno de los mundos de la clásica más espectaculares e imaginativos, aun con sus efectos visuales originales rudimentarios. Este lugar siempre me recuerda a la ciudad de las nubes de Bespin, de SW V: The Empire strikesback. El showrunner, Many Cotto, dijo que si hubiera habido quinta temporada de Enterprise, la tripulación de Archer hubiera visitado este planeta, y es una auténtica lástima que no lo hubiéramos vuelto a ver en pantalla.

· Athan Prime
Seguramente este sería el primer lugar que visitaría en el universo de Star Trek, o más concretamente el Museo de la Flota Estelar situado en su órbita. En el antiguo Muelle Espacial de la Tierra se encuentran algunas de las naves estelares más legendarias. Desde la Enterprise NX del capitán Archer, a la USS Enterprise-A que capitaneó James T. Kirk, o la pequeña USS Defiant, que se enfrentó al Borg y a las hordas del jem’hadar del Dominion, sin olvidar al USS Voyager, que al mando de la capitana Janeway atravesó el cuadrante Delta en su odisea por regresar a la Tierra. Pero también hay otras naves muy interesantes, como la USS Sentinel y la USS Wersching de la clase Akira, la pequeña USS Argo de la clase Saber, o la veterana USS Stargazer de la clase Constellation. Sin olvidar al pájaro de presa klingon HMS Bounty que salvó la Tierra al traer a dos ballenas del pasado, o los temidos pájaros de presa romulanos. Sin olvidar la propia estación espacial y la legendaria USS Enterprise-D. Sería, sin dudarlo, el viaje perfecto para un fan de las naves.

 
· Bajor
Es uno de los planetas más conocidos de la franquicia, gracias a ser el mundo más cercano a la estación Deep Space 9. La mejor época es, sin dudarlo, durante las celebraciones del Festival de Peldor o de la Gratitud. Imprescindible es visitar la provincia de Dahkur, así como la capital, con el monasterio del Kai en lo alto de la colina, rodeado de sus exuberantes jardines, cruzados por arroyos y cascadas. Recorrer el tranquilo valle de Kendra, o la aldea en que aparece una vez al año la criatura Dal’Rok. Sin olvidar las misteriosas y siniestras Cuevas de Fuego. Mientras que la estación, situada junto al cinturón de Denorios, se puede observar cómo se abre el agujero de gusano, conocido por los devotos bajoranos como el Templo Celestial, residencia de los Profetas. Y aprovechar la visita para alquilar una holosuite en el Bar de Quark’s. Y ya que estamos allí, podríamos desplazarnos a las Badlands, una región que tiene las tormentas de plasma más grandes del cuadrante, y que, a pesar de su peligrosidad, deja maravillado que lo atraviesa.

· Caverna Genesis
En el interior de un planetoide sin vida del sistema Regula, en el sector Mutara, el Cuerpo de Ingenieros de la Flota Estelar, excavó, durante diez meses, una gigantesca cueva. Dentro de la cual, en apenas un día, y gracias al Dispositivo Génesis, se formó una matriz de formas de vida, que crecieron a un ritmo acelerado. Permitiendo, no solo crear la vegetación, con verduras y frutas, sino también proporcionó una atmósfera respirable, abundante agua, así como animales como pájaros e insectos. El espacio era un auténtico vergel, que contaba con su propia luz interior, necesaria, imagino, para permitir la fotosíntesis. Tal vez este lugar no parezca gran cosa, comparándolo con otros, pero siempre me fascinó esa caverna artificial.

· Colonia humana del cuadrante Delta
Uno de los lugares más interesantes, para mí, que visitó la USS Voyager durante su odisea de regreso a la Federación, fue el encuentro con una colonia formada por humanos en el cuadrante Delta. Estos eran descendientes de un grupo de personas que habían sido abducidas en 1937 en la Tierra por una raza alienígena, denominada briori, y llevados hasta aquel remoto lugar de la galaxia para trabajar como esclavos. Esta situación no duró, y los prisioneros se revelaron, expulsando a los briori, que no regresaron nunca más. Desde entonces, quince generaciones de descendientes, habían creado una civilización sin guerra, ni pobreza, que en el 2371 contaba con cien mil habitantes, repartidos en tres prósperas y sofisticadas ciudades. Por desgracia, durante el capítulo The 37 (VOY, 2.01) no nos mostraron ninguno de esos asentamientos, ni apenas nada de esta cultura desarrollada fuera de la Tierra. Y siendo una premisa muy potente, y me parece una lástima que nos dejaran sin ver esas cuidades, por eso me gustaría poder visitar este mundo y su civilización. Es una idea similar a la de North Star (ENT, 3.09), con humanos habiendo sido secuestrados por skagarans en el siglo XIX, y llevados hasta otro planeta. Aunque esta vez no evolucionaron, y permanecieron, en el 2151, cuando fueron encontrados por la Enterprise, con la misma tecnología y creencias de la década del 1860 en el Oeste norteamericano.

· Holberg 917G
Este planeta, situado en el sistema Omega del cuadrante Beta, fue comprado por un millonario en el 2239 llamado Brack. Que construyó un gran palacio, con numerosas torres, una gran cúpula de cristal, un observatorio con un telescopio, y un gran puente de piedra que conectaba con sus jardines, contaban con una gigantesca esfera armilar. En el 2269, la USS Enterprise visitó este mundo, descubriendo que allí vivía Flint el Inmortal, quien había vivido en la Tierra durante varios milenios, siendo conocido como Matusalén, Lázaro, Alejandro Magno, Merlín, Leonardo da Vinci, Johannes Brahms, o Abramson entre otros. Y entre los objetos que allí se guardaban, había un ejemplar de la Biblia de Gutenberg, el primer folio de las obras completas de William Shakespeare, así como obras de arte como una pintura de Reginald Pollack. Ya de por sí, el palacio de Flint es impresionante, pero me gustaría poder descubrir los secretos que albergaría en su interior. Ya que Flint, al haber encarnado tantas personalidades importantes en la historia de la humanidad, debería haber atesorado recuerdos y tesoros incalculables. Desde nuevas obras musicales de Brahms, hasta dibujos y nuevos diseños de Leonardo da Vinci. Tal vez le hubiera dado tiempo en escribir sus memorias, permitiéndonos desvelar algunos secretos de la historia de la humanidad.

· Nueva Fabrina
Los fabrini son una raza que se salvó de la destrucción de su mundo, hace 10.000 años, construyendo una nave generacional: la Yonada. Esta, construida en el interior de un asteroide, estaba controlada por un ordenador, llamado el Oráculo del Pueblo, que, a modo de religión, controlaba las vidas de sus ocupantes, mientras se dirigían al Planeta de Promisión. Pero en el 2268 se había producido un error en el curso de la nave, y esta estaba a punto de colisionar con Daran V. Gracias a la intervención de la USS Enterprise, se logró corregir el rumbo, permitiendo que llegaran a su destino. For the world is hollow and I have touched the sky (ST, 3.10) siempre ha sido un capítulo que me ha gustado mucho, y me encantaría ver cómo los fabrini habrían colonizado aquel mundo que les prometieron sus ancestros para reconstruir su civilización. Así como poder visitar la Yonada, una nave construida de tal manera que estuvo operativa durante ocho mil años, sin duda alguna, una de las maravillas tecnológicas de esta saga. Y, al fin y al cabo, con sus 320 kilómetros de diámetro, es un planeta diminuto en sí misma.

· Omicron Delta
Entre los muchos lugares de la galaxia que existen para el recreo y la diversión, muchos piensan en Risa, con su sistema de control climático, o Casperia Prime, con su conjunto de anillos planetarios. Pero preferiría el de la región Omicron Delta, cuya superficie es una exuberante sucesión de bosques, lagos, ríos y montañas, mientras que su interior alberga un complejo industrial capaz de construir cualquier artefacto o persona que sus visitantes puedan pensar. Creando complejas experiencias basadas en recuerdos y fantasías, para cumplir antiguos anhelos que se quisieran revivir, miedos, amores, triunfos y cualquier cosa que se desee, puede suceder. Por lo que es posible encontrarse a antiguos adversarios, cazas de combate o guerreros de lejanos conflictos. Tomando las precauciones adecuadas, es un lugar ideal para hacer cualquier sueño realidad. Un Westworld, pero de infinitas posibilidades.

· Vulcano
Después de mostrar la evolución de Vulcano en la saga, no podía faltar en la lista. El mundo natal de T’Pol, Spock y Tuvok guarda algunas maravillas, como el desierto de la Forja, con las ruinas del Santuario de T’Karath, las Llanuras de Fuego, son las gigantescas estatuas de guerreros rodeadas de ríos la lava, el Monte Seleya, con el Salón del Pensamiento Antiguo, o sus magníficos templos. Sin olvidarnos de sus metrópolis de edificios colgantes. Para terminar, en la provincia de Raal, con sus costas nubladas. Y tal vez visitar algunas de sus antiguas arenas, donde aún se pueden realizar los ancestrales rituales de divorcio con luchas a muerte.

· Planeta de Kelemane
Tal vez uno de los mundos más fascinantes que haya visitado una nave estelar. Situado en el cuadrante Delta, el planeta gira 58 veces por minuto, una velocidad tan rápida como la de un cuásar, y que generaba lecturas gravimétricas similares a las de una estrella enana colapsada. Su núcleo taquiónico generaba un campo de partículas subespaciales que discurría entre sus dos polos, lo que generaba un extraño desplazamiento temporal, de manera que un día, equivalía a 1.03 segundos fuera de su rotación. Blink of an Eye (VOY, 6.12) es una de esas ocasiones en las que la evolución de una sociedad centra un capítulo, logrando ver, en sus cuarenta y cinco minutos, cómo la civilización de este planeta pasa de la época tribal, a la era espacial. Una verdadera quimera para un historiador o un antropólogo.

 
 
Ll. C. H.
 
 
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