El
Proyecto Transwarp había significado posiblemente el programa de ingeniería
naval más importante y largo de la Federación (ver libro Star Trek. Guía de
Naves Estelares). Por eso se quiso rentabilizar la inversión en tiempo,
esfuerzo y recursos que había significado el desarrollo de la clase Excelsior, tardando en aprobar la
construcción del siguiente modelo crucero de exploración.
Aun
así no cesó la recopilación de datos y experiencia para aplicarla en la siguiente
evolución técnica que sería la clase Ambassador.
Los requisitos para estas naves reflejaban los retos del nuevo siglo: una mayor
autonomía para un territorio cada vez más basto de la Federación, y un equipamiento
científico más complejo para la exploración de la galaxia. Y aunque los
trabajos teóricos habían empezado muchos antes, en el 2319 finalmente se inició
la construcción del prototipo de la nueva clase en la estación terrestre
McKinley [ST: TNG Technical manual]. (1) Esta nave se ideó como un campo de pruebas
para la puesta a punto de la tecnología que usarían sus hermanas, por lo que su
aspecto sería distinto al resto de las naves de su clase, comisionándose finalmente
en el 2325. (2)
El
USS Ambassador tenía básicamente un
reactor principal muy similar al de sus predecesoras, aunque se hicieron más
efectivos los constrictores magnéticos que dirigían la materia y la antimateria
hacia el núcleo del reactor, permitiendo generar más energía. Pero los avances más
importantes se plasmaron en su nuevo modelo LF-10 de barquilla de curvatura. Para
el colector bussard se diseñó un nuevo generador de campo magnético/colector que
captaba el deuterio y se instaló una cúpula transparente, similar a la que ya
existía en el modelo PB-32 originales de la clase Constitutiton. De esta manera se obtenía una mayor cantidad de
combustible, imprescindible para el aumento en el requerimiento de la energía
que se necesitaba para el campo de curvatura de una nave más grande y con una
mayor autonomía.
Con
respecto al modelo LN-70 de la clase Excelsior,
el LF-10 tenía un número de bobinas magnéticas para generar la burbuja de
curvatura similar. Aunque tenían un conjunto de nuevos inyectores de plasma que
permitían regular la emisión energética mucho más eficientemente a la hora de
alcanzar altas velocidades. La experiencia y los test realizados a bordo de la Ambassador demostraron que para producir
un campo más estable era necesario una mejor sincronización de los armónicos del
interior del campo subespacial. Para eso la bobina tenía que más grande para permitir
un mejor control de la energía generada en su interior. Así que para las naves
normalizadas de la clase se creó un nuevo modelo: el LF-11. Esta era más maciza
y compacta que su predecesora, con un número de bobinas menor, pero más grandes,
que permitían un mejor control del campo de curvatura que generaban. En
contrapartida el calentamiento del sistema era mayor, por lo que se mejoró el
sistema de refrigeración de la parrilla lateral con una capacidad mayor de
regulación. El resultado era una barquilla capaz de absorber más deuterio y
generar una burbuja subpesacial más estable, que sería el estándar tanto en
estos cruceros de exploración como en las naves del tipo Pegasus o la clase Saipán.
Como
nave prototipo el casco de la USS Ambassador
tenía un diseño pensado en confirmar la viabilidad de las barquillas LF-10 y buscar
mejores resultados en las pruebas de viabilidad de su tecnología, que en las
necesidades operativas posteriores de la clase. De esa manera sus líneas eran
muy aerodinámicas, con una sección de ingeniería muy estilizada y el deflector
principal ovalado, junto a un plato también más esbelto. Así mientras el
prototipo y las primeras unidades estaban en las fases finales de construcción se
iniciaron los trabajos para diseñar lo que sería el aspecto y el equipamiento
estándar de la clase. (3) Como naves
de exploración era necesario ampliar el espacio interior para aumentar su
capacidad de carga, tener un hangar más grande e incrementar el número de
lanzaderas, junto a más laboratorios y zonas comunes para una dotación que
podía llegar al millar tripulantes y oficiales. Así que se ampliaron las
dimensiones de la sección del plato, alterando distribución de las
instalaciones y el equipamiento de a bordo, haciendo más grande y redondeada la
sección de ingeniería, modificando el deflector principal para adaptarlo a la
nueva forma del casco. Además se instaló el modelo de barquilla FL-11 más corta,
por lo que era necesario alterar la geometría de estas con respecto al casco
con unos pilones de soportes en ángulo recto.
El
resultado fue una nave de exploración soberbia, más maniobrable que sus contemporáneas
romulanas [Yesterday’s Enterprise (TNG,
3.15)], pero por desgracia la necesidad de amortizar el Proyecto Transwarp hizo
que se construyeran menos ejemplares que su antecesora, la clase Exceslior. (4)
Características: (5)
Nave: USS Ambassador NX-10251
Tipo: Exploración
Lanzamiento: 2325
Longitud: 495,05 metros
Anchura: 268,32 metros
Altura: 95,68 metros
Masa: 2,890.000
toneladas métricas
Cubiertas: 33
Dotación: 610 tripulantes
& oficiales
Velocidad:
Crucero:
factor 6
Máxima:
factor 9,2 (durante 12 horas)
Defensas:
7 trincheras phaser Tipo IX
3 tubos lanzatorpedos
Notas de
producción:
Esta
entrada procede del comentario hecho en la página de Facebook de Guía de Naves Estelares por Quique Quiroz el pasado 26 de septiembre, que ante una imagen del
diseño creado por Andrew Probert comentó:
“El Ambassador de Probert es más modernista y
atrevido que el de Sternbach, quien a partir del diseño del primero, le dio formas
más tradicionales en la sección de ingeniería y "brazos" en ángulo
recto que sostienen las barquillas y fue el que conocimos en pantalla.
Recordando una palabra que dicen ustedes, ambos diseños me "molan"
muchísimo, por ser únicos, genuinos (dixit).”.
Le
agradezco de nuevo el comentario y como le dije, he desarrollado las
diferencias entre ambos diseños en este artículo.
El
concepto de esta nave apareció por primera vez en The last outpost (TNG, 1.05) como parte del decorado de la sala de
observación de la USS Enterprise-D.
Era un perfil diseñado por Andrew Probert de una de las naves anteriores que
había llevado dicho nombre. Era una transición entre la clase Excelsior, ya se mostraba por tanto que
la Enterprise-B había sido un crucero
de ese tipo y la nueva Galaxy. Plasmar
el aspecto definitivo recayó en Rick Sternback para el capítulo Yesterday’s Enterprise (TNG, 3.15), que
mostraba un casco más robusto y unas barquillas más grandes, con una línea en
general menos estilizada y aerodinámica. Para el calendario del 2012 de ST: Ships of the line Tobias Richter
generó un impresionante modelo 3D basándose en el diseño original de Probert,
así como los perfiles y las características de la nave, que utilizamos en esta
entrada. He de confesar que de los dos diseños me gusta más el de Sternback,
que además es una de mis naves favoritas de la Flota Estelar, pero como bien
indica Quique Quiroz el de Probert es más modernista y atrevido.
(1) La mención de la
estación terrestre McKinley en ST: TNG
Technical manual en realidad es para la USS Enterprise-C, que aquí se hace extensible al prototipo de su clase.
(2) En ST: Bridge commander se indica que la
nave inició las pruebas en la estación Helaspont cerca del espacio tzenkethi en
el 2319. Mientras que en el calendario ST:
Ships of the line del 2012 se dice que fue comisionada en el 2325, fecha
que seguimos por proceder de un material en el que colaboran parte del equipo
de producción de la serie y por tanto lo considero semi-canon. En el juego de
rol de Last Unicorn se indica la fecha de 2322. Personalmente hubiera ubicado
el inicio del proyecto unos pocos años antes.
(3) Curiosamente todas
las naves de esta clase vistas en pantalla tienen un número de serie más alto
que el prototipo (Zhukov NCC-26136, Yamaguchi NCC-26510, Excalibur NCC-26517), que tiene el
NX-10251. Únicamente la USS Horatio
NCC-10532 cuenta con un número similar, y lo único que vimos en Conspiracy (TNG, 1.25) fueron sus restos
tras su destrucción. ¿Quién sabe si esta tendría el mismo aspecto que la idea
de Probert?
(4) O por lo menos
se han visto en pantalla muchas más naves Excelsior
que Ambassador, además con números de
serie más elevados que estas últimos. Por ejemplo la USS Hood NCC-42296, USS Lakora
NCC-42768 e incluso la USS Atlantis
NCC-72007 que recientemente se ha identificado en los gráficos de Conspiracy (TNG, 1.25), aunque esta
última es un error bastante grabe de continuidad.
(5) Las
características están basadas en la información aparecida en el calendario ST:
Ships of the line 2012. Aunque se han modificado las dimensiones de la nave, ya
que una superposición de los dos diseños (como la que aparece en este artículo
y en el que se ha basado de la espala para que coincidieran las dimensiones de
los puentes), hace que el prototipo tenga unas dimensiones algo alteradas. De
esa manera originalmente la longitud era 524,256 metros, la anchura 283,006
metros y la altura 101,955 metros. El desplazamiento original es de 3,710.000
toneladas métricas, reduciéndola para adaptarla a las nuevas dimensiones.
Mientras que su tripulación de 320 oficiales y 1000 tripulantes y teniendo en
cuenta que en el guión final de Yesterday’s
Enterprise (TNG, 3.15), se aporta la cifra de 700 tripulantes, he alterado
también este dato.
Ll. C. H.
Link de The Light Works:
Interesante justificación sobre la diferencia de las dos naves. ¿Pero esas diferencias no podrían ser por una actualización como la que sufrió el Enterprise en la primera película?
ResponderEliminarM.S.
Es cierto que se podía haber hecho de la manera que comentas. Y que no hubiera dos diseños, sino una actualización de las naves ya construidas como ocurriera a la clase Constitution (y presumiblemente a otras como la Miranda, Constellation u Oberth) en la década del 2270. Pero estas modernizaciones siempre me han parecido un coste en recursos digamos que excéntrico. ¿No hubiera sido mejor ir construyendo otra nave desde cero? De esa manera las unidades que estaban remodelándose en los astilleros podrían estar en activo, patrullando o explorando la galaxia. En todo caso Star Trek es una fantasía y como la economía de la Federación y sus recursos parecen ilimitados, ¿Qué más da unas docenas de naves menos en activo? En todo caso, me has dado una excelente idea para un artículo para el blog.
ResponderEliminarRespondiendo a tu pregunta, la idea que planteas es perfectamente factible dentro del universo de Star Trek. Yo preferí la expresada aquí, así también podemos usar los dos diseños, que por otro lado ambos me gustan mucho
Un saludo