Segunda parte
Advertencia: este artículo
contiene spoilers para quien no haya visto la serie de Deep Space Nine.
· Bar association (DS9, 4.16)
El
extremismo de la cultura ferengi puede llevar a ridiculizar nuestra sociedad
consumista y capitalista, pero solo es la manera de reflejarnos en el espejo,
distorsionado, de nuestra misma sociedad. En este caso poniendo el foco en los
derechos sindicales y por en el de los trabajadores. Y lo hace de una manera
divertida, pero tratando un tema tan serio como los explotación, casi
esclavitud, laboral. Perfecto para los ferengis que han sido criados en esta
sociedad, ¿pero y los trabajadores de otras razas? Al final Nog consigue todas
sus reivindicaciones (claro que Sisko ha puesto a Quark con la espalda contra
la pared), para deja el bar de su hermano y se convierte parte del equipo
bajorano de ingenieros de la estación.
«No lo entiendes. Los trabajadores ferengi no
quieren detener esta explotación. Queremos encontrar la manera de convertirnos
en explotadores»
Nog a
Bashir
· Accession (DS9, 4.17)
A Sisko
nunca le había gustado ser Emisario de los Profetas, así que cuando aparece un
bajorano que parece encajar mejor que él en su cargo, está contento por dejar
esa incómoda posición. Pero el candidato “perfecto” que quiere volver a las
antiguas castas que dividían la sociedad, obligando a mucha gente a abandonar
sus trabajos y las vidas reconstruidas con esfuerzo tras la ocupación
cardassiana. «No nos corresponde
cuestionar al Emisario. Tal vez no se dio cuenta de esto, capitán. Pero
hubiéramos intentado hacer lo que fuera que nos pidiera cuando usted fue
Emisario. Sin importar lo difícil que pareciera», le dice Kira a Sisko. Así
que ni corto ni perezoso este le pide a Akorem ir a ver a los Profetas para
preguntarles quien es su verdadero elegido. Lo cual es una verdadera ventaja
poder preguntar a los Dioses las cuestiones teológicas, en nuestro planeta nos
hubiéramos ahorrado muchos problemas. A mí me queda claro que los Profetas han
provocado esta situación para hacerle entender a Sisko su verdadera misión para
con ellos y Bajor. Comentar que la productora no le gustaba los capítulos de
religión bajorana por resultar impopulares y bajos de audiencia, lo que por una
parte es una lástima, pero por otra nos hace dosificar la trama de Bajor y los
Profetas a lo largo de toda la serie. Interesante el detalle que Kira es la
única que recuerda el poema de Akorem incompleto. (1) La historia B me parece encantadora. Keiko ha regresado a la
estación y ha trastornado la dinámica de solteros de O’Brien y Bashir. Y como
mujer inteligente sabe que si no quiere que su esposo la agobie, le ha de dejar
espacio para que continúe con sus juegos en la holosuits y dardos con su amigo.
Como apunte indicar que nos anuncian que está embarazada del segundo hijo de la
pareja.
«¿Siete Meses? Desafortunadamente estaré
lejos de la estación para entonces. Muy lejos... Visitando a mi padres, en la
Tierra. Disculpen»
Worf
tras conocer que Keiko tendrá un segundo hijo
· Rules of engagement (DS9, 4.18)
En una
cultura de guerreros, ser jurista es librar otro tipo de guerra donde la sala
del tribunal es el campo de batalla y la dialéctica el arma más importante. En
este capítulo Worf se enfrenta a una petición de extradición, en el que
volvemos a ver a nuestro klingon lidiar entre la naturaleza de su raza y la
cultura donde ha decidido vivir. Y aunque es algo repetitivo, tengo que
confesar que el capítulo siempre me ha resulta efectivo y atrayente. Muy
posiblemente por su impecable realización, la mejor de la temporada. Dirigido
por LeVar Burton, nuestro Geordi LaForge de TNG, en el que los testimonios
miran hablando a cámara en flashbacks
del incidente. Y en el dinamismo que va tomando poco a poco la carama a lo
largo del capítulo. Otro solo apto para fans de los klingons, o no tanto.
· Hard time (DS9, 4.19)
O’Brien
siempre ha sido el blanco de todas las desgracias de la serie, como ya hemos
dicho en otras ocasiones. En este capítulo nos cuentan la recuperación que hace
el jefe tras regresar de un encarcelamiento que, aunque haya durado unas horas,
para él se ha prolongado 20 años. Vemos las consecuencias psicológicas, del
tiempo privado de libertad y por lo que tuvo que pasar en esa simulación que
para él es tan real como los recuerdos de Keiko o Molly. Pero la condena a
O’Brien no solo era el aislamiento (la cual parece alargarse de manera
indefinida de 15 a 20 ciclos), sino que O’Brien debía perder su humanidad,
debía de matar a Ee’Char, su ficticio compañero de celda, y así hundirse, para
una vez destrozado, recuperar la libertad. Esa era su verdadera condena.
«¡Yo no soy tu amigo! ¡El O’Brien que era tu
amigo murió en esa celda!»
O’Brien a Bashir
· For the cause (DS9, 4.22)
El
Maquis lo teníamos muy olvidado y la verdad es que es una lástima. Como este
había aparecido para “crear” la mitad tripulación antagonista a bordo de la Voyager, supongo que ya no tenía mucho
sentido continuar su desarrollo en DS9. Pero no olvidemos que estos luchaban
contra los cardassianos, por lo que su motivación estaba muy cerca de la
estación. Y gracias a su regreso obtenemos el que es posiblemente el segundo mejor
capítulo de la temporada [superado únicamente para mí por To the death (DS9, 4.23)] y uno de los mejores de la serie. Por una
parte la historia está montada de manera que se va desgranando poco a poco,
como unas muñecas rusas que al abrirla hay otra. Lo que parece ser una
investigación sobre las actividades contrabandistas que tiene Cassidy Yates (no
olvidemos que es la novia de Sisko) con el Maquis, para desenlazar con la
traición de Eddington. Y es que este es un miembro de esta organización. Las
dos premisas son muy interesantes: por un lado ¿qué haríais si la persona a la
que amas trabaja para un grupo considerado terrorista? Y como ella misma dice,
al ser descubierta Sisko la deja libre para saber si regresará o huirá. No deja
de ser una prueba, no tanto de confianza, sino de responsabilidad, después de
esto nada les puede impedirá estar juntos. Y por otro lado las motivaciones de
Eddington, que aunque no se dicen expresamente, sí tiene un alegato contra esa
“políticamente correcta” Federación
que a veces es realmente cargante por su perfección.
«¿Por qué la Federación está tan obsesionada
con el Maquis? Nunca les hemos atacado y constantemente nos arrestan y acusan
de terrorismo. Nor persiguen a través de las Badlands, y acosan y ridiculizan a
nuestros seguidores. ¿Por qué? Porque dejamos la Federación y es una cosa que
no pueden aceptar. Nadie deja el paraíso. Todos deberíamos querer estar en él.
Incluso quieren que los cardassianos se unan a ella. Les dan replicadores para
que un día se sienten en el Consejo de la Federación. En cierto forma, son
peores que el borg. Al menos ellos no esconden sus intenciones de asimilación.
Ustedes son más capciosos. Asimilan a la gente y ellos ni siquiera lo saben».
La
historia B inicia la amistad entre Garak y Ziyal, la hija de Dukat. Ambos son
los únicos cardassianos (ella medio bajorana) en la estación, por lo que es
normal que al final se conocieran e incluso que encontraran cosas en común. Y
como ya demostró en Indiscretion (DS9, 4.05) Ziyal es capaz de desarma a cualquiera
con un par de frases, incluso al más avezado asesino de la Orden Obsidiana.
«¿De verdad crees que te pedí que vinieras
para matarte? Se me ha pasado por la cabeza. Kira y mi padre, ambos, me dijeron
que solías ser un agente de la Orden Obsidiana. Que torturaste y asesinaste a
mi abuelo, y que podrías matarme sin dudarlo un instante» le dice Ziyal. «Aunque dudo que la mayor o tu padre sean
dignos de plena confianza, en este caso los dos dicen la verdad», confirma
Garak. «¿Sabes que más es verdad? Que no
me importa. Soy mitad bajorana, eso significa que en Cardassia me marginan. No
puedo regresar y tú tampoco. Podemos compartir tiempo juntos o ignorarnos
mutuamente. Me pasé cinco años en un campo de prisioneros cuidándome yo sola.
No necesito compañía. No necesito tu compañía. Pero si quieres quedarte,
compartir el calor conmigo, quizá contarme algo de casa que no sepa, entonces
me encantará tu compañía. Y sé que a ti la mía. De un modo u otro, tú decides».
· To the death (DS9, 4.23)
Este es
uno de mis tres capítulos preferidos en DS9 y el mejor de la temporada. Por una
parte es la presentación del fabuloso villano Weyoun, un personaje creado
específicamente para Jeffrey Combs, que ya había aparecido como el agente de la
FCA Brunt, a partir de Family business (DS9, 3.23). Sisko
se ha de unir con el Dominion para evitar que un grupo de jem’hadars renegados se
apoderen de un portal iconiano. Una referencia al universo de Star Trek a la
antigua civilización descubierta en Contagion (TNG, 2.11) que
personalmente agradezco y me una manera de recuperar referencias que hacen más
rica la saga. Este será una de los pocos momentos en que nos muestren que el
Dominion no es inquebrantable, pero realmente no era eso lo importante, sino enseñarnos
la relación entre los vorta y el jem’hadar, que ya nos habían insinuado en Hippocratic oath (DS9, 4.04). Aquí vemos la condescendencia mal disimulada del
vorta hacia los jem’hadar, el servilismo que tiene con Odo, «Su gente quiere que vuelva a casa, Odo. No
les importan las diferencias que puedan tener ni los errores que hayas
cometido, ellos aún le quieren», le dice Weyoun o la adulación hacia Sisko.
Y como contrapartida están los guerreros que sirven a los Fundadores, tal vez
de las tres razas es la más atractiva por la mezcla de devoción a sus
creadores, como por su dramatismo al tener un aciago destino, ya que fueron
creados con un único propósito: matar y morir en nombre del Dominion. Estos no son
clones salidos a partir de un molde, todos tienen su personalidad, Omet’iklan
es un ser brutal, pero tiene su código de honor, y un líder nato. Mientras que
Toman’torax es todo músculo, sin cerebro. O Virak’kara es alguien más sencillo,
que se sorprende de la longevidad de Dax. Todos ellos nos muestras las
diferencias que hay entre estos y la Federación, marcada en la frase de Sisko: «Los muertos no aprenden de sus errores» tras la ejecución de
Toman’torax. Pero realmente al Dominion eso tampoco le importa, en cuestión de
días podría tener un ejército de millones de fanáticos soldados a su
disposición. Y en contra de todo este dramatismo las escenas rebosan gran complicidad
entre los personajes, tanto nuestra conocida tripulación, incluso con alguno de
los miembros del Dominion.
«El Dominion ha perdurado durante dos mil
años, y continuará aguantar mucho después de que la Federación se haya
convertido en polvo… pero eso lo dejaremos a la historia»
Weyoun a Sisko
· The quickening (DS9, 4.24)
El
doctor Bashir está determinado en encontrar una cura que afecta a todo un mundo.
Nuestro doctor nos recuerda a todos aquellos médicos que lucharon contra la
peste, contra la viruela, o el SIDA donde los fracasos son el aliciente de los
éxitos futuros. En ese sentido la idea de los guionistas era utilizar la
enfermedad como metáfora del SIDA. La historia es una lección de arrogancia,
pero también de asumir humildad, de tesón y voluntad. Y es que Bashir siempre
había demostrado su voluntad de ayudar a los demás, como en Hippocratic oath (DS9, 4.04) o Cardassians (DS9, 2.05). Al final el
doctor no logra encontrar la cura para toda la población, solo para la
siguiente generación, creando un rayo de esperanza en un pueblo moribundo.
«¡Pero era tan arrogante que pensé que podía
encontrar la cura en una semana!»
«Tal vez fuera arrogante pensar eso. Pero aún
es más arrogante pensar que no hay cura tan solo porque tú no pudiste
encontrarla»
Bashir y Jadzia Dax
· Body parts (DS9, 4.25)
¿Qué
hacer con el embarazo de Nana Visitor? Recapitulemos: esta y Siddig el Fadir,
quien se cambiaría el hombre artístico a Alexander Siddig (parece ser que
algunos productores no sabían pronunciar su nombre) habían empezado una
relación amorosa con el resultado de la concepción del hijo de ambos. Pero el
personaje de Visitor era profundamente religioso y parece ser que no quedaba
bien que su hijo fuera de Shakaar, con quien el personaje mantenía una relación
amorosa. Algo extraño en una sociedad en la que, en palabras de Ira Berh: “Escogen a los Papas y te acuestas con sus
sacerdotes”. Por lo que creo que esa de “no quedaba bien” más bien era por
el puritanismo norteamericano. La cuestión fue crear un accidente y que Kira se
convirtiera en vientre de alquiler del hijo de Keiko y Miles O’Brien. Por otro
lado Quark se enfrenta al dilema de romper un contrato ferengi y perderlo todo
o perder la vida. Finalmente optará por perderlo todo, pero como en el fondo
nuestro barman no es un mal tipo, simplemente un ferengi, se encuentra más
amigos de los que creía, y además con intención de ayudarle. Solo por un
pequeño coste de almacenaje. Divertido conocer como es su más allá: La Divina
Tesorería, donde se presenta el balance de ganancias y pérdidas.
«Pensé que romperías el contrato» le dice
Rom
«¿Cuáles son las palabras clase? “Pensaste”… No soy como tú
o Nog, ni Moogie, ni el resto de nuestra triste familia. Soy un empresario
ferengi. He firmado un contrato. Y un contrato es un contrato. (…) Soy un
empresario. Más que eso, soy un ferengi. ¿Sabes lo que eso significa? Que no
exploto ni engaño a la gente al azar. Sino que lo hago según un código de
reglas específicas. Las Reglas de Adquisición»
· Broken link (DS9, 4.26)
Odo ha
de enfrentarse a las consecuencias de haber matado a uno de sus congéneres en The adversary (DS9, 3.26). Y como él mismo dice «Me he pasado toda mi vida llevando a gente ante la justicia. ¿Ahora que
es mi turno como puedo huir?». La verdad es que era algo obvio, y la
condena de su pueblo es que pierda sus capacidades cambiantes y le convierten
en humano, aunque le dejan el rostro para que no olvide lo que ha perdido. «Oh, pobre Odo. Tal vez deberíamos haberle
matado. Habría sido mucho menos cruel» comenta la líder del Dominion. La
estación se ha quedado sin su cambiante, pero conserva el mismo condestable de
siempre.
«Todos están muertos y tú también. Cardassia
está muerta. Tu pueblo se condenó a sí mismo en el momento en que nos atacó. Creo
que eso responde a tu pregunta»
Fundadora
a Garak
Otra recomendación
La
incursión en el universo espejo de esta temporada, Shattered mirror (DS9, 4.20) es
una aventura cargada de acción, en la que Sisko regresa de nuevo para liderar
la rebelión de los terranos. Volveremos a ver a su esposa Jennifer, la cual se
encuentra con el hijo que tuvo su yo de nuestro universo y que en el espejo no
existió. Y si el Worf que conocemos es una persona con un autocontrol total, su
contrapartida es: descontrolado y violento. Aun así el final nos muestra que
una madre, da igual al universo al que pertenezca, haría cualquier cosa por
proteger a sus hijos.
El capítulo malo
En The Muse (DS9, 4.21) Lwaxana está embarazada
y se casa con Odo. Pero lo peor de todo es que el padre del hijo de nuestra
excéntrica embajadora procede de una cultura misógina y machista. ¿Pero esta
mujer no era una gran telépata? Nada de lo que sucede tiene sentido, la verdad.
Vale que como betazoide su biología puede ser diferente y quedarse en cinta tan
mayor, ¿pero casarse con un tipo de una sociedad tan retrógrada? Mientras que
la historia de Jake, aunque no es mala, sí me resulta muy poco desarrollada.
Aunque no soy el único que piensa igual: David Livingston, su director, cree
que “no era bueno” (el episodio). Ira Behr, Ronald D. Moore y René Echevarria,
productores y guionistas admiten problemas, que no salió bien o que no sentían
nada por las dos historias. Esta es una de esas veces en las que uno se
pregunta ¿cómo es posible que ideas como esta llegaran si quiera a plantearse
su producción, ya no digamos que se rueden?
Los personajes:
Worf fue uno de los
tres personajes más desarrollados en TNG, después de Picard y Data. No tanto
por ser el primer oficial klingon de la Flota Estelar, sino por toda la saga
política que nos narraron a su alrededor. Eso le dio una magnífica solidez a la
hora de desembarcar en DS9, continuando con esa saga personal y profundizando
en la idiosincrasia de su especie, y su educación humana, esta vez rodeado de
más de los suyos. Esa ambigüedad entre naturaleza y formación es el sello del
personaje, que a veces se hace cansino por repetitivo. Después de O’Brien será
el personaje más maltratado: vuelto a repudiar por los suyos, perderá a su
hermano Kurn, y aunque encontrará el amor con Jadzia, esta morirá. Aunque lo
compensa con algunos desquites al recuperar la relación con su hijo Alexander,
se vengará de Gowron que tantas veces le ha deshonrado y finalmente un
congénere le aceptará con sus ambigüedades: Martok, que le acogerá como a un verdadero
hermano que le respeta y admira. Es un personaje al que o amas, o aborreces.
«Soy un guerrero klingon y un oficial de la
Flota Estelar. He pilotado naves estelares a través de campos de minas del
Dominion. He luchado en batalla contra kelvans que doblaban mi tamaño. He
cortejado y ganado el corazón de la magnífica Jadzia Dax. Si puedo hacer esas
cosas, puedo hacer que este niño se duerma»
Worf
sobre cuidar a Kirayoshi Time’s ophan
(DS9, 6.24)
El
general Martok es posiblemente el
mejor klingon de toda la saga. Tiene todas las virtudes de su cultura, sin caer
en las dudas existenciales (y aburridas) de Worf. Es un guerrero hecho así
mismo, que ha vencido la clasista sociedad a la que pertenece y ha llegado por
sus méritos propios a lo más alto. Es un soldado leal, que creen en el honor,
incapaz de alzarse contra su superior, a pesar de que este intente humillarlo y
sacrificar vidas inútilmente como en When
of rains… (DS9, 7.21). También tiene sus debilidades, como las secuelas de
haber sido prisionero del jem’hadar durante dos años como vemos en Soldiers of the Empire (DS9, 5.21). Ni
puede olvidar a aquellos que le despreciaron en sus comienzos como Kor en Once more unto the breach (DS9, 7.07). Aunque
por encima de todo es un amigo leal de Worf, con el que no tiene otra agenda
que el respeto mutuo. JG Hertzler, no quería interpretar a alguien ofensivo,
dominante, arrogante o grosero, pensó en su personaje como un Patrik Stewart
klingon. Y esa presencia se destaca en pantalla. Al ver múltiples facetas, con
sus flaquezas y sus virtudes, hace que sea un personaje real y próximo al
espectador, precisamente lo que le hace gana su grandeza.
«Soy un leal soldado del Imperio. Preferiría
morir antes que deshonrar mí uniforme. Al alzar la mano contra mi canciller en
tiempo de guerra, avergonzaría todo lo que he luchado para proteger, todo en lo
que creo»
Tacking
into the wind (DS9, 7.22)
El
comandante Michael Eddington se introdujo
al principio de la tercera temporada, como un oficial de seguridad adicional
asignado a la estación tras la aparición del Dominion. Siempre fue alguien que
parecía hacer lo correcto, seguir órdenes, como en The die is cast (DS9, 3.21)
cuando saboteó la Defiant al ir al rescate de Odo y Garak al cuadrante Gamma. Aunque
al mismo tiempo es lo suficientemente leal o coherente como para permanecer a
bordo junto al resto de la tripulación asumiendo su responsabilidad. La idea
era mostrar un personaje competente, que en sus propias palabras: «No pienso nada sobre ellos. (al preguntarle
sobre el Maquis) Hago me trabajo, jefe. Si la Flota me dice que les encuentre,
lo hago. Si me dice que les ayude, les ayudo. Mi opinión es irrelevante. Lo
importante para mí es hacer mi trabajo como oficial de la Flota Estelar. El
resto… es una indulgencia». Pero al aparecer poco y no verlo interrelacionando
con el resto de personajes, no habíamos podido cogerle mucho cariño, a
excepción de los sucesos del Our man Bahir (DS9, 4.10) en los que
Eddington había tomado el control y salvado al resto de personajes que estaban
en apuros o haciéndose el héroe en Rejoined (DS9, 4.06). Podríamos
decir que su comportamiento había sido ambiguo, algo sospechoso, pero no será
hasta For the cause (DS9, 4.22) que
se revela como un miembro del Maquis. Siempre me gustó ese giro de guión, es
más me hubiera gustado ver a Eddington en algunos capítulos más, así el golpe
hubiera sido más efectista. Desde entonces Sisko empezará una cacería personal,
ya que siente que le traicionado de manera personal como su superior. Situación
que se dramatizará en exceso comparándose con los protagonistas de Les Misérables, Valjean y el policía
Javert. Devastador el alegato en que compara a la Federación con el borg en For
the cause (DS9, 4.22), un varapalo a la utopía creada por Roddenberry en
los 60 y que en los 90 la TNG había convertido en políticamente correcto (y
aceptable para las audiencias). Y por suerte en DS9 de vez en cuando y sin
pasarse, se vuelve a esa esencia transgresora de la clásica.
Ll. C. H.
Notas de
producción:
(1) Este detalle
que no tendría más continuidad en la serie. Aunque yo sí lo utilizaría en un
momento clave en el Crossover Star Trek – Star Wars que escribí y publiqué en este blog.
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