Primera
parte
Advertencia: este artículo
contiene spoilers para quien no haya visto la serie de Deep Space Nine.
Aunque
ahora nos pueda parecer extraño, esta temporada es casi un extra. Ya que
inicialmente estaba previsto que la serie durara solamente seis años. Incluso durante
parte de la producción de la sexta temporada se desconocía si esta iba a ser la
final o la penúltima. Por eso mismo varios de los desarrollos de personajes
tienen importantes puntos de inflexión en el sexto año. Una vez aprobada su
renovación, las tramas se alargaron, teniendo un último tramo bastante variado.
Hay algo de comedia ligera, incluyendo un atraco a un casino en Badda-bing,
badda-bang (DS9, 1.15), y una aventura en la holocubierta en Take me out
to the holosuite (DS9, 7.04), la pequeña dosis del universo espejo en The
emperor’s new cloak (DS9, 7.12), y el maravilloso Treachery, faith and
the Great River (DS9, 7.06). También hay momentos para los dramas
familiares en Prodigal daughter (DS9, 7.11), y continuamos con el
desarrollo de personajes en Chrysalis (DS9, 7.05), Chimera (DS9,
7.14) y en Covenant (DS9, 7.09) para Bashir, Odo y Dukat,
respectivamente. Y como continúa la guerra contra el Dominion, no faltan
los traumas bélicos en Afterimage (DS9, 7.03), It’s only a paper Moon
(DS9, 7.10), y en Field of fire (DS9, 7.13). Sin olvidar historias
bélicas de la Federación en The siege of AR-558 (DS9, 7.08), de los klingons en One more unto the breach (DS9, 7.08), y sobre los romulanos en Inter Arma Enim Silent Leges (DS9, 7.16). Pero es en su
final, con un arco argumental de diez capítulos que se decido la guerra contra
los fundadores por el control de los cuadrantes Alpha y Beta, lo que hace único
este último año en Deep Space Nine.
· Image
in the sand (DS9, 7.01)
La temporada empieza de manera tranquila, por lo menos algo más que otras como con The search (DS9, 3.01/02), The way of the warrios (DS9, 4.01/02) o Apocalipsis rising (DS9, 5.01), moviendo las piezas de varias tramas que desembocarán en su segunda parte de este capítulo doble: Shadows and symbols (DS9, 7.02). Han pasado varios meses desde la muerte de Jadzia y la marcha de Sisko, y la vida sigue, y la guerra continua. Worf, a quien parece que los guionistas le han cogido manía, ha vuelto a perder alguien importante en su vida (sus padres murieron en Khitomer, K’Ehleyr fue asesinada por Duras y sacrificó la memoria de su hermano Kurn tras volver a perder el honor frente a su gente). Y como es lógico no puede superar su muerte de su esposa, ya que, además, y según su retorcida concepción de la cultura klingon, esta, al no morir en combate, no puede entrar en el Sto-Vo-Kor, por lo que es preciso preparar su viaje hasta el más allá. Será el inicio de un largo luto que se extenderá a lo largo de la temporada, lo que es lógico, más para este personaje tan testarudo. Por otro lado, los romulanos, que ahora tienen una delegación a bordo de Deep Space 9, empiezan a maquinar su propia estrategia al instalar armamento en la base médica que han construido en una luna de Bajor. Pero lo más transcendente es el descubriendo que la madre biológica de Sisko, no era quien realmente conocía y esta parece tener una misteriosa conexión con Bajor a través de un colgante originario de allí. Además, Sisko sufre un intento de asesinato de un seguidor de los pah-wraith, mostrándonos que estos también tienen su propio culto y adoradores entre los bajoranos. Para finalmente darnos una noticia bomba: la reaparición de Dax, en un nuevo huésped: Ezri.
«Romulanos.
Tan predeciblemente traicionaros»
Weyoun
· Shadows
and symbols (DS9, 7.02)
En este desenlace confluyen las tres historias con un ataque a los astilleros de Monak IV para así, con la victoria sobre el enemigo, los amigos de Jadzia han logrado que esta pudiera entrar a Sto-vo-kor. Mientras que se frustrará la intención romulana de estacionar armas en la luna de Bajor, por el apoyo del almirante Ross a la petición bajorana de retirarlas. Y obviamente gracias a la tenacidad de Kira, a quien ya le costó aceptar a la Flota Estelar al principio de la serie, como para permitir ahora que los romulanos se asentaran en Derna. Es interesante ver la interrelación de Kira y Odo como pareja, ya que antes de esta su relación me parecía que su amor iba a ser realmente inverosímil, pero a lo largo de los capítulos se ha ido reforzándose, a costa, eso sí, de una transformación de Odo hacia alguien menos austero y cascarrabias. Lo que sí me parece una lástima, es que las maquinaciones romulanas solo se desarrollaran al principio de esta temporada, salvando el magnífico Inter Arma Enim Silent Leges (DS9, 7.16). Claro que hemos de tener en cuenta que esta era la última y que se debían de cerrar muchas tramas. Por último, las revelaciones a Sisko no cesan y descubrimos que su madre biológica había sido controlada por un alienígena del agujero de gusano para asegurar su nacimiento. Esta relación inicia el camino del tramo final de Sisko, y explica la fijación que los Profetas tenían con él desde el principio y que este fuera de Bajor y que estuviera tan ligado al planeta, como tantas veces se ha dicho y dirá. No es alguien al azar, ni el capitán de la Flota de turno que pasaba por allí, sino que se procuró que naciera para llegar al momento de encontrar el Templo Celestial y todo lo que siguió. Como curiosidad, en la visión que tiene Sisko, influenciada por los pah-wraith para evitar que encontrara su Orbe, el texto de la celda de Benny Russell fue escrito a mano en la pared por el departamento de arte, utilizando los borradores de los capítulos previos hasta a Shadows and symbols (DS9, 7.02), repasando literalmente la historia de Deep Space Nine.
«Tu
arreglaste mi nacimiento. ¿Existo por ti?»
«El camino del Sisko es difícil»
«¿Pero por qué yo? ¿Por qué tenía que ser yo?»
«Porque no podía ser nadie más»
Sisko & Sarah
· Afterimage
(DS9, 7.03)
Este episodio lleno de referencias psicológicas, es la presentación de Ezri Dax. Se ha de agradecer que, a quien interpretaba Terry Farrel, fuera una trill, ya que se logró mantener la continuidad de este personaje al trasladar el simbionte, con sus recuerdos, a un nuevo huésped. En cualquier caso, hubiera significado ser sustituido por alguien completamente diferente (algo que creo que hubiera sido un error) o dejar el hueco entre el elenco. Y es que remplazar a alguien tan potente como Jadzia era algo sumamente difícil (aunque a mí no termina de gustar, esta era parte esencial de la tripulación y había forjado grandes vínculos con el resto del elenco, incluyendo el matrimonio con Worf, cuyo background es el más antiguo y complejo de todos al proceder de The Next Generation). Aun así, la nueva protagonista debía de encajar y sobre todo ser aceptada por los espectadores. Para ello nos mostraron a alguien casi en proceso de construcción. Como nueva unida a un simbionte y además sin haber pasado por la preparación: se siente confusa con sus recuerdos, sobre todo los ajenos. Logrando hacerla alguien vulnerable y frágil. De esta manera Ezri se encuentra con las dificultades de un nuevo puesto como consejera de la estación, ayudando a Garak, a quien se le ha agudizado su claustrofobia. Ya que desde que ha empezado a ayudar descodificar códigos cardassianos para luchar contra el Dominion, se siente un traidor, porque su trabajo concluye con la muerte de su propia gente. Sabe que ha de hacerlo para liberarlos, pero eso no mitiga su culpa y sus remordimientos. Mostrándonos que todas las guerras tienen un coste personal de aquellos que participan en ellas, aunque no estés en primera línea. Desconfiado por naturaleza, el cardassiano, no quiere la terapia de la joven trill, pero al final no puede hacer otra cosa que aceptar su ayuda. Por otro lado, la tripulación empieza a asumir que una nueva Dax ha llegado a la estación, siendo Worf el más afectado por su presencia. Lo cual es comprensible, y al principio no permite que los que fueran los amigos de su esposa puedan entablar una nueva amistad con Ezri, como El perro del hortelano, que no come, ni deja comer. Hasta que llega el sensato de O’Brien y le hace ver su error. El resultado es una historia muy coral, donde cada protagonista tiene un pequeño papel.
«Quiero
que alguien me ayude a volver al trabajo. Y tú, querida, no estás a la altura
de esta tarea. Quiero decir, mírate. Eres patética, una niña confundida que
intenta estar a la altura de un legado que dejó ella. No eres digno del nombre
"Dax". Conocí a Jadzia. Ella era vital, viva. Se poseía a sí misma, y
tú ... ni siquiera sabes quién eres. ¿Cómo te atreves a presumir de ayudarme?
Ni siquiera puedes ayudarte a ti mismo. Ahora, sal de aquí antes de que diga
algo desagradable»
Garak a Ezri
·
Treachery, faith and the Grear River (DS9, 7.06)
El último de mis tres capítulos preferidos, junto a Children of time (DS9, 5.22) e In the pale moonlight (DS9, 6.19). En el que nos muestran como la galaxia está conectada, toda acción tiene su reacción, hasta el vuelo de una mariposa tiene sus consecuencias. Eso es lo que viene a decirnos este capítulo. La historia B se centra en Nog, que, aunque sirve en la Flota Estelar no deja de ser un ferengi (extrañamente honesto) y como tal actúa en consideración para resolver los problemas logísticos propios de cualquier conflicto. Y para ello se sirve de favores, contactos extra oficiales y otras artimañas que es mejor que el jefe O’Brien no conozca, creando algunas escenas realmente divertidas. La otra parte del capítulo es mucho más perturbadora. Se inicia con la deserción de Weyoun 6, que durante el proceso de su clonación sufrió un problema y ahora no cree que los Fundadores tengan razón en continuar su guerra contra los sólidos. Y en vez de suicidarse al darse cuenta de su malfuncionamiento, decide unirse al Fundador que está en contra de la guerra: Odo. Una lógica aplastante en su retorcida y maquiavélica mente vorta, todo hay que decir. Los conocimientos que tiene no solo podrían acortar la guerra, sino significaría la victoria de la Federación, por lo que mientras Odo intenta salvarle (con esa incomodidad no disimulada que siempre tiene cuando está cerca de cualquier Weyoun), mientras su séptimo clon le intenta matar. Finalmente, y para salvar a Odo, Weyoun 6 termina suicidándose, después de anunciar que la Gran Unión está infectada por una enfermedad que la está matando. Con esta revelación Odo se da cuenta que tal vez sí tendrá, algún día, que jugar el papel de Dios y dirigente del Dominion. Sembrando la semilla del final de la serie, en un delicioso duelo dialectico entre Odo y los dos Weyoun, en un episodio que se disfruta desde la primera a la última escena.
«¡Tiene
que tener fe, jefe!»
«¿En un rumor?»
«¡No… en el Gran Continuo Material!»
«¿Quiénes son ellos?»
«No es un “ellos”, es la fuerza que mantiene unido el universo»
«Oh, debo haberme perdido esa clase en la escuela de ingeniería»
Nog & O’Brien
·
One more unto the breach (DS9, 7.07)
No soy muy fan de las tramas klingon, creo que son algo cargantes. Pero este capítulo no habla de esta cultura, sino de la decadencia y decrepitud que nos hace la vejez. Así como del perdón, y de pasar página a antiguas rencillas. Además, nos despedimos de Kor que había iniciado las andanzas, siendo la némesis del mismísimo James Tiberius Kirk en el magnífico Errand of mercy (ST, 1.27). Viendo la inutilidad de un viejo guerreo en una sociedad en la que la mayoría mueren jóvenes en combate y son recordados en versos cantados alrededor de una jarra de vino. En su contrapartida está Martok, quien muestra aquí su grandeza en toda su plenitud como personaje, ya que tras vengarse de Kor, no se siente bien. Ese es el verdadero honor del guerrero que no siempre termino de encontrar entre los klingons. Saber que la venganza, aunque se sirva fría, es un plato amargo, y poco honorable, en alguien que realmente sí lo es.
«Saboreen
el fruto de la vida, mis jóvenes amigos. Tiene un sabor dulce cuando está
recién salida de la vid. Pero no vivan demasiado… El sabor de vuelve amargo…
después del tiempo»
Kor
· The
siege of AR-558 (DS9, 7.08)
Con este capítulo se cuelan los terribles efectos de la guerra sobre hombres corrientes y las consecuencias del estrés que soportan. Precisamente lo interesante es que nos alejamos de esa “guerra limpia” que pueden ser los combates navales, donde no se puede ver la muerte del enemigo, para desplazarnos hasta la superficie de un sombrío y frío planetoide. Y con protagonistas con los que no estábamos acostumbrados a verlos en estas lides, como Nog, Bashir, o Ezri, e incluso a Quark (aunque no tiene mucho sentido los acompañara a una zona tan peligrosa), en vez de los aguerridos Worf, O’Brien o Kira. Pero de esa maneta nos pueden mostrar mejor las secuelas de este atroz conflicto en personas más parecidas al espectador, acercándonos el olor del aire ionizado por los phasers, cual napalm por la mañana. Ira Behr comentó que “…sentí que teníamos que hacerlo. La guerra apesta. La guerra es intolerable. La guerra es dolora y la gente buena muere. Ganas, pero aun así pierdes. Y teníamos que demostrarlo de la manera más inflexible posible”. Y el resultado es efectivo, acercándonos un poco (no podemos pedir más a Star Trek), no solo la muerte, sino los efectos que esta tiene en los que sobreviven. «Déjame
decirte algo acerco de los hu-manos, sobrino. Son un pueblo maravilloso y
amigable, siempre y cuando sus estómagos estén llenos y sus holosuites en
funcionamiento. Pero quítales sus comodidades… prívalos de comida, sueño,
duchas sónicas… pon sus vidas en peligro durante un periodo prolongado de
tiempo… y esas mismas personas amistosas, inteligente y maravillosas se
volverán tan desagradables y violentas como el klingon más sanguinario. ¿No me
crees? Mira esas caras, mira sus ojos…»
Quark a Nog
· Covenant
(DS9, 7.09)
Ya habíamos descubierto que el retorcido deseo de Dukat era ser querido por aquellos a los que torturó y asesinó durante la ocupación de Bajor, y que le vieran como un padre bondadoso. Y que, al perder a su hija, medio bajorana, que le adoraba sin condiciones, había caído en una profunda locura. Y después de ser poseído por los pah-wraiths en Tears of the Prophets (DS9, 6.26), ha encontrado la manera de ser amado: convertirse en el líder de los adoradores de estos. Pero no puede dejar de ser el ser malvado y taimado que conocemos y aunque se rodee de buenas palabras, al final resulta ser el mismo de siempre. Pero este episodio no solo nos habla de Dukat, sino también de la fe. Si en Accession (DS9, 4.17) podíamos resolver las disputas teológicas (quien era el verdadero Emisario: si Benjamin Sisko o Akorem Laan) visitando a los Profetas. Ahora plantean la cuestión más espinosa de las creencias, mucho más difícil de medir: la fe. Sabemos que Dukat, aunque sea un verdadero devoto, también es un villano, ¿pero es vedek Fala otro maligno por rezar a los enemigos de los Profetas? Realmente este, tras ver y padecer las atrocidades a las que sometían a su pueblo durante la ocupación, perdió la fe en los Profetas. Pero como bajorano no podía convertirse en ateo, por lo que necesitaba creer en algo y abrazó a los pah-wraiths en busca respuestas. Otros, buscan alimentar su ambición, como Kay Winn.
«Crees
que los Profetas son los verdaderos dioses de Bajor. Y yo creo que los pah-wraiths
lo son. Dejémonos así»
«Me encantaría. Solo hay un problema: los dos no podemos tener razón»
Fala & Kira
·
Field of fire (DS9, 7.13)
Una investigación policial, con una trama oscura, en la que nos muestran por un lado los efectos psicológicos de la pérdida de vidas en la guerra que se está librando. Y por otro vemos que esta raza simbiótica, a manos de Ezri y de uno de sus anteriores anfitriones, puede ser (siempre me lo pareció) mucho más interesante que las tramas trill desarrolladas para Jadzia. A quien siempre encontré algo lánguida (excepto cuando tocaba la cultura klingon), quedándose siempre a medias, sin terminar de sacarle el jugo que, con capítulos como este, podrían tener. Al poder recuperar algunas de las anteriores personalidades, como ya vimos en Facets (DS9, 3.25), se amplían las posibilidades narrativas. En este caso explorado su lado más oscuro. Incluso en algún momento parece que Joran pueda influir en la que se supone es la anfitriona más débil de Dax. Un relevo de esta idea lo han hecho con el personaje de Gray Tal en ST: Discovery. Tal vez la motivación del asesino sea algo rocambolesca, aunque personalmente me parece muy lógica para un vulcano, abriendo una nueva faceta en esta raza de seres perfectos como computadoras. Y es que no son inmunes a los traumas psicológicos, ni a canalizar ese daño infringiendo más dolor al prójimo, recordemos que Chu’lak le responde a Ezri cuando esta le pregunta sobre sus motivaciones «Porque la lógica exigía». Y la trama muy usada (pedir ayuda a un psicópata para cazar a otro, como en el Silencio de los corderos o Llamaradas), pero me parece que es una buena historia para profundizar, por una vez, en la raza de los trill a través de Ezri.
«Joran,
el anfitrión, olvidado, el paria»
«El asesino»
Joran Dax & Ezri Dax
· Chimera
(DS9, 7.14)
A veces ocurre que el planteamiento inicial de un personaje cambia a medida que se va desarrollando. En el caso de Odo, este había sido encontrado en el cinturón de Denorios en una cápsula espacial. Y según se le había indicado a René Auberjonois, nunca se iba a conocer su origen. Con la creación del Dominion y los Fundadores, de su misma raza de cambiantes, su evolución se alteró radicalmente, incluyéndole en la trama de esta agresiva potencia. En The search II (DS9, 3.02) se nos anunció que pertenecía a un centenar de jóvenes cambiantes que habían sido enviados a lo largo y ancho de la galaxia como una especie de exploradores de su raza. Justificando así su presencia de Deep Space 9. Desde entonces los derroteros de la historia nos había hecho olvidar que había 99 cambiantes, hasta que aparece Laas, uno de aquellos compañeros del condestable. Con el que podemos explorar lo que significa ser un cambiante, pero sin hacer aflorar el espectro del mal que rodeaba a los Fundadores. Por lo que Odo, por primera vez, se encuentra cara a cara con lo que podría ser él mismo si dejara atrás la estación con sus amigos, y se permitiera evolucionar como cambiante. Y aunque Laas le hace cuestionarse los motivos por los que es aceptado, no queda claro cuáles han sido las (negativas) experiencias para que este rechace tanto la convivencia de Odo con los sólidos. Siendo este tal vez el punto más flojo del capítulo, en el que parece inevitable que todo cambiante se sienta una irrefrenable arrogancia y superioridad hacia los sólidos. Algo casi comprensible si eres capaz de convertirse en niebla o fuego, y no envejeces. Para al final sopesar que los lazos que le unen a Kira y al resto, son muy fuertes. Y viceversa, ya que la bajorana demuestra que está dispuesta a todo por ese amor que siente por él, incluso el mayor de los sacrificios: dejarle marchar. Demostrando que se ha consolidado esa relación que yo apreciaba poco creíble, pero que los dos actores transmiten cuando están juntos en pantalla. Sin olvidar que la decisión de no irse con Laas será lo que le salvará a él y a su gente, gracias precisamente por aquellos sólidos que son sus amigos. Que es lo que hace grande a esta serie.
«La
verdad es que prefiero las llamadas formas de vida primitivas. Existen como
deben, siguiendo sus instintos. Sin palabras que se interpongan en el camino,
sin mentiras, sin engaños»
Laas
La temporada empieza de manera tranquila, por lo menos algo más que otras como con The search (DS9, 3.01/02), The way of the warrios (DS9, 4.01/02) o Apocalipsis rising (DS9, 5.01), moviendo las piezas de varias tramas que desembocarán en su segunda parte de este capítulo doble: Shadows and symbols (DS9, 7.02). Han pasado varios meses desde la muerte de Jadzia y la marcha de Sisko, y la vida sigue, y la guerra continua. Worf, a quien parece que los guionistas le han cogido manía, ha vuelto a perder alguien importante en su vida (sus padres murieron en Khitomer, K’Ehleyr fue asesinada por Duras y sacrificó la memoria de su hermano Kurn tras volver a perder el honor frente a su gente). Y como es lógico no puede superar su muerte de su esposa, ya que, además, y según su retorcida concepción de la cultura klingon, esta, al no morir en combate, no puede entrar en el Sto-Vo-Kor, por lo que es preciso preparar su viaje hasta el más allá. Será el inicio de un largo luto que se extenderá a lo largo de la temporada, lo que es lógico, más para este personaje tan testarudo. Por otro lado, los romulanos, que ahora tienen una delegación a bordo de Deep Space 9, empiezan a maquinar su propia estrategia al instalar armamento en la base médica que han construido en una luna de Bajor. Pero lo más transcendente es el descubriendo que la madre biológica de Sisko, no era quien realmente conocía y esta parece tener una misteriosa conexión con Bajor a través de un colgante originario de allí. Además, Sisko sufre un intento de asesinato de un seguidor de los pah-wraith, mostrándonos que estos también tienen su propio culto y adoradores entre los bajoranos. Para finalmente darnos una noticia bomba: la reaparición de Dax, en un nuevo huésped: Ezri.
Weyoun
En este desenlace confluyen las tres historias con un ataque a los astilleros de Monak IV para así, con la victoria sobre el enemigo, los amigos de Jadzia han logrado que esta pudiera entrar a Sto-vo-kor. Mientras que se frustrará la intención romulana de estacionar armas en la luna de Bajor, por el apoyo del almirante Ross a la petición bajorana de retirarlas. Y obviamente gracias a la tenacidad de Kira, a quien ya le costó aceptar a la Flota Estelar al principio de la serie, como para permitir ahora que los romulanos se asentaran en Derna. Es interesante ver la interrelación de Kira y Odo como pareja, ya que antes de esta su relación me parecía que su amor iba a ser realmente inverosímil, pero a lo largo de los capítulos se ha ido reforzándose, a costa, eso sí, de una transformación de Odo hacia alguien menos austero y cascarrabias. Lo que sí me parece una lástima, es que las maquinaciones romulanas solo se desarrollaran al principio de esta temporada, salvando el magnífico Inter Arma Enim Silent Leges (DS9, 7.16). Claro que hemos de tener en cuenta que esta era la última y que se debían de cerrar muchas tramas. Por último, las revelaciones a Sisko no cesan y descubrimos que su madre biológica había sido controlada por un alienígena del agujero de gusano para asegurar su nacimiento. Esta relación inicia el camino del tramo final de Sisko, y explica la fijación que los Profetas tenían con él desde el principio y que este fuera de Bajor y que estuviera tan ligado al planeta, como tantas veces se ha dicho y dirá. No es alguien al azar, ni el capitán de la Flota de turno que pasaba por allí, sino que se procuró que naciera para llegar al momento de encontrar el Templo Celestial y todo lo que siguió. Como curiosidad, en la visión que tiene Sisko, influenciada por los pah-wraith para evitar que encontrara su Orbe, el texto de la celda de Benny Russell fue escrito a mano en la pared por el departamento de arte, utilizando los borradores de los capítulos previos hasta a Shadows and symbols (DS9, 7.02), repasando literalmente la historia de Deep Space Nine.
«El camino del Sisko es difícil»
«¿Pero por qué yo? ¿Por qué tenía que ser yo?»
«Porque no podía ser nadie más»
Sisko & Sarah
Este episodio lleno de referencias psicológicas, es la presentación de Ezri Dax. Se ha de agradecer que, a quien interpretaba Terry Farrel, fuera una trill, ya que se logró mantener la continuidad de este personaje al trasladar el simbionte, con sus recuerdos, a un nuevo huésped. En cualquier caso, hubiera significado ser sustituido por alguien completamente diferente (algo que creo que hubiera sido un error) o dejar el hueco entre el elenco. Y es que remplazar a alguien tan potente como Jadzia era algo sumamente difícil (aunque a mí no termina de gustar, esta era parte esencial de la tripulación y había forjado grandes vínculos con el resto del elenco, incluyendo el matrimonio con Worf, cuyo background es el más antiguo y complejo de todos al proceder de The Next Generation). Aun así, la nueva protagonista debía de encajar y sobre todo ser aceptada por los espectadores. Para ello nos mostraron a alguien casi en proceso de construcción. Como nueva unida a un simbionte y además sin haber pasado por la preparación: se siente confusa con sus recuerdos, sobre todo los ajenos. Logrando hacerla alguien vulnerable y frágil. De esta manera Ezri se encuentra con las dificultades de un nuevo puesto como consejera de la estación, ayudando a Garak, a quien se le ha agudizado su claustrofobia. Ya que desde que ha empezado a ayudar descodificar códigos cardassianos para luchar contra el Dominion, se siente un traidor, porque su trabajo concluye con la muerte de su propia gente. Sabe que ha de hacerlo para liberarlos, pero eso no mitiga su culpa y sus remordimientos. Mostrándonos que todas las guerras tienen un coste personal de aquellos que participan en ellas, aunque no estés en primera línea. Desconfiado por naturaleza, el cardassiano, no quiere la terapia de la joven trill, pero al final no puede hacer otra cosa que aceptar su ayuda. Por otro lado, la tripulación empieza a asumir que una nueva Dax ha llegado a la estación, siendo Worf el más afectado por su presencia. Lo cual es comprensible, y al principio no permite que los que fueran los amigos de su esposa puedan entablar una nueva amistad con Ezri, como El perro del hortelano, que no come, ni deja comer. Hasta que llega el sensato de O’Brien y le hace ver su error. El resultado es una historia muy coral, donde cada protagonista tiene un pequeño papel.
Garak a Ezri
El último de mis tres capítulos preferidos, junto a Children of time (DS9, 5.22) e In the pale moonlight (DS9, 6.19). En el que nos muestran como la galaxia está conectada, toda acción tiene su reacción, hasta el vuelo de una mariposa tiene sus consecuencias. Eso es lo que viene a decirnos este capítulo. La historia B se centra en Nog, que, aunque sirve en la Flota Estelar no deja de ser un ferengi (extrañamente honesto) y como tal actúa en consideración para resolver los problemas logísticos propios de cualquier conflicto. Y para ello se sirve de favores, contactos extra oficiales y otras artimañas que es mejor que el jefe O’Brien no conozca, creando algunas escenas realmente divertidas. La otra parte del capítulo es mucho más perturbadora. Se inicia con la deserción de Weyoun 6, que durante el proceso de su clonación sufrió un problema y ahora no cree que los Fundadores tengan razón en continuar su guerra contra los sólidos. Y en vez de suicidarse al darse cuenta de su malfuncionamiento, decide unirse al Fundador que está en contra de la guerra: Odo. Una lógica aplastante en su retorcida y maquiavélica mente vorta, todo hay que decir. Los conocimientos que tiene no solo podrían acortar la guerra, sino significaría la victoria de la Federación, por lo que mientras Odo intenta salvarle (con esa incomodidad no disimulada que siempre tiene cuando está cerca de cualquier Weyoun), mientras su séptimo clon le intenta matar. Finalmente, y para salvar a Odo, Weyoun 6 termina suicidándose, después de anunciar que la Gran Unión está infectada por una enfermedad que la está matando. Con esta revelación Odo se da cuenta que tal vez sí tendrá, algún día, que jugar el papel de Dios y dirigente del Dominion. Sembrando la semilla del final de la serie, en un delicioso duelo dialectico entre Odo y los dos Weyoun, en un episodio que se disfruta desde la primera a la última escena.
«¿En un rumor?»
«¡No… en el Gran Continuo Material!»
«¿Quiénes son ellos?»
«No es un “ellos”, es la fuerza que mantiene unido el universo»
«Oh, debo haberme perdido esa clase en la escuela de ingeniería»
Nog & O’Brien
No soy muy fan de las tramas klingon, creo que son algo cargantes. Pero este capítulo no habla de esta cultura, sino de la decadencia y decrepitud que nos hace la vejez. Así como del perdón, y de pasar página a antiguas rencillas. Además, nos despedimos de Kor que había iniciado las andanzas, siendo la némesis del mismísimo James Tiberius Kirk en el magnífico Errand of mercy (ST, 1.27). Viendo la inutilidad de un viejo guerreo en una sociedad en la que la mayoría mueren jóvenes en combate y son recordados en versos cantados alrededor de una jarra de vino. En su contrapartida está Martok, quien muestra aquí su grandeza en toda su plenitud como personaje, ya que tras vengarse de Kor, no se siente bien. Ese es el verdadero honor del guerrero que no siempre termino de encontrar entre los klingons. Saber que la venganza, aunque se sirva fría, es un plato amargo, y poco honorable, en alguien que realmente sí lo es.
Kor
Con este capítulo se cuelan los terribles efectos de la guerra sobre hombres corrientes y las consecuencias del estrés que soportan. Precisamente lo interesante es que nos alejamos de esa “guerra limpia” que pueden ser los combates navales, donde no se puede ver la muerte del enemigo, para desplazarnos hasta la superficie de un sombrío y frío planetoide. Y con protagonistas con los que no estábamos acostumbrados a verlos en estas lides, como Nog, Bashir, o Ezri, e incluso a Quark (aunque no tiene mucho sentido los acompañara a una zona tan peligrosa), en vez de los aguerridos Worf, O’Brien o Kira. Pero de esa maneta nos pueden mostrar mejor las secuelas de este atroz conflicto en personas más parecidas al espectador, acercándonos el olor del aire ionizado por los phasers, cual napalm por la mañana. Ira Behr comentó que “…sentí que teníamos que hacerlo. La guerra apesta. La guerra es intolerable. La guerra es dolora y la gente buena muere. Ganas, pero aun así pierdes. Y teníamos que demostrarlo de la manera más inflexible posible”. Y el resultado es efectivo, acercándonos un poco (no podemos pedir más a Star Trek), no solo la muerte, sino los efectos que esta tiene en los que sobreviven.
Quark a Nog
Ya habíamos descubierto que el retorcido deseo de Dukat era ser querido por aquellos a los que torturó y asesinó durante la ocupación de Bajor, y que le vieran como un padre bondadoso. Y que, al perder a su hija, medio bajorana, que le adoraba sin condiciones, había caído en una profunda locura. Y después de ser poseído por los pah-wraiths en Tears of the Prophets (DS9, 6.26), ha encontrado la manera de ser amado: convertirse en el líder de los adoradores de estos. Pero no puede dejar de ser el ser malvado y taimado que conocemos y aunque se rodee de buenas palabras, al final resulta ser el mismo de siempre. Pero este episodio no solo nos habla de Dukat, sino también de la fe. Si en Accession (DS9, 4.17) podíamos resolver las disputas teológicas (quien era el verdadero Emisario: si Benjamin Sisko o Akorem Laan) visitando a los Profetas. Ahora plantean la cuestión más espinosa de las creencias, mucho más difícil de medir: la fe. Sabemos que Dukat, aunque sea un verdadero devoto, también es un villano, ¿pero es vedek Fala otro maligno por rezar a los enemigos de los Profetas? Realmente este, tras ver y padecer las atrocidades a las que sometían a su pueblo durante la ocupación, perdió la fe en los Profetas. Pero como bajorano no podía convertirse en ateo, por lo que necesitaba creer en algo y abrazó a los pah-wraiths en busca respuestas. Otros, buscan alimentar su ambición, como Kay Winn.
«Me encantaría. Solo hay un problema: los dos no podemos tener razón»
Fala & Kira
Una investigación policial, con una trama oscura, en la que nos muestran por un lado los efectos psicológicos de la pérdida de vidas en la guerra que se está librando. Y por otro vemos que esta raza simbiótica, a manos de Ezri y de uno de sus anteriores anfitriones, puede ser (siempre me lo pareció) mucho más interesante que las tramas trill desarrolladas para Jadzia. A quien siempre encontré algo lánguida (excepto cuando tocaba la cultura klingon), quedándose siempre a medias, sin terminar de sacarle el jugo que, con capítulos como este, podrían tener. Al poder recuperar algunas de las anteriores personalidades, como ya vimos en Facets (DS9, 3.25), se amplían las posibilidades narrativas. En este caso explorado su lado más oscuro. Incluso en algún momento parece que Joran pueda influir en la que se supone es la anfitriona más débil de Dax. Un relevo de esta idea lo han hecho con el personaje de Gray Tal en ST: Discovery. Tal vez la motivación del asesino sea algo rocambolesca, aunque personalmente me parece muy lógica para un vulcano, abriendo una nueva faceta en esta raza de seres perfectos como computadoras. Y es que no son inmunes a los traumas psicológicos, ni a canalizar ese daño infringiendo más dolor al prójimo, recordemos que Chu’lak le responde a Ezri cuando esta le pregunta sobre sus motivaciones «Porque la lógica exigía». Y la trama muy usada (pedir ayuda a un psicópata para cazar a otro, como en el Silencio de los corderos o Llamaradas), pero me parece que es una buena historia para profundizar, por una vez, en la raza de los trill a través de Ezri.
«El asesino»
Joran Dax & Ezri Dax
A veces ocurre que el planteamiento inicial de un personaje cambia a medida que se va desarrollando. En el caso de Odo, este había sido encontrado en el cinturón de Denorios en una cápsula espacial. Y según se le había indicado a René Auberjonois, nunca se iba a conocer su origen. Con la creación del Dominion y los Fundadores, de su misma raza de cambiantes, su evolución se alteró radicalmente, incluyéndole en la trama de esta agresiva potencia. En The search II (DS9, 3.02) se nos anunció que pertenecía a un centenar de jóvenes cambiantes que habían sido enviados a lo largo y ancho de la galaxia como una especie de exploradores de su raza. Justificando así su presencia de Deep Space 9. Desde entonces los derroteros de la historia nos había hecho olvidar que había 99 cambiantes, hasta que aparece Laas, uno de aquellos compañeros del condestable. Con el que podemos explorar lo que significa ser un cambiante, pero sin hacer aflorar el espectro del mal que rodeaba a los Fundadores. Por lo que Odo, por primera vez, se encuentra cara a cara con lo que podría ser él mismo si dejara atrás la estación con sus amigos, y se permitiera evolucionar como cambiante. Y aunque Laas le hace cuestionarse los motivos por los que es aceptado, no queda claro cuáles han sido las (negativas) experiencias para que este rechace tanto la convivencia de Odo con los sólidos. Siendo este tal vez el punto más flojo del capítulo, en el que parece inevitable que todo cambiante se sienta una irrefrenable arrogancia y superioridad hacia los sólidos. Algo casi comprensible si eres capaz de convertirse en niebla o fuego, y no envejeces. Para al final sopesar que los lazos que le unen a Kira y al resto, son muy fuertes. Y viceversa, ya que la bajorana demuestra que está dispuesta a todo por ese amor que siente por él, incluso el mayor de los sacrificios: dejarle marchar. Demostrando que se ha consolidado esa relación que yo apreciaba poco creíble, pero que los dos actores transmiten cuando están juntos en pantalla. Sin olvidar que la decisión de no irse con Laas será lo que le salvará a él y a su gente, gracias precisamente por aquellos sólidos que son sus amigos. Que es lo que hace grande a esta serie.
Laas
· Inter
Arma Enim Silent Leges (DS9, 7.16)
En Inquisition (DS9, 6.18) nos habían presentado a la siniestra Sección 31, por lo que en algún momento u otro tenía que reaparecer. Y no podía ser mejor momento que un viaje al mismísimo centro de las conspiraciones: el Imperio Romulano. Donde libraremos una lucha a muerte en su campo de batalla por excelencia: con una historia de espías de engaños, mentiras y espejos para confundir y traicionar. Donde todos los que tienen una doble moral: Sloan y Koval, incluso Ross, salen vencedores. Mientras que los perdedores son los que intentan seguir sus convicciones: Bashir y Cretak. Sloan es pragmático y retorcido, siendo la réplica perfecta al idealismo de Bashir. Mientras que Ross, cansado de mandar a hombres y mujeres a la muerte, hará todo lo necesario para mantener a los romulanos en la guerra, porque de esa manera se reducirán el número de bajas entre sus amigos, y es la única manera de poder ganar al Dominion. En ese sentido sabe que lo que ha hecho está mal, pero no podría haber hecho ninguna otra cosa. Por otro lado, en este capítulo se profundiza en la alteración genética que habíamos descubierto en Doctor Bashir, I presume (DS9, 5.16), como ya se hizo en Statistical probabilities (DS9, 6.09) o Chrysalis (DS9, 7.06). Ahora añadiendo otra consecuencia por ser aumentado: al mostrarnos que ser excepcional tiene sus inconvenientes, ya que estas querrán ser aprovechadas por el mal, encarnado en la Sección 31.
«Eres
un hombre que ama los secretos. Médico. Personal. Ficticio. Soy un hombre de
secretos. Quieres saber lo que sé y la única forma de hacerlo es aceptando la asignación»
Sloan a Bahir
Otras
recomendaciones:
It’s only a paper moon (DS9, 7.10) es la continuidad de los acontecimientos de The siege of AR-558 (DS9, 7.08), donde nos mostraron la crueldad de la guerra. Ahora nos habla de superar los traumas y del estrés postraumático, del sufrimiento, y las ganas de evadirnos de la realidad cuando los acontecimientos nos superan. También explora el anhelo de tener una vida, encarnado en Vic, que desde la presencia de Nog todo el día, le ha permitido descubrir el dormir en una cama, y el estrechar lazos de amistad y no solo cantar en su casino. Ya no solo se siente un holograma con conciencia, sino que tiene una vida que puede disfrutar. La ficción se ha convertido en realidad, al tiempo que nuestro ferengi ha de asumir que ha de regresar a la realidad y abandonar la ficción. Un hecho curioso del que me di cuenta al volver a ver este capítulo, es que los protagonistas: Nog y Vic, no son parte del elenco principal, sino dos secundarios. Deep Space Nine es una serie tan coral, que los secundarios se confunden con los principales. Y eso la hace grande y única dentro de la saga de Star Trek.
Las
relaciones familiares han sido uno de los temas recurrentes. Entre padres e
hijos, con los matrimonios de los protagonistas e incluso entre hermanos, han
centrado muchos de los argumentos. Y con la incorporación de un nuevo
personaje, no podían dejarnos sin mostrar a la familia de Ezri. Por lo que en
Prodigal daughter (DS9, 7.11) descubrimos a su madre dominante y
autoritaria, incapaz de permitir a sus hijos decidir su propio camino. E
incluso se intuye que la unión con el simbionte le ha dado más seguridad en sí
misma, como Ezri Tigan, de la que tenía tras salir de aquella agobiante casa.
Regresando en una especie de expiación de su pasado, marcado por una presión
familiar que la hizo unirse a la Flota.
Los
episodios del universo espejo tienen el aliciente gamberro de ver a los
personajes en situaciones disparatadas y comportamientos que, en cualquier otro
contexto, no tendrían cabida. En The Emnperor’s new cloak (DS9, 7.12)
Rom es un poco cargante, pero la idea era que representara a todos aquellos
fans obsesionados con la lógica y que quiera que todo tenga sentido y que se
tomen en serio lo que aparece en la serie, algo que, según Ira Berh, es algo
inherentemente no tan serio.
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En Inquisition (DS9, 6.18) nos habían presentado a la siniestra Sección 31, por lo que en algún momento u otro tenía que reaparecer. Y no podía ser mejor momento que un viaje al mismísimo centro de las conspiraciones: el Imperio Romulano. Donde libraremos una lucha a muerte en su campo de batalla por excelencia: con una historia de espías de engaños, mentiras y espejos para confundir y traicionar. Donde todos los que tienen una doble moral: Sloan y Koval, incluso Ross, salen vencedores. Mientras que los perdedores son los que intentan seguir sus convicciones: Bashir y Cretak. Sloan es pragmático y retorcido, siendo la réplica perfecta al idealismo de Bashir. Mientras que Ross, cansado de mandar a hombres y mujeres a la muerte, hará todo lo necesario para mantener a los romulanos en la guerra, porque de esa manera se reducirán el número de bajas entre sus amigos, y es la única manera de poder ganar al Dominion. En ese sentido sabe que lo que ha hecho está mal, pero no podría haber hecho ninguna otra cosa. Por otro lado, en este capítulo se profundiza en la alteración genética que habíamos descubierto en Doctor Bashir, I presume (DS9, 5.16), como ya se hizo en Statistical probabilities (DS9, 6.09) o Chrysalis (DS9, 7.06). Ahora añadiendo otra consecuencia por ser aumentado: al mostrarnos que ser excepcional tiene sus inconvenientes, ya que estas querrán ser aprovechadas por el mal, encarnado en la Sección 31.
Sloan a Bahir
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Ll. C. H.
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