sábado, 1 de noviembre de 2014

USS Ambassador NX-10251



El Proyecto Transwarp había significado posiblemente el programa de ingeniería naval más importante y largo de la Federación (ver libro Star Trek. Guía de Naves Estelares). Por eso se quiso rentabilizar la inversión en tiempo, esfuerzo y recursos que había significado el desarrollo de la clase Excelsior, tardando en aprobar la construcción del siguiente modelo crucero de exploración.




Aun así no cesó la recopilación de datos y experiencia para aplicarla en la siguiente evolución técnica que sería la clase Ambassador. Los requisitos para estas naves reflejaban los retos del nuevo siglo: una mayor autonomía para un territorio cada vez más basto de la Federación, y un equipamiento científico más complejo para la exploración de la galaxia. Y aunque los trabajos teóricos habían empezado muchos antes, en el 2319 finalmente se inició la construcción del prototipo de la nueva clase en la estación terrestre McKinley [ST: TNG Technical manual]. (1)  Esta nave se ideó como un campo de pruebas para la puesta a punto de la tecnología que usarían sus hermanas, por lo que su aspecto sería distinto al resto de las naves de su clase, comisionándose finalmente en el 2325. (2)




El USS Ambassador tenía básicamente un reactor principal muy similar al de sus predecesoras, aunque se hicieron más efectivos los constrictores magnéticos que dirigían la materia y la antimateria hacia el núcleo del reactor, permitiendo generar más energía. Pero los avances más importantes se plasmaron en su nuevo modelo LF-10 de barquilla de curvatura. Para el colector bussard se diseñó un nuevo generador de campo magnético/colector que captaba el deuterio y se instaló una cúpula transparente, similar a la que ya existía en el modelo PB-32 originales de la clase Constitutiton. De esta manera se obtenía una mayor cantidad de combustible, imprescindible para el aumento en el requerimiento de la energía que se necesitaba para el campo de curvatura de una nave más grande y con una mayor autonomía.




Con respecto al modelo LN-70 de la clase Excelsior, el LF-10 tenía un número de bobinas magnéticas para generar la burbuja de curvatura similar. Aunque tenían un conjunto de nuevos inyectores de plasma que permitían regular la emisión energética mucho más eficientemente a la hora de alcanzar altas velocidades. La experiencia y los test realizados a bordo de la Ambassador demostraron que para producir un campo más estable era necesario una mejor sincronización de los armónicos del interior del campo subespacial. Para eso la bobina tenía que más grande para permitir un mejor control de la energía generada en su interior. Así que para las naves normalizadas de la clase se creó un nuevo modelo: el LF-11. Esta era más maciza y compacta que su predecesora, con un número de bobinas menor, pero más grandes, que permitían un mejor control del campo de curvatura que generaban. En contrapartida el calentamiento del sistema era mayor, por lo que se mejoró el sistema de refrigeración de la parrilla lateral con una capacidad mayor de regulación. El resultado era una barquilla capaz de absorber más deuterio y generar una burbuja subpesacial más estable, que sería el estándar tanto en estos cruceros de exploración como en las naves del tipo Pegasus o la clase Saipán.




Como nave prototipo el casco de la USS Ambassador tenía un diseño pensado en confirmar la viabilidad de las barquillas LF-10 y buscar mejores resultados en las pruebas de viabilidad de su tecnología, que en las necesidades operativas posteriores de la clase. De esa manera sus líneas eran muy aerodinámicas, con una sección de ingeniería muy estilizada y el deflector principal ovalado, junto a un plato también más esbelto. Así mientras el prototipo y las primeras unidades estaban en las fases finales de construcción se iniciaron los trabajos para diseñar lo que sería el aspecto y el equipamiento estándar de la clase. (3) Como naves de exploración era necesario ampliar el espacio interior para aumentar su capacidad de carga, tener un hangar más grande e incrementar el número de lanzaderas, junto a más laboratorios y zonas comunes para una dotación que podía llegar al millar tripulantes y oficiales. Así que se ampliaron las dimensiones de la sección del plato, alterando distribución de las instalaciones y el equipamiento de a bordo, haciendo más grande y redondeada la sección de ingeniería, modificando el deflector principal para adaptarlo a la nueva forma del casco. Además se instaló el modelo de barquilla FL-11 más corta, por lo que era necesario alterar la geometría de estas con respecto al casco con unos pilones de soportes en ángulo recto.




El resultado fue una nave de exploración soberbia, más maniobrable que sus contemporáneas romulanas [Yesterday’s Enterprise (TNG, 3.15)], pero por desgracia la necesidad de amortizar el Proyecto Transwarp hizo que se construyeran menos ejemplares que su antecesora, la clase Exceslior. (4)





Características: (5)

Nave: USS Ambassador NX-10251

Tipo: Exploración

Lanzamiento: 2325


Longitud: 495,05 metros

Anchura: 268,32 metros

Altura: 95,68 metros

Masa: 2,890.000 toneladas métricas

Cubiertas: 33

Dotación: 610 tripulantes & oficiales

Velocidad:

            Crucero: factor 6

            Máxima: factor 9,2 (durante 12 horas)

Defensas:

            7 trincheras phaser Tipo IX

            3 tubos lanzatorpedos



Notas de producción:

Esta entrada procede del comentario hecho en la página de Facebook de Guía de Naves Estelares por Quique Quiroz el pasado 26 de septiembre, que ante una imagen del diseño creado por Andrew Probert comentó:

 “El Ambassador de Probert es más modernista y atrevido que el de Sternbach, quien a partir del diseño del primero, le dio formas más tradicionales en la sección de ingeniería y "brazos" en ángulo recto que sostienen las barquillas y fue el que conocimos en pantalla. Recordando una palabra que dicen ustedes, ambos diseños me "molan" muchísimo, por ser únicos, genuinos (dixit).”.

Le agradezco de nuevo el comentario y como le dije, he desarrollado las diferencias entre ambos diseños en este artículo.




El concepto de esta nave apareció por primera vez en The last outpost (TNG, 1.05) como parte del decorado de la sala de observación de la USS Enterprise-D. Era un perfil diseñado por Andrew Probert de una de las naves anteriores que había llevado dicho nombre. Era una transición entre la clase Excelsior, ya se mostraba por tanto que la Enterprise-B había sido un crucero de ese tipo y la nueva Galaxy. Plasmar el aspecto definitivo recayó en Rick Sternback para el capítulo Yesterday’s Enterprise (TNG, 3.15), que mostraba un casco más robusto y unas barquillas más grandes, con una línea en general menos estilizada y aerodinámica. Para el calendario del 2012 de ST: Ships of the line Tobias Richter generó un impresionante modelo 3D basándose en el diseño original de Probert, así como los perfiles y las características de la nave, que utilizamos en esta entrada. He de confesar que de los dos diseños me gusta más el de Sternback, que además es una de mis naves favoritas de la Flota Estelar, pero como bien indica Quique Quiroz el de Probert es más modernista y atrevido.




(1) La mención de la estación terrestre McKinley en ST: TNG Technical manual en realidad es para la USS Enterprise-C, que aquí se hace extensible al prototipo de su clase.



(2) En ST: Bridge commander se indica que la nave inició las pruebas en la estación Helaspont cerca del espacio tzenkethi en el 2319. Mientras que en el calendario ST: Ships of the line del 2012 se dice que fue comisionada en el 2325, fecha que seguimos por proceder de un material en el que colaboran parte del equipo de producción de la serie y por tanto lo considero semi-canon. En el juego de rol de Last Unicorn se indica la fecha de 2322. Personalmente hubiera ubicado el inicio del proyecto unos pocos años antes.



(3) Curiosamente todas las naves de esta clase vistas en pantalla tienen un número de serie más alto que el prototipo (Zhukov NCC-26136, Yamaguchi NCC-26510, Excalibur NCC-26517), que tiene el NX-10251. Únicamente la USS Horatio NCC-10532 cuenta con un número similar, y lo único que vimos en Conspiracy (TNG, 1.25) fueron sus restos tras su destrucción. ¿Quién sabe si esta tendría el mismo aspecto que la idea de Probert?



(4) O por lo menos se han visto en pantalla muchas más naves Excelsior que Ambassador, además con números de serie más elevados que estas últimos. Por ejemplo la USS Hood NCC-42296, USS Lakora NCC-42768 e incluso la USS Atlantis NCC-72007 que recientemente se ha identificado en los gráficos de Conspiracy (TNG, 1.25), aunque esta última es un error bastante grabe de continuidad.



(5) Las características están basadas en la información aparecida en el calendario ST: Ships of the line 2012. Aunque se han modificado las dimensiones de la nave, ya que una superposición de los dos diseños (como la que aparece en este artículo y en el que se ha basado de la espala para que coincidieran las dimensiones de los puentes), hace que el prototipo tenga unas dimensiones algo alteradas. De esa manera originalmente la longitud era 524,256 metros, la anchura 283,006 metros y la altura 101,955 metros. El desplazamiento original es de 3,710.000 toneladas métricas, reduciéndola para adaptarla a las nuevas dimensiones. Mientras que su tripulación de 320 oficiales y 1000 tripulantes y teniendo en cuenta que en el guión final de Yesterday’s Enterprise (TNG, 3.15), se aporta la cifra de 700 tripulantes, he alterado también este dato.



Ll. C. H.



Link de The Light Works:

2 comentarios:

  1. Interesante justificación sobre la diferencia de las dos naves. ¿Pero esas diferencias no podrían ser por una actualización como la que sufrió el Enterprise en la primera película?

    M.S.

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  2. Es cierto que se podía haber hecho de la manera que comentas. Y que no hubiera dos diseños, sino una actualización de las naves ya construidas como ocurriera a la clase Constitution (y presumiblemente a otras como la Miranda, Constellation u Oberth) en la década del 2270. Pero estas modernizaciones siempre me han parecido un coste en recursos digamos que excéntrico. ¿No hubiera sido mejor ir construyendo otra nave desde cero? De esa manera las unidades que estaban remodelándose en los astilleros podrían estar en activo, patrullando o explorando la galaxia. En todo caso Star Trek es una fantasía y como la economía de la Federación y sus recursos parecen ilimitados, ¿Qué más da unas docenas de naves menos en activo? En todo caso, me has dado una excelente idea para un artículo para el blog.

    Respondiendo a tu pregunta, la idea que planteas es perfectamente factible dentro del universo de Star Trek. Yo preferí la expresada aquí, así también podemos usar los dos diseños, que por otro lado ambos me gustan mucho

    Un saludo

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